Un simple humano. (Bills y yo)

Era viernes,la semana terminaba y como ultima tarea,antes de dos días de merecido descanso,tenia que ir al supermercado por las cosas de la semana. Como buen viernes,por la tarde-noche,el lugar estaba repleto y la fila para cancelar era bastante larga. Estaba a dos personas de mi turno,sintiendo el alivio de salir de ese saturado lugar,cuando un sujeto se metió en la fila,delante de mi.

Me quede mirando su espalda forrada en una chaqueta oscura,esperando alguna palabra de su parte como un: "permiso" o algo semejante,pero nada. Fingí toser para ganarme su atención y tampoco hubo reacción,ya molesta le toque el hombro y me miro,como si le hubiera molestado.

-Ponte al final de la fila-le dije.

-Tengo prisa-fue todo lo que me dijo con una voz ronca y seca,después volvió la vista al frente.

-¿Tienes prisa? ¡Genial! ¿Qué tal si todos los tipos pesados,que tienen prisa,vienen a ponerse delante de ti,en la fila?

Me miro de reojo,luego soltó un:

-No molestes.

Era el colmo la desfachatez de ese sujeto y aprovechando,que el tipo que pagaba,se retiraba,me adelante a él y puse mis cosas sobre el mesón. 

-¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?! ¡Espera tu turno!-me grito con absoluto descaro.

-Ubicate,el que se metió en la fila,
fuiste tú-le señale.

-¡Ya te dije que tengo prisa! ¡Quítate!-me dijo y empujó mis cosas del mesón con su mano libre,y a mi con su cuerpo.

La cajera,con su apático rostro,se limitaba a mirarnos y no se molesto por nada de lo que presenciaba.
Simplemente intento marcar los productos de ese sujeto,que yo observe e impedi cobrara,porque era mi turno.

-¿Prisa? ¿Por qué? Nadie te espera en casa-comente con ese tono incisivo que tengo y odio a veces.

Me miro de una forma mortal y dio un pequeño cruñiñido mientras empujaba su compra contra lo quedaba de la mía.

-Sólo hay dos tipos de personas que compran tal cantidad de sopas para uno-comente-Los estudiantes de los que claramente tú,no eres uno,y los hombres solos ¿Qué paso? ¿No encontraste quien te soportara?

-Tienes la boca muy grande,mocosa-me dijo mientras me empujana usando su hombro-¡Es sólo un maldito puesto! ¡¿Por qué haces tanto escándalo?!

-El único que esta haciendo un escándalo,eres tú. Viejo amargado...

-¿A quien llamaste viejo..?

Cuando la cajera se decidió a hacer algo,llamo a los guardias que terminaron sacandonos de ahí por la fuerza. Claro que ese sujeto,protesto de tal manera que llego a la agresión verbal y eso nos costo terminar en un calabozo de la comisaría ¿Ñor qué yo acabe ahí también? Bueno,por pataer a uno de los guardias,que iba a darle un golpe en la cabeza a ese sujeto. Cierto es que le dijo una groseria,
pero por respuesta ¿Golpearlo cuando no podía defenderse? No estaba bien. Mi patada estaba destinada a desarmar nada más,así que no lastime al guardia,pero me costo terminar en ese lugar.

Según escuche,mientras nos tomaban los datos,ese sujeto se llamaba Bills. Nos pusieron en celdas paralelas,así que en la ausencia de muros y contar con una separación de barrotes,
quedamos el uno a la vista del otro.    Me senté en la banca,en mi celda y él hiso lo mismo en la suya,después de gritar por varios minutos que lo sacaran de ahí.

-Todo esto es culpa tuya-me dijo al fin.

-A ver cuando te vuelves a meter en la fila-le respondí-Y yo a protestar-pense.

No volvimos a hablar,un rato después lo vi recostarse en la banca,poniendo los brazos tras su cabeza y me le quede mirando hasta que lo noto. No aparte mis ojos de él,aun cuando me regalo el lado más fiero de sus ojos dorados,profundos;que me hicieron pensar en el corazón de un desierto. Un panorama misterioso y callado, con tesoros que aguardan a los osados.

Nos soltaron a los cinco de la mañana. Hacía frío y ninguno de los dos estaba muy abrigado y ya sea por el helado clima o las horas de encierro,ambos estábamos en calma. Aquel sujeto dejo de parecer una fiera exaltada y yo había purgado mi mal día. 

-Vivo a unos treinta minutos-de aquí le dije al salir a la calle-y cocino bastante bien-Agregue para luego tomar mi camino a casa.

-Es lo mínimo que puedes hacer después de que por tu culpa,
terminara en este lugar-me dijo con calma y me siguió.