Un pleito con Daishinkan.

Era una mañana calurosa de julio y se me pidió llevar unos informes de contabilidad al piso once. El gerente de la compañía subió al mismo ascensor y me saludo antes de presionar el botón del piso trece. La música ambiental llenaba ese espacio de 1.50 x 1.20 y el aire acondicionado, entregaba una sensación refrescante mientras ascendíamos,sin contratiempos,a nuestros destinos. Eso hasta que las luces comenzaron a parpadear y al ascensor desendio de forma brusca,tirandonos de cara al piso. Quedamos a oscuras por un momento,luego se activaron las luces de emergencia y una voz nos dijo que mantuvieramos calma.

Al parecer el edificio había sufrido un problema con el suministro electrico y los generadores auxiliares operaban al 50%. En resumen estábamos atrapados entre el piso ocho y nueve, sin posibilidades de ser rescatados prontamente. Fastidioso en muchos aspectos,pero nunca imagine a que nivel. Sin más que hacer me senté en el piso,mientras él se quedaba parado en un rincón sin perder su gentil sonrisa y estoica fachada.

-¿Cómo esta?-me pregunto después de una media hora.

-Bien-le respondí y bebí un poco de mi botella con agua-¿Quiere un poco?

Era bastante obvio que necesitaba refrescarse.Hacia un calor infernal, pues el aire acondicionado no estaba funcionando. Bebió de la botella y me la regreso con un modo elegante,luego se sentó del otro lado del ascensor. Una delgada capa de sudor le cubria la frente y había una igual en la mia. Abanicarme con el informe de contabilidad,no lograba mejorar la sensación de estarme cociendo en mi jugo. Pronto cumplimos una hora encerrados allí y mientras Dai,como me dijo lo llamara,trataba de usar el teléfono de emergencia en el ascensor,yo me quitaba las medias.

-Son una torturantes-le dije cuando me miro con cierto reparo.

-No hay que perder la compostura-me señalo.

-No exagere,son sólo unas medias-le dije,pero también fueron los zapatos y me desabotone la blusa.

¿Como podía estar tan comodo,con unos 38°,con ese saco y corbata? Era lo que yo me preguntaba,mas con el transcurso de las horas se fue desgarbando un poco. Su cabello no lucia tan bien peinado,se aflojó la corbata,se quitó el saco y se abrió la camisa. Parecia bastante incomodo e inquieto.

Cuatro horas después,ya no se veía tan gentil,ni sereno;pero adivine el motivo.Le ofrecí mi botella vacía. Me miro con extrañeza para luego fruncir el ceño. 

-¿Como se le ocurre que haré algo así, aquí,delante de usted?-me cuestione.

-Le daré la espalda,cerraré los ojos y me cubrire los oídos-le dije y me puse de pie para ir al rincón-Listo,ahora tiene toda la privacidad de este ascensor-le dije cubriendome las orejas para cantar:

"En el bosque de la china,la chinita se perdió..." 

Cuando termino me hablo. Lo mire de reojo y estaba más que molesto. Creo que nunca antes alguien lo había visto tan tenso. Escondió la botella bajo el saco y ahí se quedo otras dos horas.

El calor ya no era soportable y a riesgo de ser considerada una atrevida,me abrí por completo la blusa y al diablo con lo de que las señoritas se sientan con las piernas juntas. Cuando lo mire estaba peor que yo. Simplemente se quito la camisa y se subió un poco los pantalones.De su peinado no quedaba nada.

-Jamas me había visto sometido a semejante estrechez-me dijo-Esto es culpa suya. Este ascensor es sólo para ejecutivos.

-¿Mi culpa? No fui yo quien no se asegura de que se haga el mantenimiento adecuado.

-¿Me esta responsabilizando?

-No...¿Como cree que yo, cometería semejante atrevimiento?

-Veo que sabe usar el sarcasmo.

-Veo que puede entenderlo...

Si,si,si fue parte de estar encerrados ahi,con ese calor de los mil demonios. Para cuando los bomberos llegaron a sacarnos,no sólo estábamos a medio vestir,también tirandonos de los pelos (literalmemte) 

-¡Esta despedida!-me grito justo antes de abrir la puerta.

-¡Yo renuncio! ¡No es cómodo trabajar para alguien de quien ya se el tamaño de su virilidad!

No me despidió y no renuncie;pero cada vez que coincidíamos en un ascensor...alguno de los dos optaba por las escaleras.