34._Trastienda.
meterme entre Whiss y Vados.
Llevaba un vestido verde cuando la vi por primera vez. Baja de un automóvil lujoso en compañía de su novio. Todo el mundo sabia que sostenían un amorío clandestino,pero como su familia era dueña de medio pueblo nadie se atrevía a denunciar su degeneración. A mi me daba igual todo ese asunto,hasta que termine trabajando para ellos en la tienda de telas.
Con frecuencia,Vados iba allí a esperar a su hermano Whiss para disfrutar en la trastienda. Yo fingía no oír los gemidos y excéntricas exclamaciones de ambos,pero una tarde escuche un golpe seco contra la pared que me alarmo un poco. Al los minutos,Whiss dejaba ese lugar bastante molesto. Vados no salio y hasta las seis,la hora de cierre,no dio señal de estar ahí. Fui,entonces,a dejarle las llaves para irme,pero no respondió al tocar la puerta. Tuve una sensación extraña al no oír un solo sonido del otro lado,así que sólo entre y la vi tirada en el piso. Sus muñecas estaban cortadas,sus manos estaban sobre dos charcos de sangre fresca.
Llame una ambulancia y no volví a ver a Vados hasta dos semanas después que llego a la tienda como de costumbre,pero con un semblante bastante alejado del habitual y así sucedió durante todos esos días previos a la visita de Whiss. Él paso a la trastienda,una tarde, y al poco tiempo escuche que algo se rompía,después vinieron golpes contra la pared,un grito y ya no pude mantenerme al margen de todo. Tengo la fuerza suficiente para tirar una puerta y lo hice,descubriendo a ese sujeto con Vados tomada por el cuello. Mi presencia basto para que se fuera y dejara a esa mujer sumida en un mar de llanto.
-¿Puedo hacer algo por usted?-le pregunte.
Me miro un momento,como si quisiera decir algo,pero ni una palabra escapo de aquella boca pequeña y carnosa. Le ofreció mi ayuda para llegar al sofá.Estaba temblando. Se sentó allí y me pidió una copa de licor,se la di. Gracias al alcohol,se le aflojó la lengua y me conto todo el drama de su relación incestuosa con su hermano. Algunos detalles estuvieron de más,pero me ayudaron a armar todo un panorama.
-¿Para que sigue con él,sino es feliz?-le pregunte.
Me miro con los ojos vidriosos por las lagrimas.
-Somos felices-me dice algo altanera.
-Se nota-murmuro y me levante anunciando que me retiraría.
-No te vayas-me dijo al sujetar mi mano-quedate...sabes,hay algo que Whiss odia de mi y que creo que tú, entenderías.
Me jaló hacia ella y me atrapo entre sus brazos. Era hermosa si,pero nunca la vi de esa manera. Me beso e intente escapar,mas ¿cual era el problema? Claro,Vados había estado bebiendo y eso no me gusto. Seria como haberme aprovechado de ella,pero impidió mi huida tomándome por las muñecas y derribandome sobre ese sofá. Era fuerte,pero yo también. Fue una breve contienda en la que termine con su boca en mi cuello. Besos calurosos y suaves mordiscos que me hicieron ceder. Cuando lo noto,Vados solto mis manos para abrir mi blusa con violencia y levantar mi brasier dejando libre esa zona para trabajarla con esa boca ardiente y hambrienta.
Para cuando Whiss volvió,estábamos desnudas en ese sofá. Las explicaciones no eran necesarias. Aquella tarde esa relación termino mientras que Vados y yo nos encontrábamos en la trastienda cada semana.
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