18._Paréntesis.
Reto de lemon con un ángel. Animo.
No había tiempo que perder. Pronto debían retomar sus vidas. Pero se reunían allí,para arrancarle una hora al reloj. Un paréntesis.
Frente a frente,como tantas vece habian estado. Él acaricio su mejilla con su mano azulada y ella,lo miro en la espera de sus caricias,de ese primer beso ardiente y untuoso. Cuando con sus brazos la rodeó para extinguir la distancia entre ambos,ella sintio en su bajo vientre la presión de esa serpiente ansiosa,pero mientras estaban los besos y caricias sobre la ropa.
Korn,sabia que la ingenuidad de su amante murió hace mucho,pero se le daba bien fingirla y a él,le gustaba que lo hiciera,pero tras la rigurosa preliminar no había cabida a las mascaras traviesas,como tampoco a las molestas prendas. Ya sin ellas se dejaron caer en esa cama dura y con mantas pobres,para atacarse el uno al otro con todo lo que tenían.
Ese escalofrío electrizante al tener sus manos sobre sus pechos,era siempre diferente,en ese momento nacio desde el centro de mi espalda y se esparció por ella,mientras saboreo esa boca en la que su voracidad de fémina, habia abierto una herida salina que inunda su lengua. Él,no se quejo.
Cuantos suspiros escaparon de ella, mientras él,recorría su cuerpo con la destreza de un alfarero y la pericia de un sabueso;no lo sabria,pero el que exhaló,cuando esa mano alcanzo ese templo de placeres,fue sin duda el deseo y codicia de sentir esas falanges dentro de una vez;las que le arrebataron un gemido amortiguado. Mas sabia no pasaría así nada más. Pasaron unos minutos antes de que ese masaje superficial se volviera explorador. Primero el dedo medio,luego uno más y pronto la intensidad de esa arremetidas causo un sonido como el chapoteo de un charco...
Korn observó esas aureolas rosa
tan femeninas a su juicio,tan cálidas y ajenas a su propia piel. Las degusto también a ardientes láminas que eran, a su vez,como los lenguatasos de un niño a un caramelo. Al extraer esos dedos,respiro sobre ellos y se medio sonrió antes de situarse sobre ella y restregarle ese miembro vigoroso en la entrapierna,exaltando el deseo de esa mujer que guardaba silencio y derramaba hambres carnales con la mirada. Sus labios entreabiertos recibieron esos dedos impregnados de esa humedad suya a su vez,que aquel pene se deslizo suave en su interior, ganando terreno centimetro por centímetro para dar rienda suelta a esa gama de intensidades juguetonas, que los llevaron a acompasar sus ritmos cardíacos,sus respiraciones y componer asi,una sinfonía de gemidos y suspiros que fue llenando los espacios miserables de esa habitación.
Sus sentidos estaban embriagados;no había absolutamente nada más en ese instante.
Ella lo abrazo con sus piernas y se aferro a su espalda,tratando de aferrarse a ese instante y a esa carne tanto como pudiera. Sin mediar una palabra le indicaba el ritmo a seguir y ere lenguaje lo que a él,le gustaba como también el acceso a todas las entradas de esa mujer desbocada,a la que no dejaba de besar. Espoloaban la lujuria del otro,siempre contra el maldito reloj. Sus cuerpos calientes se estrecharon en una postura en la que Korn,tomo el control para hacer de sus acometidas más veloces y más ansiosas,hasta liberar ese liquido anacarado y caliente que apago los fuegos de su amante y los suyos,
escurriendo sobre su falo y demás. Pero no llego solo a ese climax y eso lo lleno de satisfacción.Se dejo caer sudoroso,al costado de ella, que jadeante se quedo viendo el techo.
-es hora de irnos-le dijo ella y sin ceremonias se levanto de esa cama para ir al baño.
Korn se quedo mirándola. Esa espalda cubierta por aquella cabellera de brazas,le fascinaba.
-nos vemos otro dia-le dijo al dejar la habitación-adios Korn.
-adios-le respondio él y se fue por el lado opuesto de la acera.
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