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Frenas el auto de mala gana, no te gusta para nada tener que dejarme a una calle de la casa de muñecas, pero ambos sabemos perfectamente que no te pueden ver dejándome ahí.

Si Hana te ve estaríamos en serios problemas y eso es lo que queremos evitar, solo faltan poco más de tres meses para la fecha en la que tenemos planeado irnos, nada puede salir mal, solo hay que aguantar un poco más.

La meta esta tan cerca que me es casi imposible de creer, finalmente todo va a terminar.

—Nos vemos mañana, amor.

Dejas un beso en mis labios, yo te sonrió mientras asiento sabiendo de sobra que mañana me toca trabajar en VON nuevamente, y vos vas a ir a sentarte en la barra con el único objetivo de pasar tiempo coqueteando descaradamente conmigo adelante de todos.

—Cuando llegas a tu casa mandame un mensaje ¿Si? Te amo.

—Te amo más.

Es lo último que escucho de tus labios para bajarme del auto y caminar rápidamente hacía la casa de muñecas mientras saco las llaves de mi bolsillo.

La brisa cálida del verano acaricia mi piel, la noche me rodea pero no siento ni un poco de miedo, se perfectamente que no vas a irte a ningún lado hasta que me veas entrando en la casa.

Siempre ocurre, casi como un regla, la calma antes de la tormenta.

Fui demasiado idiota y me deje llevar por la preciosa calma que acaricia mi cuerpo cuando estoy con vos, Jungkook, y olvide por completo la tormenta a la que nos íbamos a tener que enfrentar, y en cuanto escucho gritos y cosas siendo destrozadas dentro de la casa es que lo entiendo de inmediato.

La tormenta ya esta acá, nos respira en la nuca y tiene nombre y apellido, Park Ha Na.

Me alejo de la puerta al escuchar algo siendo arrojado contra ella, se que lo notas en cuanto siento mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón, estoy seguro de que sos vos preguntándote por qué no entro en la casa.

Tomo el celular entre mis manos, tu apellido brilla en letras blancas en la pantalla y finalmente respondo la llamada.

¿Pasa algo? ¿Por qué no entras?

—N-no lo se, están gritando y tirando cosas, yo-

Ya voy con vos, espera ahí, amor.

Es lo único que decís para cortar la llamada, enseguida observo tu auto acercándose a la casa, apagas el motor una vez que estacionas frente a la puerta y en cuanto llegas a mi lado con cara de confundido es que lo escuchas, los gritos histericos e inentendibles de mi madre, las cosas siendo arrojadas y destrozadas.

En cuanto nuestros ojos se encuentran es que ambos nos damos cuentas de que creemos saber exactamente que es lo que esta pasando.

—Dejame abrir a mi, alejate un poco por las dudas de que tire algo.

Me pedís a los que yo obedezco de inmediato corriéndome hacía un costado de la puerta mientras vos la abrís protegiéndote con ella de cualquier objeto que pueda salir volando.

—¿Qué mierda?

Preguntas completamente aturdido en cuanto asomas tu rostro, y por mera curiosidad hago exactamente lo mismo que vos, la casa esta completamente destrozada, los sillones ya no sirven, parecen haber sido cortados con tijeras,  vidrios, platos, vasos rotos por doquier, las paredes llenas de mancha de algún tipo de salsa, todo casi irreconocible.

—Mamá...

Soy apenas capaz de pronunciar en cuanto entro en la casa y la observo a ella en un estado deplorable, su pelo completamente desordenado, su maquillaje todo corrido, lagrimas bañan su rostro mientras mira con odio puro a tu padre que esta en la otra punta de la sala de estar con una expresión de cansancio increíble.

No lo culpo, yo también me cansé de ella.

—¿Qué pa-

—Jimin, mi amor.

Ella se acerca a mi con una horrible y falsa sonrisa en el rostro, sus manos heladas decoradas con anillos de mao gusto acarician mis mejillas sin un poco de cariño, sus ojos...no tienen alma.

—Mamá ¿Qué paso?

Logro preguntar tomando sus manos para apartarlas de mi rostro, no quiero que me toque, me siento horrible cuando lo hace, me siento un asco cuando me mira de la forma en la que lo hace ahora, te ignora, ignora a tu padre, ignora el estado en el que dejo la casa, ignora el estado en el que se encuentra ella, incluso ignora el estado en el que me esta dejando a mi.

—¿Recordas el departamento en el que vivíamos cuando eras pequeño?

Me pregunta a lo que yo simplemente asiento en silenció sabiendo perfectamente que una de mis peores pesadillas esta a punto de volverse realidad.

—Vamos a volver ahí, solo vos y yo, vamos a ser felices alejados de todas estas personas, nosotros somos buenos, mi amor, Dios nos encomendo un camino y no todos los pueden seguir, por eso tenemos que irnos.

—Mamá ¿Por qué-

—¡PORQUE YO LO DIGO, PARK JIMIN

Su grito me obliga a cerrar lo ojos y hacerme chiquito en mi lugar, de inmediato siento como tus manos me toman con rapidez alejándome de ella, te ganas una mirada asesina de su parte pero no te importa, te pones adelante mío, y por primera vez desde que nací me siento seguro a pesar de que ella esta cerca.

—¡NO TOQUES A MI HIJO, DEGENERADO!

—¡¿QUÉ MIERDA ESTA PASANDO?!

Preguntas en dirección a tu padre ignorando por completo las palabras de Hana, ya estas acostumbrado, ya estamos acostumbrados y simplemente es horrible. El silenció de Yoo no hace más que aumentar tu enojo, tus puños se apretan con tanta fuerza que se vuelven blancos, tus brazos tiemblan mientras yo me quedo patéticamente detrás tuyo.

Me gusta hacerme el fuerte pero la verdad es que me derrumbo con demasiada facilidad, y vos eso lo sabes muy bien y aún así te quedas a mi lado sonriendo mientras me llamas "mi amor" y simplemente no puedo creer lo afortunado que soy de tenerte en mi vida, amandome de la forma en la que yo te amo a vos.

—¡¿Queres saber?! ¡TU PADRE ME ESTA SIENDO INFIEL CON LA LOCA DE TU MADRE Y EL MUY COBARDE ESTABA PREPARANDO EL DIVORCIO A ESCONDIDAS!

Las palabras de Hana no son ninguna sorpresa, lo sabíamos, por supuesto que lo sabíamos, pero nunca creímos que iba a enterarse y mucho menos de esta forma, no ahora, no cuando falta tan poco.

Tus puños se aflojan, me miras de reojo y puedo leer un perfecto "lo siento" salir de tus labios.

Te acercas a pasos demasiado duros a mi madre que pura inercia empieza a retroceder mientras cae en el sofá completamente acobardada por tu repentina actitud, te pones de cuclillas justo enfrente de ella, la miras tan fijamente que Hana ni siquiera es capaz de formular una palabra.

—Escuchame, Hana, a mi mamá la tratas con respeto, eso en primer lugar. En segundo lugar, la única loca de mierda acá sos vos, mira a tu alrededor, mira lo que hiciste, mira el estado en el que estas, das pena. Y en tercer lugar, Jimin no se va a quedar acá hoy, yo mismo me voy a encargar de llevarlo a la casa del abuelo Song y ahí se va a quedar hasta que vos solita te hayas encargado de mudar todo, y recién ahí vas a ir a buscar a Jimin. Dejalo en paz porque mientras yo este vivo no lo vas a convertir en tu victima ¿Me entendiste?

La casa queda en completo silenció, siento las lagrimas resbalando por mis mejillas una tras otra, ella no responde, vos te paras, pones una mano a cada lado de su cuerpo y volves a agacharte a su altura.

—Te pregunte si entendiste, Hana.

Repetís causando que ella solo sea capaz de asentir en completo silenció, te alejas de ella y caminas hacía mi, tu expresión cambia por completo mientras luchas con todas tus fuerzas por no abrazarme al notar las lagrimas bañando mi rostro.

—Anda a buscar tus cosas, yo te espero acá.

Me decís con una expresión increíble de sufrimiento en tu rostro, estas luchando con todos y cada uno de tus impulsos por no abrazarme, por no acariciarme con cariño mientras me susurras que todo va a estar bien, estas luchando contra vos mismo por mi.

Subo las escaleras rápidamente, tomo mi maleta y simplemente tiro absolutamente toda mi ropa dentro y las pocas cosas que tengo las dejo en un bolso que también llevo conmigo, termino todo en menos de quince minutos y finalmente bajo las escaleras sabiendo de sobra que esta va a ser la última vez que pise esta casa.

Esta casa en la que pasaron demasiado cosas, esta casa en la que cuando estábamos solos nos sentíamos las personas más libres del planeta tierra y cuando estábamos acompañados, como prisioneros.

Me recibís con una pequeña sonrisa, tomas mi gran maleta y me indicas que salga de la casa, y entonces los miro una vez más, mi madre sigue sentada en el sillón completamente en shock, tu padre ni siquiera es capaz de mirarme a la cara a pesar de que lo más probable es que esta sea la última vez que lo vea.

La vida tiene ciclos, los ciclos terminan, la casa de muñecas finalmente llego a su fin.

Salgo de la casa sintiendo como un peso abandona mi pecho pero uno nuevo se suma en cuanto soy consciente de que a partir de ahora voy a vivir solo con Hana.

—Esta noche vamos a la casa de Yeji, mañana te llevo a lo del abuelo Song ¿Si?

Me decís a los que yo solamente asiento con una sonrisa en tu dirección observando como guardas mi maleta en la cajuela de tu auto.

Ambos nos subimos en el vehículo,  manejas algunas calles en silenció hasta que finalmente aparcas a un costado de la calle logrando que la confusión ataque mi cuerpo por completo.

Apagas el motor del auto y en cuanto giro mi rostro en tu dirección es que veo como abrís tus brazos sin decir una sola palabra.

Me conoces mejor de lo que yo me conozco a mi mismo, porque no había notado que necesitaba una abrazo para poder llorar y vos si.

Hogar...dicen que es donde nuestros corazones están tallados en piedra, donde podemos descansar, donde vamos cuando estamos solos. No es solo donde recostamos nuestra cabeza, o donde hacemos nuestra cama para dormir.

Una vez dicho esto, Jungkook...o debería llamarte mi amor, siempre y cuando estemos juntos ¿A que debería temer? A tu lado estoy en mi hogar.

Y estar en mi hogar significa estar a salvo.

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BUENOOOOOOOOO hasta aca por hoy y maratón larga pq ya quiero terminar esta historia e iniciar otra, lo mismo con banana kiss ya quiero terminarla también x eso voy a tratar de actualizar todos los días, un día cada historia, con suerte van a estar terminadas las dos los primeros días de julio si q si

Tkm very muchou💛