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2/3💛
—¡Al fin!
Exclama Namjoon tirándose sobre el gran sillón de la sala de estar mientras el sudor recorre su rostro, finalmente todas mis cosas están en mi habitación, solo falta ordenar todo un poco pero eso puedo hacerlo mañana yo solo.
Te observo caminar en mi dirección con una hermosa sonrisa en el rostro que me hace olvidar que literalmente lo único que hiciste fue mirarnos mientras hacíamos todo el trabajo.
—Ya que no hice nada, me ofrezco a comprarles un café ¿Si?
Tus palabras logran que todos menos Hobi y Sun, que fueron tus cómplices, te miremos con algo de irritación.
—Americano para mi.
Pronuncia Eunwoo desde el suelo donde se encuentra acostado mirando al techo.
—Vamos, no te voy a dejar ir caminando.
Es lo único que te digo mientras limpio el sudor de mi frente con una toalla, enseguida siento tus brazos rodeando mi abdomen, me miras desde abajo con una sonrisa que logra que el aliento abandone mi ser.
Alternativas.
Siempre estoy pensando en eso, Jimin, hay noches en las que ni quiera me acuerdo de dormir por estar demasiado concentrado en ello.
¿Cuáles son nuestras alternativas para seguir juntos?
Son pocas, tan pocas que logra deprimirme, son solo tres, y todas son igual de extremistas y arriesgadas.
—¿Vamos?
Me preguntas con dulzura tomando mi mano con delicadeza, me limito a asentir en silenció y ambos salimos de la casa de mi madre con las manos unidas, estas sonriendo, Jimin, y honestamente me gustaría ser capaz de sonreír de la misma forma pero simplemente no puedo.
Estoy demasiado preocupado por nuestro futuro, porque me aterra la mera posibilidad de que tu madre te haga algo para alejarte de todo, desde que el Abuelo Song hablo con ella esta mucho más histérica de lo normal, es como si supiera que todos te están ayudando a ocultar algo, parece ser completamente consciente de que tenes un gran secreto que no queres que sepa, y eso hace que te persiga constantemente.
Solo pasaron dos semanas, dos semanas en las que no pudimos estar más de una hora juntos porque siempre te llegaban mensajes de ella diciendo que tenias que volver a tu casa enseguida.
Por supuesto que le haces caso, Jimin, estas aterrado de ella y no puedo culparte, en tu lugar yo también lo estaría.
—¿Vamos a Blue Café?
Me preguntas en cuanto nos subimos en mi auto y enciendo el motor.
—Me gusta como pensas.
Te respondo logrando que una risita se escape de tus labios, manejo en dirección a esa pequeña cafetería que sin duda alguna hace los mejores café de la ciudad.
Recuerdo todas las veces en las que Yoo nos llevo cuando eramos niños, te gustaba sentarte siempre en la misma mesa y en la misma suya, hasta solías decir que ese lugar te pertenecía y yo te daba toda la razón.
Recuerdo que eramos solo niños pero nuestras manos unidas debajo de la mesa y las sonrisas que nos dábamos eran un claro presagio de lo que terminamos sintiendo el uno por el otro.
Es entonces que una gran interrogante se hace presente en mi mente.
—¿Sabes? Yo me di cuenta de que estaba enamorado de vos cuando tenía quince años ¿Cuando lo supiste vos, amor?
Te pregunto con curiosidad y los ojos fijos en la calle mientras manejo hacía ese destino tan conocido.
—Cuando Namjoon me beso.
Respondes con tranquilidad causando que la confusión me invada por completo.
—¿Y eso?
—Seguía negándolo, pero cuando el me beso y lo único que sentí fueron ganas de llorar...no pude negarlo mas. Eras el único que quería que me bese y solo me quedo aceptarlo.
—¿Era?
—Dejaste de serlo hace mucho, Gukkie.
Una suave melodía se hace presente en la radio, reconozco la canción de inmediato, "Can We Kiss Forever?" Es lo que esta sonando justo ahora, como si fuese una maldita broma de destino.
—¿Y ahora que soy?
Te pregunto tratando de entender cual es mi lugar en tu mundo.
—Esto va a sonar un poco cursi, patético y demasiado cliché, pero el abuelo Song siempre me dijo que mi hogar no es donde recuesto mi cabeza, ni donde hago mi cama para dormir, o donde como todos los días, dice que el hogar es donde esta nuestro corazón, donde podemos descansar en paz, donde podemos ir cuando nos sentimos solos, así que en eso te convertiste, Gukkie, vos tenes mi corazón y eso significa que vos sos mi hogar.
Mi auto se frena justo en la puerta de Blue Cafe en el momento exacto en el que esas palabras terminan de salir de tus labios, te miro en silenció sin saber que decirte.
Te voy a ser honesto, mi amor, ni siquiera en mil años hubiese esperado escuchar que admitas algo así en voz alta. Te conozco demasiado, te gusta guardar tus sentimientos, odias el hecho de que alguien sepa exactamente como te sentís, no te gusta sentirte expuesto ni vulnerable, y con el paso de los años aprendí que te encanta ponerte una armadura que todos confunden con lo que realmente sos, después de todo ese es su objetivo.
Pero justo ahora, sentado a mi lado evitando mi mirada por completo mientras tu rostro parece ponerse rosado, tu armadura fue retirada por completo por primera vez, y la persona a la que le decidiste confiar este momento soy yo.
¿Que debería decirte, Jimin?
¿Te digo lo mucho que te amo o tal vez lo seguro que estoy de que sos el amor de mi vida?
¿Te cuento la cantidad de veces que me quedo dormido con una sonrisa por estar pensando en vos o la cantidad de veces que desperté feliz solo porque me visitaste en mis sueños?
¿Confieso las innumerables palabras con las que te describí cuando la Luna me inspiraba a hablarle sobre vos o tal vez la enorme cantidad de sentimientos que me llenan cada vez que te observo bajo la luz del sol?
¿Te lo digo a mi manera o la tuya, Jimin?
¿Debería nombrarte hogar o destino?
Tal vez...tal vez no se trata de como decida nombrarte, tal vez se trata de lo que siento al hacerlo.
Tal vez no se trata de ponerlo en palabras porque es simplemente imposible ¿Qué irónico verdad? Miles de años de lenguaje humano y no encuentro la forma de decirte lo que significas para mi.
Porque tal vez no se trata de decirlo, tal vez se trata de demostrarlo.
Por ese motivo es que tomo tu mentón delicadamente obligándote a voltear tu rostro en mi dirección para besarte sin siquiera dudarlo un segundo.
¿Pensar? En lo único que pienso cuando nos besamos es en que mis labios son capaces de acariciar el universo más hermoso que existe, llamarte mundo es demasiado poco, Jimin. Cada uno de tus miedos, cada una de tus manías raras, cada creencia e ideología, algunas que compartimos y otras que no, cada cosa que amas hacer, cada sonrisa, cada lagrima, cada sentimiento que se incrusta en tu pecho, todo forma parte de tu universo y es tan genuino que no puede ser llamado menos que hermoso.
Amo la forma en la que tus pequeños dedos acarician mis mejillas cada vez que nuestros labios se tocan, estoy fascinado por tus sutiles movimientos que logran embriagarme por completo, sos tan delicado y tan intenso al mismo tiempo que tranquilamente podrías ser un hermoso desastre natural.
Soy un adicto a la forma en la que nuestros ojos se encuentran en cuanto nuestros besos llegan a su final, porque pareciera que todo se convierte en un nuevo comienzo.
—Te amo.
Dos palabras tan simples que salen de tus labios y me hacen sentir la persona más feliz que existe en este momento, y tal vez lo sea, tengo todo lo que quiero, y ese todo sos vos.
—Te amo.
(...)
—¿Y bien?
Te pregunta Yerim comenzando a quedarse sin paciencia, y la verdad es que si no estuviese acostumbrado a vos, también estaría irritado.
Estamos parados con los baldes de pintura y los pinceles frente al auto de Hana hace apróximadamente diez minutos sin hacer nada.
—Esta pensando.
Le digo a mi mejor amiga en un intento de lograr darte un poco más de tiempo.
—Bien, lo pensé y din duda lo más hiriente que podemos dibujarle es-
—¡DOS PENES DÁNDOSE BESOS!
—¡ELLA SIENDO ARROLLADA POR UN CAMIÓN!
—No, en el parabrisas trasero vamos a escribir "Yo apoyo la comunidad gay" y una biblia al lado.
Pronuncias logrando que sonrisas enormes se formen en nuestros rostros, de inmediato iniciamos con nuestra pequeña venganza, pincelada tras pincelada, tanto Yerim como yo nos tomamos la libertad de dibujar con nuestras propias ideas las puertas del auto, los tres completamente atentos a que nadie nos descubra porque si lo hace vamos a estar en muchos problemas.
Justo cuando terminamos con nuestros dibujos, vemos varias personas saliendo al estacionamiento y enseguida nos descubren.
—¡¿QUÉ HACEN?!
Pregunta uno de los hombres.
—¡Es el auto de Park Hana!
Grita una de las mujeres, de inmediato empezamos a correr y huímos de la escena abandonando los baldes y pinceles en un callejón, Yerim corre a tomarse un taxi mientras se despide de nosotros con una sonrisa satisfecha en el rostro.
Vos tomas mi mano y seguís corriendo alejándonos de la escena del crimen.
Existen esos pequeños momentos caóticos, como este, que chocamos con una chica que cargaba con varias cajas al mismo tiempo y acabamos tirando todo en la calle.
—¡Lo siento mucho!
Me disculpo de inmediato empezando a juntar las pertenencias de la desconocida, dando por sentado que estas haciendo exactamente los mismo que yo, pero el silenció proveniente de vos, me obliga a levantar mi rostro con curiosidad.
Tus ojos y los de ella se encuentran como si se conocieran hace demasiado tiempo, como si tuviesen una historia en común que al final los termino convirtiendo en completos desconocidos.
—Tae...tanto tiempo.
—Hola, Eunmi.
Ambos se saludan con diferentes tonos de voz, ella parece esta completamente avergonzada, y en cambio vos pareces estar en shock, como si nunca hubieses esperado que la ibas a volver a ver.
Finalmente me paro del suelo con las cosas que tiramos entre mis brazos pero sigo siendo ignorado por ambos.
—Esto...
—Ah, gracias ¿Podes ponerlo en esta caja?
La primera en recordar mi presencia es ella, quien deja las cajas en el suelo y me señala en cual debo guardar las cosas.
—¿Se conocen?
Me atrevo a preguntar lo obvio causando que ahora tus ojos se fijen en mi, tu mirada cambia por completo, es como si te sintieras aliviado de repente.
—Un placer soy...la ex novia de Tae, es un placer conocerte. Aunque estoy sorprendida, creí que solo podría llevarse bien con Jungkook, me alegra que haya sido capaz de hacer otro amigo.
—No es mi amigo, es mi novio.
De inmediato corregís las palabras de la chica quien parece sorprendida por la naturaleza de nuestra relación.
—Entiendo, disculpen el malentendido.
—No hay problema, por cierto soy Min Yoongi, es un placer.
Me presento con una sonrisa que es devuelta con completa incomodidad de su parte, me acerco más a vos y simplemente decido que lo mejor justo ahora es alejarme un poco.
—Voy a comprarme un helado.
Es lo único que te digo sin siquiera mirarte para cruzar la calle.
No quiero mirar, ni siquiera quiero saber si están hablando o simplemente se están mirando en silenció de la misma forma en la que lo hicieron conmigo ahí.
Por ese motivo me concentro en pedir mi helado y en cuanto me lo dan me siento dándoles las espalda por completo, realmente no quiero mirar.
Eunmi, recuerdo ese nombre, después de todo estaba escrito en los apuntes de cuando estabas en primer año que me diste para ayudarme a prepararme con facilidad para los temas de todo el año, no era tu letra así que supongo que era de ella, y lo que decían las palabras escritas con tinta roja en esa página siguió dando vueltas por mi cabeza un par de días.
"Me gusta verte pensando porque tengo la esperanza de que tu pensamiento es sobre mi -Eunmi"
Realmente quería preguntarte pero algo me decía a gritos que no debía hacerlo y yo obedecí sin dudarlo.
Pero, Tae, justo ahora te sentas frente a mi, me miras con una de tus cálidas sonrisas en los labios que es capaz de hacerme sentir en paz. Tal vez es por curiosidad pero mis ojos la buscan a ella, y la encuentro juntando las cajas con lágrimas en los ojos para finalmente seguir su camino.
—Siempre me dijiste que yo soy tu primer y último amor, pero yo nunca voy a poder decirte lo mismo porque mi primer amor es ella.
Tus palabras tan directas y honestas no me sorprenden ni un poco, estoy acostumbrado a que seas así, a que digas las cosas correctas sin un poco de tacto, no te interesa adornar la verdad, porque ambos sabemos que no necesita adorno alguno.
—Entiendo.
—¿Sabes? Cuando la conocí supe enseguida que me iba a enamorar de ella, como también fui completamente consciente de que ella no era para mi, y aún así nos enamoramos, sabiendo perfectamente que al fin y al cabo no íbamos a ningún lado, como si se tratara de un presentimiento extraño.
Tus palabras salen una tras otra de tus labios finos y rosados, la sonrisa no desaparece de tu rostro.
—¿Presentimiento extraño?
Te pregunto curioso mientras llevo una cucharada de helado a mi boca.
—Como si me hubiese enamorado de la persona equivocada. Ella iba en tercero, nuestra relación duro desde mitad de mi primer año hasta el principio del nuevo ciclo escolar, cuando pase a segundo y ella a la universidad, de un día para el otro deje de recibir llamadas o mensajes, y el primer día de mi tercer año, exactamente un año después de que ella me dejo, recibí un mensaje de su parte que decía "Tal vez yo no era para vos, pero yo estaba segura de que vos eras para mi"
Un nudo se instala en mi garganta, decido ignorarlo y seguir comiendo mi helado como si las palabras que estas diciendo a boca suelta no me afectaran en absoluto.
—Me enoje, no con ella, me enoje conmigo, por haberla amado a pesar de que sabia que no era para mi, me enoje por no haber sabido disimularlo, me enoje por haber sido descubierto, y finalmente me enoje por no haber sido capaz de corresponder lo que ella sentía por mi, fue ese día que destruí el salón de arte y nació el fantasma de la escuela, porque ese había sido el lugar donde nos conocimos.
Mis ojos se clavan en vos, la sonrisa sigue intacta en tus labios, me miras como si estuvieses descargando todo eso que te pesaba demasiado, como si estuvieses aliviado de finalmente habérmelo dicho.
—Y meses después...llegaste vos, abriendo la puerta con los ojos cerrados y tu cuerpo temblando, como si estuvieses completamente seguro de que te ibas a encontrar con un fantasma, te vi parado frente a mi y supe de inmediato que eras el motivo por el cual las cosas no funcionaron con ella. Si, la ame, tal vez más de lo que debería haberla amado, y aún así menos de lo que ella se merecía, pero Yoongi, cuando te vi...por primera vez en mi vida sentí miedo.
—¿Miedo de qué?
—De que vos seas el amor de mi vida pero yo no el tuyo, tal y como yo fuí para ella, de inmediato recordé que el karma existía y tal vez había tomado tu forma, entonces no me importo nada, hice las cosas rápidamente porque no quería perder un solo segundo del tiempo en el que me ibas a amar. Me sentí demasiado culpable cuando descubrí que no eras ningún karma, pero al mismo tiempo...cada vez que recuerdo que me amas de la forma en la que yo te amo siento que ya lo tengo todo y no necesito nada más. Eso fue lo que le dije, por eso se largo a llorar, por eso la abrace por última vez mientras finalmente era capaz de disculparme.
Apoyas los codos sobre la mesa, tu rostro entre tus manos, me seguís mirando con una sonrisa mientras yo te sigo mirando sin expresión alguna.
—Esta bien. Acepto no ser tu primer amor pero tenes que prometer que soy el último.
Tu sonrisa se hace aún más grande en cuanto escuchas esas palabras salir de mis labios y tus ojos se clavan en la cuchara de plástico con la que te estoy apuntando de una forma muy poco amenazante.
—Sos mi último amor desde la primera vez que te vi, Yoongi.
(...)
Me bajo de tu auto sintiendo todo mi rostro caliente, sigo sin creer que te dije todo eso, Jungkook, pero quería hacerlo, sentí que era necesario que lo supieras porque no quiero volver a cometer los mismos errores.
No voy a dar por sentado que conoces mis sentimientos y, aunque sea una mierda en eso, voy a esforzarme en hacertelos saber.
Llegas a mi lado y tomas mi mano con una sonrisa enorme en tu rostro que parece que no va a desaparecer en mucho tiempo.
O eso creí, abruptamente una mueca invade tu rostro, tus pasos se frenan por completo y te quedas congelado con tus ojos fijos en un punto dentro del pequeño café frente a nosotros.
Por pura curiosidad mis ojos siguen a los tuyo y es entonces que encuentro eso que me hace congelar a mi también.
Tu padre y tu madre, sentados en una mesa, sus manos unidas mientras se sonríen, el deja un beso en el dorso de la mano de ella, y acarician los dedos del contrario con tanto cariño que pareciera que jamás se divorciaron.
Tus padres están teniendo un amorío en el cual la "victima" es mi madre.
Una vez más caemos en la realidad, como un balde de agua fría que nos cae encima.
Soltas mi mano, y antes de ser capaz de detenerte entras en el café y caminas hacía ellos, no estas enojado, Jungkook, estas tan decepcionado que no sabes que ni que decir.
Corro hasta alcanzarte, ambos adultos parecen demasiado sorprendidos de haber sido atrapados por nosotros.
—Vos...hipócrita de mierda.
Pronuncias sin un poco de tacto en dirección a tu padre quien se queda congelado al notar la expresión en tu rostro.
Una de tus manos se apoya en la mesa y tu cuerpo se inclina en su dirección mientras tu madre nos mira como si no pudiese creerlo.
—Te atreviste a decirme todo lo que me dijiste por amar a Jimin ¿Y vos estabas haciendo esto? ¿No que sos el gran señor correcto? ¿No que tenes una moral impecable?
—Jungk-
—Me dijiste una y otra vez lo equivocado que estaba mientras vos cometías adulterio.
Es entonces que tus ojos se fijan en los de tu madre que sigue inmóvil en su lugar.
—Mereces más que ser la amante de un hipócrita de mierda, Yeji.
—Hijo yo-
—Te dije que perdiste a tu hijo, Yoo. Realmente espero que esta sea la última vez que te vea.
Salís por la puerta con pasos apresurados, no te subis al auto, empezas a caminar hacia cualquier lado, y yo decido ignorar a los adultos y correr detrás tuyo.
—¡Gukkie!
Ni siquiera te volteas, seguís caminando como si voz no llegara a tus oídos.
—¡Jungkook!
Vuelvo a intentarlo sin obtener resultados, es entonces que por primera vez decido llamarte por ese apodo que vos siempre usas.
—¡Amor!
De inmediato tus pasos se frenan, te das vuelta y soy capaz de ver las lagrimas que caen por tus ojos, amas a tu padre pero estas demasiado decepcionado.
—¿Podes abrazarme?
Ni siquiera lo dudo, corro en tu dirección y me tiro a tus brazos siendo envuelto enseguida por tu olor tan distintivo a cigarrillo y el perfume que siempre usas.
Lo se, soy completamente consciente fe que no podemos seguir así.
Ocultándonos como criminales, pendiendo de un hilo constante de una final que no va a durar demasiado.
Se acerca la hora de decidir lo que vamos a hacer y la verdad es que mis pocas opciones me aterran demasiado.
Pero ¿Sabes algo, amor? Mi hogar sos vos, una vez dicho esto, siempre y cuando estemos juntos ¿A qué debería temer?
_____________
En unos minutos subo el último de hoy 💛
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