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✯09✯ Final.

✯ Capítulo 09.


La tarde caía lentamente, y en la habitación, Jungkook sostenía a su Omega entre sus brazos, como si temiera que si lo soltaba, todo desaparecería. Los recuerdos de un pasado lleno de incertidumbre aún rondaban su mente, pero ahora, con Taehyung tan cerca, la realidad parecía casi un sueño.

-Debo volver a mi casa, Kook, mi papá se va a enojar. -murmuró Taehyung, medio dormido, apoyado sobre el pecho del Alfa.

Jungkook le dejó un tierno beso en la frente, el calor de su piel lo tranquilizaba. -No quiero llevarte a tu casa, quiero que te quedes aquí, en mis brazos, por el resto de nuestras vidas. - respondió con suavidad.

Taehyung, con una sonrisa adormilada, se sentó en la cama, aún acariciando la marca en su cuello. -Tenemos el resto de nuestras vidas para estar juntos, Kook. Ya no tienes que temer. - señaló la marca con orgullo. -Mira, esta marca significa que estaremos juntos hasta el final.

Jungkook lo miró a los ojos, y una sonrisa suave se dibujó en sus labios. -Tienes razón, amor. Ya nada nos separará, juntos hasta el final. -susurró, pero antes de que pudiera agregar algo más, Taehyung se movió con agilidad, colocándose a horcajadas sobre Jungkook, con las piernas abiertas a cada lado de sus caderas.

-Te amo, Alfa tonto. -murmuró Taehyung, sus manos apoyadas en los fuertes hombros de Jungkook mientras lo miraba con esa chispa traviesa en sus ojos.

Jungkook no pudo evitar sonreír ante el gesto y, tomando con firmeza la cintura del Omega, respondió: -Yo también te amo, mi vida, mi mundo, mi hermoso Omega. - inclinándose para robarle un beso que, aunque suave, estaba lleno de pasión y cariño.

Pasaron unos minutos más disfrutando de las suaves caricias y besos que se regalaban el uno al otro antes de que decidieran alistarse para volver. Aunque el camino de regreso fue en silencio, había una tensión palpable en el aire. Taehyung, no podía dejar de tocar su marca con el dedo índice, una sonrisa feliz en su rostro, aunque su mente estaba plagada de dudas. Sabía que su padre no aprobaría lo que había sucedido, pues le había advertido que no se dejara marcar.

Jungkook, notando la inquietud de su Omega, extendió la mano con la palma abierta. Taehyung lo miró y sonrió, entrelazando sus dedos con los del Alfa, buscando consuelo en su toque.

-Yo hablaré con tu papá. -aseguró Jungkook con firmeza. -Desde ahora me haré cargo de todo. -Al escuchar esas palabras, Taehyung sonrió, aliviado.

Al llegar a la casa de los Kim, entraron juntos, aún tomados de la mano. El primero en aparecer fue Namjoon, cuyo rostro reflejaba una molestia evidente.

-Aunque ya seas mayor, no puedes hacer lo que se te da la gana, Taehyung. -reclamó, levantando la voz.

El Omega abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera hacerlo, Jungkook lo atrajo hacia su cuerpo, pasando un brazo por su cintura. -Tae no tiene por qué darte explicaciones, Namjoon. -replicó con voz firme.

-Sigue siendo mi hermano... -comenzó Namjoon, pero entonces Taehyung, con una sonrisa desafiante, giró su rostro y pasó la mano por la marca en su cuello, dejándola al descubierto. Namjoon se quedó helado, su mirada fija en la marca que lo dejaba sin palabras.

Antes de que pudiera reaccionar, el señor Kim entró a la sala. Al ver la marca, suspiró con nostalgia. -Tae... cachorro... - dijo con voz suave. Sabía que este momento llegaría. La noche anterior, al permitir que Taehyung estuviera con Jungkook, había entendido que aquella marca pronto sería una realidad. -Cuídalo, Jungkook. Por favor. -logró decir al final.

Jungkook asintió, decidido. -Siempre cuidaré a mi amado Omega, señor Kim. - respondió sin dudar.

Namjoon, resignado, tragó sus palabras. No había más que decir.

-Bienvenido a la familia. - añadió el señor Kim con una sonrisa, a lo que Taehyung, con los ojos brillantes de felicidad, respondió con una sonrisa amplia.

~

Con el pasar de los años, muchas cosas cambiaron. Namjoon, tras haber sido castigado y perder su estilo de vida despreocupado, comenzó a tomarse su relación con Jin más en serio. Decidió convertirse en un ejemplo para su hermano menor, comprometiéndose con Jin y formando un vínculo estable. Vivían juntos y finalmente encontraban paz en su relación.

Para Jungkook, aquellos días tristes y vacíos habían quedado atrás. Ahora disfrutaba cada segundo junto a su Omega, dedicándole todo su amor y protección. Los estudios, que antes habían sido una montaña difícil de escalar, se volvieron sencillos, su mente recordaba cada materia, y cada prueba que habia recorrido antes. Esto le permitió graduarse de arquitecto un año antes de lo previsto, logrando asegurar un puesto en una de las empresas más prestigiosas del país.

Taehyung, por su parte, vivía su vida plena y llena de amor junto a Jungkook y su familia. Sin la carga de rechazos ni inseguridades, que le había provocado su Alfa en el pasado. Se dedicaba con pasión a sus estudios, soñando con ser profesor de literatura. Aunque no era consciente de los cambios que el destino había tejido, sentía que su vida estaba perfectamente alineada con su Alfa, como si siempre hubieran estado destinados a estar juntos.

Durante sus años en la universidad, compartieron almuerzos y escapadas, amándose sin restricciones. En el campus, nadie osaba acercarse a Taehyung. El aroma y las marcas de Jungkook lo envolvían, dejando claro que Kim Taehyung pertenecía únicamente a su Alfa, Jeon Jungkook.

Los años pasaban, y la pareja seguía tan unida y feliz como el primer día. Jungkook hacía sentir a Taehyung seguro y amado, mientras el Omega disfrutaba de jugar con su apariencia, cambiando de look y tiñendo su cabello de colores vibrantes que fascinaban aún más al Alfa. Cada nuevo cambio lograba que Jungkook se enamorara más, si es que eso era posible.

⏳Cinco años después.

Jungkook, que alguna vez había sentido confusión por los recuerdos, había dejado atrás esas sensaciones, convencido de que solo se trataba de un incómodo déjà vu. Ahora, su vida junto a Taehyung era la única realidad que ocupaba su mente, y todo lo demás parecía haberse desvanecido como una sombra del pasado.

Ese día caminaba con una sonrisa por los locales comerciales, buscando una joyería. El momento había llegado: Taehyung estaba a punto de graduarse, y Jungkook quería sellar sus vidas proponiéndole matrimonio. Aunque ya llevaban dos años viviendo juntos, para el Alfa era el momento perfecto para formalizar su amor con una boda. Recorría las vitrinas con emoción hasta que un anillo capturó su atención. Era perfecto para Taehyung: un delicado aro de oro blanco adornado con un rubí en el centro.

"El rojo es su color", pensó Jungkook, imaginando el brillo en los ojos de su Omega cuando viera ese hermoso anillo. Sonrió, anticipando la sorpresa.

En ese momento, su móvil sonó, sacándolo de sus pensamientos. Miró la pantalla y su sonrisa se amplió al ver el nombre de Taehyung.

"Llamada."

-Hola, mi amor.

-Hola, Kook. Quería recordarte que hoy es el cumple de Nam, y nos espera en la discoteca.

Jungkook miró rápidamente el reloj en su muñeca. -Lo siento, mi bonito, lo había olvidado por completo. Llegaré un poco tarde a casa.

-Sabía que te olvidarías, Alfa tonto -dijo Taehyung con ternura-. Te espero en la fiesta.

-En cuanto salga de aquí, iré a casa, me doy un baño rápido y voy a la fiesta. Dile a Nam que no deje que ningún Alfa ni Beta se te acerque.

-¿Y los Omegas? ¿Pueden acercarse? -preguntó Taehyung en un tono juguetón.

-Pensándolo bien, tampoco Omegas -respondió Jungkook, riendo.

Taehyung soltó una carcajada. -Te amo, Kook. No tardes mucho.

-También te amo, mi bonito. Prometo no tardar.

"Fin de la llamada."

-Parece que ama mucho a su Omega -comentó la vendedora, intrigada por la conversación.

-Más de lo que se imagina. Mi Omega es mi mundo -respondió Jungkook, sonriendo mientras recordaba el rostro de Taehyung.

Como lo prometió, Jungkook llegó a su casa, se dio un baño rápido y condujo hacia la discoteca. Sin embargo, una extraña sensación de inquietud lo invadió de repente, aunque no comprendía del todo la razón. Algo en el ambiente lo ponía nervioso, pero intentó ignorarlo mientras se concentraba en su objetivo.

Al llegar, ingresó rápidamente, sus ojos buscando a su Omega y al resto de sus amigos. Namjoon, desde una esquina, levantó la mano indicándole dónde estaban reunidos.

-Feliz cumpleaños, cuñado -dijo Jungkook con una sonrisa, acercándose para abrazar. Con el paso de los años, Namjoon había llegado a aceptar a Jungkook completamente.

-Gracias -respondió Namjoon, mientras el azabache se giraba para saludar a Jin, quien acariciaba su abultado vientre de seis meses.

-Jungkook, amigo, ¡qué bueno verte! -saludó Hoseok, llegando por detrás y dándole una palmada en la espalda.

-Hobi -respondió el azabache, devolviendo el abrazo de manera efusiva, aunque su mirada seguía buscando a Taehyung entre la multitud.

Jin, notando su preocupación, sonrió. -Si buscas a Tae, está allí -dijo, señalando hacia el centro de la pista de baile.

Jungkook siguió la dirección que Jin le indicaba y, al encontrar a su Omega, su corazón se detuvo por un instante. Taehyung estaba en medio de la pista, bailando con sensualidad, y su apariencia le trajo recuerdos que no quería revivir. Llevaba puesto un atuendo que era idéntico al de aquel día en el pasado, y su cabello oscuro completaba la imagen. Se veía exactamente igual.

Jungkook tragó grueso, sus piernas comenzaron a temblar mientras su respiración se volvía errática. Cada paso que daba hacia Taehyung lo llenaba de una sensación de déjà vu tan intensa que el mundo a su alrededor parecía desvanecerse. Aun así, no podía detenerse; necesitaba acercarse.

Finalmente, alcanzó a Taehyung y, con delicadeza, pasó su mano por la cintura del Omega, atrayéndolo suavemente hacia él. Se inclinó hacia su oído y, en un susurro bajo y cargado de admiración, dijo: -Qué bien te mueves.

El contacto y el halago hicieron que Taehyung se detuviera de repente. Sorprendido, se giró lentamente para encontrarse con los ojos de Jungkook. En ese instante, el tiempo pareció detenerse. Los ojos de Jungkook brillaban con una mezcla de asombro y una emoción que no lograba entender del todo.

-Hola, bonito -murmuró el Alfa con la voz apenas perceptible, cargada de emoción.

Taehyung lo observó con una leve sonrisa en los labios, aunque su expresión cambió rápidamente. Puso su mano en el pecho de Jungkook y, con suavidad pero determinación, lo empujó un poco hacia atrás. -Tengo novio, y podría molestarse -dijo en tono serio, pero pronto sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

Jungkook respiró aliviado. Quizás todo era una coincidencia, una simple jugada del destino. -No lo veo por aquí -respondió en un tono juguetón, siguiendo el ritmo del juego.

-Es cierto, aún no llega -respondió Taehyung, mirando a su alrededor.

-Podríamos divertirnos mientras lo esperas -sugirió Jungkook, esbozando una sonrisa pícara.

-Tu idea me encanta, Alfa tonto -dijo Taehyung, mordiéndose el labio inferior antes de que sus labios se unieran en un beso suave y lleno de amor.

La pareja se dirigió a la barra, donde Jungkook se sentó en una banqueta con las piernas abiertas, mientras que Taehyung se acomodaba de pie entre las piernas del Alfa. Jungkook rodeó la cintura del Omega con sus brazos, susurrando palabras dulces entre beso y beso.

-Me encanta tu nuevo color de cabello -susurró Jungkook sobre los labios de Taehyung.

-¿Me veo más sexy? -preguntó el Omega, deslizando su mano por su cabellera oscura.

-Muy sexy -respondió Jungkook, levantando las cejas-. Esta noche no te voy a dejar dormir.

-¡Uh! Eso suena divertido -Taehyung sonrió, y sus labios se encontraron en otro beso apasionado. Minutos después, Taehyung se apartó un poco.

-Debo ir al baño -anunció-. No me extrañes.

-Eso es imposible, bonito -replicó Jungkook, lanzándole un beso al aire. Sin embargo, su sonrisa desapareció abruptamente cuando sus ojos captaron una figura conocida. -Jimin -murmuró para sí mismo.

Jimin pasó cerca de Taehyung, apenas rozando sus hombros en un contacto tan leve que el Omega ni siquiera lo notó. Pero Jimin, por otro lado, le dedicó una gran sonrisa antes de volver la vista hacia Jungkook. El Alfa se quedó paralizado, pálido y en estado de shock, incapaz de procesar lo que acababa de ver.

-Hola, Jungkook. -Lo saludó Jimin con una gran sonrisa.

-¿Cómo? -fue todo lo que pudo decir Jungkook. Su mente se llenó de confusión. Si Taehyung nunca se había ido a vivir con sus abuelos, entonces jamás habían conocido a Jimin. Sus pensamientos se agolpaban y sus palabras apenas lograban salir-. ¿Cómo sabes mi nombre? -preguntó con nerviosismo, sintiendo cómo los recuerdos, aquellos que creía olvidados, comenzaban a regresar.

-Yo no los olvidé, Jungkook. -respondió Jimin, mientras tomaba un vaso de whisky que estaba detrás del Alfa. Dio un sorbo antes de continuar-. Para mí, fue ayer cuando Taehyung te dejó bajo la lluvia.

-¿Qué? -replicó, ahora asustado y más confundido que antes.

-¿Me extrañaste, idiota? -dijo Jimin con una sonrisa burlona, observando cómo Jungkook negaba con la cabeza, incapaz de procesar lo que sucedía. Jimin le dio otro sorbo a su bebida, disfrutando de la incomodidad del Alfa.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Jungkook, su tono cambiando de asustado a lleno de ira. Sentía el fuego ardiendo en su pecho.

Taehyung salió del baño con una gran sonrisa en sus labios, ajeno a la tensión entre ambos. Sus ojos brillaban de felicidad, pero Jimin giró su rostro hacia él, señalándolo.

-¿Vienes a alejarlo de mí? -preguntó Jungkook con desesperación, temblando al imaginar que ese sería el propósito de Jimin.

Jimin dejó el vaso en la barra y, rápidamente, levantó su mano. El tiempo se detuvo de inmediato; todas las personas ajenas al círculo de la pareja desaparecieron, como si nunca hubieran estado allí.

-No, Jungkook. No vengo a alejarlo de ti. -La voz de Jimin fue suave, lo que hizo que Jungkook exhalara aliviado, aunque aún estaba lleno de preguntas.

-¿Quién eres y qué está pasando? -preguntó, con una mezcla de miedo y confusión en su rostro. El Alfa dio un paso atrás, sintiendo cómo todo a su alrededor se desmoronaba.

-¿Quién soy? Eso ya lo sabes. -Jimin sonrió con sarcasmo-. Soy Jimin, un ángel de la Diosa Luna, y todo lo que está pasando es por tu culpa. -Caminó lentamente hacia Taehyung, que seguía inmóvil-. ¿Cómo pudiste borrar esa sonrisa y desvanecer el brillo tan único de sus ojos?

Jungkook sintió su corazón quebrarse ante esas palabras. Su voz temblaba al formular la siguiente pregunta, mientras las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos-. ¿Entonces no fue un sueño ni un déjà vu? ¿En realidad lastimé a Tae?

-Sí, idiota. -respondió Jimin con dureza-. Vine a explicarte todo. -Levantó su mano de nuevo, y ambos fueron transportados al pasado, al día en que Jungkook le rompió el corazón a Taehyung.

El Omega estaba en su habitación, llorando, mientras afuera, en el jardín, la fiesta seguía.

-Desde el primer día te diste cuenta que Tae era tu destinado, ¿y sabes qué, Jungkook? -El Alfa negó con la cabeza, sus ojos fijos en la imagen estática de Taehyung llorando sobre la cama-. Él también sabía que eras su Alfa destinado. Su lobo jamás logró superar que su Alfa, tú, lo rechazara.

Jungkook cayó de rodillas, sus manos temblorosas tratando de acariciar la imagen del Omega-. Perdóname, mi amor. -susurró, las lágrimas cayendo libremente por su rostro.

-Él no puede escucharte. -respondió Jimin, su tono implacable.

-¿Solo volviste para torturarme? -preguntó Jungkook entre sollozos, frustrado y destrozado por el dolor, colocandose de pie.

-No, Jungkook, volví para mostrarte todo lo que causaste con tus acciones. -dijo Jimin con más calma, mientras levantaba su mano nuevamente, llevándolos a la casa de los abuelos de Taehyung, donde el Omega había vivido durante cinco años, lejos de todo.

Taehyung estaba frente al espejo, con una expresión triste en su rostro.

-Tus palabras lo marcaron a fuego, Jungkook. -continuó Jimin, señalando al Omega-. Tae no lograba sentirse seguro. En su mente, tus palabras se repetían una y otra vez: "No eres para nada sexy", "Eres un niño torpe". Cada vez que se miraba al espejo, odiaba su cuerpo, su rostro aniñado. Y se sometía a estrictas dietas, solo por tu culpa.

Jungkook intentó una vez más abrazar la imagen de su Omega, pero sus manos atravesaban el aire vacío.

Jimin volvió a mover su mano, y la imagen cambió una vez más.

Ahora, Taehyung estaba sentado en la cama, abrazando una almohada, sollozando amargamente.

-Aquí, Tae acababa de rechazar al único Alfa que logró acercarse a él después de ti. No aceptaba a nadie más. -Jimin negó con la cabeza-. Bogum solo intentó besarlo, pero Tae le dio una bofetada. Cuando Bogum le reclamó, Tae le respondió que amaba a alguien más, y que solo se entregaría a él. ¿Sabes quién es ese alguien? -preguntó cruzándose de brazos, con una expresión severa.

-Soy yo. -respondió Jungkook, con la voz quebrada por el llanto.

-Muy bien. -Jimin respondió sarcásticamente. -Al ver que Tae no lograba olvidarte, pensé que tomando venganza podría aliviar su dolor, que quizás podría seguir adelante. Pero cuando me llamó el día de la despedida...

Movió su mano y aparecieron en la habitación del Omega, pero esta vez la imagen no era estática.

Ambos se quedaron en silencio, observando la escena frente a ellos.

Taehyung comenzó a llorar, era un llanto ahogado. -Dime que esto es lo correcto, Mimi... Dime que estaré bien y que lograré olvidarlo. Dime que este maldito dolor desaparecerá algún día... -su voz se quebró en un sollozo desesperado.

Jungkook, al verlo en ese estado, quiso correr hacia él, consolarlo, pero cuando intentó acercarse, su mano traspasó el cuerpo de Taehyung. No podía sentirlo ni detener su dolor. La impotencia lo golpeó como un puño en el estómago, dejándolo sin aliento.

-No lo sé, Tae...- se escucho la voz de Jimin responder del otro lado de la línea.

De repente, Jimin cerró su puño con fuerza, y la escena se congeló. Sus ojos, llenos de furia, se clavaron en Jungkook. -En ese momento, pude sentir todo su dolor, Jungkook. Todo. Entré en desesperación y comencé a viajar en el tiempo, años y años hacia adelante, pero Tae nunca pudo ser feliz. -La voz de Jimin se quebró, sus lágrimas comenzaron a caer mientras hablaba. -Seis años después, la depresión lo consumió por completo... y todo fue por tu maldita culpa. Quería decirle que todo estaría bien, que ya no sentiría más dolor, que al fin te olvidaría, pero eso solo era mentirle.

Jungkook cayó de rodillas, su cuerpo temblando de tristeza y culpa. Se cubrió el rostro con las manos, ahogando sus sollozos desolados. Su alma estaba rota.

-No podía soportar que fuera así -continuó Jimin, secándose las lágrimas con la palma de la mano. -Y aunque tu vida también se convirtió en una miseria después de que Tae te dejó, te merecías todo ese sufrimiento. Te refugiabas en el alcohol, perdiste tu trabajo, te acostabas con cualquiera solo para olvidarlo... pero, al final, tú seguías vivo. Él no. Y todo porque fuiste un maldito cobarde.

Jimin movió su mano de nuevo en el aire, y ambos regresaron a la discoteca, donde Taehyung seguía inmóvil, ajeno a todo lo que había sucedido.

Jungkook se puso de pie con torpeza, corriendo hacia Taehyung y abrazándolo con desesperación. Lo apretó fuerte contra su pecho, como si temiera perderlo de nuevo. -Perdóname, mi amor, perdóname por favor... - suplicó entre sollozos, su voz rota por el dolor.

-Eso debiste hacer cuando lo volviste a ver, rogar por su perdón, Jeon. -Jimin cruzó los brazos, observando al Alfa con dureza.

Jungkook se giró hacia él, lágrimas rodando por su rostro. -Gracias. -murmuró entre sollozos.

-No me lo agradezcas, Jungkook, lo hice por Tae, no por ti. -Jimin frunció el ceño, sus palabras afiladas-. Cuando decidí regresar el tiempo atrás, no borré tu memoria para que pudieras arreglar tus malditos errores.

El alfa se lanzó hacia Jimin, abrazándolo con fuerza. -Gracias por amarlo, por cuidarlo, por hacer lo que yo no hice... por idiota.

Jimin lo apartó con un leve empujón y sacudió su ropa, incómodo con la cercanía. -No te pongas sentimental. -Suspiró con un deje de cansancio-. Gracias a mis acciones, fui castigado. Ya no seré un ángel. Por eso vine a explicarte lo que sucedió, para que entiendas, Jungkook, que ya no habrá más oportunidades. El alma de Tae tiene una cicatriz. Aunque no recuerde todo, si vuelves a lastimarlo, sus sentimientos negativos resurgirán.

-No volveré a lastimarlo. -respondió Jungkook, firme, mientras acariciaba el rostro de su amado con ternura. Luego miró a Jimin. -¿No volveremos a verte?

-¡Ay no! No tienes tanta suerte. -rió Jimin, esbozando una sonrisa burlona-. La diosa luna me permitió ser humano y vivir cerca de Tae, así que cuídalo, o te lo robaré. -Bromeó, mirando hacia la puerta donde Yoongi estaba parado, inmóvil. -Aunque, me enamoré de alguien, y espero que me corresponda. -murmuró, perdiendo brevemente su aire divertido.

Jungkook siguió su mirada y sonrió al ver a Yoongi. -El gato. Si no se enamora de ti, lo obligaremos. -bromeó.

Jimin se giró rápidamente, volviendo a su seriedad. -Una última cosa, cuida a Tae de Jackson. Yo en tu lugar le daría una buena paliza pronto. -señaló a Jackson, que estaba sentado en una de las mesas junto a Hobi. -No dejes que se acerque a Tae. -advirtió con un tono amenazante-. Y cuando Tae esté embarazado, por favor consientelo mucho.

-¿Embarazado? -Jungkook repitió, confundido pero con una sonrisa de emoción formándose en sus labios.

-Sí, idiota, embarazado. - dijo negando con la cabeza. - Pero sobre todo cuidalo.

Jungkook asintió, grabando cada palabra en su memoria. Sabía que todo lo que Jimin le decía era vital. -Prometo cuidarlo y amarlo como se merece. - afirmó seguro de sus palabras.

-Ahora sí, Jungkook, hasta pronto. -se despidió con un tono más suave.

-Gracias, Jimin. -repitió Jungkook, con el corazón lleno de gratitud.

El ángel se acercó a Taehyung, acariciando su rostro con ternura. -Sé feliz, mi dulce niño. -levantó su mano, y todo a su alrededor volvió a la normalidad.

Taehyung miró a Jimin, confundido por su cercanía. -¿Nos conocemos?

-Tal vez. -respondió Jimin con una sonrisa y un guiño, antes de alejarse.

Jungkook se acercó a Taehyung y lo abrazó con fuerza, apretándolo contra su pecho. -Perdóname, mi amor. -murmuró, acariciando la espalda del Omega con ternura.

-¿Qué hiciste ahora, Alfa tonto? -preguntó Taehyung, confundido por la actitud repentina de Jungkook.

Jungkook acunó el rostro de Taehyung entre sus manos, mirándolo a los ojos con devoción. -No amarte con más intensidad. -susurró antes de besarlo con amor.

-Estás loco, Kook. - murmuró Taehyung, con una sonrisa en los labios de Jungkook.

-Sí, loco por ti. -Jungkook metió la mano en su bolsillo y sacó una pequeña caja roja de terciopelo. Se arrodilló, abriendo la caja para revelar un anillo deslumbrante-. Kim Taehyung, mi amado Omega, ¿quieres casarte con este alfa idiota?

Taehyung llevó sus manos a la boca, sus ojos llenándose de lágrimas. -Sí, sí, quiero. -respondió llorando, y Jungkook se levantó para besar a su futuro esposo con aún más intensidad.

Desde una distancia no tan lejana, Jimin observaba con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas. -Sé que ahora sí lo harás bien, Jeon. -murmuró antes de desaparecer en la brisa.

Recordando las palabras de Jimin, Jungkook no perdió tiempo. Esa misma noche, cuando Jackson comentó lo hermoso que se veía Taehyung y las ganas que tenía de acostarse con él, Jungkook le dio una golpiza que lo envió directo al hospital. Taehyung, aunque algo asustado por la intensidad de su Alfa, no pudo evitar sentirse protegido y amado.

Cinco meses más tarde, la pareja se casó en una pequeña ceremonia en un jardín decorado con flores blancas y luces suaves que colgaban entre los árboles. Aunque solo asistieron sus seres más cercanos, la atmósfera estaba impregnada de amor y felicidad. Taehyung, con un traje blanco que resaltaba la calidez de su piel, caminaba hacia el altar con los ojos brillando de emoción, mientras Jungkook, con un traje negro elegante, lo observaba con admiración y lágrimas contenidas en sus ojos oscuros. Sus manos temblaron levemente al entrelazarse cuando el oficiante los declaró esposos. El beso que selló su unión fue lleno de promesas, una mezcla de dulzura y pasión.

Poco después, Taehyung se graduó como profesor de literatura, un sueño que había acariciado durante tanto tiempo, mientras Jungkook, motivado por el deseo de brindarle una vida mejor a su amado, fundó su propia empresa. Ambos construyeron un futuro sólido, donde cada decisión se tomaba con el objetivo de pasar más tiempo juntos, disfrutando de los pequeños detalles que compartían día a día.

Jimin y Yoongi, por su parte, también encontraron el amor en los momentos menos esperados. Su relación comenzó con miradas furtivas y sonrisas tímidas, hasta que un día, en una tarde de lluvia, se confesaron en medio de una cafetería llena de gente. Con el tiempo, su amor floreció y decidieron casarse, creando su propio hogar lleno de risas y complicidad. Jungkook ya no veía a Jimin con la sombra de los celos que alguna vez lo atormentaron; ahora, solo sentía una profunda gratitud por haber cuidado de Taehyung en su peor momento. Cada vez que los veía juntos, una cálida sensación lo invadía, sabiendo que la bondad de Jimin había jugado un papel crucial en su felicidad presente.

Como en la línea del tiempo anterior, Taehyung y Jimin se hicieron grandes amigos nuevamente, pero esta vez su vínculo era aún más profundo, lleno de confianza y compañerismo. Compartían aventuras, risas y secretos. Sus salidas juntos se convertían en momentos de alegría, llenos de recuerdos y nuevas experiencias que nutrían su amistad con cada paso que daban.

Cinco años después, Jungkook y Taehyung celebraron la llegada de su primer cachorro, un hermoso alfa que tenía los ojos brillantes y la sonrisa encantadora de Taehyung. Cada vez que Jungkook lo miraba, sentía que el mundo entero se concentraba en esa pequeña criatura que había heredado la dulzura de su amado. Tres años más tarde, la familia creció nuevamente con el nacimiento de su segundo cachorro, un hermoso omega que, para sorpresa de todos, era idéntico a Jungkook en sus rasgos y temperamento. La casa se llenó de risas infantiles y momentos inolvidables, donde ambos padres dedicaban todo su amor y energía a criar a sus hijos en un hogar donde el amor era palpable en cada rincón.

Vivieron una vida larga y llena de amor, construyendo recuerdos que atesoraban con cada año que pasaba. A pesar de todo, Jungkook nunca olvidó los errores que cometió en el pasado. Cada vez que miraba a Taehyung, recordaba el peso de sus acciones, pero también cómo había luchado por redimirse. Ese recuerdo constante solo le hizo amar aún más a su Omega, y se comprometió a vivir cada día como si fuera el último, disfrutando de cada risa, cada beso, y cada momento juntos, sabiendo que, aunque había fallado en el pasado, ahora estaba haciendo todo lo posible por ser el alfa que Taehyung siempre mereció.

~

Varios años después, la pareja disfrutaba del atardecer caminando sobre la cálida arena de la playa, con sus manos entrelazadas. El cielo, teñido de tonos anaranjados y dorados, parecía reflejar la calidez que compartían en sus corazones. Taehyung se detuvo de repente, mirando el horizonte con una suave sonrisa antes de girarse hacia Jungkook.

-Nunca pensé que sería tan feliz, Kook -murmuró, su voz llena de gratitud-. Te amo, mi Alfa.

Jungkook lo miró, con el brillo del sol reflejándose en sus ojos oscuros. Apretó con ternura la mano del Omega y, acercándose a su oído, le susurró:-Cuando dije que te amaba más de lo que te imaginabas, es porque tú eres mi vida, mi mundo, Tae. No importa cuántos obstáculos enfrentemos, siempre caminaré a tu lado, hasta el final.

Taehyung lo miró con los ojos brillantes por las lágrimas que no pudo contener y, con una sonrisa cálida, se apoyó en su pecho. Jungkook, conmovido por la intensidad del momento, tomó el rostro del Omega entre sus manos, susurró :- Te amo Tae. -y, lentamente, inclinó su rostro para sellar sus palabras con un profundo y suave beso.

El beso fue un reflejo de los años compartidos, lleno de amor, promesas y silencios comprendidos. Cuando sus labios finalmente se separaron, ambos se miraron en silencio, dejando que el sonido del mar y la brisa cálida completaran su historia.

-Juntos hasta el final -murmuró Taehyung, mientras retomaban su paseo, sintiendo el peso de los años, pero sabiendo que juntos, todo había valido la pena.

~

Recuerda que la vida no siempre es un cuento de hadas. Las cicatrices que dejamos en aquellos a quienes amamos no siempre sanan con el tiempo, y las palabras o acciones que los hieren pueden quedarse grabadas en sus corazones para siempre. No importa cuánto lo desees, no podrás volver el tiempo atrás para borrar el dolor que causaste. Si realmente amas a alguien, demuéstralo cada día, con acciones que hablen más fuerte que cualquier promesa vacía. No tengas miedo de mostrar tus sentimientos o de luchar por ese amor, porque al final, lo único que importará es lo que compartieron juntos. La gente siempre hablará a nuestras espaldas, pero sus juicios no definen nuestro amor ni nuestra felicidad. Vive sin arrepentimientos, porque amar de verdad no significa ser perfecto, sino estar dispuesto a aceptar los errores, aprender de ellos, y nunca dejar de luchar por lo que realmente importa.

⏳FIN⏳


🌸😭😭Otra historia que llega a su final. Espero que les haya gustado.

🌸 Para las que no notaron los detalles, yo ya había dejado pistas de Jimin era diferente.

*En el primer capítulo aparece en la discoteca, sin que Tae le haya dado la dirección.
* También reconoce a las personas antes de que Tae se las presente, como a Jungkook y a Hobi.
*Detiene a Yoongi, sin que nadie le diga que él era amigo de Jungkook.
* También el día que Jungkook va a la casa de Tae a verlo por primera vez, él mira su móvil y cuando suena el timbre, dice : Justo a tiempo. Jimin sabía que Jungkook iría ese día y esa hora.
*Por último en el capítulo de la despedida, Tae lo llama por teléfono, eso quiere decir que Jimin no estaba en la fiesta, pero minutos después aparece de la nada y sin que nadie lo vea.🤭

Les deje muchas pistas, solo era unir el rompecabezas 🤣.

🌸 Gracias a todos por leer mi pequeña historia, que se suponía que sería un One shot 🤣 termino con nueve capítulos🤭.

🌸 Nos leemos en la próxima historia. Los quiero.

🌸Nikki🌸


🌸

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