✯08✯
✯Capítulo 08.
El jardín quedó envuelto en un tenso silencio, solo roto por las respiraciones agitadas de los involucrados y el eco de lo que acababa de suceder.
—¡Tae! —gritaron al unísono Namjoon y Jungkook, ambos llenos de preocupación.
—Es tu culpa, maldito —bramó Namjoon antes de empujar violentamente a Jungkook, quien cayó pesadamente sobre su trasero, sin tiempo para defenderse.
—¿Tae... mi amor, estás bien? —preguntó Jungkook mientras intentaba levantarse, pero Jackson aprovechó el momento para sujetarlo de los hombros y evitar que se moviera.
—Suéltame, idiota —espetó Jungkook, furioso, mientras luchaba contra el agarre. Jackson solo negó con una sonrisa sarcástica, disfrutando de la situación.
—Voy a matarte, Jungkook. Por tu culpa lastimé a mi propio hermano —gritó Namjoon con los puños apretados, la rabia desbordándose en cada palabra.
En un movimiento desesperado, Taehyung se giró y, arrastrándose a cuatro patas, se acercó rápidamente a Jungkook, protegiéndolo con su pequeño cuerpo. Apoyó su espalda en el pecho del Alfa, que lo rodeó con fuerza por la cintura, su dolor y arrepentimiento grabados en su rostro mientras luchaba contra las lágrimas.
—No, Nam —dijo Taehyung, mirándolo con determinación—, no vas a golpearlo más.
—Aléjate de él, Tae —ordenó Namjoon con furia, pero Taehyung no se inmutó.
—¡No! —respondió firme y alto, su voz retumbando en el ambiente. —Papá ya lo sabe.
Namjoon se quedó paralizado ante esas palabras, la incredulidad inundando su expresión—. ¿Qué estás diciendo, Tae? Papá no estaría de acuerdo con... esto.
—Llámalo y pregúntale tú mismo —replicó Taehyung con una voz firme que dejó a su hermano sin palabras.
Namjoon estaba a punto de responder, pero Jin lo detuvo con una mano en el brazo—: Ve a llamar a tu padre, Nam —le indicó con calma, pero con autoridad.
Aunque frustrado, Namjoon bufó y se dirigió a la casa para hacer la llamada, deseando no confirmar lo que su hermano decía. El aire en el jardín se cargó de tensión, los murmullos de los invitados llenaban el espacio, mientras algunos observaban la escena con desdén.
Jungkook, notando las miradas acusadoras que se posaban sobre ellos, sintió que sus antiguos miedos volvían a resurgir. Pero esos temores, los que alguna vez lo hicieron dudar, ya no tenían el mismo poder sobre él. Levantó su rostro y, mirando a todos con desafío, subió la voz—: ¿Qué miran, idiotas? —dijo con fuerza—. Sí, estoy enamorado de Tae, y lo que ustedes piensen me importa una mierda.
Jackson se apartó, y los demás invitados evitaron sus miradas, incómodos por la confrontación.
Jungkook, con la voz más suave, se dirigió a Taehyung—: ¿Estás bien, bonito? —sus ojos brillaban, llenos de lágrimas contenidas.
Taehyung se giró hacia él, sonriendo con dulzura, colocándose de rodillas entre las piernas de Jungkook—. Estoy bien, pero tu rostro, Kook... aún sangra —susurró mientras deslizaba suavemente su mano por el pómulo lastimado del Alfa.
—Y tu hermoso labio también —respondió Jungkook con ternura, limpiando el hilo de sangre que corría por la boca de Taehyung con su pulgar—. Perdóname, debí protegerte mejor, y en lugar de eso, dejé que te lastimaran.
—No es tu culpa, Alfa tonto —sonrió Taehyung lentamente, aunque un quejido escapó de sus labios al mover su boca herida—. Te amo, Kook.
—Y yo te amo más, mi bonito Omega —respondió Jungkook, sin importarle las miradas juzgonas que aún lo rodeaban. Con cuidado, acunó el rostro de Taehyung entre sus manos y lo besó. Un beso suave, liberador, y lleno de amor.
Mientras tanto, dentro de la casa, Namjoon discutía furiosamente con su padre. Sin embargo, el señor Kim, con la paciencia de un líder experimentado, logró calmar a su hijo, ordenándole que dejara a Taehyung en paz. Resignado, Namjoon tuvo que obedecer, aunque su deseo de golpear a Jungkook seguía ardiendo dentro de él. No obstante, sabía que no podía desobedecer a su padre, así que, con frustración contenida, aceptó su destino, dejando a su hermano tranquilo... por el momento.
Namjoon regresó al jardín, justo a tiempo para presenciar el beso entre Jungkook y su hermano. Sus manos comenzaron a temblar de ira, queriendo separarlos y golpear a Jungkook hasta dejarlo inconsciente. Sin embargo, después de un largo suspiro, optó por apartarse y no mirarlos, sabiendo que su padre ya había decidido.
Jungkook, aunque feliz de tener a Taehyung a su lado, no podía evitar sentirse culpable. Una vez más, su Omega había salido lastimado por su causa, aunque esta vez, la situación era diferente. Sentía un alivio profundo al tenerlo a su lado.
—Vamos adentro para poder curarte —murmuró Taehyung, levantándose y tomando la mano de Jungkook. Ambos caminaron juntos, de la mano, ignorando las miradas de todos.
Una vez dentro de la casa, el Alfa se acomodó en el sofá, mientras que Taehyung buscaba el botiquín y lo colocaba sobre la mesa de centro. Jungkook tomó una gasa y desinfectante, decidido a cuidar de su Omega.
—Tú lo necesitas más que yo, bonito —susurró, comenzando a limpiar el rostro de Taehyung con delicadeza. El Omega cerró los ojos ante el ardor del desinfectante, pero sonrió al sentir los suaves besos de Jungkook sobre sus labios lastimados.
—Tus hermosos labios están lastimados por mi culpa —susurró Jungkook, dejando un último beso en su boca.
Cuando Taehyung tomó su turno para cuidar a Jungkook, pasó la gasa con cuidado por el pómulo herido del Alfa, quien soltaba pequeños quejidos.
—Mi hermano es un bruto —murmuró haciendo un puchero con sus labios.
—Solo quiere protegerte —respondió Jungkook, sabiendo en el fondo que Namjoon tenía razón. No había sido bueno con Taehyung en el pasado, y quizás Namjoon sentía que él no era lo suficiente para su hermano.
Terminando de curarlo, Taehyung se acomodó en el regazo de Jungkook, sus piernas abiertas en V. Rodeó los hombros del Alfa con sus brazos, mientras Jungkook lo sostenía por la cintura.
—Nam no debería protegerme de ti, Kook. Creo que debería ser al revés —bromeó, rozando sus labios con los del Alfa.
—Pequeño pero peligroso —respondió Jungkook, lo que hizo que Taehyung asintiera con una sonrisa traviesa. — Eso suena tentador.
—¿Soy tu tentación, Jeon? —preguntó Taehyung, inclinándose un poco más.
Jungkook apretó suavemente la cintura del Omega, arrancándole un jadeo. —Eres mi dulce tentación —susurró antes de atrapar los labios de Taehyung en un beso apasionado.
En ese momento, Mishael entró a la sala, observando a la pareja con una expresión de disgusto. Taehyung lo notó apoyado en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados, y lejos de detenerse, sonrió con descaro, moviendo sus caderas sobre Jungkook de manera provocativa.
—¿Te gusta andar de mirón, Mishael? —murmuró Taehyung, moviéndose sensualmente sobre el Alfa.
Jungkook, al captar lo que ocurría, decidió dejar claro a Mishael a quién amaba. Bajando sus labios al cuello de Taehyung, habló con voz firme y clara: —Te amo, Tae. Mi hermoso Omega. Solo mío.
Taehyung le guiñó un ojo a Mishael, quien, visiblemente furioso, se dio media vuelta y se marchó de la sala.
El Omega sonrió satisfecho. Apenas Mishael salió, Hoseok entró en la sala. Taehyung, sin perder un segundo, se acomodó rápidamente al lado de Jungkook, quien, al notar la situación, tomó un almohadón de inmediato, cubriendo sus partes íntimas para ocultar su erección.
—¿Así que están juntos? —preguntó Hoseok con curiosidad mientras se sentaba en el sofá de al lado, observando la escena con una mezcla de interés y sorpresa.
Taehyung apoyó su cabeza en el hombro del Alfa, y ambos entrelazaron sus manos, el gesto rebosando seguridad y confianza.
—Sí, estamos juntos —respondió Jungkook, su tono firme pero suave, como si declararlo le diera fuerza.
—Los felicito —dijo Hoseok con una sonrisa sincera, mirando directamente a Taehyung.
—Gracias, Hobi —respondió Taehyung, devolviéndole la sonrisa. Hoseok, correspondió con la misma calidez.
El ambiente relajado se tensó al instante cuando Namjoon entró a la sala con el ceño fruncido y su semblante serio. La pareja se puso alerta, casi conteniendo el aire.
—Papá llega en tres días y quiere conocer a Jungkook —informó Namjoon, acomodándose del otro lado del sofá. Aunque intentaba aparentar calma, la irritación era palpable en su voz, como un filo oculto en sus palabras. —¿Cómo sucedió esto? —preguntó, fijando su mirada firme en Jungkook.
Taehyung apretó la mano del Alfa, dándole a entender que él respondería. —¿Esto? —repitió con ironía—. Es lo mismo que tú tienes con Jin.
Namjoon, sin perder la compostura, insistió con una mirada penetrante. —Sabes a lo que me refiero, Tae. ¿Cómo terminaron juntos? ¿En qué momento? —Intentaba mantener el control, pero su voz lo traicionaba.
Antes de que Taehyung pudiera decir algo, Jungkook se adelantó. —Desde que lo vi, Nam, simplemente me enamoré. Al principio solo éramos amigos, lo veía a escondidas...
Namjoon no lo dejó terminar. —¿A escondidas? —gritó, poniéndose de pie. —¡Jungkook, si le hiciste algo, juro que...!
El azabache se levantó también, elevando la voz para calmar a Namjoon. —No, Nam, no le hice nada. Al principio solo fue una amistad, pero no pude evitar confesarle lo que sentía.
Taehyung se levantó al lado de Jungkook, tomando su mano en señal de apoyo. —Yo también lo veía como un amigo, pero con el tiempo… me enamoré, Nam.
Namjoon, con un semblante menos furioso, se dirigió directamente al azabache —Jungkook —lo llamó, fijando sus ojos en los del Alfa—, ¿cuáles son los aromas de Tae?
Hoseok, que seguía en la sala, frunció el ceño con confusión ante la pregunta de Namjoon, sin entender del todo su propósito.
—Chocolate con fresas —respondió Jungkook sin dudar.
—¿Tae huele a fresas? —intervino Hoseok, desconcertado.
El Omega miró a Jungkook con una sonrisa suave. —¿Desde cuándo lo sientes? —preguntó con curiosidad.
—Desde que te vi intentando tomar las papitas —dijo Jungkook con una sonrisa, recordando ese primer encuentro con ternura.
Namjoon soltó un profundo suspiro, casi resignado. —Papá tenía razón —murmuró finalmente. —Jungkook, mi padre solo quiere que esperen para estar juntos en la intimidad. Tae es… muy joven aún.
Taehyung no pudo contener su emoción. —¿Eso quiere decir que ya no vas a intentar matarlo? —preguntó con entusiasmo, sus ojos brillando de alivio.
—Sí, Tae, ya no me voy a oponer —respondió Namjoon, con frustración —. Pero ya saben las reglas.
Ambos asintieron, sonriendo de oreja a oreja.
Taehyung, lleno de felicidad, abrazó a Jungkook con fuerza. El Alfa le correspondió, tan feliz como su Omega. Pero al mirar por encima del hombro a Namjoon, la sonrisa de Jungkook se desvaneció lentamente, reemplazada por una expresión melancólica.
"Le hice tanto daño sin sentido, y al final, todo era tan fácil", pensó, sintiendo el peso de las decisiones y emociones pasadas caer sobre él como una sombra silenciosa.
Taehyung volvió a mirar a su hermano con una sonrisa traviesa y triunfante, pero de repente soltó un quejido, llevando su mano a su labio lastimado. Limpió un pequeño hilo de sangre que volvió a brotar de la herida en su boca, apretando los labios con una ligera mueca de dolor.
Namjoon, visiblemente apenado, se acercó lentamente. — Lo siento, Tae. Papá va a estar muy enojado conmigo por haberte golpeado... — murmuró, extendiendo su mano con la intención de acariciar el rostro de su hermano, su expresión reflejando un profundo arrepentimiento.
Pero Taehyung, en un rápido movimiento, se giró y se refugió en los brazos de Jungkook. El Alfa lo abrazó con firmeza, protegiéndolo, mientras Taehyung apenas asomaba su rostro desde el pecho del Alfa para mirar a su hermano con una mirada desafiante y divertida. — Espero que te castigue por un año completo. — replicó, ocultando un atisbo de sonrisa tras la seriedad de sus palabras.
Namjoon se quedó congelado, su mano aún suspendida en el aire, dándose cuenta de que su hermano ahora encontraba refugio en otros brazos. Dejó caer su mano, resignado, soltando un profundo suspiro y dando un paso hacia atrás. — Con suerte será solo un año de castigo. — dijo, negando con la cabeza, su voz reflejando una mezcla de frustración y aceptación.
Y Namjoon no estaba equivocado. Cuando su padre se enteró del incidente, lo reprendió durante varios minutos por haber golpeado accidentalmente a su hermano menor. Como castigo, le prohibió organizar las fiestas que tanto le gustaba planificar, dejándolo con una sensación de culpa que no podía sacudirse tan fácilmente.
El resto de la fiesta transcurrió en paz, aunque muchos de los presentes continuaban lanzando miradas despectivas hacia la pareja. Sin embargo, ni a Taehyung ni a Jungkook les importaba. Por primera vez, disfrutaban de su libertad sin esconderse, aunque para Namjoon seguía siendo difícil aceptar que su hermanito ahora tenía pareja. Jin, en cambio, había percibido que algo había cambiado desde que el aroma de Taehyung se había intensificado, como una señal clara de que alguien había llegado a su vida. Aquella vez, al observar cómo Jungkook no apartaba la vista del Omega, supo de inmediato que él era el Alfa que había conquistado el corazón de Taehyung.
~
Tres días después, el padre de los hermanos Kim llegó a la casa, como le había dicho a Namjoon. Jungkook, que al principio se sentía nervioso, pronto fue calmado por la actitud tranquila del señor Kim. Hablaron en un tono relajado, pero al final, el padre le hizo una petición seria al Alfa:
—No lastimes el inocente corazón de mi niño, porque eso jamás te lo perdonaría.
Para Jungkook fue irónico escuchar aquello, pues recordaba lo idiota que había sido en el pasado. Sin embargo, estaba seguro de que nunca volvería a cometer los mismos errores.
Los días de encuentros a escondidas quedaron atrás, y ahora la pareja compartía su tiempo juntos sin ocultarse. Iban al cine, a cafeterías o tan solo paseaban de la mano por el parque, disfrutando del aire libre, leyendo o simplemente estando el uno con el otro. Los días se llenaban de tranquilidad y amor, y solo faltaban unos días para el cumpleaños de Taehyung. Ya nadie podía interponerse entre ellos.
El día del cumpleaños llegó, y aunque Taehyung no quería una fiesta grande, su padre organizó una cena íntima en uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad. Jungkook fue uno de los pocos invitados, en realidad, el único aparte de la familia directa. Asistieron el señor Kim, Namjoon, Jin, Jungkook y, por supuesto, Taehyung.
La cena estuvo llena de risas y charlas amenas. Namjoon, aunque más acostumbrado a ver a Jungkook con su hermano, no podía evitar que de vez en cuando se le escapara algún gruñido cuando los besos entre ellos se volvían más intensos. A pesar de todo, los veía felices, y eso era lo que más importaba.
Cuando la cena llegó a su fin, el semblante de Taehyung cambió al notar que era hora de despedirse de Jungkook. La tristeza en sus ojos no pasó desapercibida para su padre, quien, después de un momento de reflexión, se acercó a ellos con una sonrisa comprensiva.
—Tae. —dijo el señor Kim, suspirando antes de continuar. Su hijo levantó la mirada, curioso. —Feliz cumpleaños, mi cachorro.
—Eso ya me lo dijiste esta mañana, papi. —respondió Taehyung con una sonrisa divertida, aunque con cierta confusión en sus ojos.
—Lo sé, hijo. Pero lo que quiero decir ahora es que... puedes pasar el resto de la noche celebrando con Jungkook.
Los ojos de la pareja se abrieron de par en par, sorprendidos por las palabras del señor Kim.
—¿Qué? —preguntó Taehyung, aún incrédulo, mientras giraba la cabeza para mirar a su padre con asombro.
—Ve con tu Alfa, diviértete y disfruten juntos esta noche. —le dijo, dándole una sonrisa cálida y sincera.
—¿De verdad? —la emoción en la voz de Taehyung era innegable. Cuando su padre asintió, el Omega lo abrazó con fuerza. —¡Gracias, papi!
A Namjoon no le agradaba la idea, pero se mantuvo en silencio, sabiendo que su padre tenía la última palabra.
Una vez que los tres mayores se despidieron, la pareja se quedó sola. Taehyung entrelazó sus dedos con los de Jungkook y lo miró con una sonrisa traviesa.
—¿A dónde quieres ir, bonito? —preguntó Jungkook, inclinándose ligeramente hacia su Omega.
Taehyung fingió estar pensativo, apoyando su mano en la barbilla de manera exagerada. Luego, con una sonrisa juguetona, pasó sus brazos alrededor del cuello del Alfa.
—A tu departamento. —susurró, rozando los labios de Jungkook con los suyos, provocando un escalofrío en el cuerpo del Alfa.
Jungkook arqueó una ceja, divertido, aunque su tono se volvió serio. —Eso suena peligroso.
Taehyung soltó una pequeña risa. —Uy, señor peligro. ¿Acaso vas a comerme?
Jungkook sonrió de manera seductora, sujetando con firmeza la cintura del Omega y acercándolo más a él. —Sí, voy a comerte todito. —dijo antes de capturar sus labios en un beso apasionado.
Camino al departamento de Jungkook, la tensión entre ambos era palpable. Cada paso que daban juntos estaba cargado de deseo contenido. Jungkook no podía evitar recordar la primera vez que había estado con Taehyung: aquellos ojos llenos de tristeza aún lo perseguían, como una sombra constante en su memoria, recordándole cada error que había cometido. Sin embargo, ahora, cuando miraba los ojos de Taehyung, llenos de brillo, vida y sin rastro alguno de dolor, sentía que su amor por él se intensificaba más allá de lo que podía expresar. No quería volver atrás, no quería perder esa luz que había logrado despertar en su Omega.
Al llegar al edificio, caminaban tomados de la mano, ambos luchando por mantener la distancia y el autocontrol. Pero cuando el ascensor cerró sus puertas con un leve "ding", algo dentro de ellos se rompió. Como si esa señal liberara toda la tensión acumulada, se lanzaron uno hacia el otro. Jungkook, con un movimiento rápido y desesperado, sujetó a Taehyung por la cintura y lo levantó, haciendo que sus piernas se enroscaran alrededor de sus caderas.
Los labios del Alfa buscaron los de Taehyung con ansias, en un beso desordenado y cargado de lujuria. Ambos se aferraban con fuerza, mientras sus bocas se entrelazaban con desesperación. El Alfa llevó la espalda del Omega contra una de las pequeñas paredes del ascensor, apretando su cuerpo contra el de Taehyung, quien jadeaba ahogadamente entre los besos, incapaz de contener la creciente necesidad que sentía por Jungkook.
Las puertas del ascensor se abrieron con un suave sonido metálico, pero ni siquiera eso los detuvo. Con pasos torpes y caricias urgentes, Jungkook caminó hacia su departamento sin soltar a Taehyung. El peso del Omega en sus brazos parecía liviano en comparación con el deseo que los consumía. Sacó la llave de su bolsillo con rapidez, casi temblando de impaciencia, y abrió la puerta de su apartamento, sin separarse ni un segundo de su Omega.
Una vez dentro, cerró la puerta con un rápido empujón, dejando fuera el mundo, las prohibiciones y las miradas ajenas. Esa noche era solo de ellos, sin secretos, sin miedo, solo amor y pasión. Jungkook, con Taehyung aún en brazos, caminó directo hacia la habitación, decidido a disfrutar de cada momento, amando a su hermoso Omega sin límites.
Entre besos feroces y caricias ardientes, Jungkook apoyó la espalda de Taehyung contra la fría pared, ambos jadeando mientras la pasión se desbordaba entre ellos. Las manos del Alfa se deslizaron con urgencia por la cintura del Omega, como si quisiera memorizar cada curva de su cuerpo. Sus labios rozaron el cuello de Taehyung, dejando escapar un susurro ronco que hizo vibrar el aire. — Ya eres mayor. — dijo en un tono bajo y cargado de deseo, su aliento cálido contrastando con la piel del Omega.
Taehyung, con los ojos entrecerrados, soltó un gemido suave que apenas pudo controlar. — Quiero mi feliz cumpleaños. — murmuró con un jadeo, sus labios temblando al rozar el oído de Jungkook, la intensidad de su deseo haciéndose evidente en cada palabra.
— Tus deseos son órdenes, mi amor. — respondió Jungkook con una voz gruesa y cargada de lujuria. Con un movimiento firme, tomó la cintura del Omega, mientras caminaba hacia la cama. Lo bajó con cuidado, casi reverente, mientras sus dedos trazaban la línea de su mandíbula. — Mi hermoso Omega. — murmuró, sus ojos oscuros se detuvieron en los detalles de su rostro, como si quisiera absorber cada parte de él antes de perderse por completo en la pasión.
Lentamente, sus manos se deslizaron hacia el borde de la camisa de Taehyung, desabrochando cada botón con una paciencia tensa, casi al borde de romperse. La camisa cayó al suelo, y Jungkook se quedó un momento observando, como si el tiempo se hubiera detenido. El cuerpo del Omega, desnudo bajo la tenue luz, parecía brillar de una forma que lo enloquecía. Sin previo aviso, lo tomó por el cuello con una firmeza que hizo que Taehyung soltara un pequeño jadeo sorprendido, pero lleno de deseo. — Mío, solo mío. — murmuró Jungkook con voz grave, atrapando los labios del Omega en un beso que fue tan feroz como posesivo.
Los labios del Alfa se movieron rápidamente hacia el cuello de Taehyung, besando, mordiendo y dejando marcas de su territorio. Taehyung gemía suavemente, apenas pudiendo controlar el torrente de sensaciones. — Tuyo, mi tonto Alfa. — murmuró con una sonrisa entre gemidos, sus manos deslizándose sobre el firme pecho de Jungkook, sintiendo el rápido latido de su corazón bajo la piel caliente. — ¿Me amas, Kook? — preguntó con una voz suave, lo suficiente como para detener el asalto del Alfa por un momento.
Jungkook alzó la vista, sus ojos brillaban con una intensidad casi devoradora. — Más de lo que te imaginas, mi amor. — respondió sin dudar, antes de capturar nuevamente los labios del Omega, sumergiéndose en un beso lleno de pasión.
Poco a poco, Jungkook guió a Taehyung hacia la cama, donde suavemente lo tumbó sobre el colchón. El cuerpo del Omega se hundió en la suavidad de las sábanas mientras su Alfa se deshacía de la ropa restante, quitándole la última barrera que los separaba. Los ojos de Taehyung lo observaron con detenimiento, recorriendo cada línea, cada músculo del cuerpo de Jungkook, deleitándose en la visión de su Alfa completamente expuesto.
El juego de caricias y besos se intensificó rápidamente, con Jungkook explorando cada rincón del cuerpo de Taehyung con sus labios y manos. Comenzó por su cuello, dejando un rastro de besos y mordiscos suaves que pintaban pequeñas marcas moradas en su piel, símbolos de su deseo y posesión. Bajó hasta las clavículas, luego hacia el pecho y el abdomen, su lengua trazando caminos de calor y placer. Con cada beso, cada mordida, parecía querer dejar en claro al mundo que Taehyung le pertenecía.
El Alfa tomó una de las delicadas piernas del Omega, elevándola con cuidado mientras sus labios descendían por la piel tersa, besando y mordiendo suavemente, marcando su territorio. Taehyung gemía con cada contacto, su cuerpo estremeciéndose bajo las atenciones de Jungkook, mientras pequeñas marcas violetas florecían en su piel, señal de que pertenecía a su Alfa en cuerpo y alma.
Jungkook, en medio de su desenfrenado deseo, murmuró entre besos, casi en un susurro posesivo. — Quiero que todos sepan que eres mío... —Y con cada marca, con cada beso, estaba decidido a demostrarlo.
Jungkook deslizó sus labios hasta aquel lugar sensible, donde cada toque parecía desatar una tormenta en el cuerpo del Omega. Con movimientos lentos, dejó que su lengua se deslizara apenas entrando, provocando que Taehyung se estremeciera bajo la calidez que lo recorría. Los músculos del Omega reaccionaban con pequeños espasmos, atrapados en una mezcla de anticipación y placer. Entonces, el Alfa introdujo un dedo con suavidad, levantando la vista solo para observar cómo Taehyung mordía su labio, disfrutando de la intrusión mientras pequeños gemidos escapaban de su boca entreabierta.
Cuando añadió un segundo dedo, el cuerpo de Taehyung se tensó momentáneamente, dejando escapar un gemido más fuerte que resonó por toda la habitación, haciéndose eco en las paredes. El Omega apretó las sábanas con fuerza, su espalda arqueándose ante la sensación intensa. Finalmente, un tercer dedo entró con delicadeza, provocando un jadeo profundo mientras un leve ardor se mezclaba con la marea de placer que comenzaba a inundarlo.
Jungkook se movía con cuidado, asegurándose de que cada movimiento de sus dedos fuese suave pero preciso, lo suficiente para que Taehyung empezara a mover sus caderas, buscando más. Sus caderas ondulaban con una necesidad cada vez mayor, queriendo sentir más de su Alfa. Jungkook retiró lentamente su mano, observando cómo el cuerpo del Omega temblaba ante la pérdida de contacto. Se colocó de rodillas y tomó su miembro, masajeándolo lentamente mientras lo lubricaba, cada caricia firme desde la base hasta la punta. Sus ojos no se apartaron de Taehyung, quien lo observaba desde la cama con una sonrisa traviesa, mordiéndose el labio, su pecho subiendo y bajando con la respiración entrecortada.
— Yo quiero. — susurró Taehyung, sus dedos acariciando el torso de Jungkook antes de bajar hasta su miembro. Al envolverlo en su mano, Jungkook jadeó, su cuerpo sacudiéndose bajo el toque del Omega. Los dedos de Taehyung se movían con lentitud, disfrutando del control momentáneo que tenía sobre el Alfa.
Jungkook, con la respiración acelerada, tomó la mano del Omega y la apartó suavemente. Estaba desesperado por sentirlo, por estar dentro de él. Sus dedos entrelazaron con los de Taehyung, llevándolos por encima de su cabeza mientras guiaba su miembro hacia la entrada del Omega, deslizándose lentamente dentro de él. Taehyung soltó un jadeo fuerte, su cuerpo tensándose ante la sensación de ser llenado. Jungkook lo observaba de cerca, sus ojos oscuros buscando alguna señal de dolor.
— ¿Estás bien, bonito? — susurró, sus labios rozando los de Taehyung con una ternura que contrastaba con la pasión que ardía entre ellos. Taehyung asintió con los ojos cerrados, mordiendo su labio inferior mientras su cuerpo se ajustaba al de Jungkook.
El Alfa lo besó lentamente mientras comenzaba el suave vaivén de sus caderas. Taehyung apretó la mano de Jungkook con fuerza, el ardor inicial desapareciendo para ser reemplazado por una ola creciente de placer. — Más. — jadeó, su voz apenas audible entre los gemidos. Jungkook aumentó el ritmo, sus embestidas volviéndose más profundas, precisas, arrancando pequeños gritos de placer del Omega.
De repente, Taehyung apoyó su mano libre en el pecho de Jungkook, deteniendo sus movimientos de golpe. El Alfa lo miró con preocupación, su respiración entrecortada. — ¿Te lastimé? — preguntó con suavidad, el miedo asomando en su voz.
Taehyung negó rápidamente, una sonrisa tímida pero decidida curvándose en sus labios. — Quiero ir arriba. — susurró, sus mejillas tornándose de un rojo profundo, avergonzado pero decidido a tomar el control por un momento.
Jungkook le respondió con un suave beso en los labios, su cuerpo vibrando de deseo. — Puedes ir arriba, mi amor. — susurró, saliendo lentamente del cuerpo del Omega, quien jadeó ante la pérdida de contacto. El Alfa se recostó en la cama con una sonrisa expectante.
Taehyung, con una sonrisa llena de picardía, se subió a las piernas de Jungkook, sus caderas alineándose perfectamente mientras bajaba sobre el miembro del Alfa, con la ayuda de este. Cada centímetro que entraba lo hacía gemir de placer, su cuerpo estremeciéndose con cada movimiento. Una vez que estuvo completamente adentro, apoyó sus manos sobre el pecho de Jungkook, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza bajo su piel. El Alfa lo sostuvo de la cintura, sus manos grandes y firmes guiando sus movimientos.
— Muévete para mí, bonito. — susurró Jungkook, acariciando el cuerpo del Omega con devoción. Taehyung sonrió, sin inseguridades, sintiéndose completamente dueño de sí mismo y del momento. Comenzó a moverse, subiendo y bajando lentamente al principio, sus gemidos entrecortados llenando la habitación. Cada vez que sus caderas chocaban con las de Jungkook, ambos se perdían en un torbellino de placer.
El ritmo se intensificó, los jadeos y gemidos de Taehyung llenaban el aire mientras Jungkook lo ayudaba a moverse más rápido, más profundo. El Omega murmuró, entrelazando su voz con la del azabache. — Más, Alfa. — exigiendo con desesperación. Jungkook, sin dudarlo, se incorporó de repente, capturando al Omega entre sus brazos, sus movimientos volviéndose más rápidos y bruscos, bajándolo con fuerza sobre su miembro una y otra vez, llegando aquel punto exacto, sumergiéndolo en un mar de placer.
Sus labios encontraron el cuello expuesto de Taehyung, quien inclinó la cabeza hacia un costado, dándole más acceso. Jungkook no pudo contenerse más; sus colmillos se asomaron y, en un acto instintivo, los hundió suavemente en la piel del Omega. Taehyung soltó un fuerte gemido, mezcla de dolor y placer, su cuerpo temblando mientras ambos alcanzaban juntos el clímax. Uniéndolos en el éxtasis del momento, sellando su vínculo de amor y deseo.
Jungkook pasó su lengua con suavidad sobre la marca que acababa de dejar, deteniendo el pequeño hilo de sangre que aún brotaba. Mientras tanto, Taehyung, con el pecho agitado, intentaba recuperar el aliento. Ambos permanecían quietos. Jungkook, sin poder apartar la vista de su Omega, acunó su rostro entre sus manos, sus ojos llenos de una ternura. Los labios de Taehyung, gruesos y rojos por los besos apasionados, estaban ahora más hinchados; su cabello desordenado caía en mechones sobre su frente, y sus mejillas brillaban por el sudor. Para Jungkook, no había imagen más perfecta.
—Eres hermoso. — susurró, sus dedos acariciando la piel caliente del Omega.
Taehyung soltó una pequeña risa, aún respirando con dificultad. —Estoy hecho un desastre. — respondió entre jadeos, observando su propio estado.
—Eres mi hermoso desastre. — corrigió Jungkook con una sonrisa dulce, inclinándose para besarlo despacio. Era un beso suave, sin prisa, como si quisiera saborear cada rincón de esos labios que tanto amaba, asegurándose de que Taehyung sintiera cada pedacito de amor que tenía por él.
Pasaron varios minutos disfrutando de las suaves caricias. Taehyung, aún acurrucado contra el cuerpo de Jungkook, llevó su mano hasta la marca en su cuello. La sonrisa que se dibujó en su rostro era una mezcla de alivio y felicidad. —Ahora sí, soy completamente tuyo. — murmuró con alegría en sus ojos, como si finalmente hubiera encontrado su lugar en el mundo.
Jungkook lo miró con una mezcla de orgullo y adoración, pero luego frunció el ceño. —Sí, lo eres, mi bonito... pero esto no es justo. — dijo con tono serio, aunque una chispa de diversión brillaba en sus ojos.
Taehyung parpadeó, confundido por el cambio de tono. —¿Por qué dices eso? — preguntó, inclinando ligeramente la cabeza.
El Alfa señaló su propio cuello con una expresión casi infantil. —Porque mi marca se está borrando. — murmuró, fingiendo tristeza.
Taehyung soltó una pequeña carcajada, empujando suavemente a Jungkook hacia atrás hasta que el Alfa quedó tumbado sobre la cama. —¡Ay, Alfa tonto! — dijo con una sonrisa divertida mientras deslizaba sus manos por el firme pecho de su compañero, sintiendo cómo los músculos de Jungkook se tensaban bajo su toque. —Entonces tendré que volver a marcarte. — añadió con una sonrisa traviesa, inclinándose hacia adelante.
Sus labios encontraron el cuello de Jungkook, y comenzó a besarlo, lentamente, dejando una estela de pequeños mordiscos y succionando la piel hasta que una nueva marca morada apareció. Por último, le dio una pequeña mordida, lo justo para hacerlo soltar un suave quejido.
—¡Auch! — se quejó Jungkook, pero con una sonrisa que revelaba lo mucho que disfrutaba de ese momento.
Taehyung lo miró desde arriba, sus ojos brillando con una picardía encantadora. —Eso es para que no se te olvide que eres mío. — susurró, inclinándose para murmurar cerca de sus labios, deleitándose con la cercanía.
Jungkook, sin dejar de sonreír, acarició la espalda del Omega. —Jamás voy a olvidarme de que mi cuerpo y mi corazón te pertenecen solo a ti, mi bonito. — confesó, sus palabras impregnadas de un amor tan profundo que parecía envolverlos a ambos.
—Así me gusta. — bromeó Taehyung antes de inclinarse para besarlo de nuevo, uniendo sus labios en un beso lleno de complicidad y cariño.
Esa noche, la luna fue testigo de sus incansables uniones, no solo en la cama, sino también bajo el agua tibia de la ducha. Allí, entre risas, gemidos y susurros, sellaron su amor una y otra vez. Cuando la noche finalmente dio paso al amanecer, ellos seguían entrelazados, bajo las sábanas, agotados pero llenos de felicidad.
🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.
🌸Ahora sí el próximo capítulo es el último, solo falta una última edición 🤭 y ya sabrán todo.
🌸 Espero que hayan tomado mucha agüita 🤣.
🌸 Gracias por leer mi historia 🫰🏻
🌸 Nikki 🌸
🌸
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