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✯07✯

✯Capítulo 07.

Unas semanas después, la pareja se encontraba en la habitación del Omega, recostados en la cama, leyendo una novela. Taehyung descansaba sobre el pecho de Jungkook, mientras este leía en voz alta, su voz profunda llenando el ambiente con una calma aparente.

De pronto, Jungkook soltó un jadeo suave al sentir la tibia mano del Omega deslizarse lentamente bajo su ropa, tocando su piel con una suavidad casi eléctrica.

—Lo siento. —Taehyung retiró su mano de inmediato, alejándola con timidez y escondiendo su rostro contra el pecho del Alfa, como si quisiera ocultarse de su propia impulsividad.

Jungkook bajó el libro y lo dejó a un costado, observando con una mirada intensa al Omega. —Puedes tocar todo lo que quieras —murmuró con un tono travieso, su voz cargada de deseo.

—Eso suena muy tentador —Taehyung susurró sobre el pecho del Alfa, aún sin levantar su rostro, pero sus labios formaron una sonrisa juguetona. Con lentitud, dejó que su mano descendiera de nuevo, colándose por debajo de la tela, acariciando la piel caliente de Jungkook. El Alfa cerró los ojos, disfrutando de la placentera sensación.

Sin alzar la vista, Taehyung se inclinó hacia el cuello de Jungkook, dejando una serie de besos suaves que apenas rozaban su piel. Los labios del Omega eran como plumas, provocando escalofríos en cada beso, mientras sus dedos recorrían con delicadeza cada centímetro de piel que tocaban.

Jungkook deslizó sus manos hasta la espalda del Omega, acariciándola con movimientos lentos, como si intentara retener su autocontrol. Mordió su labio inferior con fuerza, intentando no perderse en el mar de sensaciones.

—¡Aaahmm, Tae! —murmuró en un jadeo, su voz quebrada por el placer que empezaba a arder en su interior.

—Mmmm... —respondió Taehyung, con sus labios aún pegados al cuello del Alfa. Lo que comenzó como una serie de besos suaves, se transformó en una cadena de besos más intensos y desesperados, como si Taehyung no pudiera contenerse más. Jungkook, sintiendo la urgencia, deslizó su mano bajo la ropa del Omega, en busca de su piel.

De repente, Taehyung se movió con rapidez, colocándose a horcajadas sobre Jungkook. Sus piernas se abrieron, quedando una a cada lado del abdomen firme del Alfa. Se incorporó ligeramente, y sus ojos se encontraron con los de Jungkook. La mirada de ambos ardía con un deseo mutuo, sin necesidad de palabras. Jungkook dio un suave apretón en la cintura del Omega, arrancándole un gemido bajo y tembloroso.

Se miraron profundamente, sabiendo sin necesidad de palabras lo que ambos deseaban. Taehyung se inclinó de nuevo, juntando sus labios con los de Jungkook en un beso desesperado, lleno de pasión contenida. Movió sus caderas, frotando su cuerpo contra el de Jungkook, provocando que el Alfa gimiera con deseo sobre sus labios.

Sin detener el beso, Jungkook se incorporó en la cama, sus manos firmes tomando el borde de la camiseta de Taehyung y levantándola. La prenda fue
arrojada al azar en algún rincón de la habitación, olvidada en el calor del momento.

Las manos del Alfa comenzaron a recorrer la piel desnuda del Omega, explorando cada rincón con adoración. Jungkook bajó sus labios, dejando un rastro de besos húmedos y apasionados sobre el cuello, la clavícula, y el hombro de Taehyung, quien echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos con fuerza. Las caderas del Omega se movían en un frenético vaivén, mientras su voz se quebraba en gemidos suaves, susurrando el nombre de Jungkook como una plegaria.

Cada estocada falsa, cada caricia, encendía más y más a la pareja, sumiéndolos en una burbuja de placer que los desconectaba del mundo exterior. Solo existían ellos dos, envolviéndose en un frenesí de sensaciones que hacía que cualquier otra cosa desapareciera en la neblina de sus deseos. Jungkook llevó sus labios al cuello del Omega, rozando sus colmillos sobre la suave curvatura que tanto ansiaba marcar.

—Hazlo, Alfa. —susurró Taehyung, aferrándose con fuerza al cuerpo de Jungkook, deseando ser marcado, deseando ser suyo completamente.

Pero justo cuando el Alfa estaba a punto de ceder a la tentación, un golpe en la puerta los devolvió abruptamente a la realidad. El sonido hizo que ambos se separaran de golpe, mirando hacia la puerta con el corazón acelerado.

—¿Cachorro, estás ahí? —la voz del padre de Taehyung resonó del otro lado de la puerta.

—Papá... —murmuró Taehyung con preocupación, sintiendo como su pecho se apretaba de nerviosismo.

—¿Tae, hijo? —la voz se escuchó más cerca, y el sonido del picaporte siendo tomado les heló la sangre.

—¡No entres! —gritó desesperado, casi tropezando con sus propias palabras—. No... no llevo ropa.

—¿Estás con alguien? —preguntó su padre, desconfiado, apoyando el oído en la puerta para escuchar mejor.

—No, no, papi, recién terminé de darme una ducha —mintió con rapidez, sintiendo cómo el sudor frío recorría su espalda—. Ya bajo en un momento.

—Está bien, no tardes mucho. Tu padre te ha extrañado demasiado. —Finalmente, escucharon cómo su padre se alejaba, bajando las escaleras.

—Mierda, mierda, llegó dos días antes —murmuró Taehyung, su voz temblando mientras intentaba pensar en una solución rápida.

Jungkook, notando la angustia del Omega, tomó suavemente su rostro entre sus manos, obligándolo a mirarlo a los ojos. —Yo voy a hablar con él —dijo en un tono firme, tratando de calmarlo.

—No, Kook. Mi papá va a matarte. Sigamos con mi plan, solo quedan tres meses para mi cumpleaños —pidió Taehyung con urgencia, conociendo la naturaleza protectora y territorial de su padre.

—Mi bonito, no le tengo miedo. No me importa si quiere golpearme, voy a hablar con él —replicó Jungkook, determinado a enfrentar lo que fuera necesario por Taehyung.

—De acuerdo, Kook, pero no ahora. Salir juntos de la habitación solo empeorará todo —Taehyung conocía bien a su padre y sabía que no sería una situación fácil de manejar.

Jungkook suspiró, comprendiendo la lógica detrás de las palabras de Taehyung, pero aún así, frustrado por la situación. —En eso tienes razón, me va a dejar sin el día del padre —bromeó, intentando aligerar un poco la tensión que se había formado. Aunque sabía que era una batalla perdida, al menos hasta el cumpleaños de Taehyung.

El Omega se inclinó para darle un fugaz beso antes de levantarse. Se dirigió al baño rápidamente, donde abrió la ducha y, tras quitarse lo que quedaba de ropa, se sumergió en un baño veloz. Mientras tanto, Jungkook se cambiaba, intentando bajar su temperatura corporal y calmar su respiración acelerada.

Cuando Taehyung salió del baño envuelto en una bata, Jungkook se acercó a él, abrazándolo por la cintura, como si con ese gesto pudiera mantenerlo a salvo de todo lo que los esperaba fuera de esa habitación.

—Por la diosa luna, que pasen rápido estos tres meses —murmuró Jungkook, dejando un tierno beso en los labios del Omega, que le sonrió ante su súplica.

Pero Taehyung bajó la mirada, su rostro reflejando una tristeza profunda. —Todo esto es mi culpa... —murmuró, sintiéndose responsable por la situación en la que estaban.

Jungkook levantó suavemente el mentón del Omega con su dedo índice, obligándolo a mirarlo a los ojos. —Si lo es... por ser tan tierno. —dijo con una sonrisa, intentando disipar la tristeza de Taehyung. Lo tomó por la cintura y lo levantó, haciendo que el Omega se sujetara de su cuello—. Y por ser tan hermoso.

Taehyung rodeó con fuerza el cuello del Alfa, sintiendo la seguridad que siempre encontraba en sus brazos. Aunque el miedo seguía presente, al estar con Jungkook todo parecía menos aterrador.

—Alfa tonto —respondió Taehyung con una sonrisa, sintiendo cómo la tensión en su pecho se aliviaba momentáneamente con la cercanía de Jungkook.

—¿Qué? Es verdad, tú solo eres culpable de sonreírme, así me hechizaste —replicó Jungkook, sus ojos brillando con una mezcla de ternura y deseo.

Sin embargo, la realidad volvió a golpear a Taehyung cuando pensó en su padre. —Kook, esto es grave. Si mi padre te ve aquí... mejor ni pensarlo. Voy a intentar sacarlo de la casa para que puedas irte —dijo, su tono volviéndose más serio.

—Tienes razón —asintió Jungkook, comenzando a bajar al Omega de sus brazos, pero Taehyung se aferró a él, impidiéndoselo.

—No, espera. Antes tengo que hacer algo.

—¿Qué es ese algo? —preguntó Jungkook, confundido pero intrigado por la repentina decisión de Taehyung.

—Marcar a mi Alfa. No quiero que ningún Omega suripanto se le acerque —explicó Taehyung con una sonrisa traviesa, a lo que Jungkook comprendió al instante, su corazón latiendo más rápido ante la idea.

—Hazlo mi amor, marca a tu Alfa —Jungkook inclinó su cabeza, dejando su cuello completamente expuesto para que su Omega lo reclamara.

—Esto te dolerá un poco —susurró Taehyung sobre aquella curvatura del cuello de Jungkook antes de empezar a succionar. El Alfa soltó un jadeo al sentir los cálidos labios de Taehyung, entregándose al placer y a la sensación de pertenencia. Taehyung continuó hasta dejar una marca morada, observando su obra de arte con una sonrisa de satisfacción—. Perfecto, ya puedes bajarme.

Jungkook lo bajó despacio, pero no sin expresar su deseo—No es justo, yo también quiero dejar mi marca —murmuró, haciendo un puchero adorable.

—La próxima, mi amor —le dijo Taehyung con una sonrisa antes de correr a cambiarse, dejando a Jungkook con una mezcla de expectación y amor.

—Tenemos un trato —afirmó Jungkook, observándolo divertido mientras Taehyung se vestía.

Una vez listo, se despidieron con varios besos, cada uno más dulce que el anterior. Taehyung salió de la habitación y bajó las escaleras, esforzándose por parecer tranquilo, aunque su corazón latía con fuerza por la cercanía de su padre.

—Mi cachorro —dijo su padre con una sonrisa, poniéndose de pie al ver a su hijo.

—Papi —respondió Taehyung, corriendo a abrazarlo con fuerza, sintiendo la seguridad en sus brazos.

—Estás más alto —comentó su padre, besando su frente con cariño.

—Papi, eres un exagerado. Te fuiste por cinco semanas, no crecí —respondió Taehyung en tono juguetón, riendo.

—Para mí sí creciste al menos dos centímetros —bromeó su padre, haciendo que ambos se rieran juntos, compartiendo un momento de alegría.

Pero Taehyung no podía evitar sentir nervios al pensar en Jungkook aún escondido en su habitación. Miró las escaleras de reojo antes de volverse hacia su padre—. Papi, quiero un helado.

—¿Ahora? —preguntó su padre, extrañado por el repentino antojo.

—Sí, ahora, y lo quiero de la heladería del centro —insistió Taehyung, poniendo su mejor cara de súplica.

Su padre suspiró, sin poder resistirse—. De acuerdo, vamos por ese helado.

—¡Sí! —festejó Taehyung, dando pequeños aplausos de felicidad—. Espera, voy por un abrigo —dijo antes de subir corriendo las escaleras.

Una vez en su habitación, buscó rápidamente su abrigo mientras le explicaba a Jungkook que iban a salir, dándole la oportunidad de escapar. Le dio un fugaz beso y luego se fue con su padre, sintiendo un alivio mezclado con la adrenalina.

Cuando los Kim se fueron, Jungkook salió de la habitación con una sonrisa satisfecha en su rostro. Aquella sensación de tristeza que había sentido antes ya no lo acompañaba. Al contrario, ahora se sentía lleno de felicidad y orgullo. Llevó su mano al cuello, donde Taehyung le había dejado esa pequeña marca, y sonrió al recordarlo—. Mi hermoso Omega —susurró, saliendo de la casa con la seguridad de que, a pesar de las dificultades, todo iba a estar bien.

Camino a la heladería, padre e hijo disfrutaban de la música y conversaban tranquilamente sobre los estudios del Omega. Taehyung se sentía aliviado por haber logrado sacar a Jungkook de la casa sin que su padre se diera cuenta. Pero, de repente, el ambiente cambió con una pregunta que lo tomó por sorpresa.

—Tae, ¿estás saliendo con alguien? —preguntó su padre con un tono serio, que hizo que el Omega sintiera un escalofrío.

—¿Qué? No —respondió Taehyung, sintiendo cómo su voz temblaba ligeramente. Carraspeó para intentar sonar más tranquilo—. ¿Por qué preguntas?

—Nam me dijo que tu aroma está más intenso de lo normal —explicó su padre, observándolo de reojo.

—¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó Taehyung, fingiendo confusión aunque comenzaba a entender a dónde iba la conversación.

Su padre estacionó el vehículo y giró su cuerpo para mirarlo directamente—. Cachorro, eres un Omega puro dominante. Tus emociones se reflejan a través de tu aroma. Si está más intenso y dulce que de costumbre, significa que algo está sucediendo.

Taehyung llevó su pulgar a su boca, mordiéndose el costado del dedo nerviosamente, como si eso pudiera calmar la tormenta en su pecho.

—¿Estás enamorado? —preguntó su padre, suavizando su tono para no asustarlo.

El Omega respiró profundo, sus ojos evitando los de su padre mientras murmuraba—. Sí, papá, estoy enamorado.

El Alfa se inclinó hacia él, su expresión se tornó seria—. ¿Ese alguien te corresponde?

Taehyung asintió levemente, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.

—Sabes que aún no puedes tener pareja —dijo su padre, su voz llena de preocupación y amor, pero también de firmeza.

Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas y, al levantar la mirada hacia su padre, supo que estaba en problemas—. ¡Ay, cachorro! ¿Qué voy a hacer contigo? —Suspiró, pasándose la mano por el cabello, pensativo por unos minutos—. ¿Es un Alfa?

—Sí —susurró Taehyung, apenas logrando que su voz no se rompiera.

—¿Cuál es su aroma? —preguntó su padre, ahora con un tono más inquisitivo.

Taehyung entrecerró los ojos, confundido por la pregunta—. Roble y menta.

El rostro de su padre se tensó de inmediato—. ¿Qué dijiste? —preguntó, su preocupación evidente.

—Roble y menta —repitió Taehyung, sintiendo que las lágrimas estaban a punto de desbordarse.

Su padre tragó grueso, como si intentara digerir la información—. ¿Has estado con él?

Taehyung negó rápidamente con la cabeza, aunque su corazón latía con fuerza al recordar todos los momentos con Jungkook. Su padre bajó del vehículo, comenzando a caminar nervioso alrededor del auto.

—Carajo, ahora sí estoy en problemas —murmuró Taehyung, un nudo formándose en su garganta al ver la desesperación de su padre.

El Alfa volvió a subir al vehículo, su rostro lleno de determinación—. Escucha bien, cachorro. Quiero que me lo presentes.

Taehyung abrió los ojos, sintiendo el pánico apoderarse de su cuerpo—. Tranquilo, hijo, solo quiero conocerlo y hablar con él —intentó calmarlo su padre, aunque el Omega negó frenéticamente con la cabeza.

—Aún no, papá —logró decir, luchando por mantener la compostura.

El Alfa frunció el ceño, reflexionando antes de que una comprensión sombría cayera sobre él—. Dime que no es amigo de Namjoon, porque lo mato a tu hermano —su voz se llenó de una furia controlada.

Taehyung quedó estático, su cuerpo entero paralizado por el miedo, apenas logrando respirar. Su padre, al ver la reacción de su hijo, masajeó el puente de su nariz, intentando calmarse—. Tu hermano tiene las horas contadas.

—¡Papá! —se quejó Taehyung, cruzándose de brazos y haciendo un puchero—. No le digas a Nam, por favor.

—Cachorro, vas a sacarme canas verdes —se lamentó su padre, pero su amor por su hijo siempre superaba su enojo.

—Luego de mi cumpleaños se los presento, lo prometo —dijo Taehyung con una sonrisa que intentaba ser convincente. Quería proteger a su Alfa de su familia a toda costa.

—Está bien, pero nada de verse a solas, y que ni se le ocurra querer estar contigo... ya sabes, y menos marcarte —sentenció su padre con voz firme, dejando claro que no iba a ceder en eso.

—Sí, papi, como tú mandes —respondió Taehyung con una gran sonrisa, aunque sabía que sería difícil cumplirlo.

—Por la diosa luna, Kim Taehyung, vas a matarme de un infarto un día de estos.

—Perdón, papá, es que ju... —se detuvo en seco, sus ojos abriéndose de par en par cuando se dio cuenta de lo que casi dijo—. El Alfa es muy... agradable —intentó corregir, buscando las palabras adecuadas para no enfurecer más a su padre—. Y no pude evitar enamorarme.

Su padre lo miró con una mezcla de resignación y ternura—. Al menos ya sé que su nombre empieza con 'Ju' —bromeó, intentando aligerar el ambiente—. Cachorro, solo quiero cuidarte de cualquier idiota que quiera acercarse a ti con malas intenciones.

—Él no, papá, lo prometo. Él me quiere de verdad —respondió Taehyung, su mente volviendo a todos los momentos vividos con Jungkook.

—Está bien, solo dile a ese tal 'Ju' que si te lastima, lo mando a ver cómo crecen los rabanitos desde abajo —dijo su padre entre risas, aliviando un poco la tensión—. Ahora, vamos por ese helado.

Taehyung sonrió, sabiendo que aún había mucho que enfrentar, pero por el momento, estaba dispuesto a disfrutar de un simple helado con su padre.

Aunque el señor Kim aparentaba estar tranquilo, su mente no dejaba de darle vueltas a la información que había obtenido de su hijo. Desde que Namjoon lo llamó, preocupado por el aroma de Taehyung, sintió que algo andaba mal. Fue esa inquietud la que lo hizo regresar dos días antes de lo planeado. Sin embargo, sus peores temores se confirmaron al escuchar la confesión de su hijo: Taehyung había percibido el segundo aroma de un Alfa desconocido, lo que para él era una clara señal de que su Omega había encontrado a su destinado.

Como padre, el señor Kim sabía que no debía oponerse a la voluntad del destino, pero eso no aliviaba su preocupación. Su mayor temor era que ese Alfa no estuviera a la altura de lo que su pequeño se merecía. Para él, Taehyung siempre sería su niño, su hijo dulce, rebelde y divertido, y solo quería que encontrara a alguien que supiera valorar y amar cada faceta de su personalidad. Estaba decidido a descubrir todo lo que pudiera sobre ese tal "Ju", pero por más que intentó sonsacarle información a Taehyung, su hijo fue astuto y no dejó escapar ningún detalle sobre su Alfa. Además, como había prometido no contarle nada a Namjoon, se quedó sin más pistas que las que ya conocía.

Pasaron unos días en los que Taehyung y Jungkook decidieron no verse, esperando que el señor Kim volviera a irse de viaje. Cuando finalmente lo hizo, los encuentros furtivos entre ambos se reanudaron, pero esta vez Taehyung intentaba contenerse, cumpliendo lo que le había prometido a su padre, aunque cada día que pasaba cerca de Jungkook, esa tarea se volvía más difícil.

"Aquella fiesta"

El día de la fatídica fiesta, donde Jungkook había destrozado el corazón de Taehyung en el pasado, finalmente llegó. Para Jungkook, era como vivir un déjà vu. En su memoria, habían transcurrido cinco años desde ese maldito día, pero ahora se encontraba nuevamente en aquel jardín, viendo cómo los eventos se repetían como una vieja película desgastada. Sin embargo, había algo diferente esta vez: él. Y su amor por Taehyung, más fuerte y latente que nunca.

Sabía que esta vez no cometería los mismos errores. Su mente estaba clara, su corazón decidido. No permitiría que nada ni nadie volviera a lastimar a su Omega, mucho menos él mismo. La confusión y el arrepentimiento que había sentido en su vida pasada lo habían enseñado bien, y ahora, con cada fibra de su ser, se comprometió a proteger a Taehyung de cualquier dolor, incluso del que él mismo le había causado antes.

Mientras observaba el lugar donde se había sellado su destino y el de Taehyung, Jungkook sentía que esta era su oportunidad para enmendar el pasado. A su alrededor, la fiesta continuaba como si nada, pero para él, el verdadero desafío acababa de comenzar. Sabía que enfrentaría su mayor prueba: el amor profundo e inquebrantable que sentía por Taehyung, y la promesa de no dejar que la historia se repitiera de la misma manera. Esta vez, él sería diferente, esta vez, lucharía por ellos.

Jungkook esperaba pacientemente a que Taehyung saliera al jardín, recordando con exactitud el momento en que el Omega se había acercado a él la primera vez, con esa sonrisa radiante que lo había hechizado desde el primer instante. Mientras sus pensamientos estaban centrados en ese recuerdo, una voz interrumpió su concentración.

—Jungkook. —La voz de Mishael llegó acompañada del toque en su brazo fornido, un toque que Jungkook alejó de inmediato, incómodo y molesto.

Se giró para enfrentar al Omega, mostrando claramente su desagrado. Al no haber tomado distancia de Taehyung como en la primera ocasión, no había necesidad de fingir interés hacia Mishael. Sus prioridades estaban claras esta vez.

—Hola, Mishael. —respondió con frialdad, intentando girarse de nuevo para enfocarse en lo que realmente importaba.

Pero Mishael no se dio por vencido, agarrando el brazo de Jungkook con rapidez. —¿Por qué eres tan distante conmigo? Solo quiero conversar. —El tono sugerente en su voz era inconfundible.

Justo en ese momento, Taehyung apareció en el jardín, iluminando el lugar con su presencia. Su sonrisa, tan brillante como el sol de verano, hizo que Jungkook olvidara por completo la molestia que sentía. Su rostro se suavizó al verlo, y una sonrisa genuina curvó sus labios. —No me interesa conversar contigo, tengo mejores cosas que hacer. —dijo, alejándose de Mishael sin dudarlo, con la mirada fija en su hermoso Omega, que se acercaba con una tímida pero dulce sonrisa.

Se encontraron al borde de la piscina, donde Jungkook se inclinó y le dio un tierno beso en la mejilla, reprimiendo el deseo de besarlo con más pasión delante de todos, deseando que el mundo entero supiera de su amor, pero sabiendo que aún debía esperar un poco más. Mishael, observando la escena, se llenó de celos y desagrado.

—Es peligroso que estemos tan cerca de la piscina. —murmuró Taehyung, desviando su mirada hacia el agua—. No sé nadar. —Volvió a mirar a Jungkook, con una chispa traviesa en sus ojos.

—Si te caes, yo voy a salvarte. —respondió Jungkook, disfrutando del juego que ambos parecían estar creando.

—Confío en ti. —susurró Taehyung, lanzándole un beso al aire antes de dar un paso hacia el costado, cayendo al agua.

Jungkook sonrió y no dudó en saltar tras él. Bajo el agua, lo tomó firmemente de la cintura, atrayéndolo hacia él. Taehyung lo miró a través del agua cristalina, sus ojos brillando con picardía. Jungkook negó suavemente con la cabeza, una sonrisa de complicidad en sus labios, comprendiendo perfectamente lo que su travieso Omega deseaba.

Con delicadeza, apoyó sus manos en las mejillas de Taehyung, y le dio un tierno beso en los labios. Al separarse, apenas unos centímetros, ambos se miraron, felices y cómplices en su pequeña travesura. La burbuja de agua y amor que los rodeaba los hacía sentir que, en ese momento, nada más importaba.

Jungkook rodeó con un brazo la cintura de Taehyung y comenzó a nadar hacia la superficie, emergiendo del agua con el Omega seguro en sus brazos.

—¿Están bien? —preguntó Hoseok, su tono cargado de preocupación.

—Sí, sí, estamos bien —respondió Jungkook mientras Taehyung asentía, ambos sin perder la sonrisa traviesa.

—Voy por unas toallas —dijo Hoseok antes de dirigirse al interior de la casa.

Taehyung, en un tono suave y provocador, murmuró—: No estoy bien, creo que necesito respiración boca a boca. —Sus palabras arrancaron risas de ambos, compartiendo un momento íntimo y cómplice.

Una vez fuera del agua, Jungkook ayudó a Taehyung a salir de la piscina antes de salir él mismo. Hoseok regresó rápidamente con las toallas, pero Jungkook, con una mirada fija y seria, tomó las toallas de sus manos. —Gracias, Hobi. —El tono de Jungkook y su mirada clara fueron suficientes para que Hoseok entendiera que debía dejarlos solos. Al ver la cercanía entre el Alfa y Taehyung, y el destello rojo en los ojos de Jungkook, Hoseok comprendió que algo más profundo estaba sucediendo y se alejó sin decir una palabra.

Jungkook, con delicadeza, comenzó a secar el rostro de Taehyung. Ambos se miraban, olvidando todo a su alrededor. Taehyung sonreía ante las caras graciosas y la ternura de Jungkook mientras lo secaba con cuidado.

Sin embargo, no todos compartían ese sentimiento. —¿Qué carajos está pasando allí? —dijo Namjoon con molestia evidente. Jin lo tomó del brazo, intentando calmarlo.

—No pasa nada, Nam, solo están hablando —intentó tranquilizarlo Jin, pero Namjoon no podía apartar la mirada, su ira creciendo al ver la cercanía entre su hermano y Jungkook.

Cuando Namjoon intentó avanzar, Jin lo detuvo, esforzándose por mantenerlo tranquilo—: Déjalos en paz, solo se están divirtiendo. —Pero el Alfa no podía dejar de fijarse en lo que ocurría.

Mientras tanto, Taehyung tomó una toalla de las piernas de Jungkook. —Ahora me toca a mí —dijo en un tono bajo, aplicando suavemente la toalla sobre el rostro del Alfa mientras colocaba una mano en su mejilla. Jungkook cerró los ojos, disfrutando del toque dulce de Taehyung, atrapado en la suavidad del momento.

—Aww, qué tiernos se ven —dijo Jackson, interrumpiendo abruptamente la escena, lo que hizo que la pareja se pusiera de pie rápidamente.

—Jackson—murmuró Taehyung, abriendo los ojos con sorpresa.

—Es gracioso —continuó Jackson —, tu hermano siempre quiere arrancarme los ojos por verte, ¿y ahora no nota que Jungkook está tan cerca de ti?

Jungkook iba a responder, pero Taehyung lo interrumpió:—¿A ti qué te importa? —lo miró desafiante—. Mejor vamos por unos refrescos, Kook.

Jackson, sin ceder—: Me importa porque me gustas, Tae —dijo mientras lo tomaba del brazo, deteniéndolo en seco.

En un instante, los ojos de Jungkook se volvieron de un rojo intenso, y sin pensarlo dos veces, agarró la muñeca de Jackson, apretándola con fuerza. —Suéltalo —exigió, su voz baja y peligrosa.

—¡Ay, idiota, me lastimas! —se quejó Jackson, soltando inmediatamente a Taehyung.

Jungkook no perdió tiempo y rodeó la cintura de Taehyung, acercándolo a él protectivamente. —No te acerques a él —advirtió a Jackson con firmeza.

El ambiente se tensó aún más cuando una voz cargada de furia resonó:– ¡Jungkook, desgraciado, suelta a mi hermano! —Namjoon se acercó con los puños listos para atacar.

Jungkook, al ver a Namjoon acercarse con intenciones violentas, reaccionó rápidamente, colocando a Taehyung detrás de él para protegerlo. No tuvo tiempo de esquivar el golpe que Namjoon lanzó, recibiendo un fuerte puñetazo en el rostro.

—¡Nam, basta! ¡No lo golpees! —suplicó Taehyung, su voz cargada de desesperación, pero su hermano, cegado por la ira, lo ignoró por completo.

Namjoon, consumido por su enojo, no se dio cuenta cuando Taehyung se movió detrás de él. Al levantar su puño para otro golpe, lo lanzó con fuerza, sin percatarse de que impactaría a su propio hermano. El golpe hizo que Taehyung cayera hacia atrás, lastimándose la boca, que ahora sangraba.

El jardín quedó envuelto en un tenso silencio, solo roto por las respiraciones agitadas de los involucrados y el eco de lo que acababa de suceder.


🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook—KookV 🥰

🌸 Espero que les haya gustado el capítulo. En el próximo ya les explico lo que sucedió 🤭.

🌸 Gracias por leer mi historia.🫶🏻


🌸Nikki🌸


🌸

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