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—Hazme el amor, Alfa —respondió, su tono suave y decidido al mismo tiempo, volviendo a unir sus labios en un beso lleno de lujuria.

Jungkook lo cargó sobre sus caderas, tomándolo firmemente de la cintura. El Omega enredó sus piernas alrededor de él y sus manos se aferraron al cuello del Alfa. Sus labios permanecían unidos en un beso suave pero cargado de pasión. Con pasos lentos y decididos, subió las escaleras, cada movimiento impregnado de deseo, hasta llegar a la habitación del Omega, donde tantas veces había imaginado hacerlo suyo.

Con suavidad, lo bajó al suelo sin
apartar la mirada, admirando la belleza única del Omega. Jungkook se giró y cerró la puerta con llave, asegurándose de que nada interrumpiera ese momento tan anhelado. Luego volvió a mirarlo y se acercó despacio, con una mezcla de ternura y deseo. Tomó el borde de la camisa de Taehyung, quien lo observaba como si Jungkook fuera una figura irreal, un sueño del que no quería despertar.

Jungkook desabrochó uno a uno los botones, sus dedos rozando la piel suave del Omega en cada movimiento. Luego, deslizó sus manos sobre los hombros de Taehyung, empujando la camisa hacia abajo. Esta cayó con delicadeza, recorriendo el cuerpo del pelinegro casi como una caricia antes de llegar al suelo.

El Alfa se quedó en silencio, observándolo con devoción. Su Omega era perfecto, una obra maestra de la naturaleza. Con una firmeza suave, pasó su mano por la cintura de Taehyung, atrayéndolo hacia su propio cuerpo.

—Eres hermoso mi Omega. —susurró, rozando los gruesos labios ajenos, su voz cargada de admiración y deseo.

Taehyung bajó la mirada, apoyando su frente en el pecho de Jungkook, susurrando con una mezcla de vulnerabilidad e inseguridad. —Jungkook, yo... — mordió su labio inferior, intentando no mostrarse tan expuesto. —No he estado con nadie antes. —murmuró, su voz temblando ligeramente.

Jungkook sonrió, su corazón llenándose de felicidad. Mientras acariciaba la espalda del Omega, la confesión de Taehyung lo hacía sentir pleno y dichoso. Nadie más había tocado ese cuerpo que ahora él tenía el privilegio de explorar. Aunque era egoísta, esa certeza le daba la seguridad de que aún podía ganar la batalla silenciosa que libraba por el perdón y el amor de su amado.

—No te preocupes, bonito. —dijo Jungkook con ternura, sus manos recorriendo la espalda desnuda del Omega. —Vamos a ir despacio, quiero que sientas cada momento, cada caricia. —susurró, besando el cuello de Taehyung, dejando un rastro de besos suaves y cálidos que hacían estremecer al Omega.

Taehyung levantó su rostro, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y deseo. Jungkook lo miró a los ojos, sus manos moviéndose con suavidad pero con una clara intención, deslizándolas por el torso del Omega, sintiendo la suavidad de su piel y la tensión de sus músculos. Cada caricia, cada beso, eran una promesa de amor y fascinación.

—Quiero hacerte sentir especial. —murmuró Jungkook, sus labios apenas rozando los de Taehyung antes de sumergirse en un beso profundo y apasionado, un beso que prometía una noche llena de amor, pasión y descubrimiento.

Entre besos y suaves caricias, las prendas fueron cayendo en algún rincón de la habitación. Jungkook guio despacio al Omega a la cama, apoyando la espalda de Taehyung sobre el suave colchón. El pelinegro, de pronto, se sintió inseguro bajo la mirada inquisitiva del Alfa, y las palabras del pasado seguían grabadas en su memoria como una marca indeleble en su corazón.

"Te ves ridículo." "No eres para nada sexy."

Inclinó su rostro hacia un costado y cerró sus ojos con fuerza, intentando acallar los recuerdos dolorosos que lo asaltaban.

—Tae, mírame, por favor —murmuró Jungkook, casi como una súplica, mientras se acercaba al rostro del Omega—. Eres hermoso, mi amor —susurró con una voz suave y reconfortante, como si pudiera sentir la inseguridad que angustiaba a Taehyung.

El Omega giró despacio su rostro, abriendo sus ojos para encontrarse con la mirada de Jungkook, una mirada llena de ternura y adoración que parecía contradecir las palabras hirientes del pasado. En esos ojos oscuros, Taehyung encontró una promesa de amor que hacía tiempo no sentía.

—Solo... bésame, Jungkook —exigió, como si los labios del Alfa pudieran borrar los ecos dolorosos de su mente.

Jungkook no dudó ni un segundo y apresó los gruesos y dulces labios del Omega casi con desesperación. Sus besos eran profundos y apasionados, transmitiendo un amor incondicional y un deseo ardiente que encendía cada fibra del cuerpo de Taehyung. Sus manos, cálidas y firmes, recorrían con adoración el delgado cuerpo del pelinegro, sintiendo la suavidad de su piel.

El Alfa comenzó a bajar con sus labios, dejando suaves besos que se sentían como una caricia ardiente en cada centímetro de piel que tocaba. Pasó su lengua con una lentitud exquisita por el pecho del Omega, deteniéndose un momento para saborear su piel, dejando un rastro húmedo y cálido que enviaba escalofríos de placer a Taehyung.

Sus labios descendieron hasta llegar al abdomen del Omega, donde Jungkook dejo un camino de besos suaves y provocativos. Mientras tanto, sus manos se aferraban con pasión a la delgada cintura de Taehyung, sintiendo cada latido de su corazón y la respiración entrecortada que reflejaba la mezcla de placer y vulnerabilidad que lo invadía.

Taehyung, con los ojos cerrados y sus labios entreabiertos, trataba de ahogar los suspiros que escapaban de su boca. Su mente era un torbellino de emociones encontradas: el miedo y la inseguridad luchaban contra el deseo y el amor que aún sentía por Jungkook. En cada caricia, en cada beso, podía sentir la sinceridad y el arrepentimiento del Alfa, pero también la sombra de sus propios miedos que lo mantenían al borde de las lágrimas.

—Te amo, Tae. —La voz de Jungkook era un susurro cálido contra la piel del Omega, una promesa que envolvía cada uno de sus movimientos, tratando de sanar las heridas invisibles del pasado.

Taehyung dejó escapar un suspiro tembloroso, entregándose a las sensaciones que el Alfa le provocaba, mientras sus propias manos buscaban el contacto de la piel de Jungkook, anhelando sentir esa conexión que tanto
había deseado.

A cada movimiento, a cada beso, Taehyung sentía como si las barreras que había erigido a su alrededor comenzaran a desmoronarse. Aunque el miedo aún estaba allí, latente y amenazante, el amor de Jungkook eran como una luz cálida que empezaba a disipar la oscuridad que lo envolvía.

Jungkook llevó sus labios a aquel lugar sensible, un punto que sabía que encendería a Taehyung. Su lengua se movía con una suavidad experta, provocando suspiros entrecortados y gemidos que llenaban la habitación. Al mismo tiempo, una de sus manos se deslizaba con firmeza hacia el miembro del Omega, envolviéndolo con una caricia lenta y tortuosa.

Taehyung arqueó su espalda al sentir la lengua de Jungkook explorar con suavidad y deseo, su cuerpo respondiendo de inmediato a la invasión placentera. Los ojos del Omega se cerraron, sus labios entreabiertos dejando escapar gemidos de puro éxtasis. La mano del Alfa subía y bajaba con una presión perfecta, provocando oleadas de placer que lo hacían perder la razón, cada movimiento era una promesa de amor y pasión desenfrenada.

El ritmo constante y preciso de la lengua de Jungkook, junto con las caricias de su mano, llevaban a Taehyung a un estado de euforia incontrolable. Cada fibra de su ser se entregaba a la sensación de ser amado y deseado, mientras sus caderas se movían instintivamente hacia el placer que le ofrecía el Alfa, su mente un torbellino de sensaciones que lo hacían olvidar cualquier inseguridad o dolor del pasado.

Jungkook deslizó despacio un dedo en aquel lugar sensible, logrando que Taehyung dejara escapar un jadeo fuerte mientras apretaba las sábanas con sus manos. Su cuerpo reaccionó de inmediato, arqueándose hacia el Alfa en una mezcla de deseo y vulnerabilidad. El segundo dedo se unió al primero, provocando un gemido ahogado y una marea de placer que invadió su ser. Mientras tanto, la mano de Jungkook seguía su ritmo, subiendo y bajando por su miembro, cada caricia llevando al Omega a un estado de éxtasis que nublaba su mente.

Incapaz de contenerse, Taehyung llenó la habitación de jadeos intensos cuando su liberación finalmente llegó, su esencia derramándose sobre la mano del Alfa y su propio abdomen, en una muestra de entrega absoluta.

En ese momento, Jungkook alineó su cuerpo con el del Omega, tomando el tronco de su miembro y deslizándolo suavemente dentro de él. Taehyung apenas pudo abrir los labios, soltando un leve gemido que reflejaba la mezcla de dolor y placer que sentía.

Jungkook se acercó a su rostro, apoyando sus brazos a cada lado del Omega, creando un refugio de intimidad entre ellos. —¿Estás bien, bonito? —susurró cerca de sus labios, su voz cargada de preocupación y ternura.

Taehyung abrió los ojos, sus manos temblorosas encontrando el cabello del Alfa, aferrándose a él con una necesidad desesperada. —Sí, Alfa — murmuró, susurrando las palabras entre besos urgentes mientras bajaba la cabeza de Jungkook para encontrar sus labios de nuevo. El vaivén comenzó, suave y melódico, un baile de cuerpos entrelazados que se intensificaba con cada segundo.

Entre besos y caricias, la pasión y la lujuria se apoderaron de ellos, transformando cada movimiento en una sinfonía de deseo compartido. La habitación se llenó de gemidos ahogados y respiraciones entrecortadas, cada sonido una declaración de la conexión profunda y el amor que fluía entre ellos, haciéndoles olvidar el mundo exterior y perdiéndose en el éxtasis de su unión.

Cada beso se tornaba más ardiente, explorando cada rincón de sus bocas con una urgencia que reflejaba años de deseo contenido. Las manos de Jungkook se deslizaban con determinación por el cuerpo de Taehyung, acariciando cada curva con una mezcla de ternura y pasión desenfrenada. Cada caricia era un eco de su amor y anhelo mutuo, marcando la piel del Omega con la promesa de posesión y protección.

Con cada estocada, Jungkook buscaba fundirse más profundamente con Taehyung, como si cada movimiento pretendiera borrar las dudas y los temores del pasado. El Omega respondía con gemidos que escapaban de sus labios entreabiertos, sus manos aferrándose a los hombros del Alfa, buscando anclarse a él en medio del éxtasis.

Los minutos parecían eternos mientras se entregaban el uno al otro sin reservas, envueltos en la intensidad del momento. La habitación resonaba con sus suspiros entrelazados y el sonido rítmico de sus cuerpos chocando suavemente. Cada vaivén era una declaración de amor y deseo, una prueba de que, a pesar de todo, estaban destinados a estar juntos.

El lobo del Alfa se hizo presente; sus ojos se tornaron de un rojo rubí intenso, y sus colmillos descendieron lentamente mientras sus labios bajaban hacia el cuello del Omega.

—Jungkook, por favor, no lo hagas. —La voz de Taehyung salió en un susurro suplicante, mientras cerraba con fuerza sus ojos, sus manos aferrándose a la espalda del Alfa. Sentía una lucha interna, dividida entre el deseo de entregarse por completo al Alfa que tanto amaba y que, al mismo tiempo, le había causado tanto dolor, y el impulso de seguir adelante con su venganza.

Jungkook, con esfuerzo, tomó el control de su lobo y comprendió que era demasiado pronto. —Lo siento, bonito. —murmuró, dejando un beso fugaz en aquella curvatura tan suave y deliciosa del cuello de Taehyung. —Prometo esperarte. Cuando estés listo, lo haré. —dijo con un dejo de tristeza, su voz cargada de una promesa que le pesaba. Giró su rostro y se encontró con los ojos cristalizados del Omega, llenos de una mezcla de emociones.

—También te amo, Jungkook. —confesó Taehyung, aunque en el fondo sabia que la frase aún no estaba completa.

El Alfa lo besó nuevamente, con más intensidad, y los movimientos de vaivén se volvieron más profundos y certeros, llevando a la pareja al punto más alto del clímax. La habitación se llenó de jadeos y gemidos de placer, resonando con la pasión que ambos compartían.

El Alfa se quedó quieto por unos momentos, sus respiraciones se mezclaban en un ritmo acompasado, mientras el sudor perlaba sus cuerpos. Jungkook dejó un último beso en los labios de Taehyung, como una promesa silenciosa. Luego, con suavidad, fue saliendo despacio del cuerpo de su Omega, siendo consciente de cada suspiro y cada estremecimiento que provocaba en él.

Taehyung gimió suavemente, aferrándose a los brazos de Jungkook mientras este se apartaba. Sus ojos entreabiertos, aún brillantes por el éxtasis, lo observaron con una mezcla de cansancio y satisfacción. Jungkook, sin dejar de mirarlo con ternura, se tomó un momento para contemplar la imagen del Omega recostado bajo él, tan hermoso y vulnerable.

Con cuidado, se deslizó a su lado, rodeando la cintura de Taehyung con su brazo para atraerlo hacia su pecho. El Alfa dejó tiernos besos en la frente húmeda de su amado, sintiendo el latido acelerado de su corazón. Ambos se quedaron así, en silencio, dejando que sus respiraciones se calmaran y el ambiente en la habitación se llenara de una paz profunda y reconfortante.

Minutos después el Alfa volvió a hablar. —¿Cómo te sientes, bonito? —preguntó en un tono suave, mientras una sonrisa de felicidad y satisfacción se curvaba en sus labios. Al fin, su hermoso Omega se había entregado a él.

—Bien, Kook. —susurró Taehyung, acurrucándose en el pecho del Alfa. —Me gustó. —admitió, mientras sus mejillas se tornaban rojas.

—¿Solo te gustó? Auch, lastimas mi ego. —bromeó Jungkook entre risas, mirando con ternura el rubor en las mejillas de Taehyung.

El Omega levantó su rostro con una sonrisa traviesa. —De acuerdo, Alfa egocéntrico, me encantó. ¿Ahora estás feliz? —preguntó, pasando su mano por el fornido pecho ajeno, sintiendo la calidez que irradiaba de su piel.

—Solo un poquito. —susurró Jungkook, antes de dejar un suave beso en los labios del Omega.

—Está bien. —respondió Taehyung, haciendo un movimiento rápido para quedar encima del Alfa, con sus piernas abiertas a cada lado de su cintura. Jungkook llevó sus manos a las caderas ajena, una gran sonrisa iluminando su rostro. —Me fascinó mucho. —habló en un tono suave, mientras acariciaba el torso del Alfa. —Pero... es mi primera vez, así que no puedo decir que fue excelente. —murmuró, mordiendo su labio inferior mientras sonreía con picardía.

—Entonces tendré que hacerte mío hasta que sea excelente. —respondió Jungkook en un tono seductor, sus ojos brillando con deseo.

—Tal vez. —replicó Taehyung, comenzando a mover suavemente sus caderas en círculos sobre el miembro del Alfa. Jungkook cerró sus ojos y soltó un jadeo, disfrutando de las sensaciones que recorrían su cuerpo.

—Tae... mmm. —logró decir, mientras el Omega seguía jugando sobre él. —Bo... bonito. —susurró entre jadeos, sintiendo cómo su autocontrol se desvanecía.

Taehyung acercó su rostro al del Alfa, susurrando con una sonrisa. —Mejor vamos a bañarnos, Alfa egocéntrico. —dijo, dejando un fugaz beso en los labios ajenos antes de levantarse, mostrando su hermosa figura desnuda.

—Eso fue cruel. —se quejó Jungkook, mirando su miembro nuevamente erecto. —¿Por qué juegas así conmigo? —añadió, poniéndose de pie y admirando la belleza de su Omega.

—¿Quién dijo que el juego terminó, Jeon? —respondió Taehyung con una sonrisa, antes de dirigirse al cuarto de baño, dejando la puerta entreabierta como una invitación.

Jungkook no tardó en seguirlo. Al entrar, se quedó observando cómo el agua de la ducha recorría el esbelto cuerpo del Omega, resbalando por su piel como si lo acariciara. —Eres perfecto. —murmuró sin darse cuenta, su voz apenas un susurro.

Taehyung giró ligeramente la cabeza, con una sonrisa traviesa en sus labios. —¿Vas a quedarte ahí mirándome? —preguntó, tomando el jabón entre sus manos.

—Sí, quiero disfrutar de la vista. —respondió Jungkook, levantando una ceja con un brillo de deseo en sus ojos.

—De acuerdo, Jeon, entonces observa. —dijo Taehyung, comenzando a pasarse el jabón por su cuerpo, sus movimientos lentos y deliberados, creando pequeñas burbujas sobre su piel. Comenzó por sus largas y torneadas piernas, deslizándolo con una suavidad provocadora. Levantó la vista y le dedicó una sonrisa sexy, viendo cómo el Alfa parecía completamente hechizado, sin apartar la mirada de él. Luego, subió el jabón hacia su abdomen, mordiendo su labio inferior mientras lo hacía, jugando con la cordura de Jungkook.

Taehyung se dio la vuelta, dándole la espalda mientras pasaba el jabón por su hombro, lanzándole una mirada coqueta por encima. —Qué mal, no puedo lavar mi espalda. —se quejó, haciendo un puchero con sus labios, consciente de la tentación que representaba.

Jungkook no pudo resistir más. Se acercó, pasando su mano por la cintura del Omega y apoyando su endurecido miembro contra el redondeado trasero ajeno. —Yo puedo lavar tu espalda. —susurró, su voz ronca, cerca de la piel de Taehyung.

—Creí que solo observarías. —respondió, pero su tono era juguetón, sabiendo perfectamente que Jungkook no se quedaría quieto por mucho tiempo.

—No pude resistirme, eres deliciosamente tentador. —murmuró Jungkook, y luego, en un movimiento repentino, dio una estocada falsa, rozando apenas la entrada del Omega, logrando que Taehyung soltase un gemido

—Alfa mentiroso —susurró Taehyung en un gemido, sintiendo la presión en su interior.

Jungkook afianzó sus manos en las caderas del Omega, aprovechando su control para dar otra estocada falsa. Taehyung jadeó ahogadamente, mordiéndose el labio inferior con fuerza, luchando por no dejar escapar más sonidos. —No soy mentiroso, mi bonito, tú eres el irresistible —murmuró Jungkook con voz ronca, dejando que su aliento caliente acariciara la piel del Omega. De nuevo, movió su cuerpo apenas unos centímetros, rozando el lugar sensible de Taehyung, quien apenas podía contenerse. —Te deseo más que a nada en este mundo.

Sin previo aviso, Taehyung se giró con un movimiento rápido, quedando frente a frente con el Alfa, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y pasión. —¿Me deseas? —preguntó en un tono seductor, ladeando su cabeza levemente. Jungkook asintió, atrapado por la intensidad en los ojos del Omega. —¿Cuánto?

—Más de lo que te imaginas —respondió Jungkook, antes de apresar los labios de Taehyung con una lujuria desbordante.

Taehyung se separó apenas unos centímetros, dejando sus labios rozando los del Alfa. —Entonces demuéstramelo, Jeon.

Jungkook entrecerró los ojos, una chispa de confusión cruzó su mirada ante la nueva actitud tan segura del Omega. —¿Acaso estás jugando con fuego? —preguntó, su voz baja y peligrosa, sin poder entender completamente lo que Taehyung pretendía.

—¡Ash! Creí que me deseabas más —se quejó Taehyung con un puchero, dando un paso al costado e intentando alejarse.

El Alfa se movió en un parpadeo, tomando la muñeca del Omega antes de que pudiera irse. Taehyung se detuvo, volviendo a mirarlo a los ojos, sus respiraciones pesadas llenando el espacio entre ellos. —¿Qué quieres de mí, bonito? —preguntó Jungkook, su voz cargada de curiosidad.

Taehyung se acercó lentamente, su rostro tan cerca que sus labios apenas rozaron los del azabache. —Ruega por mí, Jeon —susurró con un tono retador antes de intentar alejarse de nuevo, solo para ser atrapado otra vez por el Alfa, quien lo sujetó por la cintura y lo giró bruscamente, presionando su cuerpo contra la fría cerámica del cuarto de baño.

—¿Quieres que ruegue por tenerte? —preguntó Jungkook, su pecho pegado a la espalda del Omega, su aliento cálido acariciando la piel de Taehyung.

El Omega, más seguro que nunca, lo miró por encima del hombro, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa. —Sí, Jeon.

—¡Oh!, de acuerdo —murmuró Jungkook, alineando su miembro erecto con el cuerpo de Taehyung, el tono de su voz impregnado de una falsa sumisión que solo intensificaba la tensión entre ellos. —Por favor, bonito, déjame besar cada rincón de tu hermoso cuerpo —susurró, deslizando su miembro unos escasos centímetros dentro del Omega, arrancándole un gemido profundo. —Déjame acariciarte cada día —volvió a empujar suavemente, sintiendo cómo el cuerpo de Taehyung se estremecía bajo su control. —Déjame hacerte el amor hasta el amanecer —con un movimiento decidido, se deslizó por completo en el cuerpo de Taehyung, provocando que el Omega soltara un gemido fuerte, su cuerpo arqueándose en respuesta.

—¡Aaah! —gimió alto Taehyung una vez más cuando el Alfa hizo un segundo movimiento brusco, llevándolo al borde de la locura.

—¿Así te gusta? —preguntó Jungkook con voz ronca, susurrando sobre el cuello del Omega, quien apenas pudo asentir, mordiendo sus labios para contener los sonidos que querían escapar.

El vaivén comenzó despacio, cada embestida acompañada de pasionales besos que Jungkook depositaba en el cuello y hombro de Taehyung, dejando una estela de calor sobre su piel.

—Ruega, Jeon —desafió Taehyung entre gemidos, su voz temblorosa por el placer, provocando que los movimientos del Alfa se volvieran más bruscos, más profundos y certeros, alcanzando una y otra vez aquel punto dulce que torturaba al Omega con un placer inigualable.

Ambos alcanzaron el clímax simultáneamente, sus cuerpos tensándose en perfecta sincronía. El cuarto de baño fue el único testigo de su entrega pasional, de los gemidos incontrolables, de las caricias lujuriosas y de los besos cargados de deseo y amor.

Se quedaron en silencio por unos instantes, mientras sus respiraciones agitadas eran lo único que se escuchaba en la habitación.

—Creo... que ahora sí fue excelente —murmuró Taehyung, aún tratando de recuperar el aliento.

Jungkook, con la frente apoyada en la espalda de su Omega, soltó una suave risa. —Mi ego se siente mejor —bromeó, con una sonrisa satisfecha.

Con movimientos suaves, salió del cuerpo del Omega, quien se giró para mirarlo a los ojos. Taehyung apoyó sus brazos en los hombros del Alfa y, con una sonrisa juguetona, susurró: —Alfa idiota.

—También te amo, bonito —respondió Jungkook, sonriendo antes de volver a capturar sus labios en un beso profundo.

Se bañaron entre besos y caricias, el agua cálida resbalaba sobre sus cuerpos mientras compartían sonrisas y miradas cómplices. Parecía que, al fin, Taehyung había dejado atrás todo el dolor, disfrutando verdaderamente de estar junto a Jungkook. Pero al salir del baño, cuando sus pies tocaron el frío suelo, la realidad los golpeó de nuevo. Taehyung miró el reloj de pared y aquella pequeña burbuja de felicidad estalló de inmediato.

—Carajo, Nam está por llegar —informó, su voz cargada de preocupación.

—Quiero hablar con él, necesito explicarle que estamos juntos... —comenzó a decir Jungkook, decidido.

—¡NO! —lo interrumpió el Omega, levantando la voz. —No... Kook, aún es muy pronto... Solo dame un poco más de tiempo —explicó nervioso, su mirada evitando la del Alfa mientras apretaba con fuerza el borde de la toalla.

Jungkook suspiró, sintiendo una punzada de tristeza en su pecho. Cada vez que pensaba que avanzaba un paso, parecía retroceder tres.

—Sabes cómo es Nam y mi papá —continuó Taehyung, su voz más suave pero con un toque de desesperación—, son muy protectores conmigo, y no van a aceptar lo nuestro tan fácilmente.

El azabache se acercó despacio, con una mezcla de comprensión y frustración en su mirada. —De acuerdo, bonito. Solo... Es que quiero estar contigo todos los días de mi vida, gritarle al mundo que eres mío y solo mío —dijo mientras pasaba una mano por la cintura del Omega, atrayéndolo hacia sí, y con la otra acariciaba suavemente su rostro, buscando consolarlo. —Ya no les tengo miedo, y si debo pelearme con ellos por estar contigo, lo haré —afirmó con determinación.

—Yo... Tan solo espera un poco más, por favor —suplicó Taehyung, su voz temblando ligeramente.

—Está bien, bonito. Seré paciente —respondió Jungkook, resignado, antes de inclinarse para darle un beso suave y reconfortante. Pero el sonido de unos golpes en la puerta los hizo separarse de inmediato, ambos sobresaltados.

—Tae, ¿estás ahí? —resonó desde el otro lado de la puerta, llenando la habitación de tensión.

—Nam... —susurraron Taehyung y Jungkook al unísono, sus corazones acelerándose al mismo ritmo.

—¿Tae, estás con alguien? —preguntó Namjoon con una clara molestia en su voz, su tono haciéndose más severo.

El Omega se movió rápido, tapando la boca del azabache con su mano, su corazón latiendo con fuerza. —No, Nam, estoy solo —respondió nervioso, sintiendo cómo el Alfa se tensaba bajo su palma.

—Okey... —dijo Namjoon, pero su voz delataba que no estaba del todo convencido. —Necesito hablar contigo de la...

—¡Ya bajo! —interrumpió rápidamente Taehyung, casi desesperado por cortar la conversación. —Dame un minuto para que me cambie.

—Te espero en la sala —respondió su hermano, bajando las escaleras, aunque el Omega pudo sentir que la sospecha aún rondaba en su mente.

—Mierda... —murmuró Taehyung, girando su rostro para ver al Alfa, que aún tenía la boca cubierta por su mano. —Lo siento, Kook —susurró mientras alejaba su mano, liberando al azabache.

—¿De qué quiere hablar? —preguntó Jungkook, intentando mantener la calma pero sintiendo el peso de la situación. Sabía que Namjoon odiaba que sus amigos se acercaran a su hermano, y eso lo ponía en una posición complicada.

—De una fiesta que está organizando —explicó, restándole importancia mientras se vestía apresuradamente. —Voy a distraerlo llevándolo al jardín, así tú puedes irte sin que te vea.

—¿Una fiesta? ¿Y eso por qué? —preguntó Jungkook, sintiendo una punzada de celos al pensar en otros hombres alrededor de su Omega.

—En unos días Nam te enviará la invitación. La fiesta es solo una excusa para invitar a sus amigos —aclaró Taehyung, abrochándose la camisa mientras lanzaba una rápida mirada al Alfa, que también se apresuraba a vestirse.

Una vez listos, Jungkook se acercó a él, pasando sus manos por la cintura del Omega, buscando consuelo en su cercanía. —¿Podré verte mañana? —preguntó, sus ojos reflejando una mezcla de deseo y preocupación.

Taehyung apoyó sus brazos en los hombros del azabache, intentando mantener la situación ligera. —Sí, Alfa egocéntrico.

—E idiota —agregó Jungkook con una sonrisa débil, tratando de ocultar la tristeza en su voz. —Te amo —susurró, sintiendo un nudo en su garganta.

La sonrisa de Taehyung se desvaneció ligeramente, una sombra de preocupación cruzando por sus ojos. —También te amo, Jungkook —logró decir, aunque su voz llevaba un peso que no podía ignorar.

El Alfa le devolvió una sonrisa suave antes de besar sus labios con ternura, sus manos aferrándose a la cintura del Omega como si sintiera que algo malo estaba por suceder, como si quisiera retener ese momento un poco más.

—Nos vemos mañana —susurró Taehyung antes de salir de la habitación, dejando a Jungkook sintiendo un vacío en su pecho.

—Al fin sales de tu habitación —se quejó Namjoon, con los brazos cruzados, observando a su hermano con una ceja levantada.

—Lo siento. Mejor vamos al jardín, el día está precioso —dijo Taehyung, tratando de sonar despreocupado mientras caminaba directamente hacia la puerta trasera de la casa. Namjoon, aunque un poco desconfiado, lo siguió sin más preguntas.

Jungkook esperó en la habitación con la puerta entreabierta, escuchando atentamente hasta asegurarse de que ambos hermanos se dirigían al jardín. Una vez que los oyó alejarse, decidió salir. Antes de hacerlo, miró una última vez la habitación, recordando los momentos que habían compartido minutos antes. Sonrió con tristeza y, con sigilo, bajó las escaleras hasta llegar a la puerta principal.

Pero justo antes de poder salir, escuchó la voz de Taehyung resonar desde el jardín.

—No, Nam, ya te dije que no estoy saliendo con nadie —afirmó, su tono cargado de firmeza.

Jungkook negó con frustración, sintiendo cómo la desconfianza lo invadía. Se retiró de la casa, su mente llena de preguntas y su corazón pesado.

Al día siguiente, Taehyung le envió un mensaje diciéndole que no podían verse, lo que se repitió durante tres días seguidos. La incertidumbre comenzó a consumir a Jungkook, hasta que recibió una llamada de Namjoon, invitándolo a una fiesta con el motivo de recordar viejos tiempos. Obviamente, el azabache aceptó, decidido a ver a su Omega y descubrir por qué lo estaba evitando.

Al otro día, cuando llegó la hora de la fiesta, Jungkook caminaba por la mansión de los Kim saludando a sus viejos amigos, pero su nerviosismo era palpable. Su mente no dejaba de revivir la última fiesta a la que asistió, hacía cinco años, donde había humillado y lastimado a su Omega de la peor manera posible, logrando que él se alejara.

—Jungkook, qué raro verte aquí —saludó Hoseok con una copa de vino en la mano, su voz cargada de una ligera burla.

—Hobi, también es un gusto volver a verte —respondió Jungkook con sarcasmo, intentando mantener la calma.

—Creí que no vendrías. Ya sabes, después de que se fue Tae, te negaste a volver a estas fiestas —comentó Hoseok, dándole un sorbo a su bebida.

—Vine solo porque Nam me lo pidió —mintió Jungkook, sus ojos buscando desesperadamente a su Omega entre la multitud.

—Solo espero que esta vez no seas tan canalla con él, y por favor, intenta no tirarlo a la piscina —añadió Hoseok con una sonrisa sarcástica antes de alejarse.

Jungkook negó con la cabeza, frustrado por la situación, pero antes de que pudiera reaccionar, una voz familiar lo sacó de sus pensamientos.

—¡Oh, Kookie! Qué gusto volver a verte —saludó de forma coqueta Mishael, el Omega que se acercó peligrosamente, con una mirada insinuante.

—Mishael —respondió Jungkook, dando un paso hacia atrás, intentando mantener la distancia. En ese momento, todos giraron hacia la puerta. Y como no hacerlo, Taehyung acababa de salir al jardín, y con su sola presencia iluminaba el lugar.

Taehyung lucía un pantalón corto con doble cinturón, una blusa vintage y una chaqueta de cuero que hacía juego con el pantalón. Sus labios apenas retocados con bálsamo, y una delicada cadena de plata adornaba su cuello, resaltando su elegancia.

Mishael bufó molesto al ver cómo todos observaban al hermoso pelinegro. Jackson no perdió la oportunidad y se apresuró a acercarse a Taehyung.

—Wow, Tae, siempre fuiste hermoso, pero hoy te ves... sublime —halagó el Alfa, mirándolo con una sonrisa apreciativa.

—¡Jackson! —se quejó Namjoon, acercándose por detrás de su hermano.

—Ya no soy un niño, Nam —reclamó Taehyung, tomando a Jackson del brazo y alejándose con él. Jungkook lanzó un gruñido al aire al ver aquella escena.

—Eres lindo y con carácter. Me encanta —comentó Jackson, apoyando su mano sobre la de Taehyung mientras caminaban juntos.

El Omega se detuvo y se colocó frente a Jackson, mirándolo directamente a los ojos. —De todos los amigos de mi hermano, siempre fuiste el único que lo desafiaba solo para mirarme —dijo, su voz cargada de nostalgia.

El Alfa sonrió, pasando su mano por la cintura de Taehyung. Pero en ese momento, Jungkook llegó a su lado y retiró la mano de Jackson con fuerza.

—¿Qué haces, idiota? —se quejó Jackson, molesto por la interrupción.

Jungkook respiraba agitadamente, sus ojos llenos de furia. —No lo toques —advirtió, su tono bajo y amenazante.

—¡Basta, Jungkook! —reclamó Taehyung, tratando de calmar la situación.

—Tae... No hagas esto —suplicó Jungkook, tomando al Omega del brazo con desesperación.

—No te atrevas a volver a hacerle daño —amenazó Jackson, apoyando con fuerza su mano sobre la de Jungkook.

—Idiotas, no arruinen la fiesta de despedida de mi hermano —intervino Namjoon, levantando la voz. Ambos Alfas soltaron a Taehyung, pero las palabras de Namjoon hicieron que el mundo de Jungkook se tambaleara.

—¿Des... despedida? —murmuró Jungkook, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir frenéticamente, su respiración volviéndose densa y pesada. —Tae...

—Sí, Jungkook, mañana regreso a la casa de mis abuelos —respondió Taehyung, dándose vuelta y dirigiéndose hacia la sala, sin mirarlo.

—Eres un imbécil, Jungkook. Arruinaste su despedida —reclamó Jackson antes de retirarse, dejando al azabache completamente confundido y desolado.

Jungkook levantó la vista, decidido a seguir a su Omega. —Tae, ¿podemos hablar? —dijo con voz entrecortada, alcanzándolo por la espalda.

—No, Jungkook —respondió Taehyung, apresurando sus pasos, intentando escapar de la conversación. Salió de la casa y el azabache lo siguió, su corazón latiendo con fuerza.

Jimin se asomó desde la puerta trasera, apoyando su hombro en el umbral, una ligera sonrisa en su rostro. —Creo que hoy lloverá —murmuró para sí mismo, observando la tensión entre ambos.

—Por favor, Tae, dime qué está sucediendo —exigió Jungkook luego de seguirlo varios metros. El pelinegro no respondió, sus pasos volviéndose más rápidos. Desesperado, el azabache lo tomó del brazo y lo giró a la fuerza. Su corazón se detuvo al ver los ojos de su Omega, rojos y llenos de lágrimas.

—Por favor, Jungkook, déjame irme —suplicó Taehyung, su voz quebrándose bajo el peso del dolor.

—No, no, mi amor. Dime por qué me dejas —el Alfa comenzó a llorar, sus manos temblando mientras intentaba mantener el control. Taehyung negó con la cabeza, las palabras quedaban atrapadas en su pecho, ahogándolo.

—¿Lo nuestro fue una mentira? —preguntó Jungkook, su voz desesperada, buscando alguna señal de esperanza.

—No lo sé... —logró responder Taehyung, intentando secar las lágrimas que recorrían sus mejillas, pero el dolor seguía ahí, atormentándolo.

Las manos de Jungkook temblaban más fuerte, sus dientes mordiendo su labio inferior con desesperación. —Al menos dime si cuando me dijiste que me amabas, era verdad.

—Sí, Jungkook, te amo —su voz se quebró completamente, un llanto ahogado lo invadió, liberando todo el dolor que había estado conteniendo.

El Alfa acunó su rostro con ternura, tratando de calmar su propio miedo. —Entonces no me dejes, mi amor —suplicó, y en ese momento, como si el cielo reflejara su angustia, comenzó a llover. Jungkook inclinó su rostro y lo besó con amor, como si intentara detener el tiempo, aferrándose a ese último rayo de esperanza.

Taehyung se alejó un poco, levantando su vista al cielo mientras las gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas. —Te amo, Jungkook, pero no puedo perdonarte —murmuró finalmente, logrando completar la frase que tanto le había costado. Bajó la mirada, encontrando los ojos del Alfa llenos de lágrimas que se confundían con la lluvia. —Adiós, Kook —susurró, dándose vuelta y comenzando a caminar bajo la tormenta.

—Sé que fui un idiota —gritó Jungkook, intentando detenerlo, pero no lo logró. —Te amo, mi Omega —susurró, tapando sus ojos con sus manos, antes de dar un grito desgarrador que resonó en el aire.

Bajó sus manos, y de repente se encontraba en su antiguo vehículo...

🌸Hola Dulces obsesionadas por el Taekook KookV 🥰

🌸Si la diosa luna me ayuda 🤣 el próximo capítulo es el último 🤭 y recuerden que amo los finales felices, así que no se asusten😉.

🌸 Gracias por leer mi historia.

🌸Nikki🌸





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