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XXXIII. Cinema.

Capítulo 33 (dedicado a @xl0velyharryx)




Kelsey para en frente de una tienda que no he visto en mi vida. Las luces de neón moradas iluminan en cartel de fuera, que se limita al nombre de la tienda y un dibujo de una mujer mega perforada y tatuada, además de tener el pelo de colorines.

-¿Qué es esto?¿Una tienda de estas frikis?- le pregunto a Kelsey a medida que nos acercamos.

-Es una tienda de tatuajes, piercings y tintes o mierdas así. -se encoge de hombros- La mayoría de tiendas de la zona son nuevas así que...

Empujo la puerta hacia dentro y un olor intenso me golpea con fuerza. Joder. Una tía con el pelo rapado y un séptum se nos acerca y esboza una pequeña sonrisa.

-Hola.- dice- ¿en qué puedo ayudaros?

Es bajita, me llega por la barbilla, por lo que me hace gracia. Pero me trago la gracia y lo empujo hacia lo más hondo.

-Eh...quería un tinte. Rosa.- especifico.

-¡Claro!¿Qué tono de rosa tenías antes?

Me quedo pensando. Diría que rosa pocho pero creo que esta tía se me quedaría mirando con cara de culo. Así que respondo lo más parecido que me sé.

-Creo que rosa...¿palo?

-Si. Rosa palo.- interviene Kelsey.

Le miro y sonrío. Por lo menos no he hecho el ridículo.

-Claro, esperad un momento.

La chica desaparece detrás de una puerta negra y me quedo mirando las paredes atestadas de fotos de piercings y tatuajes. Me acerco más hacia la pared mirando las fotos, séptums, expansores, dilataciones y todo tipo de tatuajes. Me quedo mirando en especial una foto de un piercing, en el ombligo. Quería uno pero no me dio tiempo en la clínica, o demasiada pereza, llamadlo como queráis. Señalo la foto de el piercing del ombligo y me giro hacia Kelsey.

-¿Me lo hago?

Kelsey se acerca y mira detenidamente la foto. Después me mira y sonríe.

-¿Nos lo hacemos? Siempre he querido uno.

Me encojo de hombros y sonrío. Tenía que hacer algo de esto con Kels.

En ese mismo instante llega Venus con un bote de tinte en la mano. Sé cómo se llama ,obviamente, por la chapita que adorna su camiseta negra.

-He pensado que al habérsete quedado el pelo tan...- se queda pensando la palabra unos instantes- claro tirando a blanco, creo que uno más oscuro te iría mejor para que se te quede rosa palo.

-Claro, gracias.- me giro hacia la foto del piercing y lo señalo- ¿y podríamos hacernos un piercing?

Venus se acerca hacia la foto y después nos mira sonriendo.

-Por supuesto, eh, ¿sois mayores de edad?

Kelsey me rodea el hombro con el brazo.

-Acaba de cumplir los dieciocho. Y yo bueno...

Venus se ríe. Por lo menos no parece la típica amargada.

-Bien. Me basta con que una de vosotras los tenga, ¿tenéis identificación?

Me saco la identificación del bolsillo trasero y se lo muestro. Venus lo revisa y se le marca el hoyuelo izquierdo cuando sonríe y me lo devuelve.

-Claro. Seguidme.

Tiro del brazo de Kelsey mientras sigo por un pasillo blanco pintarrajeado por todo tipo de firmas y alguna que otra foto. Venus abre una puerta casi al final del pasillo y nos hace un gesto con la mano para que la sigamos.

-¿Me va a doler?- pregunta Kelsey agarrándome del brazo.

-Uh si, te vas a desangrar.

Kelsey me pega en el hombro y me río. La luz de la habitación es clara cuando Venus la enciende y veo un sillón negro reclinable en el centro de la sala, a parte de un montón de cajas y más fotos de piercings y tatuajes. A este paso voy a acabar saliendo de esta tienda con un tatuaje también.

Venus se pone unos guantes de látex y abre una caja, sacando un par de piercings medicinales.

-Bien, ¿quién va primera?

Kelsey me empuja hacia el sillón y me río entre dientes, negando con la cabeza. Venus me sonríe cuando me siento sobre el cuero negro y me echo tranquilamente. Miro a Kelsey morderse las uñas y mirar atentamente cómo Venus saca una aguja de una de las cajas y la desinfecta con suero, para después atarla al piercing. También saca unas pinzas que aprieta contra la piel de la parte superior de mi ombligo, dejándola adormecida.

-No va a doler.- me asegura sin dejar de apretar.

-Lo sé.- me encojo de hombros.

Ella sonríe y retira la pinza para después introducir la aguja poco a poco. En realidad no me duele demasiado pero me divierto mirando a Kelsey y poniendo caras de puro dolor.

-¡Heather para que me entra miedo cabrona!- se queja.

Me río entre dientes y miro hacia abajo, donde la mitad del piercing ha entrado por la piel agujereada de mi ombligo. Venus termina de tirar y hago una mueca, pero sonrío cuando enrosca la bolita plateada y saca un algodón en el que echa más suero para dar pequeños toques por encima de mi piercing recién hecho.

-Esto ya está.- se gira hacia Kelsey, que sigue mordiéndose las uñas como una loca- ¿Siguiente? Te juro que no duele.

Kelsey asiente algo nerviosa y me levanto haciendo una pequeña mueca cuando me siento. Si que duele. Me apoyo en la pared mientras veo cómo Kelsey se tumba sin dejar de mirar a la luz del techo y Venus le levanta la camiseta amablemente. Repite la misma acción que conmigo, desinfecta la aguja, y le pone la pinza en la parte superior del ombligo.

-Heather ven.- se queja Kelsey cuando Venus empieza a clavarle la aguja.

Me río entre dientes y me acerco a ella, que no tarda en agarrarme la mano con fuerza.

-Ni que fueras a parir chica.- me río.

Kelsey me larga una mirada furibunda y me río mientras niego con la cabeza. Cuando Venus termina de ponerle el piercing y le frota con el algodón deja salir todo el aire que estaba conteniendo y sus mejillas vuelven a su tono normal.

-Exagerada.- me mofo.

-Oye pues no duele tanto.- ignora mo comentario y me mira desafiante.

Me dedico a reír mientras Venus recoge el material sonriente y nos hace un gesto con la cabeza para que la sigamos. Andamos otra vez hasta la caja y después de cobrar el tinte sacamos el dinero para los piercings.

-¿Cuánto es?- pregunto.

Venus saca una pequeña lista con los precios y frunce el ceño.

-Cincuenta, -sonríe- pero como me habéis caído bien solamente os voy a cobrar uno.

Kelsey sonríe y decidimos cobrar a medias entre las dos.

-Gracias Venus. Te debemos una.- dice Kelsey antes de salir por la puerta.

Andamos de nuevo hasta el coche de Kelsey y en ese mismo instante recibo un mensaje. De Harry, obviamente.

"¿Te hace una de cine? Paso por ti a las siete."

Le escribo una rápida afirmación y miro la hora, las cinco y veinte. Si Kelsey se da prisa me da tiempo a teñirme.

-En fin.- suspira Kelsey cuando llevamos un rato de viaje- Mi primer piercing con mi mejor amiga.

La miro y sonrío.

-¿Es ahora cuando tenemos que gritar como quinceañeras?

Kelsey se encoge de hombros y entonces chilla. Y la imito.

Nos pasamos como los diez minutos que dura el viaje chillando como subnormales y cuando Kelsey aparca delante de mi casa me duele la garganta y no puedo quitarme la estúpida sonrisa de la cara.

-Mañana ven a mi casa y te tiñes.- me encojo de hombros.

-¿Y por qué no ahora?- le propongo.

Kelsey apaga el motor a modo de respuesta y ambas nos bajamos del coche.

Cuando entramos en casa no se escucha nada, ni siquiera la televisión está encendida. Nada de nada. Ignoro el silencio y guío a Kelsey hasta mi cuarto, cierro la puerta y entro en el baño. No quiero que empiece a hacer preguntas sobre Roger.

-Aquí dice que tengo que esperar media hora con el tinte puesto y que tengo que aplicarlo con el pelo húmedo.- me encojo de hombros- Manos a la obra.

Me mojo todo el pelo y lo humedezco con la toalla, los restos del antiguo tinte empiezan a desteñir la toalla, que ahora tiene un tono rosa enfermizo. Kelsey aparece detrás de mi cuando empiezo a aplicar el tinte.

-¿Te lo doy yo? Me hace ilusión.

Sonrío y le lanzo el bote de tinte, Kelsey lo abre y se aplica un chorretón en la mano. Es de un color rosa chicle. Joder, voy a acabar con el pelo como el pulpo de Nemo.

Kelsey empieza haciendo un suave masaje en la parte superior de mi cabeza, baja hasta las puntas y sigue aplicando para después envolverme el pelo con la redecilla que viene en la caja.

-Pareces una vieja.- se mofa.

-Cállate.

Nos pasamos la siguiente media hora hablando de temas banales, como cuando yo estaba en la clínica, hasta que empiezo a hablarle de Devon.

-¿Y cómo es Devon?- pregunta Kelsey, que está echada sobre mi cama de cualquier manera.

-Pues no te voy a mentir. Es guapo el cabrón.

-¿Más que tu novio?- esboza una sonrisa pícara.

Me encojo de hombros y entonces le pego.

-Oye que mi novio es guapo.

-No lo dudo.

-Cállate que tienes al tuyo.

Y como si no viniera a cuento me mete un cojinazo. Si. Un cojinazo. Así que no se me ocurre mejor cosa que meter un dedo entre el amasijo de tinte que es mi pelo y untárselo en un mechón. Kelsey grita y me da otro cojinazo riéndose.

-¡Me voy a quedar con un mechón de colorines!- se queja.

-¡Oh qué grave!- dramatizo.

Ambas nos reímos y la alarma del reloj suena. Ya ha pasado la media hora.

Como en la caja dice que hay que aclarar y secar, me aclaro el pelo en la bañera, viendo cómo el agua se tiñe de rosa chicle y me humedezco el pelo con una toalla para después secármelo.

El resultado es satisfactorio. Como dijo Venus, el pelo ha quedado un poco más llamativo, pero se irá aclarando con el paso del tiempo, además el secador me ha dejado un efecto muy guay en el pelo. Me aplico una capa de rímel y me quito la ropa mojada para entrar en mi cuarto, donde Kelsey se dedica a darse con un cojín en la cara. Miro la hora, las siete menos diez.

-Deberías de aclararte ese pelo. Se te quedará blanco. - le digo mientras rebusco en mi armario. Saco unas botas negras militares, unos shorts deshilachados y una sudadera negra sin capucha con letras en blanco.

-¿A dónde vas a ir?- pregunta Kelsey recostándose en la cama.

-Styles me va a llevar al cine.

Kelsey silba y se ríe.

-Uh, una cita romántica.

-Cállate.- me quejo.

Justo entonces suena la bocina de un coche. Me asomo a medio vestir y me encuentro con Harry apoyado en su coche. Sonríe en mi dirección y se lleva las manos al pecho. Comprendo lo que dice cuando me doy cuenta de que estoy en sujetador y le saco el dedo corazón antes de entrar y ponerme la sudadera. Hoy hace un poco de frío y todavía es de noche así que me vendrá bien.

Kelsey me acompaña hasta la puerta un se despide de Harry con un saludo de mano. Llego a la altura de Harry cuando Kelsey está arrancando el coche sin dejar de mirarnos y este se limita a rodearme la cintura con los brazos. Cuando Kelsey se da por vencida y conduce el coche hasta doblar la esquina, Harry dirige sus manos hasta mi culo y me hace dar un saltito para enrollar mis piernas alrededor de sus caderas. Ignoro que me duele el piercing.

-Estaba esperando a que se fuera.- susurra besando mi mandíbula.- Estás muy guapa nena.

Me río entre dientes y rodeo su cuello con mis brazos para besarle agresivamente. Harry gime cuando mi lengua encuentra la suya y me pega contra el capó de su coche.

-Para si no quieres que te folle ahora mismo y nos detengan por escándalo público. Porque me dan ganas de hacerte gritar provocando con esta sudadera que te llega a mitad de muslo.- susurra contra mi cuello.

-Qué dulce.- ironizo casi sin aliento.

Ambos nos subimos al coche y nos pasamos el trayecto en silencio, con la mano de Harry sobre mi rodilla desnuda todo el rato, trazando círculos imaginarios.

(...)

-¿Cuál quieres ver?- pregunta mirando la cartelera.

-Ninguna cursi.- me encojo de hombros.

-Guay. Ve a por las palomitas. Yo compro las entradas.- me da un suave beso en los labios y el dinero para comprar la comida.

Me acerco hasta el puesto de comida y como me encanta comer guarradas, compro un cubo grande de palomitas com mantequilla y regalices, mas una lata de Coca Cola y otra de Nestea. Decido que aún no es suficiente y compro Lacasitos y M&M's y entonces si, cuando casi me he gastado todo el dinero en chucherías me dirijo otra vez a la taquilla y no encuentro a Harry allí. Arqueo las cejas y me asomo por los pasillos, dando pequeños pasos hasta que escucho su voz. Pero no está solo.

-Rude sabes que quieres estar conmigo. Que te pongo caliente.- susurra una voz femenina. Sé quién es incluso sin verla. Puta Darcy de mierda.

-Te he dicho que no.- espeta Harry frío. Sonrío.- Estoy con Heather y no soy tan gilipollas como para cambiarla por ti.

-Pero Rude acuérdate de todas las veces que te he hecho gemir.- la voz femenina suena o trata de sonar seductora. Asco.

-¿Sabes?- susurra Harry- Heather me lo ha hecho pasar mucho mejor una sola noche que tú todas las que hemos estados juntos. Perra.

Sonrío y doblo la esquina para encontrarme con Harry agarrando la muñeca de Darcy sin mucha delicadeza. Los ojos de Darcy me miran con ira cuando aparezco en escena.

-¿Interrumpo algo?- pregunto con aparente inocencia. En realidad quiero matarla por ser tan puta.

Darcy se deshace del agarre de Harry y se acerca hasta a mi, coge un puñado de palomitas y me sonríe cínicamente.

Le doy una patada en la espinilla y cae al suelo con un chillido.

Harry se acerca a mi y entrelaza sus dedos con los míos sin hacer caso de Darcy, que me llama de todo menos guapa.

-Suficiente nena.- me da un beso en los labios.- Vamos a ver la película ya. Quiero estar con mi novia. No con zorras.




Mil disculpas nenas, no me siento bien estos días y no pude actualizar ayer. Perdonarme de verdad, me siento fatal.

Aquí están los Asks.

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Os quiero.

Gin.

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