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XXXII. Tea Yeah!

Capítulo 32 (capítulo dedicado a @queenstylx)

Me bajo del coche de un salto en cuanto Kelsey aparca. Estamos en la zona más turística de la ciudad, así que está atestada a cafeterías y tiendas de recuerdos de esas de las que te sueles llevar un llavero con el logotipo de la ciudad, dos con suerte. Me seco una gota de sudor que baja por mi frente y me giro hacia Kelsey, que se pela con las llaves del coche que al parecer, no tienen intención de salir de la cerradura. Tengo calor y quiero moverme ya.

-¡Pero venga joder!- me quejo.

Kelsey me saca el dedo corazón y pone un pie contra la puerta del coche, mientras tira hacia atrás. Me cruzo de brazos y me giro completamente apoyando mi peso en un pie. Kelsey sigue tirando de la cerradura sin mucho éxito y me hace gracia la ara de esfuerzo que pone. Al final, hace tanta fuerza que la llave sale de la cerradura y cae de culo, y me empiezo a reír a pleno pulmón, delante de todo el mundo.

-¡No te rías gilipollas!- Kelsey se levanta y se sacude el culo mientras se acerca a mi.

-Has tenido que verte.- me mofo.

Kelsey rueda los ojos y engancha su brazo con el mío, tirando de mi para subir a la acera y empezar a buscar trabajo.

-Vale, el otro día me pasé por aquí y vi que buscaban trabajo en un par de cafeterías y tiendas de souvenirs, ¿por dónde empezamos?- pregunta mirándome- Propongo que tiremos por las cafeterías, no me apetece vender llaveros mierdosos a cuatro chinos.

Tiene razón, las tiendas de souvenirs a parte de no vender una mierda son aburridas, el sueldo sería penoso y nos moriríamos de asco.

-Cafeterías entonces.- acuerdo.

Kelsey asiente y tira de mi, obligándome a seguirle el paso. Pasamos un par de calles entre turistas con sus cámaras o gente con bolsas de la comida, pero el calor es brutal. Cuando llegamos a la cafetería que dice Kelsey, estoy sudando la gota gorda y tengo sed, lo que implica mal humor. Y no puedo estar de mal humor para pedir trabajo.

La cafetería tiene un aire modernillo, de esas estilo Starbucks o como coño se diga, nunca he estado en una, me parecen estúpidas. Cuando Kelsey abre la puerta me asalta una agradable brisa fría, pero sigo con sed. La cafetería está pintada en tonos azules y blancos, es amplia y fresca. No estaría mal trabajar aquí. Kelsey me guía hasta el mostrador, donde una chica rubia limpia un par de vasos antes de ponerlos en una bandeja. Como si fuera de manera automática, levanta su vista sonriendo y ladea la cabeza. La sonrisa es tan perfecta y calculada que me recorren sudores fríos.

-Hola, bienvenidas a Tea Yeah! , ¿en qué puedo ayudaros?

¿Tea Yeah? ¿Qué clase de problema mental tiene el que creó esto? Miro a la tía como si de repente se hubiera vuelto loca.

-Eh, uh... Venimos a por el puesto de trabajo...- Kelsey, que parece tan o más asustada que yo habla.

La chica borra su sonrisa en seguida y se pasa una mano por la frente.

-Oh joder pensaba que nunca llegaría este día.- pero como si fuera obligatorio esbozar esa horrorosa sonrisa otra vez, mira a ambos lados sonriendo y nos hace un gesto con la cabeza.

-¡Seguidme chicas!- abre una portezuela al lado del mostrador y entramos. La barra es estilo Mc Donnald's, con unas cuantas cajas registradoras y la cocina detrás. Paneles con diferentes tipos de tés y cafés adornan la pared frontal y se mueven, dando paso a más tipos de tés, cafés, bollos y donnuts. La chica se gira sonriendo y añade antes de abrir la puerta.- Me llamo Rebecca, pero podéis llamarme Becca.- abre una puerta blanca y la seguimos por los pasillos.

-Voy a matar a alguien como tenga que estar sonriendo todo el día así.- susurro en el oído de Kelsey.

Andamos por un pasillo ancho, con cuatro o cinco puertas azules y finalmente llegamos a una doble puerta azul, con magdalenitas felices pintadas en blanco. Esta gente está chalada. La chica toca un par de veces la puerta y una jovial voz nos invita a pasar desde dentro.

La oficina, como es de esperar, está decorada en tonos blancos y azules, con una larga mesa blanca ocupando el centro y un ventanal que da al paseo más popular de la ciudad justo detrás, la ventana, obviamente está decorada con dibujitos de tazas de té y bollos, todos sonrientes. Estoy empezando a tener miedo.

Una señora, de aspecto de cincuentona, con el pelo rubio cortado a ras de los hombros y gafas de culo de botella se levanta de la silla blanca y sonríe. Lleva un vestido verde acompañado de unos zapatos blancos. Miro a Kelsey arqueando una ceja y me devuelve la mirada. Por la forma en la que frunce los labios sé que está conteniendo una sonrisa. En qué me has metido Kelsey Monroe.

-Hola jovenzuelas- oh joder- soy Poppy Kerr, dueña del local- hasta tiene nombre de loca- bien, veo que habéis visto que necesitamos una mano por aquí. Bueno, ¿tenéis experiencia, currículum, algo?- pregunta juntando las palmas de las manos y señalándonos con ellas.

-Eh, no.- contesto encogiéndome de hombros.

Kelsey me da un codazo y me aguanto la carcajada.

La mujer, Poppy, separa las palmas y da un aplauso, sonriendo. Dios mío esta mujer está tocada de la cabeza.

-¡Genial!- chilla. Kelsey se sobresalta a mi lado.- Justo lo que necesito, bien chicas, los horarios son de cinco a siete, lunes, martes y jueves para vosotras dos ya que veo que sois amiguitas. -amiguitas, por favor que alguien la haga callar- y los sábados de doce a dos, las pagas son buenas y mensuales ¿lo tomáis o lo dejáis?

-Lo tomamos.- contesta Kelsey antes de que yo pueda decir lo dejamos o salir corriendo.

La miro como si se hubiera vuelto loca, que es justo lo que ha pasado, y vuelvo a mirar a Rebecca, que nos mira sonriente.

-¡Perfecto chicas!¡Mañana empezáis!Oh por cierto, ¿qué talla de camiseta tenéis?

Al principio no sé para qué coño quiere saber nuestra talla de camiseta, hasta que veo a Rebecca. Lleva un ridículo uniforme de trabajo, compuesto por unos shorts de tiro alto blancos con botones azules y una camiseta azul a rayas blancas verticales. En los pies lleva unos calcetines hasta casi las rodillas y unas zapatillas negras. Además del ridículo gorrito blanco.

Ni de coña me pongo eso.

Media hora más tarde y ya fuera de mi futuro trabajo tengo en mis manos el uniforme más estúpido y denigrante del mundo. Lo tiro a la parte de atrás del coche de mala gana.

-Me niego a que mi jefa sea una puta loca que no ha visto una polla en su vida.- protesto.

Kelsey me mira y yo la miro, entonces, nos empezamos a descojonar como unas locas.

-¡¿Y por qué todo el puto mundo sonreía?!- grita Kelsey- ¡Parecían psicópatas!

Nos seguimos riendo mientras Kelsey conduce y de repente me acuerdo de algo.

-¡Espera!

Kelsey para en seco y me golpeo la frente contra la guantera.

-Gilipollas...- me quejo- necesito ir a por tinte de pelo. Parece blanco.

Kelsey sostiene un mechón entre sus finos dedos y asiente.

-Será mejor teñirte ese pelo antes de que parezcas una vieja.

¡Hola cielos!

He querido hacer de este capítulo algo más...gracioso(? Así para que estéis tranquilas porque poco a poco se acerca el drama.

He visto que muchas de vosotras habéis sacado la conclusión de que Harry es el que vende droga al padre de Heather y tengo que deciros que no vais desencaminadas aunque nop, no es eso. Who knows?

Y bueno, aquí están los Asks.

http://ask.fm/HeatherRude
http://ask.fm/HarryRude
http://ask.fm/KelseyRude
http://ask.fm/DarcydeRude

Y mi twitter skfks (doy fback)

http://twitter.com/takemyheroine

Pdt.: quedan muchos capítulos, tranquilas que las dedicatorias me sobrarán je.

Os quiero.

Gin.

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