Capítulo 27.

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Por suerte el día ha pasado rápido, así que ahora me encuentro en mi habitación, maquillándome y esperando a que Kelsey se decida venir a buscarme y llevarme a ese sitio tan guay que dice que me van a llevar para mi cumpleaños.

Después de haber estado con Harry toda la mañana en el patio trasero, los demás nos alcanzaron en el almuerzo y empezaron a hablar de mi fiesta como si yo no estuviera allí, claro que no me entere de nada más de que iba a ser en la playa.

Unos golpes en la puerta de mi habitación hacen que deje lo que estoy haciendo y me ahueco el pelo mientras ando hacia la puerta. Sé que es Roger incluso antes de abrirla pero aún así lo hago.

Mis suposiciones son ciertas, es Roger, quien sostiene un paquete decorado entre sus manos y parece sobrio. Parpadeo un par de veces para asimilar que la escena que tengo delante mío es cierta y no un producto de mi imaginación.

-¿Qué mierdas...?

-Feliz cumpleaños Heather, eh, uh, yo... Pensé que te gustaría esto.- me tiende la cajita y la abro. Me tiembla el labio inferior a medida que reconozco lo que acaba de regalarme el que una vez fue mi padre.

Sigue intacto, tan bonito y delicado como siempre, los pétalos de la pequeña rosa que conforma el colgante siguen brillantes, las cadenas no han perdido ni un solo brillante y el pequeño diamante que decora el interior de la flor de plata está como nuevo. Me pican los ojos y me tiemblan las manos, pero no por el detalle del regalo.

Porque es de ella.

De mi madre.

-Póntelo.- susurra Roger- Ella lo quería conservar para ti.- le tiembla la voz pero se mantiene a una distancia prudencial de mi.

-Y-yo, no puedo.- no me creo capaz ni de sacar el colgante de la caja, simplemente no.

Roger da un inseguro paso hacia mi.

-¿Quieres que... Que te lo ponga yo?

No le miro a los ojos, sin embargo asiento. Si mi madre quería que me pusiera el collar lo haré. Roger me quita la cajita de mis temblorosas manos y me doy la vuelta, retirándome el pelo y echándomelo hacia adelante. Veo el collar pasando por delante de mi cara y la rosa de plata se posa en mi pecho, siento las manos de Roger rozar torpemente mi cuello y tras un par de intentos y maldiciones consigue ponerme el collar.

Me quedo unos minutos en silencio, de espaldas a él, y rozo el colgante con mis manos.

-Esto no va hacer que te perdone toda la mierda que me estás haciendo pasar.- murmuro a la nada sin girarme aún hacia él.

Escucho cómo se aleja de nuevo y suspira.

-Lo sé. Estoy esforzándome Heather. Me preocupé cuando no llegaste a casa estos días.

Aprieto los dientes y los puños, ignorando sus palabras.

-Lo sé. Vete por favor.

Lo siento suspirar de nuevo y escucho sus pasos alejándose y la puerta de su cuarto ser cerrada. Asimilo todo lo ocurrido poco a poco y doy un par de pasos dentro de mi cuarto, sacudiendo la cabeza. Roger siempre había sido un buen padre, hasta que decidió mandarme a la puta clínica y lo cagó todo. Busco mi espejo pero me acuerdo de que lo rompí y suspiro frustrada tratando de encontrar un buen calzado. No tengo tacones, pero creo que las zapatillas negras de suela ancha servirán como tales y escucho el claxon del pingo de coche de Kelsey llamarme desde la calle.

Revuelvo mi pelo un par de veces antes de alisar mi vestido negro y bajar las escaleras con cuidado de no empotrarme mientras bajo las escaleras. Cierro la puerta principal fuertemente para que Roger sepa que me ha ido y rozo el colgante de mi madre antes de andar hacia el coche de mi mejor amiga. Entro en el coche y Kelsey me mira de arriba a abajo antes de soltar un silbido.

-No te acerques a mi Zayn esta noche puta.- se ríe y me uno a ella.

-Tranquila no soy tan... Darcy.

Ambas estallamos en una fuerte carcajada y seguimos riéndonos cuando han pasado cinco minutos de viaje.

-¿Y a dónde coño me lleváis?

Kelsey se encoge de hombros sin despegar la mirada de la carretera y sonríe.

-Han abierto un pub nuevo a las afueras de la ciudad. Uno de los colegas de los chicos, ya sabes. Adivina cómo se llama.

Me encojo de hombros pensando. Soy capaz de decir cualquier chorrada.

-El Club de los Machos, ¿no?

Kelsey se empieza a reír y niega con la cabeza.

-Pink.

Bufo y suelto una risotada, joder menudo nombre, por lo menos le hace honor a mi pelo.

-Que nombre más marica.

Ambas nos seguimos riendo hasta que después de quince minutos llegamos al pub. Está en medio de la nada pero mola un cacho.

Las luces de neón rosas hacen brillar el exterior del edificio y un cartel decorado en rosa estilo Las Vegas reza el nombre del pub en letras rosas, obviamente.

-¿El propietario de este pub es gay o algo?- comento mientras salimos del coche.

-Ni puta idea, seguramente.

Empezamos a andar hacia la ya conocida camioneta de Niall.

-¿Te imaginas que el interior esté decorado de pollas?- me mofo.

-¿Pollas gigantes?

-Enormes.

Nos reímos como locas y me aprieto la tripa porque me empieza a dolerme de tanta risa.

-Pobrecito, hace un pub haciendo honor al color de mi pelo y dudamos de su sexualidad.

Kelsey se ríe y me mira.

-Tu pelo parece más rosa debajo de las luces. Pero tienes que teñírtelo, el rosa pocho está pasando a blancucho mierda.

Ruedo los ojos y le doy un golpecito en el hombro.

-Gracias mi amor.

Andamos hasta que las risas de los chicos son audibles desde donde estamos.

-¡Guapa!- le grita Zayn a Kelsey en cuanto la ve. Kels sale corriendo y salta a los brazos de Zayn mientras lo besa efusivamente.

Harry mira con una sonrisilla a Kelsey y a Zayn y esta se torna malévola cuando me mira.

-¡Fea!- grita en mi dirección.

Me río y corro como puedo hacia él. Abre los brazos con esperanza de que le corresponda pero en vez de seguir corriendo me quedo quieta y le saco el dedo de en medio.

-Feo.

Se ríe y cierra los ojos mientras niega.

-Heather como no vayas con cuidado van a intentar violarte más de uno esta noche.- murmura Louis mirándome de arriba a abajo.

-Cállate traidor.- me burlo cruzándome de brazos.

-Me quieres.- hace un puchero.

-Qué va.

Louis y yo nos seguimos peleando hasta que Liam empieza a aburrirse y suplica por favor que entremos dentro.

Como es obvio entramos sin ningún problema y un par de tíos enormes nos llevan a la zona VIP. Harry lleva toda la noche callado y su brazo rodea mi cintura mientras nos guían hacia dentro.

Un tío con una camiseta muy ceñida y una pluma flipante se acerca a los chicos y aplaude ilusionado cuando nos ve.

-¡Chicos gracias por venir!¡Ah esas deben de ser las chicas!- se acerca a nosotras y nos da un par de besos- Soy Anthony pero podéis llamarme Tony, bueno, os traigo los cócteles y que empiece la fiesta.

Me acerco a Kelsey riéndome y pego mi boca a su oído.

-Te lo dije, trucha total.

Kelsey yo nos empezamos a reír como locas. Prefiero no saber cómo conocieron a este chaval.

(...)

La noche ha avanzado algo y me encuentro bebiendo bebiendo mi tercer Gin tonic después de otros dos cócteles más y un vodka con piña colada. Estoy bastante pedo ya y los chicos se han esparcido por la zona, incluido Harry, con el cual sólo he compartido un par de besos.

Entonces una canción bastante movida empieza a sonar y animada de la vida me levanto y camino a trompicones al centro de la pista donde hay más gente bailando. Sin importarme nada ni nadie empiezo a mover mis caderas y escucho un par de silbidos cuando desciendo con un lento vaivén y subo de nuevo. Me río y repito la acción cuando un par de grandes manos presionan contra mis caderas y me atraen a un cuerpo. Me giro bruscamente y me encuentro con Harry, pese al mareo y lo mal que veo reconozco su sonrisa picarona y me acerco a sus labios para besarlo.

Harry me corresponde al beso animadamente y aprieta mi culo. Suelto un gemido por lo bajo y froto mis caderas contra él.

-Mierda Heather.- jadea- se buena chica y no me hagas esto.

Me paro a pensar por un momento, ¿y si lo mando todo a la mierda? Busco sus labios de nuevo y lo beso con efusividad. He sufrido mucho y lo he pasado putas por ser demasiado buena. A la mierda todo. Es hora de ser mala.

-Harry.- jadeo contra sus labios- ¿qué pasa si no quiero ser buena?¿eh?

Muerde mi labio inferior con fuerza y jadea.

-A la mierda todo,- gruñe- a la mierda.