V. You're crazy.
Capítulo 5.
Hello, wherever you are
Are you dancing on the dance floor or drinking by the bar?
Tonight we do it big, and shine like stars,
And we don't give a fuck cause that's just who we are
And we are, we are, we are, we are, we are
The crazy kids, them crazy, them crazy kids
And we are, we are, we are, we are, we are
The crazy kids, we are the
We are the crazy people
Ke$ha - Crazy kids
Me quedo descolocada completamente, con las mejillas hirviendo a causa de la ira y los labios palpitando.
¡Será cabrón!
Descargo mi rabia contra la secadora, que acaba con un par de abolladuras y salgo del baño hecha una furia, con necesidad de explicaciones y de encajarle algún que otro puñetazo a el idiota ese en la puta cara.
Cuando giro la esquina me encuentro con una escena nauseabunda.
Rude.
Darcy.
Besándose como si no hubiera mañana.
¿Pero este de qué va?
Entonces se me ocurre algo divertido.
Diviso a un chaval a unos siete metros a mi derecha, hurgando entre sus pertenencias. Me vienes que ni pintado. Me acerco lentamente hacia él y le giro con brusquedad, poniendo mi dedo índice sobre mis labios, en señal de que guarde silencio. Tironeo de su chaqueta hasta apoyarlo contra las taquillas suavemente y me pongo de puntillas hasta llegar a su oído.
-Te doy cincuenta pavos si me haces un favor.- El chaval asiente asustado y continúo.- Tienes que ir y montarle una escenita de celos a Darcy. Si lo haces bien serán setenta.
El chico asiente de nuevo, esta vez con un atisbo de diversión. Le indico dónde se encuentran los asquerosos y espero apoyada en las taquillas.
-¿Darcy?- su voz hace eco en el pasillo, y evito una pequeña risa al imaginar la cara que pondrá.- ¿Cómo has podido? ¡Debí de imaginármelo! ¡No me lo puedo creer! ¿Sabes qué? ¡Esto se acabó Darcy! No me lo creo.- y tras dar un fuerte puñetazo a una taquilla, rehace su camino hasta aquí, donde yo me encuentro con las manos en la cara, sofocando las risas.
Se acerca a mi con una sonrisa triunfal.
-¿Mi dinero?- extiende la mano sonriente y le choco los cinco, su sonrisa se esfuma enseguida.
-Mira, aprende de esto que nunca se le hacen favores a Heather Barks a cambio de dinero. Aquí las cosas se hacen a mi manera, ¿entendido?- hago crujir mi cuello sin mucha delicadeza mientras susurro esas palabras.
El chaval asiente no muy convencido y termino de asustarlo dándole un empujón. Consigo escuchar parte de su conversación antes de que el timbre de cambio de clase resuene por los pasillos.
-¿Estabas con ese tío?- vaya, alguien se ha enfadado.
-¡N-no!¡Ni siquiera lo conozco! Te lo juro cariño, eres único para mi...
-¡Cállate! Eres una guarra.
No logro escuchar nada más porque la gente sale en tromba de sus clases y me mezclo entre ellos, para no causar sospechas.
Llego hasta mi taquilla y saco los libros de la siguiente materia, aunque en realidad me importe una mierda lo que vaya a dar. Ando arrastrando los pies hasta el siguiente aula y cuando entro me derrumbo en mi pupitre, sin ganas de nada. Como el asiento de mi lado está vacío, apoyo los pies en este y me pongo un auricular. La clase empieza y yo sigo en la misma posición, semi-atenta a la clase. Bueno, en realidad atenta a la extraña manera que tiene mi profesor de biología de mover su peluquín de manera que parezca una cabellera normal. Qué gilipollas.
También me divierte infinitamente la cara de fastidio total que tiene Rude y como la mayoría de las chicas de la clase lo miran como perras en celo. Justo como lo que son. Abro el cuaderno de texto y cojo un bolígrafo, comenzando a dibujar algo en los bordes de la hoja en blanco. Dibujo gatos, rosas y dulces. Lo que me parece extraño. Vislumbro una piruleta fusionada con el cuerpo de un gato.
¿Qué coño? Estoy para que me encierren.
Entonces la puerta de la clase se abre con fuerza y dos hombres uniformados y con cara hostil se presentan en la puerta. Policías. El profesor se asusta y se palpa el peluquín para cerciorarse de que aún sigue en su cabeza. Todas las miradas de la clase van a parar a ellos, a excepción de la de Kelsey que me recrimina con cara de qué-has-hecho-ahora.
-Estamos buscando a la señorita Heather Barks.
Bingo.
Sonrío con sorna y levanto la mano chasqueando los dedos. Me quito el auricular en cuanto todas las miradas de la clase se posan sobre mi.
Uno de los policías se acerca y me levanta con brusquedad del sitio, el otro repite la acción de acercarse y me amarra las manos a la espalda con unas esposas que aprieta demasiado a mi gusto.
La cara de los presentes es épica.
Quiero reírme pero sin embargo mantengo un gesto aburrido y burlón. Pero la verdad es que me gustaría saber por qué me han detenido esta vez si ni siquiera sé qué coño he hecho.
-Tiene derecho a permanecer en silencio.- vocifera uno de ellos.
-A sus órdenes.- contesto burlonamente antes de que me empujen fuera de clase.
Cierran la puerta tras ellos y me sostienen por los brazos, mientras yo, para picarlos, levanto los pies y me dejo arrastrar por ellos.
Me meten a empujones al coche policial y les hace gracia mi golpe contra el asiento.
Esta bien, mi hora de divertirme.
-¿De qué se me acusa esta vez Connor?
Obviamente sé su nombre por la placa que adorna su bonito uniforme de trabajo.
-Trátame de agente Barks. Y se te acusa vandalismo. La señora Ferguson llamó ayer a altas horas de la madrugada quejándose de que su vecina de enfrente, estaba pintando un contenedor que le pertenecía.
Es verdad. Ayer me aburría y decidí divertirme un poco. Pero nada grave.
-¿Y por esto me detenéis?¿En serio?
-Si.
Bufo y me remuevo en el asiento airada. Entonces la canción de Sweet home Alabama comienza a sonar y mi plan de matar de asco a los policías se pone en marcha.
- Big wheels keep on turning
Carry me home to see my kin
Singing songs about the south-land
I miss 'ole' 'bamy once again
And I think it's a sin.- canto. Dejo que la canción siga mientras me las apaño para desabrocharme el cinturón y me cuelo entre el hueco de los asientos, situándome en medio de los dos agentes. Sonriente.
-¿Qué haces? Vuelve a tu sitio.
-Sweet home Alabama
Where the skies are so blue
Sweet home Alabama
Lord, I'm coming home to you!
Me hace mucha gracia porque el agente que conduce trata de reprimir una risa y el otro me mira asqueado.
-Vamos, sé que quieres cantar.- le codeo con complicidad. Reprime otra mueca de asco y me ignora.
-In Birmingham they love the Gov'nor
Now we all did what we could do
Now Watergate does not bother me
Does your conscience bother you?
Tell the truth
Sweet home Alabama
Where the skies are so blue
Sweet home Alabama
Lord, I'm coming home to you.
Me empiezo a descojonar porque el agente que va al volante se ha unido a mi y el otro nos mira horrorizado.
-Now Muscle Shoals has got the Swampers
And they've been known to pick a song or two
Lord they get me off so much
They pick me up when I'm feeling blue
Now how bout you?
Sweet home Alabama
Where the skies are so blue
Sweet home Alabama
Lord, I'm coming home to you
No sé qué coño ha pasado pero cuando llegamos a comisaría estoy literalmente llorando de la risa porque el que antes nos miraba con horror se unió a la canción y ha sido divertido dejar que cantaran solos.
Me encantan los coches policiales.
De repente el ambiente se torna serio y ambos esconden su entusiasmo con facilidad, pero yo sigo muerta de risa. Ambos salen del coche y me llevan a rastras ignorando mi sonrisa de niña pequeña.
Me sientan en una silla con brusquedad y entonces me pongo ceñuda.
Un hombre gordo y calvo entra en la sala y se sienta en la silla de enfrente.
-Bien, de acuerdo, debido a los cargos que se han presentado contra usted señorita, me veo obligado...
Le quito importancia con un gesto de mano.
-Ya, ya. Ve al grano.
Frunce el ceño pero se calla y prosigue.
-Tiene usted que hacer servicios comunitarios a parte de limpiar el contenedor de la señora Ferguson. Durante cuatro días. Puede retirarse.
Bufo mientras retiro la silla de una patada y dos agentes me escoltan hasta el coche policial. Me desanima descubrir que no son los mismos de antes. Cuando llegamos al instituto me quitan las esposas y me froto las muñecas con aprensión. Salgo del coche y cierro la puerta con brusquedad.
-¡¿Dónde has estado?!- una Kelsey histérica me recibe nada más entrar en el edificio. Lleva mi mochila en mano. Bendita seas.
Le arrebato la mochila esbozando una sonrisa cínica.
-¿No es obvio?
Se encoge de hombros y me abraza fuertemente.
-Eres una lianta tía.
Río contra su hombro.
-Qué se le va a hacer.
Ambas nos encaminamos hacia la segunda clase después del receso.
-¿Sabes?- la miro y espero a que hable.
-Dime.
-Estás loca.
-¿Eso es malo?
-Tendré que deliberarlo.
Río antes de entrar en clase junto a ella. Enseguida todas las miradas se posan sobre mi y sonrío con cinismo.
La clase se pasa aburrida. Demasiado para mi gusto, pero finalmente el sonidito de la campana da final a la clase.
Kelsey y yo caminamos a la cafetería para comer algo cuando atisbo un pelo alborotado por encima de la multitud. Joder que alto es el cabrón. La gente parece hacer un pasillito para dejarle pasar. Todos menos yo. Cuando pasa por mi lado choco bruscamente mi hombro contra el suyo y la gente ahoga un grito.
-¡¿Eres gilipollas?!
Me giro lo suficiente para que vea mi cara de me-importa-una-mierda y le regalo un bonito corte de mangas antes de desaparecer riendo entre la multitud.
Hola babies, bueno, pues esto es una especie de capítulo para daos las gracias por todo el apoyo que recibo con respecto a esta fic y entonces me paré a pensar y me dije... ¡Voy a escribir otro capítulo! Y ya que estaba inspirada pues aquí lo tenéis preciosas.
Muchísimas gracias por todo.
Ginger xx
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