III. Rockstar.
Capítulo 3.
Six inch walker
Big sh** talker
I never play the victim
Id rather be a stalker
So baby take me in
Ill disobey the law
Make sure you frisk me good
Check my panties and my bra
Wildn out
A crazy house
With my white jacket on
Wont you come
And sign me out
To be with you is
You gotta be what you are
The only thing Im missing
Is a black guitar
Rihanna ft. Slash - Rockstar 101
No puedo evitar salir extasiada de clase, al fin es viernes, lo que significa una cosa. Salir de fiesta.
-¡Heather!
Me giro aunque la voz de mi mejor amiga sea reconocible a mil kilómetros y espero a que llegue corriendo.
-Hola Kels.
Salimos del edificio andando y nuestra charla se ve interrumpida de nuevo con la música heavy que sale del estéreo de cualquiera de los amiguitos de Rude. Patético. Hago caso omiso de la música y me apego a Kelsey, que mira con condescendencia a uno de los tíos que están apoyados en el coche, entonces, Rude sale del edificio, con la zorra de Darcy colgándole del brazo. Se deshace de ella sacudiéndose bruscamente y ella, ofendida, se da la media vuelta y camina hacia su grupito de zorras.
Mi rápida risa se ve sofocada cuando la fría mirada de Rude se fija en la mía, y empieza a andar hacia mi. Kelsey se tensa a mi lado.
-Bueno, pero si es Heather Barks, ¿envidiando a Darcy?
Suelto una sonora carcajada, de las de verdad. Eso parece molestarlo.
-¿Envidia? ¿A esa groupie? Tranquilo, no siento ni una pizca de adoración hacia tí. Eres todo suyo.
Sonríe cínicamente antes de agarrarme del antebrazo con fuerza.
-Mira...sólo porque te creas capaz de hablarme de esa manera, no significa que te vaya a dejar hacerlo más niñata. Juro que la próxima vez...
-Hey, hey, hey. Ahorra aire Rude, los débiles lo necesitáis.
Me deshago de su agarre con una fuerte sacudida y tiro de Kelsey hasta que llegamos a la salida. Una vez allí, estalla en carcajadas.
-¿Qué mierda ha sido eso tía?
Río con ella y me encojo de hombros.
-En fin, esta noche hay fiesta en el garito de Mike, dime que vendrás por favor.- me suplica la morena.
-Claro que voy, ¿me ves con cara de no querer ir?
-Claro, había olvidado que te has vuelto una malota. Paso por ti a las nueve y media gilipollas.
-Hecho.
Me da un suave beso en la mejilla antes de echarse a andar dirección a su casa.
-¡Puntualidad!- chillo.
Kelsey larga una carcajada antes de girarse y lanzarme un sonoro beso.
El camino a casa se hace rápido, y nada más abrir la puerta, el olor a tabaco me hace toser como una loca, ¿quién ha estado fumando tanto? Camino hacia la cocina y dejo la mochila sobre la mesa, mientras abro la nevera y descubro que alguien ha estado comprando alcohol. Ruedo los ojos y busco algo comestible en la alacena. Finalmente encuentro una bolsa de frutos secos y una manzana, y comienzo a devorarlos sin importarme de quien sean.
De pronto, entre todo el silencio que inunda la casa, comienzan a escucharse gemidos en el piso de arriba. No puede ser. La sangre comienza a hervirme y subo las escaleras rápida y ruidosamente. Los gemidos comienzan a sonar más y más fuertes y rápidos y sin más preámbulos, me acerco a la habitación de donde proceden esos inaguantables sonidos y abro la puerta de una patada, descubriendo así a una morena brincando desnuda sobre mi padre, igualmente desnudo. Los ojos de la mujer se abren con sorpresa y se lleva las manos a los pechos. No puedo evitar soltar un grito de frustración y una carcajada irónica estalla en el silencio incómodo que se ha formado.
-¡No trates de esconder tus pechos guarra!¿Cuántos hombres no los han visto ya eh?- el rostro de la morena se descompone, y comienza a ponerse rojo como la sangre. La misma sangre que huye del rostro de mi padre en cuanto es consciente de la situación. Hijo de puta.
Cruzo el cuarto como una exhalación y agarro a la mujer de los cabellos, propinando fuertes sopapos en su cara.
-¡Largo de aquí zorra!
Jalándola del cabello, la empujo escaleras abajo y sigo empujándola hasta que cruza el umbral de la puerta, aún desnuda. Le tiro la ropa a la cara, con ganas de matarla.
-Ni se te ocurra volver. O te arrancaré el cuello y lo colgaré del techo.- la amenazo.
Cierro la puerta duramente y entonces mi padre aparece en escena, respirando dificultosamente y con los bóxers puestos del revés, mientras trata de abotonarse la camisa.
-¿¡Eres idiota Heather!? - es más de lo que podría esperar, así que le meto un manotazo a una estatuilla cercana, haciendo que caiga al suelo en millones de pezados, y estallo en gritos.
-¿¡Idiota yo!?- no puedo evitar acercarme a él y empujarle con rabia, haciendo que se estrelle contra la pared. -¿¡Cómo has podido!? ¿¡Ahora te das cuenta de que estoy aquí y lo único que se te ocurre es llamarme idiota borracho de mierda!? ¡Ni siquiera fuiste consciente de mi llegada! ¡Te has pasado las semanas desde mi llegada borracho! ¡Tres semanas! Esto no tiene nombre Roger, es vergonzoso. Me parece asqueroso y repugnante la manera en la que has olvidado a la mujer con la que te casaste.
-¡Ella está muerta Heather!¿Qué esperabas que hiciera?
-¡¿Ella hubiera querido que te hubieras sumergido en el alcohol y las drogas y te hubieras tirado a la primera puta que pasara por tu lado?! ¿Eh? ¿¡Ella hubiera querido que me dejaras así de lado!?
-No estás en facultades de hablar hija...
-¡No me llames hija!
Las palabras se quedan flotando durante unos instantes en el ambiente, y después subo a grandes zancadas las escaleras. Antes de dar un paso más, me giro y escupo las palabras con rabia.
-¡Y busca un trabajo!¡Me estás arruinando la vida y lo menos que necesito es un desahucio!
Sigo mi camino hasta mi habitación y me desplomo en el suelo, chillando como si nunca lo hubiera hecho. Rápidamente, agarro mi teléfono y marco el teléfono de mi tía, pero salta el contestador. Lo arrojo con fuerza contra la pared, gritando por la frustración. Me levanto del suelo y golpeo seguidas veces el espejo, hasta que sólo queda un montón de cristales teñidos de rojo esparcidos por el suelo y varios de ellos clavados en mis nudillos. Sofoco otro grito mordiendo mi camiseta y caigo arrodillada al suelo.
(...)
No sé si han pasado horas ya, pero cuando miro el reloj son ya las 21:00 y falta media hora para que llegue Kelsey y vayamos a la fiesta, así que me ducho rápidamente y comienzo a revisar mi armario. Finalmente me decanto por una camiseta negra desgastada que llega hasta algo más arriba de mi ombligo, unos shorts vaqueros bastante desgastados de tiro alto y unas botas negras militares, encima de unas medias negras rotas. Decido no ponerme ninguna chaqueta y mientras delineo mis ojos, suena el timbre.
-¡Ya voy!- grito antes de aplicar la última capa de rímel. Remuevo mi rosado cabello, alborotándolo y esbozo una sonrisa arrogante ante el espejo. El timbre vuelve a sonar y bajo las escaleras a trote.
Cuando abro la puerta, me encuentro con Kelsey apoyada en el marco de la puerta, con una indumentaria parecida a la mía. Su pelo moreno cae en ondas a ambos lados de sus hombros, y se ha echado litros de colonia. Río ante su aspecto. Aún así, esta puta podría estar llena de mierda y ser guapa.
-Deja de ser tan guapa idiota.
Ríe ante mi comentario y ambas avanzamos hasta su coche. Es una mierda pero al menos es algo.
-Vas a ver Heather, vamos a acabar tan drogadas que no recordaremos ni nuestros nombres.
Sonrío ante la perspectiva. Lo que necesito justo ahora es olvidar.
(...)
-¡Bebe, bebe, bebe, bebe, bebe!
Me encuentro entre un grupito de borrachos, bebiendo como una descosida ante los gritos de ellos. Cuando acabo mi segunda botella de vodka en la noche, el corro se deshace en aplausos. Levanto las manos hacia arriba y chillo de felicidad mientras choco las manos con algunos de los presentes. Kelsey debe de estar en alguna parte del garito, bailando con alguien y yo... Bueno, yo me lo estoy pasando bien con los borrachos.
Alguien me agarra del brazo y me encuentro con los ojos azules de Niall Horan, mirándome un tanto preocupados.
-¡¿Heather!?¿¡Qué haces!?- grita por encima del ruido ensordecedor de la música.
-¡No pasa nada!¡Estoy bebiendo!
Su preocupación se deshace en seguida y sonríe con arrogancia, mientras me agarra de las caderas.
-Entonces no te importara que bailemos, ¿no?
Sonrío y le abrazo del cuello, a la vez que él me arrastra hacia la pista de baile. Estoy demasiado borracha como para ser consciente de mis actos. La música empieza a retumbar en los oídos, y en algún momento de la canción, alguien comienza a ofrecer pastillas a la gente, cosa que acepto de buen grado. La pastilla surte efecto, dejándome atontada y extasiada.
No me doy cuenta de que alguien se ha subido al escenario y se dispone a cantar, pero justo entonces, Niall, quien me abraza por la cintura y se mueve conmigo me grita al oído.
-¡Eh mira!
Trato de enfocar mi vista y ahí lo veo. A Rude, claro, cómo no. Si sus amiguitos vienen él también.
-¿Va a cantar en el karaoke?- me mofo. Niall asiente.- ¡No jodas!
Me empiezo a reír dando saltitos como una niña retrasada. Seguro que es uno de estos que cantan como si estuvieran acuchillando a un gato.
No sé cómo, pero en algún momento, todo se detiene cuando su mirada se clava en la mía y su voz comienza a sonar a través de los altavoces. Vale, reconozco que me he equivocado. No canta mal, su voz es profunda y algo rota, lo que le da el toque perfecto. El guitarra comienza a meter acordes más pesados y de pronto se encuentra entonando notas muy altas, que hacen que se me erice el vello.
-¡Vamos a acercarnos!- grita Niall en mi oído. Asiento y agarro su brazo mientras, mareada, me muevo entre la multitud.
Sigo escuchando su voz a medida que me acerco y me quedo embobada. Será gilipollas y todo eso pero canta genial. Doy un par de codazos para abrirme paso mientras la canción sigue sonando y la voz de Rude inunda todo el garito.
Cuando llegamos a pie del improvisado escenario, Rude se encuentra de rodillas entonando los últimos acordes de la canción, con los tatuajes relucientes bajo la capa de sudor que los cubre. Parece realmente una maldita estrella del rock. Dios mío. Vuelve a levantarse y efectúa un rápido movimiento de caderas que me deja en trance. Y tal vez no sólo a mi. Niall parece divertirse con mi ensimismamiento, porque me mira con un gesto divertido en el rostro. Cuando la canción acaba y Rude se baja del escenario, me giro hacia Horan y muevo las manos en el aire con un gesto de anhelo y después me las llevo a las mejillas, notablemente sorprendida.
-¡Parecía una estrella del rock!
Niall niega con la cabeza y ríe. Y en ese mismo instante llega él, asiente con rápido movimiento de cabeza hacia Niall y se gira hacia mí, con una sonrisa arrogante adornándole el rostro. Yo ya me encuentro fumando un cigarro cuando me digno a levantar la mirada hacia él.
-¿Disfrutando de la actuación?
Asiento repetidas veces con la cabeza, aún bajo los efectos del alcohol y su sonrisa se ensancha. De pronto, me agarra de la mano y se dirige a Niall.
-Te la robo un momento.- no es una pregunta, ni siquiera tiene un deje de duda.
Me arrastra tras él a la pista de baile y me sostiene por la cintura, con su rostro a centímetros del mío.
-De no ser porque te odio ya te habría hecho mía.
Sonrío ante sus palabras, demasiado intoxicada para dar este juego por acabado, y comienzo a seguírselo. Subo las manos hasta su pecho y las mantengo ahí.
-¿Y por qué no lo haces?
Sentimientos contradictorios pasan por sus ojos antes de estamparme contra la barra mientras aprieta la mandíbula.
-Porque eres una perra, una zorra, tienes mal cuerpo y me repugnas.- pese a las palabras malsonantes sigue con las manos en mi cintura y sonrío mientras acaricio su nuca.
-Tú y yo sabemos que no es así Rude. No trates de convencerte a ti mismo de que no tienes ganas de tirarme en una cama ahora mismo, -me acerco peligrosamente a su cara- y de follarme hasta desgastarnos.
Traga saliva notablemente y esboza una sonrisa cínica.
-No lo haría ni aunque fueras la última mujer del planeta. Te odio.
-Tienes suerte de que esté borracha, te habría partido la cara.
Aprieta su pelvis contra la mía, y un pesado suspiro se escapa de sus labios. Huele a alcohol. Él también está borracho.
-Me gustas borracha.
-¿No era que me odiabas?
-Ambas cosas.
Sonrío de nuevo y poso mis labios en su cuello, mientras chupo lentamente.
-Eres un hijo de puta.
Su ronca voz hace que mis labios vibren cuando él habla.
-Y tú una puta zorra.
Dejo su cuello para agarrarle de la camisa con ambas manos y atraerle hacia mí, mientras jadeo fuertemente.
-Te odio.
Sonríe y se muerde el labio.
-Te odio más.
Entonces decido algo. Igual no tengo por qué pasarlo tan mal aquí, a lo mejor puedo hacer de Rude la próxima víctima de mis pullas, divertirme con él, jugar con él. La sola idea de volver loco a este chaval me consume de la pura alegría y sonrío sin quererlo. Está decidido. Voy a volverlo loco.
Que comience el juego.
Acaparando lo último de espacio que hay entre nosotros, ataco sus labios salvajemente, y muerdo su labio inferior con fiereza. Le empujo fuertemente, pero él me sostiene entre sus brazos antes de jalar un mechón de mi nuca con su puño y volver a besarme con fuerza. Muerdo su labio de nuevo mientras el sabor metálico de la sangre se extiende por mi boca. Me separo bruscamente de él, clavando mis uñas en su mejilla y sonrío ante la sangre que mana de su labio.
-Así me gusta.- grito en su oído.
Río antes de empujarle hacia la multitud y echarme a andar para buscar a Kelsey.
HELLOOO, YA, YA SÉ QUE ES COMO MUY PRECIPITADO QUE SE BESEN AHORA PERO OS LO ACLARO, AMBOS ESTÁN BORRACHOS COMO CUBAS Y OBVIAMENTE HAY FEELING ASÍ QUE PARA QUE ME PERDONARAIS POR TARDAR EN SUBIR TAAANTO RUDE, PUES HICE ESTO. ESPERO QUE OS GUSTE :-)
GINGER XX
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro