ㅡ¿Freen?

La tailandesa abrió sus ojos, observando por el rabillo del ojo a un chico acercarse a ellos rápidamente.

Se trataba de Babe, uno de los amigos de Becky y compañero de dormitorio de Billy, se acercó a la escena tomando con brusquedad al chico desconocido por los hombros para separarlo de ella.

ㅡ¿Qué se supone que estás haciendo, Charles? ㅡlo miró sin expresión alguna, su voz sonando profunda al encararlo.

Babe, quien acostumbraba ser alegre, muy extrovertido y burlón, ahora era alguien completamente diferente al que conocía. Sus ojos irradiaban molestia, y su tono de voz no era para nada alegre.

Freen se hizo pequeña detrás del chico, viendo por sobre sus hombros como los hermanos sonreían con hipocresía.

ㅡNo tengo por qué decírtelo mariquita entrometida ㅡel chico lo fulminó con la mirada, presionando su dedo índice sobre su pecho.

ㅡPues, supongo que no te importará que esta mariquita le diga a Becky que molestas a su noviaㅡ dijo sin verse ni un poco intimidado por el mayor, alejando de un movimiento brusco la mano contraria de su cuerpo.

ㅡ¿Qué? ¿Cómo que son novias? ㅡCaroline los interrumpió, colocándose frente a su hermano.

ㅡEso no es de tu incumbencia ㅡBabe dijo, cruzándose de brazos.

ㅡ¡¿Cómo es posible que Becky este saliendo con alguien tan... tan fea cómo ella?! ㅡla chica pasó por al lado de Babe dirigiéndose a la pelirroja. La sujetó del brazo con fuerza, haciendo que avanzara unos pasos adelanteㅡ. ¡Tú! ㅡchillóㅡ. ¡Aléjate de Becky! ¡Ella es mía!

De un rápido movimiento, Caroline derribó a Freen, quien cayó al suelo con fuerza golpeándose la espalda contra los casilleros.

Freen comenzó a llorar en silencio, escuchando todas las cosas horribles que aquella chica le decía. Dobló sus rodillas hasta la altura de su pecho, y escondió su rostro lleno de lágrimas entre estas.

ㅡ¿¡Estás loca o qué te pasa?! ㅡel castaño la apartó de un empujón.

A los pocos segundos sintió un fuerte tirón que envió a Caroline a los casilleros

ㅡLe vuelves a poner un dedo encima a mi hermana y te reviento la cara ㅡsiseó entre dientes, viendo a Babe con ojos furiosos.

ㅡY yo te reventaré la cara contra el suelo si no la sueltas ahora mismoㅡuna voz que no pertenecía a ninguno de ellos pero que conocía muy bien llamó su atención.

Charles ladeó la cabeza con lentitud, y aprovechando esto Babe se deshizo de su agarre, apartándose de él para acercarse rápidamente a Freen quien no se había movido de su lugar.

ㅡPero miren nada más quien acaba de llegarㅡexpresó dando unos cuantos pasos hacia adelanteㅡ. Pero si es tú príncipe azul, Freenjy ㅡdijo con burla, viendo a Freen que con sus ojos rojos, veía a Becky acercarse a ellos.

ㅡDéjate de tonterías Charles y déjalos en paz ㅡdijo una vez cerca.

ㅡ¿O sino qué, Armstrong?ㅡescupió, acercándose a Becky lentamenteㅡ. ¿Irás corriendo a contarle al director?

ㅡNo ㅡnegó con cinismoㅡ. Haré algo mucho peor.

ㅡ¿Ah, sí?ㅡlevantó sus cejas expectanteㅡ. Muéstramelo entonces, vamos—animó—. Vamos—volvió a decir dándole un golpe en el pecho—. ¡Muéstrame de lo que eres capaz, Armstrong! —dijo completamente fuera de sí.

Becky giró la cabeza, sintiendo la ira recorrer por sus venas al ver a Freen tan destrozada siendo sostenida por su amigo. Definitivamente quería partirle la cara a ese imbécil contra el suelo, pero esta vez no se ensuciaría las manos con alguien que no valía la pena.

Ignoró a Charles para acercarse a su amigo y a Freen, se colocó a la altura de la pelirroja y la rodeó entre sus brazos, dejando que esta escondiera su rostro entre su cuello y hombro, sus lágrimas empapando su ropa.

ㅡNo voy a perder mi tiempo ㅡdijo entonces, poniéndose de pie junto con la tailandesaㅡ. No con personas tan miserables como ustedes.

ㅡQue cobarde Armstrong, pensé que eras más divertidaㅡ se burló Charles, buscando a toda costa provocarla.

ㅡEl único cobarde aquí eres tú ㅡla voz de Babe se hizo presente después de un tiempoㅡ. Aprovechándote de los más débiles para engrandecerte, porque sabes que sin los demás no eres nada. Eso sí, es ser cobarde.

ㅡHijo de...

ㅡBec, por... por favor ya v-vámonos ㅡFreen habló con la voz entrecortada debido al llanto, sorprendiendo a todos en especial a Becky quien al oírla dejó un suave beso en su cabeza.

ㅡSí, está bien ㅡdijo sin más, girándose finalmente comenzando a caminar—. Babe, ven —llamó a este cuando no comenzó a avanzar, sus ojos furiosos seguían observando a Charles.

Ante el llamado de su amigo Babe se alejó, yéndose con ellos.

ㅡ¡Freen, tú!...

Becky se giró al escuchar la voz de Caroline, estando atento a cualquier cosa que diría, pero fue su hermano quien la interrumpió, sujetándola del brazo para llevarla fuera de la universidad.

ㅡDefinitivamente está loca... ㅡafirmó Babe.

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ㅡNo sabes las ganas que tenía de aplastarle la cabeza con mis pies ㅡBecky comentó.

Se dejó caer en el sofá importándole poco el haber provocado que el control remoto del televisor cayera al suelo.

Habían llegado hace poco más de cinco minutos, Babe las había acompañado diciendo que quería estar presente por si llegaban a necesitar alguna cosa, Becky no se negó, simplemente le agradeció por haber defendido a la pelirroja cuando ella no estuvo presente.

Cuando llegaron al dormitorio Freen corrió a su habitación siendo seguida por Becky que la encontró hecho bolita sobre su cama.

Becky no dudo ni un segundo para acercarse y abrazarla, dejando suaves caricias sobre su cabello y diciéndole muchas cosas bonitas hasta que se quedó profundamente dormida.

ㅡTuviste que hacerlo. Se lo merecíaㅡ dijo Babe alzando el control remoto dejándolo en la mesita frente a ellosㅡ. Y Caroline... no sé qué pensar de ella sinceramente ㅡsuspiróㅡ. Si hubieras visto como trató a Freen... ㅡnegó varias veces con la cabeza al recordar aquel momento.

ㅡDefinitivamente esto no se va a quedar asíㅡdijo Becky con la mirada perdida en el techoㅡ. Mañana mismo hablaré con el director para que los expulsen.

ㅡIré contigo, así tendrás un testigo ㅡel castaño propusoㅡ. Además de que también pueden revisar las cámaras de seguridad.

ㅡSí. Gracias por todo lo que hiciste, Babe.

ㅡNo me agradezcas ㅡnegóㅡ. No permitiría que ni Freen ni nadie pase por eso —dijo con una pequeña sonrisa.

Becky sonrió complacida. A pesar de que en varias ocasiones la menor se comportaba como si fuera una niña era una muy buena persona, y sabía que tenía un buen corazón, a pesar de que no muchas veces expresaba sus verdaderos sentimientos.

ㅡ¿Y cómo está? ㅡhabló otra vez el chico luego de unos segundos en los que permanecieron en silencio.

ㅡ¿Mhh?

ㅡFreen, me refiero. ¿Cómo está?

ㅡNo sé, no pude hablar con ella ㅡdijo Becky cerrando sus ojosㅡ. Pero con lo poco que la conozco me atrevo a deducir que no está del todo bien ㅡsuspiróㅡ. Mierda, ella ni siquiera debió ser la protagonista de todo esto. ¿Por qué mierda tuvieron que meterse con ella? ㅡel enojo volvía a carcomerla de pies a cabeza.

Visiblemente a Freen le afectó lo que había ocurrido. Ella, una chica tan linda, amable y que no se metía en problemas con nadie no debió ser el centro de esto. No entendía cuál era la necesidad de hacerle daño.

No se los perdonaría nunca por haberla dañado.

Caroline y Charles estaban más que muertos para ella de ahora en adelante, y por supuesto que no se quedaría de brazos cruzados.

ㅡEstará bien. Te lo aseguro —dijo su amigo, sacándola de sus pensamientos.

ㅡEso espero.

Babe se quedó por unos minutos más a hacerle un poco de compañía hasta que una llamada proveniente de Billy hizo que se tuviera que despedir de la castaña para volver a su propio dormitorio.

Al encontrarse sola, Becky optó por ir a darse una ducha. Pensando nuevamente en todo lo que había pasado esa tarde.

Al completar su aseo, comió algo y luego fue hasta la habitación de Freen, encontrándola en medio de la cama cubierta hasta las orejas. Una pequeña sonrisa se escapó al verla, por lo que poco después se acercó a ella.

Apoyó sus codos sobre el borde de la cama, admirando con cariño cada perfecta facción de la pelirroja. Sus ojos plácidamente cerrados, sus cabello desordenado, sus labios fruncidos en un tierno puchero, los preciosos lunares que decoraban su rostro.

Todo en ella era perfecto.

Becky podía admirara hasta su último día sin cansarse.

Freen era todo lo bueno, desde que la vio por primera vez pudo notarlo. No existía ni una pizca de maldad en ella. Brillaba en cada lugar que fuera, como una estrella.

Su pequeña estrella.

Fueron esos y muchos más factores que hicieron que se enamorará de ella.

Aún con una sonrisa en sus labios, se acercó al rostro contrario, acariciando con su nariz la contraria para luego subir un poco más y depositar un suave y lento beso en su frente.

A partir de ese momento protegería a Freen de todo y todos. Incluso de sí mismo si era necesario.

ㅡTe quiero tanto —susurró—. No te imaginas cuánto.