𝟎𝟓 | Grandísima idiota
ㅡNo puedo creer que hayas hecho todo eso. Eres una grandísima idiota ㅡla voz de uno de sus amigos llamó su atención.
Levantó la mirada perezosamente observando al chico con incredulidad, como si no creyera lo que le estaba diciendo.
El trío de amigos se encontraba en su primera hora libre del día, sus amigos en un inicio hablaron de sus nuevos compañeros de dormitorio, y Becky les había contado también el pequeño encuentro con la pelirroja.
Esperaba de todo menos que estos estuvieran en su contra. Luego de esto ya no les contaría absolutamente nada de lo que pase a su alrededor.
ㅡ¿Estás de broma, no? ㅡcon ambas de sus perfectas cejas alzadas, espetó. Dejó su móvil sobre la mesa, viéndolo expectante.
ㅡNo. Solo te estoy diciendo lo que pienso de todo lo que nos acabas de contar ㅡel pelinegro se encogió de hombros, sin darle mucha importancia mientras que Rebecca no precisamente estaba feliz con su comentario inicial.
ㅡNo les conté todo esto para que me dieran un puto consejo de vida, no me interesa en lo absoluto lo que piensen, y...¿en serio van a defender a alguien a quien no conocen?. Es más, ni siquiera sabes cómo es.
ㅡPuede que no la conozca, pero a ti sí. O por lo menos lo suficiente como para saber que la mayor parte del tiempo actúas muy prepotente, y no es sorpresa ㅡBecky pudo notar un pequeño atisbo de burla en sus últimas palabras.
Si ambos no fueran sus amigos -por no decir sus únicos verdaderos amigos- ya el asunto se habría vuelto un caos.
ㅡYo pienso que es absurdo por lo que están discutiendo ㅡHeng habló por primera vez en todo el momento en que llevaban juntos, dejando de lado lo que hacía para interrumpir en la 'pequeña' discusión antes de que escalara a más.
ㅡSólo le dije a Becky la verdad. Ella es quien se molesta por todo ㅡRichard dijo, dándole una gran mordida a su comida.
Estaba muy consciente de que Becky quería asesinarlo con la mirada, pero tampoco era como si pudiera mantener la boca cerrada, mucho menos evitar dar su punto de vista a diferentes situaciones con sus amigos.
Becky gruñó mientras apartaba la mirada y recargaba su espalda en la silla con fuerza, mirando con el ceño fruncido a sus amigos que, al parecer, ese día sólo conspiran en su contra.
ㅡEres un idiota, Richie ㅡinsultó la castaña, con sus ojos de nuevo fijos en el mayor
ㅡSi tú lo dices...
Becky estuvo a punto de responder, pero Heng se apresuró en hablar, interrumpiéndola.
ㅡYa es suficiente. Ambos son idiotas y punto.
ㅡ¡Pero si Becky fue la que empezó! ㅡRichie se apresuró en decir.
ㅡ¡Yo no te insulte! ㅡla menor contraatacó.
—¡Sí, te insulté porque pareces una niña mimada de diez años haciendo berrinche!
ㅡ¡Dije que suficiente! ㅡHeng exclamó mucho más alto de lo que era necesario, llamando la atención de otras muchas personas que no dudaron en murmurar entre ellosㅡ. Ambos parecen niños mimados de diez años, en serio...
ㅡBecky es la que parece una niña ㅡse defendió Richie.
ㅡYa cierra la boca, ¿quieres? ㅡcon sarcasmo Becky le dijo, fingiendo una sonrisa cuando este lo fulminó con la mirada.
ㅡEscuchen... ㅡHeng llamó la atención de ambos, tratando por todos los medios de no perder la cabezaㅡ. Richie tiene razón Becky ㅡRebecca abrió la boca en un intento fallido por responder, pero Heng fue mucho más rápido en hablarㅡ. Y tú Richie, es mejor que mantengas la boca cerrada.
El chico rodó los ojos, sin refutar nada siguió comiendo estando atento a lo que Heng le diría a la castaña.
ㅡBecky. Creo que debes disculparte con la chica.
ㅡ¿Por qué yo? ㅡcon incredulidad dijoㅡ. Es ella quien debe disculparse conmigo.
ㅡNo encuentro la razón del porqué debe disculparse contigo ㅡel castaño no tardó en entrometerse nuevamente.
ㅡ¿Quieres que te de todas las malditas razones del porqué ella debería de disculparse conmigo? ㅡBecky siseó entre dientes. Su amigo sólo asintió sin ganas de escucharlaㅡ. Primero, invadió mi espacio personal. Segundo, tocó todas mis cosas sin mi permiso, y tercero, todo el lugar olía malditamente a fresas... ¡fresas! ㅡexaltada exclamó lo último.
Heng y Richie rodaron los ojos sin siquiera disimularlo.
ㅡEs nueva aquí, es obvio que no tenía ni idea de que te molestaría lo que hizo—dijo Richie—. Ten un poco de empatía y piensa en cómo debió de haberse sentido luego de todas las burradas que le dijiste ㅡel castaño se cruzó de brazos esperando de nuevo cualquier respuesta de la necia de su amiga.
Becky se quedó mirando un punto fijo en la mesa, no pudo refutar nada en contra de lo que Richard le dijo, tenía razón, debía admitirlo, y estaba segura de que se había pasado de la raya... solo un poco.
ㅡNo seas tan ruda con ella, definitivamente no lo hizo con malas intenciones. Y como tú dijiste, lo hizo para impresionarte, deja de comportarte como tonta. Acepta tu error. Discúlpate con ella de una vez ㅡesta vez Heng fue quien habló, dándole la razón al castaño quien sonrió satisfecho por ello.
La castaña se mordió el labio inferior, pensando en que sus amigos tenían razón después de todo.
ㅡEstá bien ㅡsuspiróㅡ. Me disculparé con ella esta noche.
ㅡ¡Por fin! ㅡexclamó Richie, dándole un leve golpe en el hombroㅡ. Pensé que no ibas a recapacitar nunca ㅡcarcajeó sacándole risas a sus amigos.
ㅡEres tan cabeza dura...
ㅡSuficiente, no es necesario que me hagan un listado de todo lo que soy ㅡdijo Becky.
ㅡHablando de cabezas duras... ¿Dónde está Babe? ㅡel castaño preguntó de imprevisto, acordándose de otro de sus amigos.
ㅡEs cierto ㅡHeng miró a sus alrededores en busca del chico, más ni rastros había de élㅡ. No lo he visto desde ayer, ¿será que le ocurrió algo?
ㅡNah... ㅡLa castaña negó varias veces sin importanciaㅡ. Está colgadito por su compañero de dormitorio, un tal Billy, también es nuevo ㅡles informó.
ㅡ¿Es de primer año? ㅡpreguntó Richie.
ㅡSí.
ㅡEntonces debe ser compañero de tu chica, ¿no?
ㅡ¿Cómo que mi chica, idiota? ㅡLa castaña le lanzó una servilleta a su amigo quien con una sonrisa y un buen uso de su reflejo esquivó el objetoㅡ. No es mi chica, y respondiendo tú pregunta lo más probable es que sí sean compañeros.
ㅡOigan, miren ahí ㅡel castaño señaló con la cabeza hacia la entrada del comedor, los ojos de Heng y Becky cayeron en el mismo lugar.
Babe estaba de pie en el marco de la puerta del comedor, sus ojos fijos en un chico pelinegro, alto y delgado mientras que conversaba con una chica pelirroja sobre quién sabe qué.
ㅡMiren la cara que tiene ㅡHeng soltó una carcajada, divertido con la cara de idiota que tenía el menor con el tal Billy.
ㅡNunca lo había visto así ㅡRichie dijo con un tono de voz divertido.
ㅡYo tampoco, esto es nuevo ㅡdijo la castañaㅡ. ¡Hey, Babe, ven aquí! ㅡlo llamaron.
Babe a la lejos pareció reaccionar al llamado, por lo que inmediatamente comenzó a buscar a quién lo había hecho, encontrándose con los rostros divertidos de sus amigos casi al final del comedor.
Bufando, Babe comenzó a acercarse a la mesa del trío de chicos, no sin antes darle una última mirada al chico del que no podía apartar la mirada desde la primera vez que cruzó la puerta del dormitorio y se presentó como su nuevo compañero.
Más agradecido no podía estar.
ㅡHey... ㅡdijo una vez que llegó a la mesa, sentándose en una de las sillas vacías al lado de la castaña quien no decía nada desde hace rato.
ㅡHey ㅡsaludó Hengㅡ. ¿Qué es lo que hacías en la entrada? ㅡen busca de molestarlo, preguntó.
ㅡNada, ¿por qué? ㅡse hizo el desentendido.
ㅡNo te hagas el que no sabes, te estábamos viendo, ¿verdad, Becky? ㅡel castaño miró a Rebecca, esperando su respuesta.
Becky tenía sus ojos fijos en un lugar en concreto detrás de sus espaldas, al parecer viendo algo, o quizás a alguien, completamente hipnotizada por quién sabe qué.
ㅡ¿Mmm? ㅡmurmuró cuando tres pares de ojos estuvieron puestos en ella.
ㅡQué raros están todos hoy... ㅡBabe se rascó la nuca, mirando a sus amigos como si estuvieran locos, dándole un sorbo a su jugo de naranja.
La castaña por otro lado volvió a mirar al mismo lugar de hace unos momentos, viendo específicamente a alguien.
Alguien con el cabello rojo y de ojos hipnóticos.
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