Freen salió de su habitación lentamente para no hacer mucho ruido y evitar despertar a la castaña quien, al parecer, seguía durmiendo debido a que su habitación permanecía cerrada.

Lo último que quería era tener más problemas con la chica. Y mucho menos quería que la estadía fuera incómoda entre ellas y que la castaña la odiara.

Cuando despertó esa mañana lo primero que hizo fue realizar su rutina de aseo y luego se dispuso a preparar el desayuno. Caminó por el pasillo y se detuvo frente al cuarto de la castaña para dar algunos golpecitos y avisarle que haría el desayuno y que podía salir cuando quisiera.

Pero no recibió ninguna respuesta.

Con notoria preocupación -ya que la chica casi ni salió en esos últimos días- suspiró, resignándose finalmente sin ganas de insistir más de la cuenta, desayunó sola y terminó de alistarse para su primer día en la universidad.

Sus clases comenzaban a las ocho, por lo que aún tenía tiempo de sobra para hacer lo que quisiera, pero no quería quedarse en el departamento por lo que decidió ir a recorrer y explorar un poco el campus para matar el tiempo.

Con sus manos metidas en el bolsillo delantero de su sudadera rosa pastel, salió y bajó por las escaleras hasta el primer piso. Una vez estuvo fuera, comenzó a caminar en dirección a la universidad, que no quedaba demasiado lejos de su departamento por lo que no tardó mucho en llegar.

En su recorrido saludó con amabilidad a varias personas, entre ellas, a algunos profesores e incluso a los personales de mantenimiento y limpieza.

Pudo notar a la perfección varias miradas sobre su persona, y aunque trató de ignorarlas todas con el paso de los minutos esa sensación se volvió incómoda para ella.

Su primera clase estaba por comenzar, dentro de cinco minutos para ser exactos, por lo que buscando un método de escape de todas esas miradas buscó su salón, encontrándolo pronto sin problemas.

Entró, pero la timidez la invadió de pies a cabeza al notar que ya había personas dentro del salón. Ignorando las miradas se sentó en una de las mesas cercanas a la pared, dejando su mochila sobre la superficie de madera esperando la llegada del maestro.

ㅡBuenos días, alumnos ㅡun hombre mayor ingresó con prisa al salón cargando libros en un brazo y un maletín negro de cuero en el otro. Dejó sus cosas sobre su escritorio y luego caminó frente a esteㅡ. Me presento, me llamo Thomas Reed y seré su profesor de biología en este semestre.

ㅡBuenos días ㅡsaludaron amablemente algunos de sus compañeros, tomándola por sorpresa por lo que no tuvo tiempo de mencionar una sola palabra.

ㅡMe gustaría que nos conociéramos un poco entre todos, pero eso nos llevará mucho tiempo ㅡhabló el hombre, soltando una pequeña risa al finalㅡ. Lo dejaremos así, ya con los días nos iremos conociendo más. Pero lo que sí quiero hacer el día de hoy es ponerles compañeros de mesa en orden alfabético. ¿Están de acuerdo con eso? ㅡpreguntó viéndolos a todos con ojos expectantes.

ㅡ¡Sí! ㅡdijeron algunos.

Freen sólo observó con atención al maestro quien sonrió al tener una respuesta positiva de la mayoría de los estudiantes.

ㅡDe acuerdo... ㅡel mayor se dirigió a su escritorio, sentándose en la silla y abriendo una carpeta en donde debía estar los nombres de los alumnosㅡ. Iré llamándolos y conforme lo haga se acomodan en donde yo les indique ㅡinformó con la vista pegada a la listaㅡ. Bien, iniciemos.

El hombre comenzó a llamarlos uno a uno, tomándose su tiempo. Poco faltó para que mencionara su nombre y el de la persona que sería su compañero de mesa.

ㅡBilly Patchanon y Freen Sarocha ㅡambos levantaron la mirada.

Freen y el otro chico se pusieron de pie, estando ambos en diferentes esquinas del salón. El chico del lado contrario, según recordaba Freen, de nombre Billy, le sonrió amablemente a lo que la pelirroja le correspondió con el mismo gesto pero con un poco de vergüenza.

ㅡUbíquense aquí, en la mesa del centroㅡ la voz del mayor llamó su atención, quien señaló la mesa en la que debían ubicarse.

Sin más demora ambos lo hicieron. Dejaron sus mochilas sobre la mesa, mientras que ellos tomaban asiento a la vez que el profesor volvía a lo que hacía llamando a más de sus compañeros.

ㅡHola ㅡsaludó el chico, acomodándose mejor en su sillaㅡ. Soy Billy, un gusto conocerte ㅡdijo alargando su mano frente con una sonrisa resplandeciente.

ㅡFreen Sarocha ㅡsonrió aceptando el saludo del chico de manera cortésㅡ. El gusto es mío.

ㅡEres de primer semestre, ¿no?

ㅡSí —Freen asintió—, es de hecho mi primer día.

ㅡ¡Oh!, el mío también. Increíble.

ㅡSí.... eso creo.

Freen en un principio fue cortante, no porque no le cayera bien el chico, el problema estaba en que no sabía cómo hacer amigos o entablar una conversación con alguien a quien apenas conocía.

Tenía miedo... de decir algo fuera de lugar o que incomodara a su compañero, ya le había pasado antes con sus compañeros en años anteriores a los que les agradaba su forma de ser. Sin embargo, Billy parecía un buen chico, uno muy divertido y hablador, por lo que no pasó mucho tiempo para que la pelirroja tuviera cada vez un poco más de confianza en sí misma y pudiera seguirle el paso, comenzando a hablar hasta por los codos sorprendiendo al castaño, quien reía por las ocurrencias de su nuevo amiga.

Una vez que la primera clase finalizó, ambos salieron juntos y siguieron así hasta su próxima clase, que era estadísticas. Ambos seguían la misma carrera, para suerte y sorpresa de ambos.

ㅡCreo que estamos destinados a estar juntos ㅡcomentó burlón Billy aferrándose al brazo de la pelirroja cuando ambos volvieron a compartir clase, esta vez inglés.

ㅡPienso lo mismo. Me gusta esto ㅡsonrió la pelirroja.

ㅡ¡A mí también!

Otra cosa particular y que podía destacar de Billy era que se emocionaba por lo más mínimo. Y Freen no estaba muy lejos de ser diferente, solo que ella tardaba más en mostrar su verdadero yo.

Con el tiempo tomaría más confianza.

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—Uhm... y dime, Saro, ¿cómo fue que decidiste venir a esta universidad? ㅡpreguntó el castaño dándole un mordisco a su sándwich.

ㅡMi hermano estudió en esta universidad, hace como ¿tres años? ㅡdudó un poco, pero continuó sin darle mucha importanciaㅡ, no lo sé con exactitud, pero fue hace unos años así que quise venir aquí también. Cambió mucho, no lo reconocí cuando llegué ㅡsus ojos recorrieron fugazmente el interior del comedor de la universidad.

ㅡCon el nuevo director cambiaron muchas cosas ㅡcomentó el castañoㅡ. Hasta los dormitorios ㅡdijo con sorpresaㅡ, son literalmente departamentos, eso habla mucho del director.

ㅡEs verdad, el departamento que comparto es enorme ㅡdijo con una sonrisaㅡ. Y tú, ¿cómo fue que llegaste aquí?

ㅡBueno, conseguí una beca, así que no hay mucho que explicar sobre cómo terminé aquí.

ㅡOh... entiendo

ㅡCambiando de tema ㅡBilly terminó su sándwich, viendo a Freen quien todavía noㅡ. ¿Quién es tu compañera de dormitorio?

ㅡUh, si mal no lo recuerdo... se llama Becky ㅡhizo memoria de lo que le había dicho su hermano cuando este fue a recoger la llave de su dormitorioㅡ. Sí, se llama Rebecca Armstrong —afirmó entonces.

ㅡ¿¡Qué!? —exclamó tan de repente que asustó a la pelirroja que casi tira la mesa.

ㅡShh, no grites ㅡuna Freen exaltada hizo un gesto de silencio con su mano derecha cuando muchos pares de ojos se posaron sobre ellos.

ㅡYo la conozco, es amiga de Babe, mi compañero de dormitorio ㅡdijo sin borrar su expresión de asombroㅡ. ¿Y cómo te fue con ella? según escuché por ahí, desde que llegó a la universidad no compartió dormitorio con nadie ㅡdijo, recalcando el nadie.

ㅡCon decirte que no lo tomó bien ya puedes hacerte una idea... —hizo una mueca.

Freen no conocía realmente a Becky, por supuesto no lo hacía, y Billy comenzó a preocuparse por la repentina expresión inexplicable que se instaló en el rostro de su nueva amiga.

ㅡSi te hace algo no dudes en decírmelo —dijo entonces—, le daré en donde más le duele si lo hace, aunque posiblemente me mate antes de darle un golpe ㅡhizo una expresión ruda mezclada con miedo, cosa que hizo reír a la pelirroja.

Billy era una persona muy tierna y adorable, no mataría ni a una hormiga.

Aunque bueno... ella lo veía así.

ㅡDe acuerdo ㅡasintió con una sonrisaㅡ. Serás la primera persona a la que llamaré si necesito ayuda.

ㅡMás te vale...

Ambos carcajean volviendo a cambiar de tema de conversación, ahora hablando sobre lo muy buena que era la comida de la universidad, por muy increíble que fuera, era así. Billy terminó comiendo dos sándwiches más, mientras que Freen apenas pudo con una.

Terminaron el día nuevamente juntos, como chicles, como uña y mugre. Iban juntos a todos lados, sin exagerar, a todos lados.

Era la primera persona con la que Freen se sentía cómodo en aquel lugar que seguía siendo nuevo para él. Al ser su primer año en la universidad pensó que por lo menos conseguiría hablar con alguien dentro de un mes, pero luego llega el castaño rompiendo con todas sus expectativas.

Definitivamente Billy se había vuelto su primer amigo, o por lo menos ya lo consideraba como su amigo, y esperaba que el contrario también.

ㅡYa debo irme, pero no pienses que te librarás tan fácilmente de mi, eh...

Billy colgó su mochila sobre sus hombros cuando su última clase finalizó, Freen por otro lado seguía guardando, con delicadeza y cuidado sus cosas. El desorden era lo que más odiaba.

ㅡSi lo haces seré yo quien comience a molestarte ㅡdijo Freen terminando de guardar sus cosas finalmente.

ㅡMmm... no creo que seas capaz de hacerlo ㅡdijo burlón el castaño.

ㅡPor Favor... no me hagas hacerlo ㅡlloriqueó.

ㅡTe lo dejaré pasar por esta vez ㅡla pelirroja celebró en su lugar. Ambos caminaron hasta la salidaㅡ. Bien, nos vemos mañana.

Freen se sorprendió cuando el chico se acercó a abrazarlo, eso sin dudas lo tomó por sorpresa, pero no tardó mucho en corresponder.

ㅡNos vemos mañana... ㅡdijo, separándose del abrazo.

Billy sonrió, y comenzó a alejarse por uno de los pasillos con una mano alzada, haciéndose pequeño hasta desaparecer por completo de su campo visual.

Freen, por otro lado, caminó en dirección contraria a la que se había ido el castaño, y rezando mentalmente para no volver a tener problemas con su compañero de dormitorio, se dirigió al departamento.

Una noche solitaria, silenciosa y aburrida le esperaba.