xxxv. CITA.
RUDE.
( LIBRO DOS. )
— ¡Harry Edwards Styles Cox, si tocas ese traje no vas a ir a la cita con Jade, te lo advierto! — gruñó Gemma alto.
— ¡Perrie! — pataleó el chico. — ¡Dile a Gemma que este traje es bonito y podríamos compararlo para la cita! — grita indignado señalando un traje blanco floreado. La rubia miró el traje y luego a él.
— Es horrible, parecerás un florero con eso puesto — el rizado entrecerró los ojos.
— Te odio.
— Bueno Harry, ve a ponerte esto. Estaremos aquí esperándote mientras que las chicas van a buscar el vestido de Jade y sus vestidos — dice Niall mientras le entregaba un traje, el rizado frunce el ceño.
— ¿Sus vestidos?
— Para el hotel, Harry, para el hotel. Recuerda que te ayudaremos con la cita y debemos comprarnos ropa al igual que ellos — dice Jesy mientras les entregaba tres trajes de diferentes colores al rubio, este alza una ceja viéndolos
— No usáremos esto.
— Si lo harán, ahora Harry entra ahí y ponte sexy — dice Perrie con tono raro haciendo a los demás reír.
Harry obedeció con miles de trajes en sus manos.
(...)
Harry salió con un traje rojo pasión y una camisa negra debajo mirando a sus amigos quienes estaban en el sofá esperándolo.
— No.
(...)
Salió nuevamente con un traje azul oscuro y una camisa blanca de bajo.
Miro a sus amigos. — No.
(...)
Traje número 11, negro y una camisa negra debajo.
Con expresión aburrida y cansada salió del vestidor tratando de ignorar todas las miradas de las mujeres presentes en el lugar. Sus amigos levantaron las cejas con asombro.
— Sí — dijeron a la par que Jesy, Perrie, Leigh-Anne y Gemma. Estos se voltearon y sonrieron al ver el vestido de Jade. Harry lo miró perplejo mientras se acercaba a él.
— Es hermoso — susurra. — Es perfecto, precioso, se verá... Maravillosa en él — balbucea, mira a Perrie quien sostenía el vestido. — Necesito un favor de ti Perrie y no digas que no, tú como yo lo necesitamos — esta frunce el ceño confundida. — Necesito que vayas a la casa de Jade y la ayudes a arreglarse.
Ella alza sus cejas mientras abría los ojos con asombro mientras trataba de procesar lo que él rizado, frunce el ceño. — Estas loco... No — dice con extrañeza. — Me odia y además va a golpearme, golpearme como a Hulk a Thor — Harry rueda los ojos poniendo sus manos en sus hombros.
— No lo hará, confía en mí. Por favor Perrie — esta sube la mirada con inseguridad conectando sus miradas, encontrándose con la de él la cual era suplicante. Suspiró.
— Esta bien — aceptó haciendo a Harry sonreír.
— Bien mi gente, es hora de ir a terminar todo — dice Gemma mientras revisaba las cosas que tenían por hacer aquella mañana para planificar todo.
— Pero es muy temprano — se queja Niall mientras abraza a Jesy por la espalda y recuesta su cabeza en su hombro. Gemma lo mira entrecerrando los ojos.
— Son las once de la mañana Niall, las once.
— A esta hora yo estuviera durmiendo cómodamente en mi hermosa ca...
— A nadie le importa — lo interrumpe. — Bien, nos dividiremos, Niall y Zayn irán a buscar el regalo de Jade en casa de Harry, los demás iremos al hotel y dejaremos a Perrie en la casa de Jade en camino allá — dice la hermana del rizado. — Perrie, ve con Harry a la caja y paguen esa ropa, debemos irnos.
— ¿Por qué no puedo ir al hotel con ustedes? — dice Niall con un puchero.
— Porque no quiero escuchar tus estúpidas preguntas — gruñe Gemma.
— ¿Y a qué hora comeremos?
— Acabamos de comer.
— Pero tengo hambre.
— Quítenlo de mi vista.
(...)
Perrie bajó del auto sintiendo sus manos temblar, volteó a ver a Harry quien le entregaba el vestido y los zapatos los cuales estaban en una caja de regalo.
La chica de ojos azules se acercó a la puerta de la casa de Niall, antes de tocar volteó a ver el auto. Suspiró y sus nudillos tocaron tres veces la puerta, mordió su labio inferior pensando en si huir o seguir esperando.
Cuando fue demasiado tarde para hacerlo, la puerta se abrió dejando ver a la castaña con algunos de sus rizos en su cabello, ya que se alisaba el cabello muy seguido y sus rizos querían salir a la luz.
La expresión de Jade al ver a Perrie parada ahí, no tenía precio. No sabía si ir y abrazarla con todas sus fuerzas, repitiéndole cuanto la extrañó, o gritarle por dejarla sola estos años cuando más la necesitaba, aun así ella supiera que todo era su culpa y no de ella.
— ¿Qué...?
— Harry me dijo que viniera a traerte esto — dijo rápidamente tendiéndole la caja, está la tomó con duda. — Y también me pidió que te ayudara a arreglarte pero si no quieres puedo irme, no hay problema con eso ya que entiendo que...
— ¡Perrie, calma! — ríe. — No hay problema, no voy a gritarte si eso es lo que piensas — sonríe a medias haciendo que ella sonría con alegría.
— ¿Enserio?
— Sí, pero, ¿enserio pensabas eso? — esta baja la mirada sonrojándose.
— Sí... Perdón por pensarlo es que por nuestro último encuentro yo creía que...
— Lo sé, lo sé — hace una mueca mientras la deja pasar. Harry sonríe para luego sentir como Niall ponía en marcha el auto. — Pero ya sabes, estaba enojada por lo de Harry que no me di cuenta de lo triste que estaba hasta que te fuiste — se encoge de hombros cerrando la puerta detrás de ella, Perrie la mira tímida. — Tú eras a la que más necesitaba y bueno — ríe. — Creo que solo fui una estúpida al tratarte así cuando tú eras mi mejor amiga y querías apoyarme en esto — Perrie trató de sonreír mientras bajaba la mirada.
Era.
Jade atrajo su atención aplaudiendo cortamente. - Bien, subamos a mi habitación y ayúdame a arreglarme porque yo no se nada de eso - ríe tímida. Perrie sonríe al notar a su amiga tímida, como lo era antes.
Ambas subieron a la habitación con Jade tratando de sacarle conversación a la rubia, para que perdiera la timidez con ella.
(...)
— ¡Perrie! ¡Yo no sé cómo hacer esto! — exclama con la voz temblorosa la castaña mientras miraba el vestido tratando de ponérselo. La rubia voltea a verla luego de ponerse su ropa, al voltear vio a Jade en ropa interior con el vestido en manos, las cuales temblaban sin para. Esta ríe y de un momento a otro, se encontraba subiéndole el cierre. — ¿Enserio tu y Louis irán a una cita? Pensé que a ti aún te gustaba Zayn — dice la castaña mientras jugaba con sus sin saber si debió preguntar aquello, Perrie ríe.
Tuvo que decirle eso para que pudiera arreglarse ella también. — Sí, la verdad es que él es un chico muy tierno y gracioso, además es muy guapo. Hubo un tiempo que me gustaba y yo a él, pero por suerte esos sentimientos se esfumaron ya que él salía con Eleanor y yo con Zayn — y era cierto, Perrie siempre tuvo un pequeño amor a Louis, al cuál no se lo había contado a nadie hasta ahora.
— Oh, nunca creí que tuvieran esa clase de cariño — ríe. — Pero me alegro por ustedes — dice mientras se ponía sus tacones, al terminar, miró a Perrie quien la miraba con la boca abierta. — ¿Me veo...?
— ¡Te ves demasiado bien, Jade! ¡Oh por Dios, no puedo creerlo! — gritó la rubia haciendo que Jade cubriera sus oídos mientras reía animadamente. — Lo siento — dice seria. — Fue un momento de debilidad — la castaña suelta una carcajada. Luego de un rato de acomodar toda la habitación como estaba, ambas bajaron para tomar un poco de agua, pero al momento de bajar, oyeron el sonido de una bocina. Perrie pegó un brinco.
— Ese debe ser Louis, es la bocina de su auto — dice Jade volteando a verla, la rubia asiente mientras se acercaba a ella y la abrazaba. — Gracias por todo, Perrie — agradece ella con total sinceridad. — Enserio no sé cómo expresar lo agradecida que estoy, perdón por todo lo que hice y espero volverte a ver — ella sonríe divertido.
— Por supuesto que me volverás a ver — ríe. — Adiós, Jade. Harry no debe tardar — se despidió con un beso en la mejilla para luego salir. Al estar segura que Jade no la estuviera viendo, corrió al auto y subió a él encontrándose con Louis quien sonreía.
— ¿Qué le dijiste para que te creyera? — cuestiona poniendo en marcha el auto, dándole la señal a Zayn y a Niall para llegar a buscarla. Perrie pensó un segundo en si decirle lo que dijo de él o no.
— La verdad.
Niall al ver que Louis se alejó, se sentó correctamente y puso sus manos en el volante para poner en marcha el auto. Miró a su lado y notó que Zayn no estaba a su lado, frunció el ceño.
— Zayn, ¿Qué te hiciste?
— Estoy aquí, idiota — gruñe para hacer moral a Niall que estaba en la misma posición que él, comenzó a reír a carcajadas.
— No te veía por negro — comienza a reír sin parar. Este lo fulmina con la mirada tratando de ignorar sus risas y sentía como ponía en marcha el auto.
Jade bufó aburrida cuando pasaron 5 minutos y Harry no llegaba, comenzó a jugar en su teléfono, al aburrirse entro a su biblioteca de fotos y comenzó a eliminar las que tenía con Liam o las que tenía de sobra. Sonrió al ver una foto de Harry y ella en el parque donde ella estaba en su espalda y un chico les tomaba la foto.
Sintió su corazón acelerarse al oír la bocina aparentemente de Harry. Se arregló por última vez y abrió la puerta, soltó una carcajada al ver lo que tenía enfrente.
— ¡Pero yo quiero ir a abrirle la puerta! — gritó su hermano desde el asiento del piloto y Zayn bajándose del auto sin prestarle atención, Jade lo miró sin expresión alguna al moreno, todos los insultos de su parte llegaron a su mente, este tragó gordo
Jade suspira cortamente. — Hola — pronuncia el moreno sintiendo sus manos sudar. Se escuchó un bufido de Niall mientras que ambos tenían sus miradas conectadas.
— Si yo me hubiera bajado esto no estuviera pasando, yo me sé todo el discurso y tú no. Hola, soy Niall, y soy un chico mandado por Harry a buscarte, ¿quiere que la ayude a subir al auto? — Jade rió al notar que el tono que usaba, parecía al de Russell de la Película de Disney, Up!
— No, estoy bien — le sonríe a su hermano evitando la mirada de Zayn mientras comenzaba a entrar, este trató de acercarse.
— ¿Te ayudo a...?
Ella se aleja. — Estoy bien — la castaña repitió.
Zayn sintió un nudo en la garganta al oír el sonido de la puerta cerrándose, suspiró abriendo la puerta del copiloto y entrando en él. Se dedicó a escuchar una animada charla entre Niall y Jade, él solo miraba a la ventana callado, pensando en cómo ella lo perdonaría por decirle todas esas cosas horribles.
(...)
— ¡Jesy coopera y pon velas en la mesa! — gritó Gemma dándole unas velas a su hermano, esta de inmediato corrió allá y las puso en el centro de la mesa, Harry frunció el ceño mientras arreglaba su cabello sacudiéndolo y echándolo para atrás.
— Chicas, yo creo que...
— ¡Cállate y siéntate! — me gritó Leigh en el oído haciendo que se quejara mientras ella corría a poner el vino en la mesa, este obedeció y se quedó ahí sentado.
— ¡Harry ve al balcón y dime si Jade llega, debo irme en un rato con mamá! — el rizado se levantó dispuesto a obedecerle, al llegar abrió sus ojos como platos al ver a Jade bajar del auto con la ayuda de Niall. Abrió la boca para hablar pero lo interrumpieron.
— ¡Harry te dije que te quedaras sentado y no hicieras desastre! — exclamo Leigh mientras Perrie la ayudaba con la comida para tenerla lista cuando la fueran a servir, Louis se acercó a él pero Jesy lo empujó.
— Chicos...
— ¡Louis, Perrie, Leigh! ¡A la cocina, ahora, Gemma, adiós! - Jesy los empujaba a los tres, Harry frunció el ceño.
— Oigan...
— ¡Pero...! — comenzó a decir Gemma.
— ¡Jade ya viene! — dijo por fin Harry, todos lo voltearon a ver, congelados.
— ¡No hay vuelta atrás! ¡Ustedes tres, vamos a la cocina, suerte Harry, te amamos! — gritó Perrie entrando por fin. El chico miró a su hermana, ella corrió hacia él y lo abrazó con todas sus fuerzas.
— Mucha suerte, rizos. Tráela de vuelta, por favor — acunó su rostro entre sus manos. — ¿Podrías volver a casa? No puedo creer que estés durmiendo en la casa de Louis luego de la pelea con mamá, ella te extraña, por favor vuelve hoy o deberé pedirle a Jade que te obligue — su hermano rodó los ojos asintiendo, ella con trabajo besó su frente y salió por la puerta de la cocina. El rizado entrelazó sus dedos por su espalda esperando la llegada de su chica.
Sintió su corazón acelerarse al escuchar el sonido de unos tacones a lo lejos, pudo ver como Zayn y Niall abrían ambas puertas dejando ver a Jade en el vestido que las chicas habían elegido para ella, con su cabello ondulado a su derecha. Para él, era la princesa más hermosa del planeta.
La castaña se sonrojó al notar que el rizado la devoraba con la mirada. — Hola — saludó en un susurro. Harry sonríe haciendo notar sus hoyuelos.
— Hola — se acercó a ella. — Te ves, maravillosa — dice mirándola de pies a cabeza, ella sintió mucho más sus mejillas sonrojarse.
— Gracias — ríe tímida.
— Buenos días, tardes, noches. Soy Louis y seré su mesero y dejaré que se emborrachen solo un poco — apareció el castaño sonriente, Leigh-Anne y Perrie aparecieron a ambos lados de él.
— Yo soy Perrie.
— Yo soy Leigh-Anne y ambas ayudaremos a este tonto a atenderles esta noche.
— Esperamos que no nos juzguen por seguir las órdenes de este... Rizado en particular — dice la rubia entre risas.
La sonrisa de Jade casi no le cabía en el rostro. — ¿Louis? Oh Dios — ella se abalanzó a sus brazos abrazándolo a más no poder, este sorprendido, le correspondió el abrazo mirando a Harry y a Perrie, el chico le sonrió. — Perdón por negarte el otro día y ahora estas aquí ayudando a Harry con nuestra cita, lo siento mucho, enserio, enserio lo siento — se aferró a él. Este sonríe sintiendo su corazón acelerarse, la apretó a él.
— No hay problema, es mi mejor amigo, lo puedo ayudar en todo — susurra en su oído. Pues Louis, estaba enamorado de Jade, y tal vez nunca logre dejar de estarlo.
Un rato después, ya ambos estaban en la mesa, hablando entre risas por causa de los chistes del rizado.
— Harry ya para — Jade se tomó su estómago tratando de dejar de reír. Este reía felizmente por la risa de ella, al verla feliz junto a él.
— ¿Qué le dice un pez a otro pez? — sonríe. — Nada — las risas de ambos aumentaron. — ¡Mis chistes si son buenos, Leigh! — le dice a la morena quien dejaba el vino en la mesa con una cubeta de hielo. Esta rueda los ojos y se va a la cocina.
— ¡Son demasiado malos, por eso me río! — exclama ella haciendo que un puchero se forme en los labios del chico, ella controla su risa poniendo su mano sobre la de él sobre la mesa, este la mira sintiendo un cosquilleo por todo su cuerpo. — Pero me gusta que sean malos — una sonrisa volvió a aparecer en sus labios.
Luego de un rato de ya comer hasta el postre, se quedaron unos segundos mirándose a los ojos.
— Harry — le susurra Jade al momento que Perrie se llevaba ambos platos y los llevaba a la cocina, donde Jesy regañaba a su novio por haberse quemado ayudándola a hacer la comida. Él la mira. — ¿Qué hay allá? — señala la puerta del balcón, Harry se levantó y se acercó a ella tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.
— ¿Quieres ir a ver? — ella asiente con una sonrisa, se levantó y fueron tomados de la mano hasta allá, el rizado soltó su mano para abrir las puertas, esta soltó un quejido involuntario haciendo que se sonrojara, Harry ríe con ternura volviéndolas a entrelazar, caminaron hasta el balcón y se asomaron, los ojos de Jade brillaron.
— Es hermoso — una parte de la vista, era del estacionamiento del hotel y la otra de la inmensa playa del lugar. Los chicos habían mandado a quitar las cosas del cuarto de hotel y poder decorarlo para la cita.
La vista de Jade estaba centrada en la playa con un brillo especial, Harry sonríe mirándola. — ¿Quieres ir a la playa? — le susurra al oído, esta sonríe volteándolo a ver asintiendo con energía. Este ríe. — Pero debes hacer lo que yo te diga, ¿bien? — le vuele a susurrar, esta asiente con energía.
Tomó la mano de su amada y fue la guió a la puerta, la abrió con cuidado dejando escuchar los regaños de Jesy, cerró la puerta en silencio al pasar. Se acercó al oído de ella. — Quítate los zapatos y ve a la puerta en silencio, espérame ahí — ella asiente obedeciendo, cuando estuvo en la puerta, Harry abrió la puerta del balcón de golpe. — ¡Chicos, Jade se resbaló y está a punto de caerse del balcón, ayuda! — gritó tratando de sonar asustado, la castaña cubrió su boca tratando de no reír, todos asustados, corrieron hasta él y fueron al balcón, cuando todos estuvieron allá, cerró la puerta en silencio y corrió hasta Jade, rió tomando su mano y ambos salieron rápidamente de la habitación con Harry dando brincos quitándose los zapatos, bajaron por la escalera de incendios y llegaron luego de unos minutos a la playa, Jade soltó a Harry y corrió por la arena con alegría, el rizado sonríe y corre hasta ella cargándola de forma nupcial, besó su mejilla y corrió al agua.
— ¡Harry no! — exclama aferrándose a él, pero este aun así entró al agua dejando que el agua helada los empapara a ambos, comenzaron a reír.
— ¡Santa mierda! — gritó. — ¡Esta fría! — sus risas aumentaron. Harry dejó de saltar mientras Jade recostaba su cabeza en el pecho de él. — ¿Sabes? — dice mientras salía del agua y se sentaba en la arena húmeda con ella sobre su regazo, ella lo mira mientras jugaba con el cuello de su camisa. — Pareces una princesa con ese vestido, bueno, para mí siempre lo pareces — Jade se sonrojó mientras se escondía en su pecho.
— No es cierto — ríe.
— Claro que sí — la apega a su pecho. Ella alza la cabeza para mirarlo.
— Solo seré tu princesa si tú eres mi príncipe — este sonríe a más no poder mientras comenzaba a acariciar su cintura, ya que él sabe que eso la relajaba.
— Yo voy más por un guerrero — alza una ceja.
— ¿Un guerrero?
— Sí, un guerrero con brillante armadura — sonríe orgulloso, mostrando sus hoyuelos. Ella arruga la nariz.
— No, un príncipe es mejor — lo abraza, este ríe alzando su cabeza, ella besa su cuello haciendo que este besara su frente de vuelta. — ¿Si me llevarás a casa hoy? — susurra mientras juega con los anillos que él tiene en sus dedos, él se encoge de hombros. Mamá no está en casa y puedes llevarme, el papá de Niall es muy amigo mío y sé que no le dirá — sonríe dulcemente.
— Entonces si iré — suspira. Ambos quedaron en silencio escuchando el sonido del mar. — Por cierto, olvidé las flores que iba a traerte, perdón — se sonroja levemente. Jade ríe.
— ¿Por qué te disculpas?
— Es que hay muchos chicos en la escuela que quieren salir contigo. Yo tal vez no sea el guerrero con armadura brillante, yo tal vez sea el que te lleva a casa con tu madre, y tal vez sea el que no te trae flores — la miró conectando sus miradas. — Pero puedo ser el único esta noche — susurra, ella lo mira con sus ojos brillando de alegría. Rápidamente por instinto, tomó de golpe sus mejillas y lo atrajo hacia ella, besándolo como si fuera la última vez que lo haría.
Lo necesitaba, lo extrañaba.
Harry sintió como Jade quería recostarlo en la arena, así que se dejó llevar dejando que ella pusiera sus piernas a los lados de sus caderas y pudiera besarlo más cómodamente. Estaba tan feliz, abrazó las caderas de ella pegándola a él.
— ¡Harry, Jade! ¿¡Dónde están!? — ambos se separaron de golpe al oír la voz de Perrie al otro lado de la playa.
Maldita Perrie pensó el rizado.
— Ven, vamos — le dijo a Jade levantándose luego de ella, tomo su mano y ambos tomaron sus zapatos. Corrieron a la escalera de incendios nuevamente y cuando iban a subir, Harry se detuvo. — Tengo una idea, ven.
Ambos corrieron por unos segundos al llegar, llegaron a lo que parecía la recepción, la cual estaba vacía por la hora. El rizado miró al chico encargado, el cual estaba durmiendo en su silla, silenciosamente, soltó la mano de Jade indicándole que esperara, fue hasta allá y con trabajo y cuidado, pudo entrar a donde estaban las llaves de todas las habitaciones, rápidamente buscó la Suite Presidencial y al tenerla, saltó fuera de ahí. Con Jade tratando de no reírse, tomó su mano y corrieron hasta el ascensor, este se abrió de inmediato por motivo a que no había nadie.
Entraron y se miraron cómplices a lo que la puerta cerró.
— No deberíamos hacer esto — le sonríe.
— Lo sé, pero es divertido — se encoge de hombros.
— Estas loco — ríe ella, este alza una ceja acercándola a él.
— Loco por ti — dice sin esperar respuesta, la apegó a la pared de la caja metálica para besarla lentamente, el beso comenzó a subir de velocidad por lo que Jade soltó un pequeño gemido haciendo al rizado sonreír. Se separó de ella a lo que las puertas se abrieron y por falta de aire.
Ambos fueron hasta la habitación, fueron hasta la puerta e introdujeron la llave en la manija, esta se abrió haciendo que ambos sonrían. Al cerrar la puerta luego de pasar, Harry la miró con sonrisa pícara, ella ríe bajo acercándose a él para después rodear sus brazos en su cuello y besarlo, este la cargo enredando sus piernas en su cadera aun besándose.
Él comenzó a buscar la habitación principal por instinto. — ¿Si sabes que no podemos hacer nada? — susurra Jade entre el beso, Harry asiente recostándola sobre la cama al por fin encontrarla.
— Solo quiero pasar tiempo contigo, si se puede, todo el tiempo que perdimos — vuelve a besarla.
(...)
— ¿Entonces están bien? — dice Perrie al otro lado de la línea, preocupada. Harry rueda los ojos mientras paraba en un semáforo rojo.
— Sí, Perrie. Ya vamos a ir a la casa de Niall a dejarla — se oyó un suspiro de alivio.
— Bueno, que bueno que Jade está bien, por mí que te hubiera aplastado un...
— Adiós, Perrie — ríe para luego colgar.
Jade ríe viendo por la ventana, vio las luces amarillas de las calles, sonrió bajando su ventana cuando Harry puso en marcha el auto. Él sonríe bajando todas las demás disfrutando del frío de la ciudad.
— Harry — lo llamó, este hizo un sonido con la garganta indicándole que hablara. — ¿Por qué me quieres? — él la mira cortamente viendo que tan grande le quedaba su saco.
— ¿Por qué preguntas?
Lo mira atenta. — Porque mucha gente dice que nadie es perfecto para mí o yo no lo soy para nadie.
Harry frunce el ceño. — Pues, si te gusta causar problemas en los cuartos de hotel, si te gusta tener pequeñas citas secretas, si te gusta hacer las cosas que no deberíamos hacer. Jade, te digo que soy perfecto para ti — ríe tímido mirándola cortamente. — Y si te gustan los viajes a medianoche con las ventanas abajo, si te gusta ir a lugares que ni siquiera podemos pronunciar, si te gustaría hacer todo lo que has soñado, soy perfecto para ti — tomó su mano entrelazándola.
Paró en otro semáforo, la miró con una sonrisa conectando sus miradas.
— Jade, soy perfecto, somos perfectos el uno para el otro.
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