RUDE.
( LIBRO DOS. )

Los ojos de la castaña bajaron a las manos del rizado, las cuales temblaban sin control sosteniendo una tijera, donde su mano estaba dentro de esta ya apunto de cortarse.

Jade parpadeó. — ¿Q-Qué estás...? — no podía creérselo, de un momento a otro comenzó a alarmarse, por lo que se acercó con rapidez a él mientras sus manos comenzaban a temblar al igual que las del chico de ojos verdes. — ¿Qué mierda ibas a hacer Harry? — habló con desesperación. — ¿Ibas a cortarte? — el rizado sollozó alzando su cabeza para mirarla, negó bajando la mirada apretado con fuerza sus labios. La castaña ahoga un sollozo y acuna su rostro entre sus manos obligándolo a mirarlo.

Harry soltó un gran sollozo queriendo abrazarla pero ella no se lo permitió, quería que le respondiera mientras la miraba a los ojos.

— Harry quiero que me respondas — apretó sus labios sintiendo sus piernas flaquear. — ¿Ibas a suicidarte?

Él no aguantó más, se lanzó a sus brazos rompiendo en llanto, la necesitaba, la necesitaba cerca de él como antes. Jade atónita, luego de varios segundos tomó su rostro y lo acercó al de ella sintiendo sus ojos cristalizarse.

— ¿Por qué? — su labio inferior comenzó a temblar. — ¿Por qué, Harry? — el rizado bajo su mirada, la miró cortamente.

— No te importo — susurró. — Tú misma me lo dijiste, no le importo a nadie — movió un poco su nariz. — Mi mamá lo dijo, pero eso no me importa casi, si me interesa pero lo que más me importa es... — la miró. — Lo que tú pienses.

Jade se sintió horrible, no debió haberle dicho eso, ella no creyó que se lo tomaría enserio y lo dijo. Ya lágrimas caían por sus pequeñas mejillas, sintiendo culpa en todo su cuerpo.

Jade no dijo nada, más si trató de tomar el rostro del rizado nuevamente para que lo mirara, pero este solo trataba de evitar su mirada. — Oye, escúchame. Mírame, Harry — este obedeció. — Me importas, escúchame, me importas, ¿bien? — sollozó. — Yo no lo dije con intensión de herirte, tal vez un poco pero no así de grande — Harry la miraba atento, pero las lágrimas seguían bajando sin control. Jade bajó la mirada con las manos sobre sus hombros. — Me importas, le importas a mucha gente, como a Gemma, Perrie — dice el último nombre entre dientes creando confusión en el rizado. — Debo irme, pero por favor — sus ojos se conectaron creando un dolor en el pecho de Harry al verla así. — Nunca olvides lo que te dije — sus manos se acercaron al rostro de su chica y limpió sus lágrimas sin importarle nada.

Retiró sus manos bajando la mirada volviendo a llorar en silencio.

Sintió como algo suave y un poco húmedo rozaba su frente, miró al frente y notó que Jade había besado su frente antes de atravesar aquella puerta. Ese besó no lo calmó, si no hizo que comenzara a llorar con más fuerza.

Minutos después, Niall entró a la habitación, pero al llegar al baño mientras buscaba a su rizado amigo, encontró a un lado de él la herramienta filosa, por lo que se alarmó de inmediato, pero cuando iba a preguntarle a Harry, este solo se lanzó a sus brazos entre sollozos.

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