xli. SALIR.
RUDE.
( LIBRO DOS. )
Perrie le sonrió a una señora que iba pasando por su lado a paso rápido mientras se aferraba a su abrigo y la lluvia la mojaba, Zayn nunca llegó a buscarla para el día de campo que tendría con él y decidió ir caminando a la casa de los Malik, para almorzar con toda la familia la cual se había mudado a Londres luego de su rompimiento. Con ella traía una canasta con comida la cual ya debe estar arruinada, su cabello estaba empapado y su maquillaje algo corrido.
Corrió a la entrada de la casa al llegar y buscó en su bolsillo su vieja llave, al abrir sonrió ampliamente y entró con la canasta en su mano, frunció el ceño al escuchar murmullos a lo lejos.
— ¿Hola? — dice alto, al no obtener respuesta decidió acercarse hasta la entrada de la sala para no mojar tanto el lugar, pudo ver a Trisha de espaldas agachada en el suelo. — ¿Trisha? — ella voltea su cabeza de golpe y deja a la vista su rostro hecho un mar de lagrimas por lo que Perrie se alteró. — ¿Qué pasa?
— Perrie — se escucha la voz de Niall quién bajaba las escaleras, sus ojos estaban rojos y se veía destrozado, un chico de pelo negro apareció detrás de él, tragó al verla.
— ¿Niall? ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? — él terminó de bajar las escaleras mientras apretaba sus labios con fuerza sintiendo sus ojos cristalizarse, al estar frente a ella no pudo evitar soltar una lágrima.
— Zayn está en el hospital, Perrie — la rubia abrió sus labios, segundos después rió secamente.
— ¿Qué? — no quería creerlo, quería que Niall le dijera que había escuchado mal y que Zayn estaba bien.
— Fue atropellado y... — el rubio sollozó. — Esta en este momento en emergencias pero lo único que lograron ahí fue que él quedara inconsciente, el doctor dice que esta en riesgo de caer en coma o simplemente... — su labio inferior comienza a temblar. — Simplemente no lo logre.
Perrie niega soltando la canasta, dejándola en el suelo. — Niall, Zayn no puede estar en el hospital, debes estar jugando conmigo, solo eso, él esta bien — trata de sonreír como si Niall estuviera bromeando pero falla, involuntariamente, sus ojos se llenan de lágrimas a lo que Niall niega. — Claro que sí, tú estás jugando, yo hablé con él hace menos de media hora, esto no esta pasando, él debe estar en mi casa esperándome, debo ir a verlo — se da la vuelta decidida pero el rubio toma su brazo para que no se vaya, sus miradas cristalinas se conectan. — Él no puede estar en el hospital Niall — él la atrae a sus brazos y la abraza, ella se aferra a él sin dejar de sollozar. — No puede — solloza en susurro.
Trisha, Mike —quién no le había hablado a Perrie aun—, Niall y Perrie subieron al auto del rubio vía al hospital en donde Zayn se encontraba, la novia del chico atropellado lloraba en silencio mientras miraba a la ventana, rogando en su mente de que su novio este bien y pueda seguir con vida para estar con él por el resto de la suya.
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