xiv. PREOCUPAR.
RUDE.
( LIBRO DOS. )
Harry entró a su casa con nerviosismo y miró a su alrededor.
Ya la mayoría de las cajas presentes estaban vacías y ya casi todo estaba en su lugar, estaba muy cambiado a diferencia de hace dos años. Ignoró todo eso y fue hasta la cocina donde suponía que se encontraba su madre.
Sorprendentemente —para él—, su hermana Gemma se encontraba ahí, mirando como su madre cocinaba mientras comía unos dulces, la chica sonrió al ver a su hermano.
— ¡Harry! — exclamó con alegría bajando de la barra, rodeó esta misma y se acercó a él con los brazos abiertos dispuesta a abrazarlo. — ¿Cómo les fue hoy con el plan, hermanito? — el rizado se alejó de golpe mirándola sin expresión cuando ella estaba apunto de abrazarlo, la sonrisa de la rubia se desvaneció. Harry miró a su madre tímido.
— Mamá — Anne volteó con una sonrisa dejando las cosas aún lado para verlo, al ver a su hijo con los ojos llorosos, ojeras bajo estos y sus orbes verdes tristes, se preocupó. — Mamá por favor, perdóname — su voz era temblorosa, indicando que lloraría en cualquier momento.
Anne notó la hoja la cual se encontraba en las manos de él. — Harry, ¿qué pasa? — su hijo le extendió la hoja, ella bajó la mirada para verla y vio como las manos de su hijo temblaban, la tomó y comenzó a leerla.
— Traté de esforzarme, te lo juro, mamá, perdona... — su madre lo miró con enojo, estaba furiosa y había olvidado el estado en el cual estaba su hijo.
— ¡Pues esto demuestra lo contrario, Edward! — efectivamente, se había molestado por la calificación ya que había alzado la voz. — ¿¡Así quieres ir a la universidad!? ¡No entrarás con estas calificaciones, Harry!
Gemma miraba la escena con atención, frunciendo el ceño. Le quitó el examen a su madre sin que ella se diera cuenta ya que seguía gritando. La rubia notó algunas partes del papel húmedo, la letra era temblorosa por lo que supo que su hermano no estaba bien, alzó la mirada.
— ¡Tú eres un buen estudiante y me sales con esto! — negó con la cabeza. — Si vas a salir, hazlo, pero no me llegues a hablar porque no me importas por estos momentos, estoy completamente...
— ¡No! ¡Por ahora no, no te importo, admítelo! — Harry gritó cuando por fin lágrimas comenzaron a decorar su rostro. Anne lo miró indignada por gritarle. — ¡Quiero que dejen de fingir sabiendo que lo odio! ¡Me odian, si no les importo solo díganlo ya que saben que odio que la gente finja! No te importo, a Gemma no le importo, a Jade no le importo, ¡A nadie! Lo que me duele es que ninguno se atreve a decírmelo, solo optan por fingir — sollozó.
No le importó nada, solo salió de la casa sin rumbo alguno para esperar e ir a la casa de Niall.
Harry sollozó. — Me odio, me odio... — repetía el rizado en susurro caminando por la acera.
No le importaba nada, más que ella.
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