xi. PREGUNTAS.
RUDE.
( LIBRO DOS. )
Jade y Harry se encontraban aun en el armario del conserje, llevaban casi 10 minutos ahí y ninguno se había rendido queriendo salir de la pequeña habitación.
La castaña bufó. — ¿Hasta cuando me tendrás torturada aquí adentro contigo? — dijo ella sentada en el suelo con la espalda recostada en la pared mientras que el rizado se encontraba sentado frente a ella un poco alejado de ella, pero sus piernas se rozaban con las de ella.
El rizado rió burlón. — Por favor, has querido hasta bañarte conmigo — ella rueda los ojos con fastidio.
— Si que te has vuelto un fastidio, ¿cuándo me sacarás de aquí? — él se encogió de hombros.
— Cuando me contestes las preguntas que te tengo — Jade soltó un bufido. — Primero que todo, ¿Cómo mierda te has vuelta la jodida novia Payne luego de todo eso? — habló tratando de que el enojo no se notara, lo que no funcionó muy bien.
Ella alzó una ceja con una sonrisa burlona. — ¿Celoso, Styles? Pues, es una larga historia todo eso — hizo un ademán con la mano sin darle importancia.
— Tenemos tiempo.
— Tú, tienes tiempo. Yo tengo muchas cosas que hacer por si no sabías, Liam vendrá a buscarme al terminar su clase.
— Me vale mierda tu queridísimo novio, tú no saldrás de aquí hasta que me contestes. ¿Qué piensa tu madre de todo esto? — la castaña alzó una ceja para que se explicara mejor. — ¿Qué piensa de que ahora eres "Ruda"? — hizo comillas con sus dedos.
— ¿Por qué las comillas?
— Para mi no eres esa chica que intimida a todos desde las 7:50 de la mañana 5 días a la semana, tú solo simulas ser ruda porque...
— Porque me he dado cuenta de que hay cosas que duelen mas que las raspaduras de las rodillas, no me interesa lo que pienses, solo quiero salir de este maldito armario de una buena vez — gruñó. — Mark (si, es el que están pensando) no querrá entrar de nuevo aquí luego de saber de que tú estuviste aquí dentro — dijo Jade.
— ¿Crees que tú y yo no hemos estado aquí antes? — dijo Harry irónico. — Aquí fue cuando tu queridísimo novio casi abusa de ti, pero por suerte llegué yo.
— ¡Deja de decir "tu queridísimo novio"! — chilla enojada.
— ¿Qué? ¿No lo es? Eso supuse, hablas tanto de él — se aclaró la garganta. — Hablas de él como si él pensara que tú eres la mayor preciosidad del mundo — trató de hablar con voz aguda para imitarla, pero su voz era muy ronca. — Como si tú no rompieras un plato y tú eres su mayor tesoro en este mundo — rodó los ojos y recostó su espalda a la puerta. — Por favor — bufó con gracia.
Harry sintió un nudo en la garganta al decir todo eso de ella.
— ¿Qué no tienes otro insulto?
— Como si tú tuvieras.
— ¿Por qué usas calzoncillos? No tiene ciencia si los usas tú ya que todos sabemos que no hay nada ahí abajo.
El rizado soltó una sonora carcajada. — Si en nuestra primera vez ni quisiste ver el tamaño que tenía — le guiñó el ojo aún entre risas. — Piensa mejor tus jugadas, nena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro