viii. CREAR.
RUDE.
( LIBRO DOS. )
Harry se encontraba en la habitación de Perrie mientras ella iba en busca por algo en que beber. El rizado miraba a su alrededor sin expresión facial, la habitación de la chica era completamente espontánea, luces de navidad decoraban las paredes junto a una diversa variedad de fotos. Decidió no mirarlas, ya que lo más seguro es que tenga fotos junto a Jade pegadas con cinta adhesiva.
Perrie entró a la habitación con una pequeña sonrisa en sus labios y dos tazas en la mano, Harry le sonrió con dulzura tomando una de estas, le agradeció en susurro y ambos se sentaron en la cama.
— Traje chocolate caliente ya que he oído que te gusta y además estamos en épocas de lluvia — comenta Perrie dejando su chocolate en la mesa de noche mientras buscaba un cuaderno para escribir.
Un recuerdo invadió la mente de Harry.
— Hazz — susurra. — ¿Qué ocurre? Por favor no llores, vamos a casa — se pone de puntillas y besa su frente. — Ven, te daré chocolate caliente como el otro día, ¿si? Solo no llores.
— ¿Harry? — la voz de Perrie lo saca de sus pensamientos, la rubia lo miraba con una ceja alzada. — ¿Está todo bien?
Él asiente.
Ella sin tomarle importancia se vuelve a sentar en la cama y abre el cuaderno el cual al parecer estaba en blanco, Perrie le tiende un lápiz. — ¿Para qué...?
— Es para hacer el plan, no se me ocurre nada pero bueno — se encoge de hombros y toma un sorbo de la caliente bebida. El rizado frunce el ceño.
— Pero yo voy llegando, necesito que me digas lo que sabes de la rutina semanal de Jade y Zayn, donde se reúne, a donde va tal día. Cosas así — ella asiente sentándose en forma de indio pensando.
— Bueno, cada viernes Liam hace una fiesta en su casa a la cual es obvio se Jade siempre esta invitada — dice ella. — Zayn siempre va a su entrenamiento de defensa personal, creo que Liam también está en esa clase. Un día fui a verlo a escondidas, es muy bueno a decir verdad — sus mejillas se sonrojan ligeramente sin razón.
El rizado tomó el cuaderno y comenzó a escribir y dibujar acerca del plan que se le había ocurrido.
— Hace una semana inauguraron una gran cafetería donde puedes pasar el rato, hay máquinas de juegos, hay un gran televisor, he incluso hay un área silenciosa donde están las personas que no quieren estar con mucho ruido, casi nadie va ahí a menos que quieran hablar algo a solas. Nosotros siempre vamos ahí después de clases, el grupo de Jade igual, pero nunca la he visto a ella ahí, supongo que va a la parte silenciosa — prosiguió Perrie dando varios sorbos de su chocolate, Harry al escuchar eso siguió trazado líneas en la hoja. La chica algo curiosa vio el cuaderno donde trazaba su amigo. — ¿Qué es eso? Harry — pregunta ella con curiosidad al ver lo que había hecho.
— Pues, esta es Jade — señaló a una pequeña chica dibujada en miniatura vestida tal cual como ese día. — Zayn — señaló al chico vestido de negro. — Y todo esto — señaló toda la hoja la cual estaba llena de garabatos. — Es el plan — sonrió orgulloso de lo que había planeado, Perrie aún extrañada subió la mirada con una ceja alzada. — Ven, te explico, el miércoles (es lunes) puedo ir a tomar clases de defensa personal pero, después de la clase que toma Zayn y el mañana, martes...
Perrie lo interrumpió. — Oh, no, no. Zayn es el profesor — dice.
Harry pudo sentir como el miedo invadía su cuerpo.
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