RUDE.
( LIBRO DOS. )

Harry cerró la puerta del baño de la habitación detrás de él para luego apoyarse en esta y mirar a la castaña con una mueca en sus labios.

Norma le había pedido que se quedara con ella esa noche ya que hubo una emergencia en las oficinas de Liverpool de la empresa del padre de Niall —ahora de ambos— y debieron irse. Jade se encontraba sentada en el centro de su cama en forma de indio mientras su mirada se encontraba perdida en algún lado de la habitación, estaba distraída desde que Perrie y Louis le dieron la noticia, y lo que le extrañó al rizado fue que todos comenzaron a llorar al recordar al moreno, menos Jade, ella se encontraba mirándolos a todos sin expresión, quién sabe lo que pasaba por su cabeza, solo abrazaba a Harry en forma de consolación, pero ahora que él se da cuenta, venía a preguntarle el porqué.

—Jadey. —La llama, esta como si su voz la hubiera asustado, lo miró—. ¿Qué ocurre, amor? ¿Estás bien? —comenzó a acercarse a la cama, esta vuelve a apartar la mirada mientras su ceño se fruncía.

—Sí, creo que sí —Harry se sentó a su lado, volteó a verlo al momento en que su novio acarició su cintura, conectaron sus miradas.

—¿Seguro? —esta asiente, y sin querer, miró cortamente los labios del rizado y rápidamente —avergonzada— regresó la vista a sus ojos, este al notar su acto, sonrió ampliamente y la besó con lentitud, su agarre en su cintura se hizo un poco más fuerte al momento en que Jade tomó sus mejillas para acercarlo más a él, Harry de pronto ya había recostado a la castaña en la cama y se encontraba sobre ella.

Él quería expresar todo el amor que sentía por ella luego de mucho tiempo, para él fue una eternidad todo el tiempo que pasó sin estar a su lado, pero ella por fin estaba aquí con él.

Los rosados labios del rizado comenzaron a bajar por su cuello, la zona débil de Jade, lo besó repetidas veces, lamiendo y alguna que otra vez mordiendo, sacándole un gemido a la castaña. Harry iba a preguntarle si estaba segura de lo que ambos harían, ya que según su memoria, esta sería su primera vez, para ella. Pero a penas este pronunció una sílaba, ella unió sus labios en un tono más ansioso que el anterior. Él luego de pasar ese pequeño momento de sorpresa que tuvo, se arrodilló en la cama un momento y se sacó la camisa que iba a usar para dormir.

Jade se estremeció al sentir las manos de Harry pasar por su estómago, estaba nerviosa, pero sabía que no dolería tanto ya que, según le habían explicado, no era su primera vez, y nunca se sintió más aliviada en su vida al escuchar que Niall y Liam le habían dicho que nunca había estado con otra persona que no fuera Harry.

Ella no se había dado cuenta que ambos ya se encontraban en ropa interior, sus mejillas se encendieron al sentir como su novio desabrochaba su sujetador y comenzaba a jugar con sus pechos, haciéndole morder su labio, para evitar que los gemidos que quería soltar, fueran escuchados por su hermano y su novia.

Enredó sus manos en el cabello rizado del chico mientras este bajaba por su estómago, dejando besos hasta llegar a sus bragas, la tomó con sus dientes y las bajó, Jade ante el acto apretó las sabanas, queriendo gritar su nombre.

Harry se alejó y fue rápidamente a su mochila, de ahí sacó la protección que usaría, nunca se sabe cuando pueda pasar. Ambos se miraron con la respiración agitada, él junto sus frentes aún sin dejar de verla a los ojos.

—¿Estás lista? —ella asiente cerrando sus ojos, tratando de controlar su respiración. Él entró con lentitud, ya que tampoco quería asustarla. Se asustó cuando sintió que Jade se aferró a él—. ¿Te duele?

—Un poco —soltó un suspiro tembloroso, este ya más calmado, comenzó a moverse, sintiéndose completo por fin, la amaba, y nadie podría cambiarlo.

❝ Esa noche ambos se volvieron uno solo, se amaron como nunca antes lo habían hecho, se conocieron uno a otro, esa noche ninguno de los dos la olvidaría nunca. ❞