RUDE.
( LIBRO DOS. )

Jade aceptó la malteada de fresa y banana que Michael le estaba tendiendo—. Gracias. —Susurró mirándolo con algo de inseguridad, ya que no lo conocía y según su madre le dijo no debía confiar en los extraños.

Niall suspiró cuando todos se sentaron nuevamente, ya que habían ido a la caja a comprar algunas cosas para tomar o comer—. Jadey, ya sé que te hemos hecho muchas preguntas pero necesitamos muchas respuestas para... —un nudo se creó en su garganta, impidiéndole hablar con claridad—. Poder contarte todo lo que ha pasado, ¿si? —esta asiente tomando por el popote de su batido.

—Bien, Jeed —Perrie llamó su atención—. ¿Qué hiciste los días anteriores? ¿Qué ha pasado? —esta miró a Liam con temor, dándole a entender que ya había pasado por el incidente de la escuela.

—Bueno, yo acompañaba a Hazz y a Lou a su práctica de fútbol, siempre lo hago —su tono de voz fue algo bajo, Louis sonrió ante el apodo que tanto extrañó—. Yo vi al señor que vende algodones de azucar y pues, quería comprar uno —aún miraba con temor a Liam, creando un inmenso dolor en su pecho—. Yo lo seguí pero me perdí, luego Liam —su voz se apagó, todos miraron al castaño con algo de extrañeza, menos Louis, Niall y Perrie.

—No hace falta que lo digas, Jeed, prosigue diciendo lo demás, ¿si? —Louis y Perrie la envolvieron en sus brazos, esta asiente desviando la mirada del castaño, pero sin embargo, cuando iba a seguir, él la interrumpió.

—Jade, he cambiado, ¿si? —la azulada lo miró con inseguridad—. Ya no soy ese chico, Jadey.

—Por favor, no me llames así —negó, Liam se levantó de golpe sobresaltándola y se arrodilló frente a ella—. Aléjate.

—Jade, por favor, créeme, no tengas miedo de mi, confía y verás que ya no soy así, yo te protegeré al igual que Louis, Niall y Harry, no dejaré que nadie te haga lo que yo traté de hacerte —Jade conectó sus ojos, pudo ver en los acaramelados de él súplica y temor, por lo que decidió asentir lentamente, este sonrió y no pudo evitar abrazarla.

Ella le correspondió algo insegura—. No me hagas eso otra vez, me asusté muchísimo —sollozó levemente, este sonrió.

—Nunca más, lo prometo.

Luego de un rato de preguntas, todos ya sabían hasta qué día Jade tenía la memoria, por lo que decidieron avanzar y contarle todo lo que ha pasado los últimos casi 2 años.

—No lo entiendo —murmuró Jade con confusión luego de que Louis le haya explicado ya tres veces lo que había pasado entre Harry y ella.

El castaño se rascó la nuca con nerviosismo—. ¿Qué no entiendes?

—Si Hazz me dejó solita, ¿por qué estaba conmigo en el hospital? —Perrie tomó su hombro para que la mirara.

—Eso fue hace casi dos años, Jadey, hay que ir poco a poco, ahora, ¿entendiste bien? —ella niega—. Bien, Jadey, un día después de ese día, de cuando estabas en la casa de Harry con él, ambos tuvieron su primera vez —las mejillas de la azulada se encendieron por tercera vez—. Y luego él... Al día siguiente te dejó sola —el labio de Jade comenzó a temblar, alarmando a todos—. ¡No, no! No llores, nena, aún no he llegado a... —la rubia buscó una palabra que pudiera impedir el llanto, sonrió al encontrarla—. Aún no he llegado a la parte feliz de la historia, ¿de acuerdo? —eso pareció calmar a Jade, por lo que Louis prosiguió.

—Él te dejó sola porque a su mamá la habían trasladado a California, Harry debía mudarse y pensó que lo mejor era no decírtelo ya que no quería herirte, en lo absoluto —ella asiente, mirando atenta a su mejor amigo—. Y como él se fue sin decírtelo, tú pensaste que él nunca te quiso, así que te convertiste en una...

—Yo nunca pensaría eso, Hazz siempre dice que me ama, y yo le creo —una dulce sonrisa apareció en sus labios, el castaño sonrió—. ¿En qué me convertí? —ladeó la cabeza a un lado.

—¿Sabes que es ruda? —ella asiente no tan segura—. Bueno, te convertiste en eso, Jadey —la azulada no mostró gesto alguno, solo se quedó quieta, esperando a que continuara, ya que quería pensar que esto era solo una historia inventada por sus amigos.

—Pezzy —llamó a su mejor amiga en susurró, ella la miró con media sonrisa—. Quiero ver a Zayno —esta desvió la mirada de golpe—. ¿Dónde está? ¿Por qué no ha llega...? —dejó de hablar al momento que Perrie se levantó de golpe del sofá, miró a Louis.

—Yo... Le contaré lo que pasó con Zayn luego, pero necesito prepararme, cuando terminen de contarle todo vendré otra vez —antes de que Jade pudiera llamarla, ya ella se había ido a la pequeña biblioteca del lugar, en donde podría estar en silencio. Al entrar, corrió a los inmensos libreros y se sentó al final de un pasillo en el suelo.

Se abrazó a si misma ya con lágrimas decorando sus mejillas, miró hacia arriba—. ¿Por qué tuviste que irte? —sollozó—. Te necesito conmigo, ¿no lo entiendes? —escondió su rostro entre sus mejillas—. Te amo.