RUDE.
( LIBRO DOS. )

Harry sonrió emocionado al salir del auto, tomó su mochila y la acomodó en su espalda yendo a la entrada del hospital sin esperar a Luke ni a Perrie, Niall y Calum lo habían llamado para decirle que además de que Jade había sido trasladada a otra habitación el cual tenía un pequeño baño y un pequeño sofá en donde él podría dormir —por lo que se trajo una manta y una pequeña almohada—, Jade comenzó a hablar dormida, y según el doctor, puede despertar muy pronto.

— ¡Harry pero espéranos! — oyó a su mejor amiga llamarlo mientras él abría la puerta para entrar.

— ¡Por tu culpa me tardé mucho ya que me llevaste a una peluquería! — se volteó rodando los ojos, ella bufa acercándose con Luke, quien sonreía divertido.

— ¡Pero te queda espectacular! Nunca te había visto con el pelo corto, porque hasta cuando nos conocíamos lo tenías medio largo.

— Harry cálmate — ríe Luke, Harry niega frenéticamente con una sonrisa.

— No puedo, necesito verla.

Cuando las puertas se abrieron pudo ver a Niall bailando vals con Liam, mientras que Louis, Jesy y Norma hablaban con el doctor, todos menos Liam y Niall al ver a Harry acercarse fueron inmediatamente hacia él.

— ¿Cómo está? — cuestiona sonriente.

— Ella esta de maravilla, su salud esta muy bien pero por desgracia no ha despertad — informó el doctor al ver que ninguno de sus amigos y futura suegra le contestaba. Norma se acercó al rizado con los ojos llorosos, esas lágrimas eran de felicidad, ya que su hija despertaría, o eso pensaba ella.

— Ella despertará, Harry — la madre de la chica abrazó a Harry, este sorprendido le correspondió el abrazo con alegría, ella se separa para verlo. — Puedes entrar a verla.

El rizado amplió su sonrisa y corrió a la puerta que estaba detrás de ellos, al abrirla pudo ver a la peliazul con sus ojos cerrados, pero su boca se movía ligeramente y murmullos incoherentes salían de sus labios, Harry corrió a ella y la miró unos segundos.

Sonrió besando su frente, al se pararse se arrodilló y le susurró:— Te espero con ansias, Poopey.

Perrie sonríe tiernamente viendo al rizado sentarse al lado de su mejor amiga y comenzar a hablar con ella, se dio la vuelta y se dirigió a la sala de visitas, donde Ashton, Leigh-Anne y Calum hablaban animadamente, pero lo que atrajo su atención fue que Michael estaba mas alejado de ellos, mirando su teléfono.

Saludó a los demás y dejó su bolso a un lado, al sentarse junto al rubio notó sus ojos llorosos. — Hey, Mikey, ¿qué pasa? — cuestiona en susurro con voz dulce, él no le respondió y siguió en su teléfono, la rubia dirigió la vista al celular y notó que eliminaba fotos de Rena, o él junto a ella, haciendo que Perrie comprendiera todo.

Terminaron.

— Oh — susurra, lo miró unos segundos y sonrió, Mike sintió como la rubia lo abrazaba, haciendo que rompiera en llanto lentamente. — Ya, Mikey, estoy aquí — siseó para calmarlo, este se aferró a ella abrazándola.

— No puedo creer que me haya engañado — solloza, rompiendo el corazón de le rubia.

— Ya, tranquilo — comienza a acariciar su cabello, logrando calmarlo.

Michael dejó escapar un jadeo involuntario. — No me dejes, por favor.

— Estoy y siempre estaré para ti — le susurra haciéndolo sonreír entre lágrimas.