O11 | Feria.
HyunJin despertó a causa de un ruido que provenía de la cocina, con pereza abrió sus ojos para enfocar la vista a su alrededor. Todo estaba oscuro.
Dejó caer su cabeza sobre la almohada, pero al escuchar nuevamente sonidos molestos que no le dejaban seguir durmiendo, lanzándo un bufido optó por levantarse finalmente de la cama y ver qué era aquello que no lo dejaba dormir.
Salió de la habitación para dirigirse a la cocina en donde pudo apreciar a través de sus ojos entrecerrandos una cabellera ondulada y rubia moverse de un lado a otro.
A veces se olvidaba de que ya no vivía solo.
-¿Qué haces, Felixie? -preguntó casi en voz baja mientras se tallaba un ojo, acercándose a las sillas altas para sentarse en esta.
-El almuerzo -dijo simple el ojiazul luego de dar un pequeño brinco por la sorpresa.
HyunJin frunció el ceño al escucharlo. Dijo... ¿el almuerzo?. ¿Cuánto tiempo había dormido?. No tenía idea, pero para su suerte era sábado y no tenían universidad, lo que estaba bien, podía así seguir durmiendo todo el día sin preocuparse por nada.
Volvió a fruncir el rostro en una mueca de pura confusión al percatarse de algo.
-¿No irás en casa de tus padres?- preguntó.
Y es que el menor solía ir todos los sábados temprano por la mañana a visitar a sus progenitores, lo hacía desde que las clases iniciaron. Hace ya un poco más de tres meses.
-No. Mis padres están de viaje por Daegu - contestó sin dejar de moverse de aquí y allá. HyunJin lo veía atentamente, cada mínimo movimiento siendo apreciado por él.
-Entonces... ¿estarás aquí todo el día? -volvió a preguntar.
-Ajá - asintió levemente con la cabeza-. Hoy y mañana.
HyunJin festejó internamente, tener a Felix con él era agradable, le gustaba pasar el rato con él aunque en ocasiones el chico pareciera ser irritante y muy meloso a HyunJin le gustaba que fuera así con él.
Felix lo hacía ser extremadamente suave y cariñoso, cosa que no pensó que sería ni cuando tenía diez años.
Ambos chicos no dijeron nada más, y el pelinegro aprovechó que el menor estaba ocupado para dirigirse nuevamente a su habitación y asearse. Cuando regresó encontró a Felix sentado en el sofá, de espaldas. Tuvo un ligero deja vu, pero esta vez no lo asustaría.
Rodeó el sofá sentándose al lado del rubio, este giró su rostro y cuando lo miró de vuelta le sonrió. Una sonrisa de labios cerrados que a HyunJin le provocaba cosquillas el estómago.
-La comida ya está lista -avisó el rubio poniéndose de pie-. Vamos, antes de que se enfríe.
HyunJin asintió y siguió al menor hasta la isla en donde Felix le dijo que tome asiento y que él serviría la comida. El pelinegro no lo contradijo, simplemente hizo lo que le pidió sin despegar ni un segundo los ojos de él.
El rubio se acercó con un plato en manos, aprovechando la cercanía de ambos cuando el menor se acercó lo suficiente para colocar el plato sobre la isla, HyunJin giró el rostro, estando ambos incluso más cerca que la noche anterior y habían sido interrumpidos por el amigo del ojiazul que le trajo los apuntes que se había olvidado en la biblioteca.
La respiración del mayor daba directo a su mejilla derecha, y la cercanía de sus rostros hizo que sus mejillas tomarán un color rojizo potente hasta sus orejas.
Una visión de la noche anterior se hizo presente en su mente, haciéndole temblar ligeramente de pies a cabeza. HyunJin lo notó, por lo que con toda la poca fuerza de voluntad que tenía, se alejó, devolviéndole al rubio su espacio.
Felix reaccionó y fue a traer otro plato, y en silencio comenzaron a comer hasta que el más alto volvió a hablar.
-¿Quiéres ir a la feria del centro?-preguntó el pelinegro rezando internamente para que el menor acepte salir con él.
-¿Feria? -cuestionó dudoso. Le llamaba bastante la atención. La última que fue a una feria tenía unos diez u once años, más o menos.
-Sí-asintió dándole un bocado a su comida. Felix cocinaba de maravilla-. Ayer muchos en la universidad hablaban de eso -le dijo luego de tragar.
-Oh, creo que Sung mencionó algo sobre eso. Pero dijo que no podría ir porque tenía otras cosas que hacer -dijo con las mejillas abultadas de comida.
HyunJin sonrió en grande, y en vez de regañarlo por hablar con la boca llena se estiró lo suficiente con una servilleta en manos para limpiar las comisuras de sus labios.
El rubio se quedó estático por ello, mirando a cualquier lugar menos al mayor que se volvió a acomodar en su lugar.
-G-Gracias-dijo con las mejillas rojas.
-No es nada -respondió el más alto volviendo a comer-. Y... ¿Qué dices? ¿Quieres ir?.
Felix levantó la mirada para ver al pelinegro antes de sonreírle ligeramente.
-Por supuesto -dijo.
HyunJin le devolvió la sonrisa.
[...]
-¡Woah! -escuchó a Felix exclamar por sobre todo el ruido del lugar.
HyunJin y Felix estuvieron todo el día haciendo nada, se la pasaron comiendo y viendo televisión hasta que el mayor creyó conveniente comenzar a alistarse para ir la feria, y ahí estaban ahora, con un Felix muy emocionado y un HyunJin plenamente feliz.
-¿Te gusta? -preguntó el pelinegro acercando su rostro al del rubio para no tener que gritar.
-¡Me encanta! -respondió efusivo. HyunJin sonrió viéndolo reír.
Ambos caminaron juntos, adentrándose más al enorme lugar hasta la entrada en la sección de juegos y demás, una vez que pagaron la entrada ingresaron y vislumbraron a mucha gente caminando de aquí para allá.
-Toma mi mano - dijo el pelinegro tendiéndole la suya. Felix la aceptó sin problema, y ahora ambos caminaron agarrados de las manos mientras el rubio observaba todo lo que podía a su alrededor, desde niños pequeños jugando hasta personas adultas con grandes agoldones de azúcar.
Le hacía feliz ver a las personas felices.
-¡HyunJinnie, mira! -el rubio se debutó abruptamente señalando un enorme oso de peluche blanco en uno de los juegos.
-¿Lo quieres? -preguntó el mayor al notar la emoción del rubio.
Felix solo asintió chiquito en su lugar, HyunJin suspiró y remangándose la manga larga negra que llevaba se acercó hasta el puesto de juegos y pago por este sin pensarlo dos veces.
El rubio se acercó hasta el mayor, colocándose al lado suyo para poder ser testigo de lo que haría. El hombre del puesto le entregó al más alto un arma de juguete con el que debía disparar al centro de aquel pequeño círculo blanco colgado en la pared.
No era tan bueno en el tiro al blanco, pero sí era muy competitivo en los juegos. Y es por eso que mirando al menor quien le sonrió se dispuso en ganar ese oso de peluche igual y si gastaba todo su dinero en el proceso. Porque la felicidad de Felix era un motivo para conseguir ese oso.
Con una motivación en mente, alzó sus brazos con el arma, entrecerrando uno de sus ojos calculó rápidamente y sin más preámbulo disparó.
El chillido alegre de Felix y los jadeos asombrados de los que observaban llegaron a sus oídos tan rápido como disparó. Bajó el juguete y vió que había dado justo en el blanco, una sonrisa orgullosa tiró de las comisuras de sus labios y se giró a mirar al rubio.
-¡A la primera! -escuchó al dueño del puesto decir-. Joven, puede elegir su premio- dijo el hombre muy sonriente. HyunJin se giró tomando de la mano al menor.
-El oso blanco por favor -pidió. Se sentía orgulloso de si mismo, su recompensa era la mejor de todos sin dudas.
-El oso blanco será.
El hombre les dió el enorme oso blanco, a lo que Felix soltó la mano de HyunJin para tomarlo entre sus brazos. El mayor río al no ver al rubio ya que el oso lo cubría casi por completo.
-Lo llevaré por ti ¿si? -le dijo a lo que el menor no se negó y le entregó el peluche-. Mano - volvió a decir, moviendo su mano a lo que Felix entendió y tomó su mano. HyunJin las entrelazó.
Caminaron por muchos minutos más, en donde compraron helado y jugaron en varios puestos en donde ganaron dinero y otras cosas irrelevantes. También subieron a algunas atracciones luego de que el rubio estuviera rogando para subirse en una.
-¡Hyung! -escuchó a Felix gritar a sus espaldas y rápidamente se giró pensando que le había ocurrió algo, pero se tranquilizó cuando lo vió en buen estado señalando una atracción-. ¡Subamos ahí! dijo dando saltitos muy emocionado.
El mayor levantó la mirada viendo la rueda de la fortuna, el quería subir pero no sabía si Felix aguantaría aquello.
-¿Seguro? -cuestionó a lo que el menor asintió. -Está bien, ven-tomándolo de la mano caminaron juntos.
Pidieron un pase para la atracción y un chico se acercó a ellos para acercarlos en uno de los asientos y colocarles la barra de seguridad.
-Espere, él irá aquí -habló Felix haciendo que el chico desconocido y HyunJin lo mirarán. El menor colocó al oso a un lado suyo, quedando él en medio del peluche y HyunJin‐. Ahora sí -sonrió contagiando a los mayores.
El chico terminó de colocarles la barra de seguridad y luego de un par de minutos más Felix se sujetó con fuerza de esta al sentir que comenzaban a girar. Cerró sus ojos con fuerza sintiendo el viento fresco de la noche impactar directamente en su rostro.
HyunJin colocó su mano sobre la del rubio, apreciando lo lindo que se veía bajo la luz de la noche y de la atracción que era de un tono púrpura. Para HyunJin era el más lindo.
El menor abrió sus ojos, apreciando desde lo alto la cuidad. Abrió su boca con asombro admirando su alrededor mientras que HyunJin admiraba lo único asombroso para él, que en estos momentos reía y veía con emoción hacia todas direcciones.
-Felixie... -escuchó que lo llamaron por lo que se giró encontrándose con el rostro de HyunJin a centímetros del suyo-. ¿Puedo?.
El rubio borró ligeramente su sonrisa para mirar al mayor con plenitud y perplejidad, pero sin hacerlo esperar mucho asintió suavemente mirándolo fijamente a los ojos.
HyunJin alzó una mano para colocarla en una de sus mejillas abultadas y sin demorar más presionó sus labios sobre los esponjosos y suaves labios del ojiazul. Felix cerró sus ojos, sintiendo el movimiento lento que el mayor inició.
Trató de seguirle el ritmo, pero al ser su primer beso no pudo evitar ser un poco torpe, pero eso a HyunJin no le importó, lo único importante para él era la persona que ahora estaba entre sus brazos, besándolo como tanto quiso hacerlo desde hace días.
Todo era tan bonito y mágico. Felix lo era para él.
[3/3]
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