🦋ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕕𝕠𝕤
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🦋ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕕𝕠𝕤ᕗ
Después de casi tres días en la famosa Casa de Asuntos Internos de la Corona(CAIC) he decidido enviar una carta a mis padres.
Todo el lugar es hermoso, no tan grande como me lo imaginé pero si discreto. Imson es una de las ciudades más sercanas a la capital de Erea, posee un clima exelente para unas largas vacaciones; inmensas montañas, playas sercanas, una población muy pequeña y con poco viento o temperaturas altas, muy distinta a Erea.
Según me informaron, para todo el mundo este es una de las tantas casas de verano del príncipe, pero para los empleados más importante y de suma confianza es la CAIC.
Yo, claro, soy la excepción. Me sometieron a pruebas de confianza, seguridad y sobre todo, discreción. Estoy consiente de que este “Asunto Interno” es bastante grave como para entrenarne de forma leve hasta en deportes. Resistencia y cuidados de emergencia,nada que me exija demasiado pero si lo escencial.
No he visto al príncipe muy seguido en estos días, lo principal; en los pasillos, pequeña interrupciones para informar lo más importante en las reuniones, preguntas o dificultades e incluso para exigir más de lo que debe. Porque si, lo que emana el mayor, y creo que hasta único heredero Seymor, es un enorme rencor hacía mi. Sabe mantener las apariencias y separar lo laboral con lo digamos, personal, pero eso no quita que me exija más de lo que debe, mire con odio y refufuñe ante mi presencia.
No me importa la verdad, sigo en mi trabajo y presto atención a toda sus órdenes aunque se que las dice desde el desdén.
Después de redactar y enviar la carta a mis padres, decido ir a por un refrigerio. Llevo todo el día en esta oficina la cual por cierto es bastante civilizada. Ventanas de cristal polarizados, aire acondicionado, muebles suaves y con colores vivos y una pequeña tele para mi jefe, el príncipe. Nunca está aquí, pero debo decir que cuando lo hace simplemente se centra en su trabajo y yo en el mío.
Salgo de la oficina y voy directo a la cocina donde me espera una Sofía alegre y risueña. Es lo más cercano a una amiga que tengo en este lugar. Tiene mi misma edad, veinte y tres(23) años. Desde que llegué aquí, hemos tenido la oportunidad de hablar cada cierto tiempo y al igual que ella, nos mantenemos al margen de todo lo restante en el lugar a no ser nuestro trabajo.
El cabello crespo revolotea de un lado al otro mientras prepara todo el festin del príncipe. En cuanto me ve, sonríe y se hacerca para abrasarme.
—¡Ruby!—. Llama mientras me encamina a una de las sillas altas para rodear la isla y alcanzarme un plato—. Te tengo un plato a degustar. Se que el príncipe es alérgico a las cerezas, pero tu no. Toma.
Observo el plato en tanto la boca se me hace agua. No tengo idea con qué está preparando, pero se ve delicioso.
—Te explicaré que he echo— comienza al ver mi cara de duda—.Es un pastel de cereza el cual rellené de chocolate y uvas. Luego lo bañe en otra capa de chocolate blanco—Me giña un ojo—. Claro está que esos son los pasos principales, no te aburriré con estos temas.
Le sonrío tomando una bocanada del delicioso platillo. Cierro los ojos degustando cada sabor y escencia. Todo está delicioso, en realidad cada platillo de Sofía es más delicioso que el anterior. Los sabores explotan en mi boca haciendo que me relama los labios mientras intento decirle lo esquisito que está, pero la voz de alguien detrás de mi me hace girarme completamente.
—Señorita Hasay, el príncipe Seymor la llama en la sala de reunioned— anuncia Derek detrás de mi.
El Don Gruñon también se ha vuelto importante en esta extancia aquí. Es el guardia que más frecuenta cerca del príncipe. El encargado de traer las cartas hasta mi, informarme cualquier pedido del príncipe y asegurarse de que haga bien mi trabajo.
—Ya casi acabo señor Leran— respondo obviamente haciendo que se moleste con mi tono tan formal.
Más hayá de una simple amistad de convivencia, no hay nada. Aún así entre los tres soportamos las exigencias de Esteban y una que otra vez cotilleamos. Es sumamente fiel a la corona, nunca escucharás una palabra en contra de ella, por eso tratamos de no incluirlo en nuestras íntimas conversación sobre la monarquía o la corona.
—Con que con estas tenemos Ruby—sentencia con una risita malvada. Se hacerca hasta mi plato quitándome la cuchara de la mano y llavando una gran bocanada a la boca.
—¡Olle!.
—No te quejes, esto es solo la venganza.
Intento quitarle la cuchara pero obviamente es más fuerte y rápido que yo. Su cabello rubio revolotea mientras forzajeamos terminando con una Sofía muy enojada.
—¡Ya basta! Se que aman mis platos pero...
—Oh, pequeña Sofía, nadie ha dicho tal aberridad—. Le interviene Derek haciéndola enojar.
—¡Sal ya mismo de mi cocina!.
—Como desee, majestad—Hace una reverencia enfureciendola más—. Pero me la llevo a ella.
Me toma del brazo bajandome del banquillo a la fuerza mientras intento disculparme con la mirada con Sofía. Ya dentro del pasillo toma nuevamente la postura recta y disciplinada.
Suspiro manteniendo la vista en el extenso pasillo iluminado por luz eléctrica. Todo el lugar es ampliamente actualizado. Cámaras, aires acondicionados, armas actuales, celulares; pero eso no quita que debamos usar estos estúpidos trajes de gazas y aros.
No lo concidero un uniforme, pero si la vestimenta más adecuada para el lugar. Todos aquí llevan el suyo. Los guardias con sus trajes negros y bordes dorados, las mucamas con sus vestidos hasta las rodillas color piel e igualmente bordes dorados, las cocineras con trajes más lijeros pero igualmente color piel y bordes dorados, y yo, con un largo vestido, en este caso sin aro, a base de tela de lino color verde claro, con flores asemejando un cinto y un cruce brow en la espalda. Puedo darme el gusto de llevar colores llamativos, pero aún así debo tratar de mantenerme en la pequeña gama de colores piel.
—¿Que tal el entrenamiento, señorita Hasay?—pregunta Derek después de un tiempo.
—No hay nadie aquí Derek, deja de ser tan paranoico—comento refiriéndome a su tacto tan formal y amable que siempre posee al estar en los pasillos conmigos. Su deber le prohíbe cualquier comentario fuera de el de un guardia con algún otro trabajador. El más mínimo indicio de traición y puede ser condenado a muerte—. Y respondiendo tu pregunta, es agotador hacer ejercicios.
—Para una inesperta como tu, es obvio que será agotador—responde riendo, luego hace una pausa volviendo a su lado recto—. Sobre lo otro, no se trata de eso Ruby. El reino está pasando por momentos difíciles. O estás con la corona, o estás en contra.
Bufo.—No comprendo sus inútiles leyes. Todos los demás reinos gobiernan igual que este y no poseen tales “dificultades”.
—Ruby, por favor, no me hagas tener que informar tus comentarios a la señora Seymor—amenaza,ella es la encargada de velar por mi comportamiento ya que para el príncipe soy una “incompetente”—. Ahora trabajas para el príncipe y lo desees o no, ellos confían en ti.
—¿En serio crees que confían en mi? ¿O en ti?. Ni siquiera se de que se trata ese Asunto tan importante y ya me están prohibiendo hablar de él o de la corona.
—No es un tema que se tome a la ligera, Ruby—aclara, mirando en todas direcciones asegurándose de que nadie nos escuche—. No se tratan de leyes o tontas huelgas en contra del príncipe. Menos desacuerdos con su futuro reinado como crees. Este asunto va más allá de Erea o de los demás reinos, aunque también intregra la isla de Neikk. El Rey de Aglourr, Arnold, está intentando ayudarnos.
Y es que si, nuestro pueblo está prácticamente en disputa, y no solo porque está conformada por cinco (5) islas medianamente separadas, sino por un estado en especial:Neikk. La razón; apoya, promueve y participa en la mafia de otros paises más cercanos. Pero,¿A que se refiere Dereck con el va más allá de Erea o las islas?. Además, reconozco el nombre de Arnold de algún lado,solo que no lo recuerdo de la historia de Erea, sino de algún otro lugar.
—Eva trabajó para él durante unos años—murmuro más para mi que para Dereck cuando logro recordar.
Se fue al estado por casi dos(2) años, pero regresó en cuanto se enteró de lo que me sucedio. Nunca hubo un momento en el cual hablaramos de su experiencia allá, así que no se nada del reino.
—El Rey Arnold a trabajado siempre con nuestra nación—anuncia cruzando a la derecha en el pasillo, serca del ala de reuniones. Porque si, el príncipe Esteban Seymor a requerido dividir toda un ala solamente para reuniones—.Son muchos los problemas que nos está resolviendo desde dentro. Tiene contactos, control y respeto fuera de su nación. Justo lo que necesitamos.
Esta es la razón por la que gracias a esa recomendación y la importancia de Arnold en el reino Eva ganó su trabajo sin tanto problema.
—¿Que es lo que necesitan?— pregunto confundida, casi como una niña a la que le hace falta su chupa chupa.
—No entenderás nada ahora, señorita Hasay—. Me llama por mi apellido ya que dos guardias más custodian la entrada que da directo a la habitación.
Al ingresar en ella, todos los presentes me prestan atención. Derek hace una reverencia seguido por mi y le informa a Seymor si desea algo más, el cual despreocupado simplemente le dice que valla fuera a custodiar la puerta. Me deja sola entre más de diez(10) invitados, todos hombres. Las mujeres no son muy bienvenidas como gobernantes en la corona de Erea, cosa que no es tan frecuente en otros reinos.
Cedric, el concejero del príncipe, me pide que me hacerque a él, ordenando que me siente a su lado.
Una mesa extensa llena el lugar, más de veinte(20) puestos disponibles. El príncipe en su trono nos ve a todos, su abuela al lado derecho y dos guardias a los extremos. En la mesa ocupan lugares los funcionarios, jefes principales, políticos importantes y uno que otro comersiante de armas. De ahí en fuera, no conozco más ningún puesto.
El lugar se llena en un abrumante silencio antes de que el príncipe se levante de su asiento y nos mire a todos, posando unos instante su mirada felina en mi. No puedo dudar que es sumamente apuesto. Rangos varoniles, ojos electrificantes, postuta erguida y segura y un vasto conocimiento. Pero él nunca se fijaría en mi, y yo tengo demaciados problemas como para incluir el amor en ellos.
—Cedric, necesito un reporte completo de los nuevos ataques en Pueblos del Norte—Pide al concejero junto a mi, que simplemente asiente—.No me interesa si es verdad o no, pero hoy mismo enviaré a cinco(5) de mis hombres a infiltrarse en las tropas de la sublevación. No podremos correr riesgos.
—Señor—Se levanta un invitado—, creo que es demaciado apresurado sacar conclusiones en tan solo unas horas y poca información sobre la noticia.
—¿Ree, verdad?—pregunta casi con burla ante su apellido. El hombre asiente—. ¿Sabe usted lo que sucedió el veinte y tres(23) de septiembre hace nueve(9) años en nuestra ciudad estando al mando mi padre?—El hombre vuelve a asentir en lo que yo me tenso al recordar dicha fecha—. Bien, porque como debe recordar millones de personas murieron solo por un descuido. Unas horas para preparar una simple estrategia cobró la vida de muchas mujeres y niñas ante la mafia. Y yo no volveré a cometer el mismo error de dejar en manos del enemigo más de treinta(30) mujeres...
—Treinta y cinco(35), príncipe— Le recuerdo—. Incluyendo niñas.
Él aciente dando por olvidada mi aclaración.
—Como decía señor Ree, no tenemos tiempo, pero si armas y hombres. Esos tontos sublevados son claramente pagados por el enemigo. Y aquí necesitamos nombre y apellidos. ¿O usted no?.
—Claro señor, disculpe—. Se vuelve a sentar claramente enojado ante las plabras del príncipe.
—Brett—Llama nuevamente Seymor haciendo que un joven de al menos veinte(20) años se levante—¿Qué noticias tienes para mi?.
El príncipe se pasa la mano por el cabello desalborotandolo. Parece tenso e inquieto, algo le preocupa y no se que es. La curiosidad me gana así que antes de que el tal Brett hable, lo interrumpo.
—¿Le pasa algo, príncipe?.
El mensionado me mira completamente a mi, sus ojos chispean en llamas y una emoción no identificada en él recubre su rostro.
Mis ojos azulados se conectan con los del príncipe unos segundos en los cuales deja de lado el odio y el desdén.
—¿Acaso le interesa?—contesta volviendo al trato frío como si nada hubiese pasado.
—No señor, es solo qu...
—Principe, volvamos al tema importante—interviene el jóven de hace unos segundos y mentalmente le agradezco ya que no tenía ninguna excusa ante mi atrevimiento.
—Claro—afirma el príncipe sentandose en el trono desde donde me mira fijamente. Su mirada traspasa mi alma, como si quisiera ver algo dentro de mi que no comprendo.
—Bien, pues mi padre ha encontrado esta carta en su buzón, la cual por cierto está a nombre de usted—.El príncipe hace un ademán con la mano para que me entregue la carta ya que ese es mi trabajo.
Tomo el papel oliendo su escencia, «caramelo y caoba» una mezcla rara. El sello no es identificable y al abrirlo sus letras son peor. Levanto la mirada al príncipe el cual demuestra una sonrisita ladina.
—Señor, no comprendo este idioma. Nunca he tenido conocimiento de ella.
—¿Me permite leerla?—. Se ofrece Brett amablemente mirándome a los ojos. Son de un verde intenso, tanto como su mirada.
El príncipe garraspea antes de hablar, regosando de alegría.
—Señorita Hasay, no es un idioma lo que tiene en sus manos. Son simples letras—. Se burla de mi.
—Puede que si, príncipe— Arrastro con desdén la última palabra—.Pero para mi es inentendible.
—Ese es su trabajo, sino lo sabe hacer, pues retírese—. Escupe con odio. Estoy a punto de responderle antes de que la voz de Aidé me interrumpa.
—Señorita Hasay, no se preocupe por ello. Y lamento las palabras de mi nieto— interviene apasiguando el ambiente—. Verá, para mantener en secreto y con sumo cuidado todo este tema, se realizan cartas desifrables mediante los números romanos. Es un método ideado por mi nieto, así que si desea ayuda en alguna carta, solo debe acudir a él.
—Ni siquiera se la base, señora Seymor—. Le recuerdo.
—Tranquila. ¿Que tal si mañana realizan una sección de al menos una(1) hora y le enseñas lo que sabes, Esteban?.
El príncipe vuelve a posar su mirada en mi con esa expresión tan extraña.
—Bien—. Acepta quitando la vista. No le presto atención a sus idioteces, así que cuando se acaba la reunión simplemente me voy a mi oficina intentando entender el regero de símbolos tan extraños.
Unos minutos después llega el príncipe sin siquiera repararme, lo que me enoja aún más y no se por que. Así que decido molestarlo con lo que él llama “mi incompetencia”.
—Principe Seymor,¿Me permite un minuto?—pregunto acercándome a su escritorio y poniendo ojos de ángel. Algo que hace que chasquee la lengua.
—Cada minuto mío es valioso— comienza con ese tono de superioridad que tanto odio—, pero a pesar de eso, y siendo mi empleada, ¿Que deseas?.
—Como le comenté en la reunión, no tengo idea de como desifrar esta carta. Así que si pudieramos ponernos de acuerdo par...
Levanta la mano callándome de inmediato.
—Señorita Hasay, ¿No le dije que cada minuto mío era valioso?—pregunta incrédulo.
Empuño mis manos a cada lado intentando contener la rabia que me causa el creerce superior a mi. Juré no dejar que nadie nunca más me pisotiara, y aunque fuí yo la que empecé el tema, es su deber ayudarme.
—Si, pero su abue...
—Mi abuela Aidé no manda en mis decisiones, así que retirese—. Me interumpe nuevamente haciendo un ademán con la mano para que me valla.
—¿¡Podrá dejar de interrumpirme de una buena vez?!—. Also la voz claramente enojada. Seymor se levanta bruscamente de la silla aciendome retroceder en tanto toma la carta sobre la mesa y abre con furia sacando su contenido.
—¿¡Acaso usted no sabe hacer bien su trabajo?!.
—¿¡Cómo quiere que lo haga si no se como se lee esa cosa?!—. Sigo gritando mientras apunto a la carta.
—¡No es “esa cosa”, señorita Hasay. Es un método muy estricto y planificado que le está salvando el pellejo hace muchos años a usted, a su familia y a todo el pueblo!.
—¡Pero yo no lo sé!, cuando entenderá.
La situación se nos va de la mano entre tantos gritos y enojo. Un toque brusco a la puerta nos interrumpe. Seymor se sienta en su silla intentando calmarse. Pasa las manos por su cabello desordenandolo antes de mirarme fijamente a los ojos. Hay furia, enojo y... ¿Confusión, desacuerdo, caos? Es como una mezcla de entre el bien y el mal que no logro desifrar a que se refiere.
—Pase—. Logra decir más calmado.
Los ojos verdes intensos, cabello castaño y figura esbelta aparece delante de mis ojos; Brett.
—Señorita Hasay—. Saluda extrañadamente feliz.
—Señor Brett—Intento hacer una reverencia pero su mano me lo impide.
—No acostumbro esa formalidad entre mis agraciados.
—¿Estoy dentro de tus agraciados?—pregunto algo emocionada por la afirmación.
—Claro señorita, desde el momento en que retó a Esteban.
Sonrío ante la afirmación.
—Será mejor que dejes de tratar así a los plebeyos Brett, cuando seas Rey nadie te tomará en serio—interrumpe Seymor, repasando algo en su escritorio.
—Tan poco afectivo como siempre, príncipe Seymor—Brett llega hasta el príncipe colocando una mano en su hombro el cual baja rápidamente con la mirada fría y criptica que le da Seymor—. Señorita Hasay, creo que será mejor salir ya mismo de esta oficina, mi querido Rey no está de buen humor—Brett me tiende una mano la cual tomo sin dudar, salir de aquí es lo que más deseo.
Llegando a la puerta, el príncipe vuelve a hablar con ese tono imperioso que tanto odio.
—Señorita Hasay, ¿Acaso el príncipe Brett Aglourr le resolverá su problema?.
—¿Aglourr? ¿Eres hijo de Arnold Aglourr?—pregunto desconcentrada.
—Al parecer alguien aquí estudió historia— Me guiña un ojo, con coquetería—.Creo que me robaré a esta pequeña curiosa unos días—. Me toma de la cintura haciéndome brincar un poco ante su repentino acto.
—Por mi está bien—Seymor hace un ademán con la mano de despreocupación—. Solo necesito que para mañana me entregues todas las cartas transcritas.
Brett me saca de la oficina caminando tranquilamente hacia el parterre. Sigue con su mano colocada en la cintura, acto que me inquieta, así que decido acabar con el silencio.
—No me has respondido a mi pregunta, príncipe—comienzo en un ligero susurro, nerviosa.
—No me digas más príncipe, o cualquier otro nombre tan formal, me hace sentir viejo y amargado, como Estaban—. Me sonríe de esa forma tan inocente y genuina pero con un tanto de picardía.
—Esteban no es viejo—Pienso.
—Pero si amargado.
Reímos desde lo bajo mientras nos acercamos más al jardín.
—Respondiendo a tu pregunta, señorita Hasay, si, soy hijo de Arnold Aglourr y futuro heredero del reino.
Llegamos hasta una pequeña edificación como en el palacio de Erea desde donde se ve todo el jardín. Es inmenso e igual que hermoso que el anterior, solo que en este jardín se realizan reuniones muy a menudo, he visto a más de diez(10) altos funcionarios reunidos en tan solo tres(3) días.
Brett ala una de las sillas invitandome a sentar. Varias empleadas traen frutas y bebidas. Todos atienden a Brett sin chistar y una que otra hasta le echa el ojo a lo que él responde con un guiño, todo coqueto.No son muchas las empeladas aquí presente, pero si las necesarias para atender los deseos del príncipe y sus invitados.
—Señorita Hasay,¿Desea algo?— pregunta apuntando a la mesa.
—Puedes decirme Ruby. Tu me distes la confianza de decirte Brett, pues yo también te la doy—respondo llevando una uva a mi boca.
—Pues bien, Ruby, ¿Que tal es trabajar con Esteban?.
La pregunta me hace reír. ¿Como es trabajar con Esteban? Horrible.
—Digamos que...—Pienso un momento que decir, no puedo simplemente soltar que es terrible trabajar con él—,no nos llevamos muy bien—respondo finalmente.
Brett sonríe de una forma que no logro descubrir.
—Es normal que al principio sea un insoportable y egocéntrico, pero con el tiempo te acostumbrarás— responde, sereno.
He intentado pensar eso también,pero creo que la manera en la que nos conocimos solo empeore todo. Aún así, no es como que deba pasar todo el tiempo con él.
Me encojo de hombros en respuesta. Esto no es un tema que deba estar pensando en este momento, pero aún así me da curiosidad saber que pasa por la cabeza del príncipe Esteban.
—¿Ustedes son amigos hace muchos años?—pregunto un tanto avergonzada por ser tan directa.
Él se echa a reír.
—¿Amigos? ¿Esteban y yo?. Jamás.
Continúa riendo mientras muestra sus perfectos dientes blanco. Holluelos se forman en su rostro haciendolo más adorable que antes. No se porque pero Brett es el tipo de chico que emana confianza inmediata.
Él se percata de que me quedo mirándolo más tiempo del debido así que desvío la vista algo apenada.
—Tranquila, no es un delito mirar a nadie— intenta animarme.
—No es eso, es solo que eres un príncipe y bueno, ustedes,ya saben...
—¿Ya saben?—pregunta confundido.
—Son príncipes. Merecen respeto, admiración. Ninguna simple plebeya puede mirarla a los ojos—digo casi con ironía.
Él sonríe, pícaro, mientras observa como algunas sirvientas nos miran desde el jardín donde realizan su trabajo.
—No soy Esteban, Ruby. No soy maniático del respeto, y menos un altanero de mi puesto. Para mi vales tanto como cualquier alto funcionario. Solo que cada uno lleva distintos tratos—Se encoge de hombros levantándose de la silla—. Salgamos un rato a caminar, mi padre debe estar al llegar y deseo admirar el paisaje antes de comenzar la extensa reunión.
Frunso el seño ante su afirmación.— ¿El Rey Arnold vendrá a una reunión hoy?.
—Asi es, señorita Hasay. Una muy importante.
Me levanto caminando a su lado. El hermoso jardín me deslumbra. Lugares amplios, extensa gama de flores, árboles frondosos y todos bien cuidado. Camino tratando de no arrastrar el vestido mientras observo el lugar.
—¿Por qué es tan importante, príncipe Brett?—. Volvemos a la formalidad al estar expuesto. Mi trabajo prácticamente depende de mis actos.
—Será mejor que asista usted misma,¿Desea ir?.
Me lo pienso un instante, de seguro no le gustará la idea a Esteban. Pero la verdad, solo iré por la cortesía del príncipe. Además, a lo mejor el estar presente me adelante de que trata el Asunto Interno del cual todavía no he sido avisada.
—Claro—. Le contesto finalmente.
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🦋 ¡Hola! ¡Hi! ¡Welcome!.
¿Que tal su día?.
Quería dejarles por aquí esta notita por si tenían alguna duda, sin pudor pueden dejar sus comentarios xD, y para las mentes no tan vírgenes, SÌ habrá escenas +18, pero OJO, solo en los extras y últimos capítulos.
PD:Ya dejé por aquí un spoiler. Por esto mi hermana me saca toda la información de mis historias, xD.
Bueno, en fin, también quería preguntarles algo:
🦋¿Que leen actualmente?
Deseo leer una historia a lo Mangnus y Emily, recomendaciones aquí, ¡Plis!.
En fin, feliz día y dulce sueños mis dulces de miel✨.
¡Ah!, Por supuesto, comentenme todo las críticas constructivas, ideitas ya armadas, impresiones... Todo sobre la historia.
♡I LOVIU SOU MOCH♡
~VeMaCh
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