Capítulo 5. Paideia y Pólemos
Tic.
Tac.
Tic.
Tac.
El sonido retumbaba en las orejas de la mayoría de los aspirantes, un color gris sólido decoraba la pared, con líneas blancas horizontales en la parte superior de la habitación.
Silencio. Un silencio que aturdía, uno que entraba entre los huesos, consumía la paz, dejando una ansiedad terrible en el estómago. Las luces ubicadas precisamente cada 30 centímetros con una luz amarilla se presentaba, no era de extrañarse que el calor en la habitación hubiese incrementado. La pizarra al frente no tenía nada más escrito que la hora en la que debían finalizar.
Los ojos de todos se movían sobre la papeleta, Mycroft los observava desde arriba, dieciséis mujeres y cuatro hombres en la sala, todos luchando por un puesto. Sherlock se acercó al vidrio templado al mismo tiempo que John.
—¿Pueden vernos? — Preguntó John mientras observaba através del cristal.
—Sí, ellos disfrutan observándonos — Sonrió sarcásticamente el hombre de hielo regresando su mirada a los de abajo — Obviamente no pueden —John movió su boca con desagrado observando al mayor de los Holmes — es parte de la prueba, cuando no te sientes observado, es cuando realmente eres tú.
—Sherlock se dedicaba a mover su cabeza de un lado al otro sin mayor discreción, todo lo que podía pensar era lo aburrido de un examen para poder trabajar con su hermano — No entiendo por qué hay tanta gente que quiera trabajar contigo
—Las prestaciones — Respondió John haciendo que Sherlock se riese en la cara de Mycroft — Supongo que estas presentaciones han sido una de las más grandes ventajas ¿no es así?
—De hecho, son una de las mejores, incluyen casa, transporte y el salario bastante adecuado para todo lo que se realiza de trabajo — Mycroft se levantó mirando el reloj — Aún quedán 20 minutos y no hay nadie que haya terminado.
—Si es el mismo examén que nos hiciste a nosotros dudo que haya alguien que lo termine antes de la hora ¿Hay nota mínima para pasar? — John miró a Sherlock y Mycroft.
—Necesitan setenta puntos para calificar — Sherlock alzó su ceja — Es lo menos que puedo aceptar.
—¿Lo menos? Yo tuve 50 puntos — Los ojos celestes de John se miraban confundidos.
—¿Acaso debo mantener ese mediocre resultado como estándar? — John se ofendió ante la respuesta de Mycroft, girando su cabeza 180° grados — No se te vaya a romper el cuello John, la verdad no suele ser la más aceptada — el mayor de los Holmes sonrió con falsa cordialidad.
—Para el cargo, hay algunas cosas que no pueden perder, por eso es importante evaluar la retentiva, si puedes recordar datos absurdos como el número de carros en un estacionamiento, muy seguramente podrás recordar anotar una reunión para el mismo día — Sherlock asintió mirando a John.
—¿Por qué exactamente estoy aquí? — Mycroft bajó su mirada, sonriendo de lado.
—Oh, Dr. Watson, tú eres mis ojos para el objetivo común, ver cómo piensan — Susurró como si una serpiente hablase.
Abajo, en el calor del pensar, todos bailaban un waltz mental. Movian la pierna, respiraban rápido, miraban hacia el frente, cada mano moviendose a la velocidad de lo que su mente les permitía. Al fondo de la habitación, en la esquina contra la pared, Cecania escuchaba como en su mente había un silbido de confusión. Había estudiado día y noche con un riguroso horario que James le había dado.
"No entiendo qué demonios es esto, pareciera que son los conocimientos de los libros más extraños del mundo" Su voz sonaba como un llamado de auxilio "Basta, basta, solo me están matando, auxilio" Se repetía en su cabeza, mientras contestaba algunas de las preguntas que le faltaban "No es posible, no creo tener menos de siete en este examen, pero es una vergüenza no conocer todo esto"
Cecania se levantó cruzando miradas con una chica pelirroja que intentó levantar el mentón hacia ella, giró su cabeza moviendo sus piernas con fuerza antes de poner la papeleta en el escritorio. La chica se acerco en su oreja "No creas, rubia bonita, que por ese caminar podrás ganar esta pelea" La chica se alejó de ella saliendo por la puerta como se lo habían indicado a todos, al terminar el examen debían irse.
La rubia miró hacia arriba, fijando sus ojos en la pared. Mycroft ladeó su cabeza lentamente al mismo tiempo que Sherlock se levantaba con una juguetona sonrisa en sus labios. Ella frunció el ceño justo al llegar a los bordes de las esquinas, agachó su cabeza mientras reía suavemente levantando su dedo fingiendo que era una pistola, cerro uno de sus ojos, apunto y disparó.
—¿Nos vió? — John se levantó mirando a los dos Holmes — Acaso...¿Cómo supo?
—¡Esto eleva el juego John! ¡Oh hermanito, yo creo que tienes una competidora acá! — Sherlock aplaudió — Significa que no importa el resultado que tenga John, es más observadora de lo que parece. Es una de las pocas que hasta el momento se detuvo a verificar toda la sala.
—No es parte de la evaluación que revisen la habitación — Mycroft hizo una larga pausa — Faltan concursantes, así que debemos esperar más — Sherlock se rio con ganas — No veo lo gracioso, Sherlock.
—Es simplemente que si hay alguien ahí más inteligente, tendrás que por ende, subir los estándares. Todo puede ser o no puede ser, es un juego ahora. Podríamos apostar si lo gustas, Mycroft.
—¿Apostar? Esto no es un juego de niños Sherlock — El azabache hizo un puchero maliciosamente.
—Sabes que lo quieres, apuesto que la pelirroja, la rubia que nos vio y la tercera castaña del lado derecho — El rubio miró a Mycroft con curiosidad e indignación — Serán las finalistas y a las que deberás entrevistar.
—Yo quiero apostar también — John sacó su cartera — Apuesto al muchacho que se acaba de levantar, la muchacha de la corbata roja y la muchacha de corbatin verde.
—Acepto la apuesta — Mycroft susurró mirando a Sherlock — Pero a diferencia de ti lo único que puedo apostar es que ninguna de ellas o las personas que ustedes dicen no llegaran a la entrevista — Miró el reloj — El tiempo terminó. Se quedaron 4 sin entregar, iré a decirles, ustedes dos vayan a la siguiente habitación donde será la siguiente prueba.
***
Terminaron de entrar a la habitación, era amplia, vacía aparentemente. Los aspirantes se reunieron todos mirando en diferentes direcciones, algunos hicieron grupos entre ellos mientras otros caminaban al lado de la pared intentando mantenerse a ralla. Un silbido se emitió subitamente, era estridente haciendo que todos se agacharan por la sorpresa. El sonido de parlante, como radio antiguo inundó el espacio, las miradas se cruzaron entre todos los aspirantes, y una voz comenzó a sonar.
We're foot—slog—slog—slog—sloggin' over AfricaFoot—foot—foot—foot—sloggin' over Africa
(Boots—boots—boots—boots—movin' up and down again!) There's no discharge in the war!
La confusión era palpable en cada uno de los presentes, buscando de dónde provenía la voz, la sensación de ver hacia arriba se presentó paulatinamente entre todos, Cecania miró directo a la puerta, su estómago sintió un retorcijón como si lo estuvieran tomando entre las manos para hacerlo sufrir. Sus ojos se clavaron en las esquinas buscando los parlantes, pero no era como la sala anterior, el sonido debia venir de algún lugar.
Seven—six—eleven—five—nine—an'—twenty mile to—day—Four—eleven—seventeen—thirty—two the day before
(Boots—boots—boots—boots—movin' up and down again!) There's no discharge in the war!
La pelirroja se movió con rápidez viendo como uno de ellos se pegaba más y más hacia la esquina, el hombre miraba a todos lados, respirando rápido, sus manos sudando. Ella se acercó, lo tomó del cuello mirándolo a los ojos sin pestañar.
Don't—don't—don't—don't—look at what's in front of you.
(Boots—boots—boots—boots—movin' up an' down again);
—¿Qué pensaste que iba a suceder aquí, cobarde? — Comenzó a apretar sus manos sonriendo mientras el hombre luchaba por el aire, moviendo sus manos sobre las de ella intentando quitarlas.
Men—men—men—men—men go mad with watchin' 'em,
An' there's no discharge in the war!
—No puedes escapar de este infierno — Susurró, apretando sus manos más haciendo que las manos del hombre se detuvieran y cayeran a sus costados.
Alguien corrió contra ella haciendo que se estrellase contra la pared, la ira, la molestia, el deseo de sobrevivir, el deseo de poder sobresalir entre los demás. De llegar al final, de llegar hasta el último momento, ser cualificado. El sonido de como ella se estrelló contra la pared hizo que otra mujer se quitara uno de sus sujetadores de cabello, caminando hacia otra chica que buscaba un resguardo detrás de uno de los pilares de la habitación.
—Los ojos de la chica detrás del pilar se hicieron tan grandes que podían casi salirse de sus órbitas — Dios no... — Susurró
—Pequeño ratón, pequeño ratón, qué haces escondiéndote — Una risa sonó sobre la voz de los parlantes. Cecania se aproximó por detrás de la castaña con el sujetador agarrando su cuello para hacerla girar contra el suelo.
Count—count—count—count—the bullets in the bandoliers.
If—your—eyes—drop—they will get atop o' you!
—¡¿No lo entienden?! ¡Esto es lo que quieren! — Cecania pateó el pecho de la chica dejándola sin aire para inmovilizarla. Respiró con profundidad, no le harían caso. El caos deja salir lo más terrible de los seres humanos, el deseo de venganza, el enojo en los hojos.
(Boots—boots—boots—boots—movin' up and down again)
There's no discharge in the war!
La rubia simplemente se paró en medio de la habitación, la conmoción la había hecho perder en un momento la vista de la puerta, hasta que la encontró en frente de ella. Se agachó rápidamente agarrando el sujetador. Por alguna razón la habitación se veía más larga de lo que la recordaba.
Try—try—try—try—to think o' something different—
Oh—my—God—keep—me from goin' lunatic!
Tomó impulso sus piernas se movieron con ligereza hacia la puerta, hasta que sintió como una pierna la hizo girar con fuerza en el aire cayendo de espalda en el suelo. Un gruñido la hizo ser consiente de todos sus muscúlos. La pelirroja se paró sobre ella con las piernas abiertas sin problema.
—Hello little slut — Puso su pie contra su abdomen — No creo que seas adecuada para este trabajo desde que te vi con tu rídicula falta afuera en la sala de espera —Cecania giró su cabeza lentamente para observar la puerta — ¿Quieres huir? — Pasó su tacón contra su mejilla — Yo no quiero que hullas, quiero quitarte del camino.
(Boots—boots—boots—boots—movin' up an' down again!)
There's no discharge in the war!
—Cecania tomó su tobillo em pujando a la pelirroja hacia atrás para desbalancearla y enviarla al suelo — ¡No tengo tiempo para esto! — Se levantó para continuar su camino, sintiendo cómo le agarró las parte de atrás del saco, se detuvo en seco causando que la pelirroja se golpeara contra su cabeza cayendo en el suelo con las manos sobre su nariz.
I—'ave—marched—six—weeks in 'Ell an' certify
It—is—not—fire—devils, dark, or anything,
La rubia logró alcanzar la puerta, movió el pomo de la puerta en un intento desesperado en ausencia de la razón. Tenía llave, en su mente una pequeña cantidad de tranquilidad se esparció tomó el sujetador del cabello lo lanzó al suelo, para comenzar a golpear con su cuerpo la puerta, si debía derribarla lo haría, a veces la fuerza era la respuesta más lógica. Sintió como uno de los hombres que había estado en una de las esquinas empujaba con su hombro también, el "pom, pom, pom" de los golpes contra la puerta eran sincrónicos con el "boots, boots, boots" del parlante, hasta que la puerta se derribó haciéndolos caer en el pasillo.
But boots—boots—boots—boots—movin'up an' down again,
An' there's no discharge in the war!
John observó a Mycroft entrecerrando los ojos, suspiró mientras miraba a Sherlock. Negó mordiendo su labio inferior.
—¿Qué demonios fue eso? — Mycroft lanzó su mirada a él — ¿Era parte de un tipo de juego? Acaso- ¿Acaso no son humanos?
—¿Ellos o nosotros? — Sherlock se levantó contando desde la pantalla la cantidad de personas que seguian dentro de la habitación — Es una prueba de estrés, qué tan bien pueden pensar bajo condiciones extremas. Además, no creo que la moralidad debería ser su escudo justo ahora Dr. Watson cuando hace dos horas apostó por unos de ellos.
John mantuvo su boca cerrada.
—Aún así estoy sorprendido que hayan pasado más de cuatro personas — Susurró Sherlock, girándose hacia él — ¿Quiénes son los finalistas?
***
Cecania se caminó hacia afuera. Las entrevistas serían dentro de unos días, a los que hubiesen pasado, serían llamados ese día para hablar por primera vez con Mycroft. James apareció en el auto, ella se subió al asiento del pasajero, y una vez estuvo adentro, su labio tembló un momento.
—Odio al maldito — Dijo golpeando el sus piernas, mientras James lo veía — No sabes lo bien que me voy a sentir una vez le atraviese una bala en el pecho, o una navaja en la garganta — James la miró, cerrando las ventanas.
—¿Qué hizo? — La rubia habló durante horas mientras el anciano manejaba alrededor de Londres, se detuvo frente al enorme reloj, admirándolo un momento.
— Nunca he entendido por qué le ven la gran sorpresa, es un maldito reloj gigante — Una sonrisa pequeña apareció en James.
—Creo que es la magia de ser turista, de saber que no tienes eso en casa, y por eso lo valoras más. Por eso quieres verlo antes de que se vaya por completo — Cecania lo observó, nunca lo había pensado así — Entonces, volveras solo que ellos te llamen ¿No dijeron cuánto sería más o menos el tiempo de espera?
—Tres días — Él asintió — Eso será todo lo que podremos esperar, pero estoy segura que de alguna manera tengo derecho a la entrevista. Hice un buen desempeño en esa pútrida prueba física, solo yo busqué escapar. James ¿No te molesta si cambiamos un poco la historia de Heather?
—James arqueó una ceja — ¿Qué cambios quieres hacer?
—Tú serás mi papá, el ser huerfana no me dará puntos extra, y no podré visitarte si no tengo ninguna conexión obvia contigo...Es mejor si cambiamos la historia y nos volvemos familiares, tienes ojos azules, y yo verdes, mamá podría haber sido la que tuvo los ojos de ese color — James suspiró — Solo necesitamos montar bien la historia.
—Vamos a casa, lo discutiremos mejor ahí — Susurró antes de girarse para caminar hacia el auto de nuevo.
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