POV Narrador.

Mycroft se levantó de su cama, siguiendo la misma rutina inquebrantable de siempre, se quitó su pijama para doblarla y dejarla sobre la cama con las sábanas completamente ordenadas. El reloj marcaba las 6 de la mañana, se metió a la ducha, 30 minutos para completar su aseo ni un minuto más ni uno menos.

Salió de la ducha envuelto en su bata de baño color vino, con una M bordada de color dorado, un regalo de su madre que a él le parecía absurdo pero funcional, por lo tanto, no lo iba a desechar. Se acercó a su armario para abrir ambas puertas dejando ver sus trajes ya combinados con camisas, levitas, corbatas y posibles zapatos.

Se cambio mirándose frente al espejo con total seguridad, se sonrió en el espejo, terminó de arreglar el nudo de la corbata color rojo que tenía puesta. Salió de su cuarto, revisó su reloj de muñeca.

7 de la mañana cuando se sentó en la silla principal del comedor, esperando el desayuno preparado por la ama de llaves, ella se acercó a él dejando el plato con un silencio absoluto. No podía haber interrupciones, ni un ruido deliberado, a menos que fuera sumamente necesario. La soledad era la mejor compañía que el mayor de los Holmes tenía.

La disfrutaba, sonreía mientras comía, el té no podía faltar en la mesa junto a unos macarons ordenados por color en degradación. Sintió como su teléfono comenzó a vibrar, rodó los ojos, hasta que reviso quién era, bufó antes de contestar.

—¿Qué quieres, Sherlock? — Contestó directamente.

—Buenos días, me alegra también saber de ti — Mycroft rodó los ojos — ayer me dijiste que querías ayuda, para qué.

—Ah sí — Sherlock escuchó el cambió de animo de su hermano — necesito que vengas a mí casa.

—¿No irás a trabajar hoy? — Mycroft observó el reloj — Ya sabes ¿Salvar Inglaterra o algo así? — La sátira era presenté en la voz de su hermano.

— Hoy entro a las 3 de la tarde, hermanito, a diferencia de ti — Susurró con una risa maliciosa — yo si he utilizado mi inteligencia para algo real y no para un jueguito de detectives.

—Pudo sentir como su hermano rodaba los ojos — Ya voy para allá.

Mycroft cortó, para luego tomar el periódico, las mismas noticias, sin embargo le encantaba poder identificar a los escritores, un pequeño juego que el tomaba con diversión.

Encontró una publicación sobre la economía que le pareció sumamente interesante, la inflación afectaba a los negocios, meditó un momento en sus acciones bancarias, no era difícil demostrar qué bancos tendrían mayor inversión.

—Ah Sir. Lupin, siempre escribiendo cosas tan sustanciosas — Sonrió, decidió que era hora de preparar la sala de estar para recibir a su hermano.

Caminó hasta la habitación donde tendría a su hermano junto al doctor, para probar los exámenes que había preparado. El haber despedido a Anthea le había dado más carga, nada que no pudiese manejar como la palma de su mano, aún así, los trabajos menores le consumían tiempo y después de pensarlo varias noches además de la influencia de Sherlock, decidió contratar a la nueva secretaria.

El timbre sonó, reviso su reloj, seguramente era el Dr. Watson que a diferencia de su hermanito no se empeñaba en fastidiarlo. Momentos después la ama de llaves llegó junto al rubio, que lo miró con una sonrisa fugaz.

—¿Para qué estoy aquí exactamente? — Preguntó mirando al mayor de los Holmes con curiosidad en su mirada.

—Primero que nada buenos días, vamos a esperar a Sherlock — Mycroft notó como el cuerpo del rubio se relajo, si Sherlock estaba, a John se le hacía más fácil desempeñarse socialmente, Iceman siempre lo había identificado como una relación simbiotica en la que el rubio le mostraba el mundo emocional a su hermano y su hermano el mundo intelectual — no quiero explicarlo dos veces, toma asiento John — El exsoldado asintió, obedeciendo.

La sala de estar de Mycroft era amplia, una chimenea al estilo del siglo XIX, los sillones eran un juego de color verde oscuro que estaban alrededor de una mesa pequeña de vidrio de forma cuadrada, dos ventanales amplios dejaban ver el patio de la casa de Mycroft donde varios árboles sobresalían, no había flores, solamente árboles, a pesar de que John sólo había estado unas cuantas veces, podía notar lo austero del lugar, la casa era enorme, y más de alguna ocasión el doctor se había preguntado por qué Sherlock no tenía una residencia similar.

—¿Quieres té? — Ofreció con la etiqueta en primer plano.

—¿Por qué tan amable? — Preguntó John con las cejas alzadas.

—Aunque detesto las visitas en esta ocasión necesito de ustedes dos, por lo tanto me convierte en anfitrión, y como anfitrión no puedo dejar de lado las normas adecuadas — Explicó moviendo la mano, restándole importancia — ya sabes, normas de etiqueta.

—Nos conocemos durante años  —John parecía confundido.

—John, eres amigo de mi hermano, no mío —El rubio rodó los ojos, sabía que la relación con Mycroft simplemente era por Sherlock.

—Sí, sí, eres un pez dorado lo entiendo — El pelirrojo frunció el ceño — Sherlock me contó que así te decía.

—Rodó los ojos — La discreción no es el fuerte de mi hermano cuando de molestarme se trata — John sonrió recordando algo, hasta que el timbre sonó de nuevo, Mycroft alzó sus ojos, eran las 8 en punto, cuando su hermano entró a la habitación, al ver a John sonrió recibiendo la misma contestación de parte del rubio.

—¿Y Rosie? — Preguntó al sentarse en el sofá al lado del rubio.

—La deje en el kinder — Contestó — estaba muy emocionada porque harían unos experimentos.

—Esa es mi chica — Susurró riendo junto al rubio.

—Mycroft sonrió forzado — ¿Ya terminaron de ponerse al día de las cosas irrelevantes que hacen?

—Sherlock observó a Mycroft con evidente molestia — Qué quieres, por qué nos llamaste

—Como sabrán, despedí a Anthea —John pareció sorprendido por un momento — así que los llamé porque les pasaré dos exámenes que he preparado para las aspirantes  futuras secretarias.

—Sherlock rodó los ojos — ¿Me trajiste para hacer un examen que tu preparaste?

—"Qué tan difícil puede ser" Pensó John — Qué tipo de exámen — Preguntó.

—Conocimiento general — John sonrió, Sherlock notó eso, queriendo que su amigo no se confiara — cosas que las  personas suelen conocer.

—¿Es de conocimiento general o de tus conocimientos generales? — Susurró Sherlock.

—Cuál es la diferencia — Dijo John mirando a Sherlock — es conocimiento general.

—Mycroft sonrió imperceptiblemente para John, sin embargo para Sherlock fue notorio — Acómpañenme

Sherlock rodó los ojos al ver como se levantaba su hermano ordenando su sacó, caminó seguido de los dos amigos, el rizado se acercó a John levemente.

—Debo dejarte claro que los conocimientos generales de mi hermano no son como crees — John se rio — hablo en serio.

—Sherlock, es un examen — El azabache lo miró — qué podría salir mal.

Caminaron unos minutos más para llegar a una habitación que tenía dos pupitres, tres ventanas permitían la luz, el menor tuvo una regresión cuando Mycroft lo hacía estudiar durante horas.

El mayor observó a los dos, para luego tomar de un escritorio dos separatas páginas de papel bond, de color blanco. Mycroft les entrego a John y Sherlock una separata, que de inmediato observaron.

—Tinen una hora para poder resolverlo, es un examen de opción múltiple — Les entregó un lápiz 2h a cada uno, un borrador y una sacapunta —  no pueden copiar, ni tampoco hablar, ya saben las indicaciones en un examen, la separata no debe ser manchada para eso hay una hoja de respuesta — Sherlock escuchó las indicaciones con toda su atención al sentarse, el modo alumno había vuelto a él, mientras John revisaba las hojas — Comiencen.

—¿Se supone que esto es un examen? Son 200 preguntas en una hora —Preguntó John, mirando al mayor de los Holmes, Sherlock estaba respondiendo con facilidad.

—Tu tiempo está corriendo, John, aprovéchalo — El rubio lo observó con los labios fruncidos, momentos después comenzó a leer las preguntas.

El rubio analizaba los textos escritos, tenía años de no hacer un examen, pero estaba seguro de algo, no eran conocimientos generales que se hablase en una cena de domingo. Eran conocimientos que se hablaban en una cena en la casa de los Holmes.

El rizado había contestado 50 preguntas, había calculado que tenía 3.33 minutos para cada item, sabía que la primera hoja solamente haría que se confiara quien lo hiciera, las preguntas no eran difíciles.

"Según el texto anterior" "Una polea tiene un peso de 200 N colgado en vertical" "Las varquirias fueron utilizadas en la segunda Guerra debido a"  Para Sherlock habían sido pláticas que llegaban a ser parte de su día a día hasta que una sección de preguntas comenzó a hacerlo dudar "Las constelaciones fueron uno de los descubrimientos importantes para el ser humano..." "El creador de la teoría heliocéntrica es:" Maldijo a su hermano por un rato.

Mientras tanto John se saltaba las que no sabía, y las que se podía las llenaba de inmediato, reviso cuántas tenía eran aproximadamente 35 y ni siquiera sabía si estaban bien.

El tiempo no se había sentido, a excepción de Mycroft que comenzaba a desesperarse, quedaban exactamente 15 minutos para que la hora terminará cuando John se levantó, el mayor de los Holmes elevó una ceja.

—Aún quedan 15 minutos — Susurró recibiendo una mirada asesina de John.

—¿Quieres hallar secretaria o a la reencarnación de Einstein? — Mycroft negó sentándose, para comenzar a revisar — ¿No vas a ver las respuestas?

—Las memorice — Respondió tajante — No es muy complicado... —John observó a Sherlock seguía respondiendo, parecía absorto — No nos está prestando atención.

—¿Qué? — John negó sin entender, no le extrañaba que supiera lo que pensaba pero, no entendía a qué venía la respuesta.

—Sherlock cuando fue estudiante, al igual que yo, tiene una excelente memoria, además de que su capacidad de extraerse de este entorno para concentrarse en el que por el momento es su objeto de interés no permite que se distraiga — John lo observó

— Pero tu estas hablando y calificando — Mycroft no apartó sus ojos de la papeleta.

—Tengo la capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, John — El mayor sonrió — Compruébalo, tira la puerta, aún quedan 6 minutos, Sherlock no te va a prestar ni la más mínima atención — El rubio sumamente consternado, aceptó el experimento, se acercó a la puerta para tirarla de golpe, el rizado no se inmutó mantuvo sus ojos leyendo lo que seguramente eran las últimas preguntas — Excepcional ¿No crees? — Mycroft había levantado la vista.

—Por qué se ha tardado tanto — El pelirrojo alzó su ceja derecha.

—Ya contestó, esta revisando, lee todo el material y revisas sus respuestas, comprobando que estén bien — El mayor le extendió su papeleta a John — Debo admitir que no esperaba que tuvieras la mitad correcta, John.

—¿Tengo 100 buenas? — Revisó John su hoja con evidente sorpresa — Ni yo lo creo.

—En puntuación tienes 5 — El rubio asintió — aún así, para alguien promedio, es bastante bueno... Mediocre como todos, pero bueno. Además que tus áreas afines son la lingüística, biología por obvias razones, impresionantemente en matemáticas... —John negó al ver que Sherlock se levantaba, y acercaba su papeleta.

—198 correctas — Dijo mirándo con desdén a su hermano mayor — Porque pusiste dos estúpidas preguntas del universo —  El mayor comenzó a revisar, con velocidad, muy en el fondo no quería darle la razón a su hermano — Dame mi 9.9 — Mycroft sonrió.

—Lo siento hermanito, pero tienes 9.85 — Sherlock frunció el ceño con extrañeza.

—No, revisé tres veces — Lo observó — estás bromeando.

—Yo no bromeó — Sherlock rodó los ojos — La teoría de cuerdas no fue sólo propuesta por Joel Scherk, también Henry  Schwarz publicaron un artículo en 1974 — John observó a ambos.

—Vete al diablo — Susurró Sherlock — Cuál es el otro examen — Preguntó arrebatándole su papeleta a su hermano.

—Qué maduro — Mycroft se levantó — siganme, el siguiente examen — Comenzó a hablar justo cuando salieron de la habitación para caminar por el pasillo — es una prueba de observación y hasta cierto punto de lógica — John frunció los labios, estaba seguro que iba a salir ridiculizado también de ese examen — Estarán encerrados en esta habitación — El rubio retrocedió con sorpresa mientras el rizado se mantuvo sereno — y deberán ver un cuadro, para poder salir.

—¿Un cuadro? — Comentó John más para sí mismo que para los demás.

—Primero pasará John — Mycroft señaló al rubio dándole permiso de poder entrar.

John entró al cuarto que tenía solamente un sillón en el centro ubicado frente a un minimalista, de color negro y blanco que formaban cuadros. Suspiró, sería un largo rato.

***

Sherlock se había tardado 30 minutos en salir del cuarto, a diferencia de John que había tardado 2 horas y media. Mycroft negó levemente.

—Bueno, es un margen previsto, agradezco que vinieran, ya pueden irse — Terminó de decir Mycroft, ante la mirada fría de Sherlock y la decepcionada de John.

—No sé qué buscas en una secretaria — Dijo su hermano de forma curiosa — pero parece que buscas un soldado.

—Busco eficiencia, determinación, inteligencia y organización... La prueba final es la que define quien se queda con el puesto — Mycroft los miró.

—¿Una tercera prueba? — El pelirrojo vio al rubio.

—Sí, una entrevista conmigo, cara a cara — Sherlock alzó las cejas y se rio irónicamente.

—No tendrás secretaria nunca... — Dijo el rizado haciendo reír a John

***

Eran las tres de la tarde cuando Cecania se sentó frente a su escritorio, James llevó muchos libros que parecían gruesos.

—Mycroft Holmes tiene conocimientos generales de una enciclopedia — Los ojos de Cecania se fijaron en James — así que tu serás más que eso...

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Bueno, paso a disculparme, primero porque no he actualizado y segundo porque tendré un hiatus para poder concentrarme en estudiar, debo reivindicarme en esa área de mi vida, esta noche actualizaré Rubik, para luego desaparecer por un tiempo, no voy a pausar la historia porque es probable que de vez en cuando en estos meses actualicé, claro con períodos más largos a los que tuve. Así que las y los quiero mucho, y espero que al volver del todo ustedes estén aquí :3, saber que están bien más que todo.

Así que nos vemos pronto. No olviden que las quiero muchísimo.