Capítulo 7: Lazos rotos.
¿Usar traje y corbata con casi cuarenta grados de calor? Ni en sueños.
Jeon esa mañana había tomado una remera blanca y unos jeans negros, los cuales le quedaban de maravilla. Solamente debía ir a la ex empresa de su padre —porque ahora era de su hermano— para acompañar a su mejor amigo, Félix, quien había logrado ocupar la vacante de secretario.
No había estado enterado sobre aquello y mucho menos de que el muchacho iba a postularse pero no iba a juzgar, cualquier persona tiene derecho a enriquecerse a nivel laboral.
No había mucho que hacer, solamente iba a mostrar presencia y a retirarse con elegancia porque tenía ganas de estar en cualquier lugar menos ahí.
—¿Cuál queda mejor? —dijo su amigo asomándose desde el baño. Las opciones que tenía sobre sus huesudas manos eran idénticas, variaba en el detalle del bordado en el cuello.
—Esa —eligió Jeon mientras señalaba la opción izquierda al azar.
A los dos les gustaba ir bien vestidos, ¿a quién no? Pero Félix era una persona que se desvivía por eso y el pelinegro no recordaba que eso haya sido así siempre.
Pero para gustos, colores, bien sabía que la mayoría de las personas estaban siendo atacadas por las imposiciones del mundo.
El rubio abrió la puerta una vez más y comenzó a pasar sus manos sobre la camisa y el pantalón con el fin de quitarles cualquier arruga.
—¿Me veo bien?
—Te ves increíble —halagó mientras se acercaba a pasos largos para arreglar un poco el cabello de su compañero —. Ahora sí.
—Gracias por soportarme hoy, debo haber sido un martirio, me desconozco cuando me pongo muy nervioso.
—No te disculpes por eso, es algo muy común —dijo intentando apoyar a su amigo —. De todas formas también me comporto raro cuando estoy nervioso, hablo demasiado rápido.
Félix rió y asintió ante el comentario de su amigo porque era cierto, había tenido que presenciar varias situaciones similares en la escuela secundaria y Jungkook le parecía muy gracioso con sus tartamudeos.
—¿Sabes algo de Yoongi? —El rubio cerró sus ojos antes de colocarse perfume en su cuello y luego se detuvo para observar al contrario.
—Realmente no, no me habló desde la salida pero es normal, no es alguien de muchas palabras. —dijo encogiéndose de hombros.
—Lo sé —pausó sus palabras generando una mueca con su boca —, podemos intentar reunirnos en la semana, ¿qué te parece?
—Por mí, está bien pero algo tranquilo, no quiero lidiar con tanto escándalo.
El rubio volvió a soltar una risa ante aquello. Le parecía increíble la actitud de su mejor amigo y no en mal plan. Habían pasado los años y realmente seguía siendo muy fiel a su postura, salvo en algunas ocasiones donde ponía las decisiones de los demás por sobre las suyas.
Sabía equilibrar muy bien la balanza.
Terminaron de alistarse y comenzaron a caminar hacia la salida para dirigirse a la oficina. No iba a mentir, era un edificio muy lujosos y bien mantenido, confiaba en que Chris iba a seguir conservándolo de esa manera pero no era algo que admitir en voz alta.
En aquel lugar no iba a estar él solo sino que casi todo su árbol genealógico estaba distribuido en tareas presenciales como remotas. Con el único que se mantuvo hablando apenas pisó el establecimiento con olor a perfume de limón, fue con su tío paterno, Son Hyun-woo.
Su mejor amigo se encontraba inspeccionando su nueva oficina que parecía de ensueño, no podía creer lo que estaba presenciando en ese momento pero no podía gritar, debía parecer profesional por si alguna cámara estaba captando sus acciones.
—¡Sobrino! —saludó con alegría mientras se acercaba a darle un abrazo afectuoso de tan solo segundos —. No creí que fueras capaz de pisar este lugar.
—No iba a venir pero mi amigo quería apoyo moral —Era la verdad, ninguno de los demás en su grupo lo sabía porque si fracasaba al menos iba a ser un secreto entre ambos. No se quejaba pero aún así era un sacrificio mental.
—Chris estuvo haciéndolo bien estos seis meses pero creo que le falta mucha más capacitación, principalmente al momento de expresar sus ideas ante los empleados, no sabe hacerlo muy bien. —Hizo una mueca un tanto incómoda mientras observaba a Jungkook con algo de pena.
El morocho desvió su mirada hacia el ventanal enorme, Felix al menos iba a tener una gran vista panorámica.
—¿En qué momento pasó? —preguntó.
—No lo sé, Jungkook —suspiró y amagó a hablar nuevamente pero fue interrumpido.
—¿Vos hiciste los papeles?
Encogió sus hombros en respuesta porque la verdad es que él no había movido ninguna ficha. Aún así, Jeon no lo observó, se mantuvo ocupado en el hermoso paisaje que le ofrecía Youth.
—Creí que los hiciste antes de irte.
—¿Por qué está él y nadie corroboró nada? Es decir, es lo que quería pero si nadie hizo algún papeleo es un poco raro, ¿no crees?
Ambos cruzaron sus miradas cómplices porque tenían la misma duda y no encontraron una respuesta coherente al respecto.
Unas pisadas se hicieron presentes detrás de ambos, Chris venía junto con dos personas más y Jeon conocía a una de ellas. Los ojos de su hermano se pusieron en blanco cuando encontró al morocho allí.
—¡Buen día, Tío! —dijo ignorando la presencia de Jungkook —. Te presento a mi prometido, Jimin, y a su amigo, Beomgyu, vinieron porque les prometí mostrarles mi edificio hace casi un mes.
«Presumido» pensó Jungkook cuando oyó aquello.
Era la verdad, Beomgyu y Jimin se habían reunido con Chris porque el rojito siempre quiso conocer el edificio más hermoso de Crown. Era un aficionado pero no le gustaba hacer las cosas solo, odiaba la soledad, y tener al rubio a su lado había sido de las mejores oportunidades.
—Un placer a ambos, tengo que volver al trabajo. Los veo luego. —saludó con una reverencia para retomar su camino por el largo pasillo refinado.
Felix apareció de repente y se dirigió hacia ellos, estrechando su mano con la de Chris, quien lo miró un tanto confundido pero con una sonrisa.
—Hola, soy su nuevo secretario. Me avisaron que llegó y que tengo que permanecer detrás suyo a menudo. —Quedó congelado, ya no recordaba si tenía que decir eso.
—Te informaron bien, ven conmigo. —Soltó su mano y comenzó a caminar, frenando de golpe para girarse hacia su prometido —Pueden recorrer las instalaciones, hay un buffet abajo. En breve les envío a alguien
—No, no es necesario, lo resolveremos juntos. —dijo Jimin con seguridad mientras encadenaba su brazo con el de su amigo.
—¿Seguro?
—¡Claro que sí! Somos Jimin y Beomgyu, podemos lograr lo que sea.
El tono de voz del rojito había sido igual que el de una caricatura, lo cual generó una ceja arqueada en el rostro de Chris y una carcajada por parte de Jungkook y Félix, quienes estaban ajenos a la situación.
—Bien, como sea —dijo retomando su camino.
Beomgyu esperó los segundos suficientes para recapitular toda la información recibida y salir del bochorno de hace un instante.
—¿Un buffet? —gritó el pelirrojo emocionado para tomar la mano de Jimin pero su amigo todavía no se había movido de ahí, permanecía observando, con disimulo, al morocho que había tomado su celular hacía segundos —. ¿Qué estamos esperando?
—¿De casualidad ese chico no se te hace familiar? —susurró.
—No, si fuese algún ligue lo tendría en cuenta pero no es mi tipo —dijo riendo —. Igual podemos invitarlo, con suerte terminamos siendo amigos, ¿qué opinas?
—Tengo que hablarte de algo cuando tengamos un momento más privado.
—Podemos escondernos en el baño —concretó observando a su amigo, quien tenía una mirada repleta de nervios y pánico. Claramente no iba a hablarlo ahí, cuando una persona dice eso, se sobreentiende que prefiere hacerlo en otro momento más oportuno.
—No.
—Bien pero la próxima no me digas eso, sabes que me genera mucha intriga.
Jimin asintió poco convencido y Beomgyu se acercó con toda la seguridad existente en el universo. Tocó la espalda del más alto y sonrió una vez que levantó la vista hacia él.
—Hola, somos Beomgyu y él es Jimin —dijo señalando al más bajo luego de haberse presentado él —, somos amigos del dueño y queríamos saber si querías recorrer el edificio con nosotros.
—Hola, Jimin —evadió por completo la pregunta del chico delante suyo.
—Hola —Sonrió un poco nervioso, acercándose a su amigo para poder apretar su brazo.
—Este edificio no es la gran cosa pero podemos recorrerlo e ir al buffet.
Guardó su móvil en el bolsillo y comenzó a caminar, guiando a los dos chicos detrás suyo. Los ojos de Beom estaban a punto de salirse de sus órbitas por la emoción e ilusión mientras Jimin mantenía sus manos dentro de su saco.
Era raro porque desde que habían tenido su peculiar encuentro ni siquiera se habían dirigido la palabra y en ese momento, de no haber sido por el rojito, hubiesen seguido de la misma manera.
Todas la instalaciones cumplían con el propósito de cualquier otra oficina corriente pero destacaban los lujos más que otra cosa y a Jeon le disgustaba un poco. Le gustaba la plata, no iba a mentir, pero no le enloquecía portar una lámpara de oro. Solo quería el dinero para poder comprar esa guitarra que tanto anhelaba, las zapatillas que le costó conseguir, una gran estantería para libros y demás cosas que surgían con el correr de los días.
—¿Esto se puede tocar? —preguntó Beom delante de una estatua inmensa en medio del pasillo, ¿era necesaria? La verdad que no pero alguna persona creyó que quedaba bien.
—Seguro, solo no la rompas o esas cosas.
Mientras el joven se deleitaba con el arte, Jimin se paró al lado del morocho con un poco de timidez. Aún seguían las ideas clavadas en su cabeza, todavía seguía la culpa acribillándolo pero por algún motivo él seguía ahí, estaba esperando algo sin saber qué.
—¿No hay otro lugar más lindo que una oficina? —preguntó en voz baja.
—Lo más atractivo es el parque, queda a unas dos cuadras.
—¿Podemos ir?
Los orbes oscuros se posicionaron sobre el más bajo, quien se encontraba observando el borde de su suéter verde, como era de costumbre.
—Claro, podemos.
Jeon dudó un poco y quizás sonaba algo tajante o frío pero la realidad era que él era así y no sentía la necesidad de exteriorizar sus sentimientos o emociones a menos que realmente esté colapsando. Saben lo que dicen "lo que no decís, te consume".
Jimin era diferente, él era transparente y por eso era muy sencillo identificar cuando sentía algo de más, ya sea nervios, miedos, dudas o incluso la mayor de las felicidades.
No le gustaba mucho ser tan expresivo, tener la necesidad de vivir diciendo lo que pensaba o demás pero son cosas necesarias y él seguía descubriéndose.
Siempre es buena la comunicación.
Los tres se dirigieron hacia aquel parque, abandonando el edificio inmenso que parecía estar replicado en cada uno de los lugares donde iban. Vidrios por acá, columnas de materiales costosos por allá y mucha plata invertida en cuestiones sin sentido.
Al entrar al espacio verde se sintió un poco más pacífico, aún así, el cemento y las baldosas habían ocupado gran parte del lugar que tenía el césped con anterioridad.
—Este lugar es de ensueño, necesito una hamaca —comentó Beomgyu buscando alguna a lo lejos.
—Están repletas de niños —dijo Jimin un poco dubitativo ante el rostro y la idea de su amigo porque sabía muy bien lo que se aproximaba.
—Luego vengo, no me olviden.
Con sus piernas largas y delgadas corrió hasta aquel lugar, logrando robar un asiento de aquel columpio luego de una pelea con un pequeño de aproximadamente cinco años. Era algo de no creer.
Por el lado de la dupla, comenzaron a caminar por los alrededores, mirando distintos puestos de vendedores artesanales, les pareció increíble, así cómo también buscaron un buen rincón donde poder sentarse a pasar el rato.
Un lugar bajo un árbol repleto de sombra fue darle en el blanco, ambos tenían calor y habían estado con los rayos del sol directo sobre sus pieles.
—¿Podemos hablar? —Se ánimo a romper el silencio pero por más intención y predisposición que había, también tenía miedo.
—Claro, Jimin.
—¿Qué significan para ti las despedidas de soltero?
Esa pregunta hizo que Jeon alzara una ceja confundido, realmente le había tomado de sorpresa.
—No lo sé, salir a hacer todo lo que no vas a poder hacer al día siguiente —argumentó con duda.
—¿Todo está permitido?
—Eso corre a criterio propio. —Ante esa respuesta Jimin resopló e hizo una mueca que el contrario no llegó a ver.
—¿Recuerdas algo? —Ni siquiera pensó en esa pregunta pero estaba un poco harto de dudar tanto.
—Lo recuerdo, —dijo de forma rápida —, ¿por qué?
Iba a decir alguna otra cosa pero siempre hacía lo mismo y por una mísera vez quería ir al grano y poder sacarse este asunto de encima.
—¿Por qué dijiste que no era de tu incumbencia? Quizás estoy siendo muy precipitado pero yo no puedo omitirlo y pasarlo así sin más —Su tono de voz sonaba cansado y un poco agitado —. Además, está mal y me hablaste como si fuese alguien a quien recién conoces, como si no importara en lo absoluto y no lo sé...
Jungkook dejó caer su cabeza contra el árbol antes de suspirar.
—Jimin, dije que no me incumbe porque no soy yo el que tiene un anillo de compromiso en su dedo —inició e hizo una pausa para girar un poco su cabeza hacia su compañero —, tampoco te hablé como alguien a quien no conociera, te recuerdo muy bien pero es mi forma de expresarme, no iba a abrazarte, darte la mano o hacer lo que esperabas que hiciera delante de Chris.
El pelirubio frunció un poco su ceño, su mente había dado un giro de ciento ochenta grados, ahora ya no sentía duda, se sentía un poco malhumorado y confundido.
—Entiendo que seas de esa forma, Jungkook, pero ni siquiera me miraste para decirme un simple "hola" —Hizo acento en la última palabra junto a unas comillas con sus dedos.
—Saludo así hasta a mis amigos, Jimin.
—¿Y por qué siquiera le dijiste a tu hermano? ¿Por qué soy el único idiota que siente culpa?
De a poco aquella conversación había tomado un rumbo diferente. Jimin se sentía un tanto molesto mientras que Jeon solamente estaba serio, sin demostrar el remolino de sensaciones que se habían desatado dentro de sí, desde el momento en el que le pidió hablar.
—Porque él no es mi hermano, por ende no tengo ningún remordimiento al respecto.
Jimin se hizo hacía adelante para poder observarlo mejor y, de paso, para que observara su rostro con indignación.
—¡Es tu mellizo! ¿De qué me estás hablando?
&No todos los vínculos familiares son tomados como tal. Él es mi mellizo porque nací y me crié con él pero no lo considero mi familia. Es algo simple como eso —dijo cerrando sus ojos unos segundos —, a veces lo que te hace sentir mal puede estar bajo tu techo y llevar tu sangre. Lo único que me unía de forma simbólica a él ya no está.
Los decibeles del contrario fueron bajando poco a poco, sintiéndose un poco abrumado. Estaba demasiado afligido pero lo que Jungkook decía era lógico, solo que él no podía experimentarlo de esa forma porque no tenía hermanos pero sabía que lo iba a sentir con su padre en el supuesto caso de ya no tener a su madre.
—Te debo una disculpa —susurró antes de suspirar y recostar su cabeza sobre sus piernas durante un breve momento —. De todas formas deberías hablar con él también, podemos hacerlo juntos.
—Supongo, aún así, todo puede sonar precipitado, Jimin, pero no fue en vano. Que algo no sea de tu incumbencia no quiere decir que no tenga importancia —dijo —. No asumas cosas porque sí, está bien que hayas querido hablar para aclarar las cosas.
Esa charla había tenía impacto en ambos, por un lado, Jimin creía que había descubierto algo nuevo en alguien más que se reflejaba en sí mismo, y por el otro, Jeon comenzó a pensar un poco más acerca de la empatía y en que tal vez un lazo roto no implicaba justificar acciones.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro