Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15


YeonJun no podía entender por qué la vida era tan injusta con él.

Un día siente que lo tiene todo, y al otro descubre que ha muerto. Se queda sin nada hasta que conoce a SooBin y siente que, pese a estar muerto, lo tiene todo, porque el chico está ahí con él. Es capaz de seguir haciendo reír a alguien, de escucharlo, de brindar palabras de aliento y, cuando siente que las cosas marchan bien, de una u otra forma, MinHyuk se lo estaba quitando.

No creía para nada en el odio de SooBin por su acción o, bueno, no del todo. Sabía que el menor odiaba al rubio porque tenía sentimientos por él, porque estaba herido, porque se sentía usado; y el amor del menor fue algo que, en ese casi año, YeonJun nunca consiguió aún con todo su apoyo.

¡Claro! No podía pedírselo, y se sentía un egoísta por odiar en ese momento que SooBin quisiera a MinHyuk y no a él, porque no tenía nada para ofrecerle. YeonJun no podía siquiera tocar su mano.

Pero ¿cómo era posible que el menor tuviera sentimientos por alguien que era terrible persona, y no por alguien que tanto lo quería?

Se alejó de SooBin toda una semana. No dejó siquiera que lo viera, pero desde las sombras seguía con él, viendo cómo interactuaba con el resto de los empleados, notando su sufrimiento por estar ahí, su impotencia, su enojo, pero también sus sonrisas sinceras hacia Kai y Jay.

En cierta forma, estaba agradecido con ellos pues eran quienes ayudaban a SooBin de distraerse de su cruel realidad, y eso hacía que se sintiera menos molesto, pero, al mismo tiempo, la sensación de que ya no tenía porqué estar ahí lo sofocaba.

— ¿Era esto lo que debía hacer? — preguntó al cielo nocturno, estando fuera del local. — ¿Hacer feliz a SooBin por un tiempo, antes de que su vida se arruinara? ¿O tal vez es su rechazo lo que debía sufrir antes de irme? Si es así, ¡estoy listo! ¡Llévame! ¡Ya no aguanto estar aquí!

Cerró sus ojos mientras le imploraba al cielo que escuchara su lamento, necesitaba irse y ponerle fin a aquel sufrimiento que conseguía hacerle sentir acongojado.

Era ridículo, porque YeonJun ya no podía sentir nada, ni el frío de las calles, ni mucho menos amor, pero lo hacía. Le gustaba SooBin y eso le dolía, porque ver al chico solo le recordaba que nunca podría tener una vida con él.

Nunca antes había deseado algo con tanta intensidad como lo hacía ahora, deseaba poder ayudar al chico y sacarlo de ahí. Tal vez, si le hubiera dicho antes que MinHyuk no le agradaba, el menor se habría alejado a tiempo. Pero ¿bajo qué podría decirle eso? ¿Por unos estúpidos celos de alguien que no podía generar saliva?

Su corazón no latía, era consciente de eso, aunque, con SooBin a su lado, podía sentir que sí, que era cierto, que seguía vivo.

Sin embargo, todo ese amor que sentía, estaba convirtiéndose en egoísmo: quería a SooBin solo para él.

¿Por qué MinHyuk tenía que entrometerse? Había arruinado la vida del menor, y aún así seguía revoloteando a su alrededor.

Los ojos de YeonJun habían empezado a tornarse completamente negros mientras pensaba aquello, no era consciente de eso, de toda la negatividad que empezaba a rodearlo. Solo tenía odio y, entre más tiempo pasaba en el mundo humano, ese sentimiento iba en incremento.

Empezaba a ser una entidad negativa, una que podría dañar para obtener lo que quería, pero volvió a la normalidad en cuanto escuchó una voz llamarlo.

— Tú debes ser YeonJun.

Se sintió extrañamente cansado cuando consiguió volver en sí, además, había un chico frente a él.

Era pelirrojo. Tenía una amplia sonrisa en su rostro, que achicaba un poco sus ojos hasta dejar en su lugar un par de líneas brillosas. No tuvo que observar mucho para notar una línea roja rodeando su cuello y el ligero brillo alrededor de su cuerpo: estaba muerto.

— Sí, ¿por qué?

— Escucho mucho al nuevo susurrar tu nombre, cuando los demás se van a dormir, creo que te busca.

— Que se joda — YeonJun se cruzó de brazos mientras miraba hacia el suelo.

— No creo que eso sea realmente lo que desees.

— ¿Quién eres tú?

— Soy la muerte, he venido para llevarte conmigo finalmente a descansar en paz — con total sorpresa, YeonJun abrió sus ojos mientras retrocedía un paso, causando que el pelirrojo se echara a reír. — Mentira, pero sonó intenso, ¿no? Siempre quise decirlo.

— Tonto — bufó el pelinegro. Por un momento, creyó que sus súplicas rindieron frutos, pero, pese a la seguridad que tuvo antes, cuando pensó que era real, sintió miedo.

— En realidad, me llamo TaeHyun. Antes trabajaba aquí en matryoshka — comentó, sonriendo nuevamente mientras extendía su mano hacia YeonJun.

El mayor alzó su ceja izquierda antes de acercar su mano, aunque ambos ya sabían lo que pasaría: sus manos se atravesaban, pero aun así intentaron hacer como que se saludaban.

— YeonJun — respondió el pelinegro con su propio nombre.

— ¿Qué te trae por aquí, YeonJun? ¿Cosas pendientes?

— La verdad es que no sé qué me mantiene aquí — respondió frustrado, estaba cansado de preguntarse eso.

— Ven, caminemos mientras me cuentas tu historia.

TaeHyun le sonrió mientras le extendía nuevamente su mano para caminar juntos. YeonJun no se negó y le siguió en esa caminata a manos que no se tocaban, pero fingían que lo hacían para poder sentirse un poco más vivos.

— Morí y no sé cómo. No sé qué me pasó, no sé qué hice para merecer esto, no sé dónde está mi cuerpo, no sé nada de mí. Estoy atado a un mundo al que ya no pertenezco, destinado a ver cómo los que amo sufren… y no puedo hacer nada al respecto.

El menor detuvo su andar, YeonJun observó cómo el pelirrojo miraba fijamente hacia el cielo con una sonrisa. No entendía. ¿Se burlaba acaso? No había nada de especial en ese sitio donde, al parecer, a ninguno de ellos los querían.

— Hasta hace unos meses, yo no recordaba cómo era el cielo... Estuve en matryoshka desde pequeño. No podíamos salir, salvo en algunas ocasiones por un poco de aire, pero, si eras problemático, no te dejaban hacerlo. Poco a poco olvidé lo que era sentir la brisa en el rostro, los colores del atardecer, una noche estrellada… Estaba enloqueciendo por no poder ver lo que debía conocer a la perfección, por no poder sentir más algo de la vida, pero puedo hacerlo ahora... ¿No es hermosa la noche?

YeonJun observó hacia el cielo otra vez, pero, en esta ocasión, con menos coraje que antes. Tal vez arriba no los querían, pero seguían viendo al cielo como algo hermoso.

— No sé qué tengo que hacer, TaeHyun... ¿Por qué no podemos descansar en paz? — preguntó el mayor mientras miraba con dolor al chico junto a él, quien le sonrió con igual tristeza.

— Hay tres razones por las que un alma no descansa — respondió —: la primera es por pendientes, la segunda es porque murió de forma violenta y la tercera es por suicidio. Tal vez tienes algo que no cumpliste.

— Mi único pendiente era ir a comprar algo con un amigo, y es tan banal que dudo sea eso.

— Entonces, tal vez estás atascado porque no sabes cómo moriste.

YeonJun soltó un innecesario suspiro, que no hacía más ni menos en su vida. Tal vez TaeHyun tenía razón, pero, si así fuera, ¿estaba destinado a vagar por siempre sin razón alguna solo por morir sin recordar?

— Lo que me sorprende es... — agregó TaeHyun, mirando con detenimiento el cuerpo del chico — que no tengas ninguna marca.

— ¿Marca?

— Los que están destinados a vagar en la tierra llevan la marca de su muerte: es un recordatorio eterno del motivo por el que siguen aquí — el pelirrojo señaló la marca roja rodeando su cuello. — Suicidio.

— TaeHyun... — el mayor se quedó sin palabras. No se atrevió a preguntar qué era lo que rodeaba su cuello, pero, ahora que lo entendía, no sabía qué decirle.

Era la marca de una cuerda, el menor se había colgado.

— YeonJun... ¿estás seguro de qué estás muerto?

Espero que este año les trate bonito, porque lo merecen. <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro