21
El día había llegado finalmente, los empleados estaban alertando a otros sobre la llegada de Oliver. Justo a las 11:00am ese hombre entraría por la puerta principal del Matryoshka. Siempre puntual. La noche anterior Felix habló con Changbin y les comentó la parte final del plan, debían huir esa misma tarde sin ninguna objeción, el novio de Felix conseguiría esa misma noche un avión que saque a los tres del país apenas salieran de su encierro, Oliver ya no era el mismo joven inexperto de la vida, ahora tenía muchos contactos y quedarse ahí era arriesgarse a ser encontrados. Jeongin mostró descontento al inicio, su vida estaba ahí, pero luego de unos cuantos puntos aclarados Changbin mencionó que esperaría tres días para contactarse con la madre del chico y avisarle que estaba bien, luego, deberían esperar dos semanas para que Jeongin pudiera contactarla. Viajarían a Australia esa misma tarde, ¿Por qué Australia?
"Porque los ayudo a los tres pero Felix es mi novio y hacerlo feliz es mi prioridad", según Changbin.
Huirían con dinero que el más bajo cambió para que pudieran usarlo allá sin problemas, quedarse en un hotel y comer de forma adecuada, no solo las porciones que les daban ahí para no engordar porque "un empleado gordo es dinero perdido".
Luego de su conversación intensa, Hyunjin despertó nuevamente a Jeongin en la madrugada porque nunca debes irte a dormir enojado con alguien. Hablaron, dijeron todo lo que debían pero acordaron quedar en algo en cuanto salieran de ese sitio pues de lo contrario, atraerían la mala suerte. Pero algo les había quedado claro en esa madrugada con la noche más hermosa que en su encierro no podían ver, su amor era recíproco. Entonces fue la noche más tranquila desde que llegaron a ese sitio cuando al dormir otra vez, Jeongin pudo observar con gran ternura los ojos de Hwang mirándolo con gran cariño estando sentado en el piso junto a la cama. No había palabras y no las necesitaban, podían ver el profundo afecto en la mirada del otro hasta dormir y para Hyunjin, ver dormir a Jeongin poder escuchar su respiración relajada al hacerlo era el regalo más hermoso que le daba la vida, porque su chico estaba respirando.
Todos habían empezado su horario desde las siete de la mañana, debían estar bañados, comidos y con el uniforme para antes de que Oliver llegara, pues cuando lo hiciera nadie debía hacer otra cosa que no fuera atenderlo y mantener en orden el lugar.
— Luces hermoso, ¿Lo sabías? —mencionó Hyunjin mientras seguía al menor.
Jeongin llevaba entre sus manos unas toallas dobladas, debía entregar en la sala de lavado todas ellas pues se habían ocupado sin excepción por todos los miembros del lugar. Le dedicó una sonrisa al mayor antes de ingresar a la sala, rápidamente siento alcanzado por otro chico, un chino de nombre Ming En que estaba a cargo de lavar.
— ¡I.N! Me ahorraste ir a buscarlas, eres un encanto.
— La mañana es un caos y están forzando a los de áreas asignadas a hacer cosas de las que no tienen experiencia, sé que estabas ayudando a lavar todas las copas, es lo menos que podía hacer si fui el último en la ducha.
El chino se acercó a pellizcar con suavidad la mejilla del menor antes de tomar las toallas para poder dejarlas encima de la secadora. Al ser el menor en matryoshka, otros empleados se aseguraban de tratar con cariño y atención a Jeongin, siempre se protegían unos a los otros porque era lo único que tenían.
— Debes volver a tu área, les darán órdenes a los mozos y no querrás perderte el motivador discurso de Chris, hoy más que nunca debe estar entusiasmado porque está seguro de ser anunciado como sucesor de Oliver.
— ¿Crees que sea él?
— ¿Chris sucesor? Por favor, no —hizo un ademán con su mano restándole importancia—. Todos sabemos que el sucesor será Jong Suk y es cuando todos aquí viviremos un verdadero infierno.
— Suenas muy tranquilo, Ming En...
— Cuando me subieron a la camioneta pensé que moriría, cuando me dejaron vivo en este lugar no hay noche que duerma sin pensar en que podría ser la última, hace tiempo dejé de temerle a morir.
Jeongin le dio un abrazo al pelinegro pues pensó lo necesitaba, finalmente se despidieron y pudo regresar al sitio donde, efectivamente, Chan estaba dando un discurso respecto al buen trabajar, la responsabilidad y lo importante que era que todo saliera bien. Todos se mostraban desinteresados, al parecer era el discurso de siempre. Luego de eso siguieron en sus respectivos trabajos de mantener el sitio limpio hasta que, cinco minutos antes de la hora de llegada todos fueron convocados en la sala principal, los ordenaron como si fueran ganado en espera del granjero, los más bonitos al frente y los menos agraciados más atrás. Fue entonces cuando dieron las once y Oliver entró por la puerta de Matryoshka.
Jeongin se sorprendió, nunca se había dado una idea de la imagen de Oliver pero a quien veía ahora lucía como un simple extranjero común que nadie pensaría haría algo malo. Cabello negro al igual que una barba, ambas con algo de canas, gafas oscuras, una sonrisa amplia con un par de colmillos marcados, vestía totalmente de negro y de una forma que consideraría incluso elegante para un día común. Jeongin sintió de pronto la mano de Felix tomar la suya y al mirarlo de reojo, notó que le dedicaba una sonrisa a la cual respondió con igual gesto. Detrás de Oliver entró otro chico quien creyó era Jong Suk pues, juraría haber escuchado el sonido de las respiraciones cortarse al instante. El chico sonreía de forma amigable, demasiado hasta que la sonrisa se amplió más dejando ver su blanca dentadura de una forma más macabra que incluso el mismo Jeongin sintió un escalofrío recorrer desde su espalda baja hasta su nuca, no quería pensar en lo que esa sonrisa significaba para los empleados que ya lo conocían.
Chris fue el primero en romper la tensión al acercarse hasta Oliver para unirse en un cálido abrazo que a simple vista lucía muy paternal, el mayor palmeó la espalda del rubio quien portaba un traje completamente blanco, incluso Jeongin se atrevería a decir que se veía guapo pero no podía ni detenerse a pensar en eso cuando tenía la mirada de Hyunjin fijo sobre él en espera de alguna reacción sobre la cual pudiera reclamar.
— ¿Qué tal tu viaje? —preguntó Chris.
— ¡Fantástico! —respondió Oliver elevando sus brazos, pese a decirlo en un idioma que entendían todos lo hacía con un acento que destacaba mucho—. Deberías acompañarme pronto, planeo ir a Canadá en un tiempo.
— No puedo descuidar este lugar, lo sabes, sin mí aquí todos harían lo que quisieran. —mencionó Chan en cierto punto pavoneándose de su buen trabajo, esperando que aquello fuera notado por aquel hombre.
Ambos caminaron entre las filas de empleados siendo seguidos por Jong Suk quien se mantenía en silencio con una sonrisa, claro, hasta romper el mismo con un comentario.
— Veo menos empleados, ¿Qué ha pasado?
Chan volteó a verlo con una expresión seria, era evidente la competencia entre ellos y aunque quiso evadir su comentario, Oliver pareció darle peso.
— Es cierto, Chris. Hay menos gente.
— Hemos tenido bajas y reemplazar no es fácil, últimamente la mercancía no es buena y debemos darles otro uso, pero el mercado de tráfico y órganos se ha mantenido en su punto más alto, siendo nuestra principal fuente de ganancias no debería preocupar que los empleados de Matryoshka deban desempeñar dos tareas.
— ¿Eso significa que no hemos tenido colecta de empleados? —preguntó Oliver mientras se quitaba sus gafas, tomó asiento en un sofá del área general—. Eso igual es terrible para el negocio.
— Oh, no estaría tan seguro —agregó rápidamente Jong Suk—. Me he mantenido bien informado pese a no estar aquí, —dicho eso, se apartó de ambos australianos para dirigirse hacia donde los empleados yacían esperando órdenes—. ¿Dónde está al que llaman IN?
Jeongin sintió la mano de Felix apretarle con más fuerza, el de cabellos rojos sintió todas las miradas posarse sobre él. Pero no se inmutó, soltó la mano de Felix y dio un par de pasos al frente hasta quedar adelante de Jong Suk, quien mantenía una sonrisa hasta que Chris se acercó colocándose en medio de ellos dándole la espalda al menor.
— ¿Qué quieres?
— Solo escuché que es el menor en este sitio, lo cual me lleva a pensar en, ¿Quién solía serlo? ¡Ah! —el mayor elevó su índice antes de chasquear sus dedos como si hubiera descubierto algo importante—. Cierto, ¿No era aquel chico? ¿Seungmin? ¿Dónde está?
— Eso no te incumbe —respondió Chris entrecerrando otro poco sus ojos, realmente tenía ganas de romperle la cara a ese entrometido pero no podía perder postura.
— Lamentablemente para ti, dije que estaba bien informado. ¿Pensabas que nadie notaría el escándalo de un suicidio aquí? ¿Creíste que podías fingir que Seungmin no se ahorcó en su habitación durante la madrugada y que los gritos al amanecer de Yong Bok no fueron lo único por lo que todos se enteraron? Eres débil, Chris, tanto que tus empleados deben recurrir a quitarse la vida porque tú nunca les ahorrarías las molestias de encargarte.
— Jong Suk, ¿Cierto? —interrumpió Jeongin, no sabía por qué, una parte de él quería salir corriendo ante la penetrante mirada del mayor pero otra sabía que debía callarlo pues era un tema delicado para Felix—. No había tenido el gusto de conocerlo.
— Dios. Ni siquiera hay respeto en este lugar, cualquiera interrumpe —comentó Suk con sorpresa antes de hacer un ademán indicando finalmente que todos podían irse.
Podría jurar que luego de eso las horas pasaron como minutos, cuando menos lo esperaba ya eran las 2:55 de la tarde y pronto daría inicio su plan.
Noir seguía sirviendo tragos hasta que fingió tener que ir al baño, tal como ambos le dijeron, toda la atención estaba centrada en Oliver quien no dejaba de beber cerveza y comer carne, Felix tomó unas copas vacías mencionando que iría a dejarlas en la cocina y Jeongin fingió le habían encargado llevar las tablas de queso en cubos a limpiar para traer más. Cuando los tres se encontraron en la cocina llena se sonrieron con ganas, estaban a la mitad de su plan, una vez afuera no habría problemas. Los seis empleados ahí estaban tan inmersos en lo suyo, entrando y saliendo del sitio que solo debían esperar el momento adecuado para entrar en los botes.
— Creí que había visto mal pero sí eras tú —la voz de Chan se hizo presencia, los tres chicos se sorprendieron mientras que Hyunjin ponía sus ojos en blanco con fastidio—, oh, pensé que habías entrado sólo.
— ¿No tiene nada más qué hacer? —preguntó Hyunjin—. Si esto fuera una novela o un fic, seguro sería el personaje inesperado odioso que llega en momentos críticos.
— Chris, ¿Qué haces aquí? —preguntó Felix intentando ocultar su nerviosismo.
— Vi entrar a Jeongin y quería agradecerle lo de hace un rato —llevó su mano hacia el cuello de su camiseta para aflojarlo un poco, se notaba nervioso—, el tema de Min es muy difícil para todos aún aquí, no quería que fuera incómodo.
Los chicos sentían sus manos sudar, debían estar YA en los botes o no tendrían tiempo para cuando los llevaran afuera. Chan había notado lo extraño que era que esos tres estuvieran ahí cuando ninguno era de esa área, tal vez les habían mandado otras tareas pero era mucha coincidencia y ante aquella expresión de intriga, Jeongin supo que solo había un modo en el que Chan no sospechara más.
— Chris, ¿Podemos hablar en otro lugar? —preguntó el pelirrojo.
— ¿Hablar?
Jeongin asintió dando un paso en dirección a Chris, pero la mano de Felix tomando la suya le hizo voltear a encontrarse con la expresión angustiada del australiano. El menor le sonrió y se acercó a darle un abrazo, uno fuerte pues sentía que sería la última vez que iban a verse, Felix murmuró un "no lo hagas" pero no había nada más que hacer para quitarse al rubio de encima.
— Nos veremos luego —mencionó separándose observando con una sonrisa a los dos chicos.
Posteriormente se dirigió hacia la salida del lugar con Chris entablando una plática banal, fingiendo interés en su vida lo cual bastó para que el rubio se sintiera en parte feliz pues creía que Jeongin empezaba a tener interés en él.
Felix y Minhyuk se miraron por unos breves segundos con algo de tristeza hasta que acabaron por ingresar en los botes en la primer oportunidad que tuvieron. No sabían si era la adrenalina del momento pero luego de que ingresaron, fue cuestión de unos treinta segundos para que sintieran el movimiento de los mismos, no levantaban sospechas pues los botes eran normalmente pesados, muchas veces debido a botellas vacías que desechaban. Cuando sintieron que nuevamente estaban quietos dejaron pasar cinco segundos para que Felix abriera un poco la tapa del bote donde estaba, se aseguro de que no hubiera nadie. Se sintió más aliviado cuando comprobó que no fue así pero la adrenalina volvió a él cuando vio la camioneta estacionarse frente al callejón, la puerta inmediatamente se abrió y fue la señal.
Felix le gritó a Minhyuk "ahora" antes de que ambos aplicaran peso a un lado del bote hasta que cayera, en cuanto lo hizo ambos salieron arrastrándose de cada uno y se levantaron rápido para correr hacia la camioneta. Si salían de los botes solo intentando saltar les tomaría más tiempo pues sus pies se hundirían entre la basura y posiblemente igual caerían por el movimiento de sus cuerpos así que acordaron aguantarse el dolor del golpe pero hacer las cosas rápido.
Nunca antes habían sentido un camino corto tan largo pero en ese momento las cosas parecían ir en cámara lenta, podían sentir la brisa del aire, el calor del sol pegar en sus pieles, los músculos de sus piernas estirarse por correr nuevamente y una sonrisa se instaló de forma automática en sus rostros. Cuando consiguieron entrar finalmente a la camioneta prácticamente lanzándose, Changbin les dio un vistazo rápido, juraría que irían tres pero al ver que no había nadie más corriendo hacia el vehículo, cerró la puerta y dio un par de golpes para indicar que debían avanzar. La camioneta aceleró y con ello, los tres chicos en el lugar suspiraron con alivio, Seo no perdió tiempo en acercarse a abrazar a Felix, lo atrapó entre sus brazos y besó repetidas veces su cabeza sin poder creerse que finalmente estaba ahí con él, Minhyuk consiguió regular su respiración antes de soltar un grito extasiado de felicidad. Compartió miradas por unos segundos de alegría con los dos presentes aunque rápido la adrenalina dio paso a la nostalgia cuando sintieron que alguien faltaba ahí.
Nadie podía negar que gracias a Jeongin habían tenido los segundos valiosos para que ese plan fuera un éxito, pero ojalá el menor hubiera entrado a su camioneta segura y no a la de Chris.
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