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12

Poco a poco Jeongin empezaba a recobrar consciencia, su cabeza dolía un poco y mientras abría sus ojos con pesadez iba acostumbrándose a la luz a la vez que caía en cuenta que nada de eso había sido un sueño. No era su casa, no era su habitación y ahora tampoco era su vida. Lo primero que vio cuando su vista dejó de estar nublada fue a Hyunjin a su lado, de rodillas en el piso y con la cabeza apoyada en la cama, estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se había percatado que el menor despertó hasta que le habló.

— ¿Hyunjin?

El mencionado dio un pequeño respingo por la sorpresa y rápidamente empezó a tocar a Jeongin en su frente en espera de sentir si tenía fiebre mientras su mano libre acariciaba su pecho. Claro, atravesaban su cuerpo, pero no era ni siquiera consciente de eso, solo quería asegurarse que Jeongin estuviera bien. Ni siquiera se molestó en responder, solo atacó a preguntas.

— ¿Te sientes bien? ¿Estás mareado? ¿Quieres vomitar? ¿Te sientes cansado? Desearía tener un chocolate aquí para que te de energías, mamá solía darme uno cuando estaba cansado, no haz comido nada desde el almuerzo escolar, debes estar hambriento.

— ¿Qué ocurrió?

— Luego de que te desmayaras Felix fue por el imbécil de Chan, llamaron a uno de sus compañeros que es médico y vino a revisarte, dijo que debió ser un impacto emocional muy grande porque todo estaba en orden —el pelinegro mordió su labio mientras empuñaba sus manos sobre las sábanas—. Quise darle un golpe. ¿"En orden"? ¿"Debió ser un impacto emocional"? ¡Estúpido! Claro que te sientes aturdido y claro que esto no es normal.

— ¿Chan qué dijo? —preguntó de pronto, luego se golpeó mentalmente por su interés en la reacción del rubio.

— ¿Ese? Le dijo a Felix que te dejara descansar. Te trajeron a otra habitación, compartirás cuarto con el peliraro, hablaron algo de un "cambio después", Chan le dijo que cuando despertaras debía ayudarte a que te adaptes pero creo que pensaron despertarías hasta mañana, yo también lo pensé... Estaba asustado...

— Lo siento, te hice preocupar.

— ¡Soy yo quien debería disculparse! Dije que me quedaría contigo para que no terminaras como yo y no pud-

— Shh, Hyunjin —el menor llevó su índice hacia sus propios labios pidiéndole silencio—. No vuelvas a decir algo como eso, ¿Si? Ya veremos que hacer, por lo tanto estoy feliz de que sigas conmigo.

— ¡No me iré de aquí! Permaneceré siempre a tu lado, sin importar el obstáculo yo te seguiré a donde vayas. Te seguiré en la oscuridad.

Jeongin sonrió de medio lado mientras observaba con atención al chico, sabía que tenían gustos en común, así que entendía de donde venía la frase y Hyunjin pareció notarlo pues le sonrió de regreso mientras apoyaba su mentón en el colchón sin apartar la mirada. Le gustaba mucho sus momentos de esa forma, sin nada qué hacer ni decir, solo entendiéndose entre ellos y disfrutando su compañía, aquellos momentos donde nada más parecía existir y solo ellos y la vida sabían cuánto deseaban que en ese momento nada más existiera, así podrían estar seguros juntos sin la maldad de terceros.

Hyunjin se preguntaba cómo habría sido si Bang Chan no hubiese aparecido en sus vidas, tal vez tenía la culpa en parte, habían tardado más buscando pistas de su paradero, partir más temprano a casa como quería Jeongin les habría permitido no encontrarse con el rubio. Tal vez habrían llegado temprano y el castaño se habría servido un tazón de ese cereal chatarra con malvaviscos que tanto adoraba, habrían escuchado música hasta tarde, nunca habrían discutido por la ausencia del menor a su cita por salir con Bang, sus días habrían sido más tranquilos y ahora solo estarían en casa resolviendo la tarea que le habían dejado de química. Cerró sus ojos por breves segundos queriendo solo prolongar ese momento, solo deseaba poder sentir más esa agradable sensación cuando estaba con Jeongin, la sensación de seguir vivo.

Jeongin también pensaba qué habría pasado si no se hubieran encontrado a Bang, pero sus pensamientos eran menos glamurosos que los de Hwang, disfrutaba su compañía, sí, pero a diferencia del mayor, Jeongin aún no empezaba a caer en las extrañas telarañas del amor. Ni siquiera se lo permitía, Dios, Hyunjin estaba muerto, ¿Cómo podría pasarle eso por la mente? Pero entonces cayó en cuenta que si pensaba en cosas como esas es porque una parte de él consideraba la idea. Solo se incorporó hasta sentarse en la cama mientras sobaba su cabeza con sus manos, ejerciendo algo de presión en un intento de calmar el dolor.

— ¿Qué hora es?

— Algo cercano a la una de la madrugada, hace poco pasó un sujeto diciendo que era poco pasadas las doce y que debían darse prisa.

La atención de ambos se dirigió hacia la puerta cuando de pronto se abrió dejando escuchar por unos segundos la música que venía de fuera. Felix ingresó mientras soltaba un suspiro cargado de cansancio, odiaba los lunes, las cosas siempre terminaban más tarde cuando, según él eso debía ocurrir viernes, sábado o domingo, ¿Acaso esa gente no debía madrugar? Su mirada se cruzó con la de Jeongin y le sonrió al instante mientras se acercaba hacia él con un extraño buen ánimo.

— Despertaste, ¿Te sientes mejor?

— ¿Dónde estoy? —evitó sus preguntas.

— En matryoshka, el establecimiento donde todos estamos contra nuestra voluntad pero no importa, porque debes sonreír para que nadie note que estás sufriendo.

— Te ves muy animado para decir esas cosas...

— ¿Si? Bueno, llevo diez años aquí, debo estar acostumbrado.

— ¿¡Diez años?!

— ¡Silencio! —Felix posó la palma de su mano sobre la boca de Jeongin mientras negaba—. Si te escuchan me harán volver al trabajo y estoy cansado. —posteriormente soltó al chico y se dejó caer en la cama.

— ¿Llevas diez años aquí?

— Sí. Descuida, seremos compañeros y las cosas serán más fáciles.

Aseguró con una sonrisa mientras se acomodaba en la cama del menor, sentándose frente a él mientras se quitaba los zapatos que llevaban rato matando sus pies.

— Y dime —prosiguió Felix—, ¿Cómo acabaste aquí?

— Chan... —el menor se mordió el labio inferior unos segundos mientras miraba al colchón sintiéndose tonto— me hizo creer que le gustaba y fui lo suficientemente estúpido para acercarme a la camioneta.

El mayor se echó a reír con ganas mientras se dejaba caer nuevamente en el colchón, Jeongin le miraba de mala gana y no pudo evitar darle un manotazo en la pierna.

— ¡Lo siento! —exclamó Felix—. Es que te volviste el más tonto en caer aquí, es gracioso, ¿Cómo pudiste confiar así en alguien que apenas y conocías?

— ¡No es gracioso! No era la primera vez que nos veíamos, me confié.

— Dime algo, Jeongin —el chico se incorporó nuevamente mientras sobaba su vientre luego de haber reído como no lo hacía hace tiempo—. ¿Qué edad tiene Chris? ¿Estudia? ¿Trabaja? ¿Te ha hablado de familia? Si me dices la respuesta a mínimo dos preguntas, no te diré estúpido por haberte subido al auto de alguien de quien no sabes lo básico.

Jeongin liberó un suspiro que le bastó a Felix para sonreír, Hyunjin se sentía igual de apenado pues no solo había sido culpa del menor tal descuido.

— Bien, Jeongin. Pues tu confianza en alguien de quien solo conocías el apellido te ha traicionado, así que vamos a dejar las cosas claras. En este lugar trabajamos arduo para ganarnos la comida y el techo que nunca pedimos. Ahora eres un mozo, somos lo más bajo de lo bajo así que debes andar con cuidado, ¿Entendido? No intentes huir, hay siempre alguien cuidando la puerta y tienen la orden de regresarnos, si lo hacen puedes despedirte de la vida. Podrías decir que tienes suerte, todos aquí la tenemos porque nos permitieron quedar, no les costaba nada vendernos.

Jeongin escuchó con atención a Felix, sentía que el estómago le daba vueltas, pero todo estaba perdido, no le quedaba nada más que hacer lo que nunca esperó, sobrevivir.

— Está bien...

— Desde ahora puedes confiar en mí, en este lugar solo nos queda apoyarnos —el mayor tomó las manos de Jeongin con cierta ilusión por ya no estar sólo. Se ayudarían a sobrevivir en ese lugar—. Por cierto, me apellido Lee.


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