No me interesaba cuán rápido pasara el tiempo, pero parecía que lo que Harry ocultaba era algo de vida o muerte, sin embargo, como sabía que mi vida no era la que corría riesgo (en lo que en mi concierne), pues me daba tremendo igual lo que me dijera, literalmente, su información entraba y salía de mis oídos. Así que sin responder nada a su comentario, regresé a mi cuarto y me tiré a la cama, cerré mis ojos esperando a que el sueño me llegara, a sabiendas de que era temprano, pero en cambio de eso, sentí como las lágrimas caían en mis cachetes.

Otra vez no...

Comencé a llorar, llorar sin parar, ni siquiera intenté detenerme o tratar de sollozar, no, lloré a moco tendido, mientras la almohada se llenaba de gotitas...La puerta se abrió y cuando alcé la vista, Harry estaba parado en el umbral.

─ ¿Estás bien? ─Dijo suavemente.

Yo negué con la cabeza, era incapaz de formar una palabra sin que se me fuera a salir un grito ahogado, quería darme de golpes y recordarme lo inútil que era todo esto, pero con Harry en la puerta, me bloqueaba automáticamente. Vi cómo se acercó lentamente a la cama y se sentó en la orilla extendiendo ambos brazos. Yo lo miré sin saber qué hacer, Trevor nunca me había ofrecido calor en sus brazos, al contrario, lo resolvía a golpes, y ahora este desconocido trataba de brindarme apoyo. Sabía que aquello no estaba bien, así que simplemente traté de regular mi respiración y convencerme por dentro que todo mejoraría.

Harry pareció no importarle mi actitud, y arrastró su mano entre las sábanas casi para tocar la mía, podía ver en su mirada que estaba siendo sincero. Sus dedos se movían señalado que me acercara a él, pero me levanté de la cama.

─No...n-o ─tartamudee─, no sé qué intentas lograr, pero definitivamente no ganarás mi confianza de esta forma, no necesito tu ayuda.

Harry subió y bajó los hombros. ─No pienso obligarte a algo que no quieras hacer, pero puedo asegurarte que no voy a golpearte.

─Quiero a Trevor de vuelta ─sentí las lágrimas volver a acumularse─, quiero decirle cuánto lo amor y lo siento ─volví a romper en llanto─, estamos así por mi culpa.

Harry no decía nada.

─Quiero estar en sus brazos ─lo miré directamente─, no en los de otro hombre.

Su mirada se hizo fría de repente.

─ ¿Crees que quiero enamorarte o algo parecido? ─negó con la cabeza y una sonrisa en su rostro. ─ No estás ni cerca de lo que busco, pero me parecía educado ofrecerte un poco de ayuda.

─No necesito tu lastima.

─Ni quien quisiera tener lastima de una niña que no sabe controlar sus emociones ─respondió con la voz grave.

Este hombre sólo había venido a empeorar las cosas.

─Dime qué trabajo quieres y tráeme a Trevor de vuelta, no quiero que pases más tiempo aquí.

─Jade...

Lo interrumpí, la tristeza nublaba mis pensamientos, pero eso no impedía que el coraje saliera a su esplendor. ─Hazlo.

Se levantó de la cama, acercándose nuevamente a la puerta, y antes de salir por ella dijo:

─No me iré de aquí hasta cuando lo crea conveniente, revuélcate en la mierda si quieres, pero aquí seguiré.

Cerró la puerta cuidadosamente y yo me quedé en medio de la habitación, en medio de la nada, con el enojo recorriendo todo mi cuerpo y echando llamas hasta por las orejas. Ni siquiera podía darme la oportunidad de tratar de desahogarme y de sacar todo a paño de lágrimas porque tenía que estar ahí ofreciéndome su lástima como si fuera una niñita de la calle.

Como quisiera mandar todo al carajo de una vez por todas.

Regresé a la cama, haciéndome bolita y tratado de ignorar la pesadilla que ocurría en mi cabeza, de deshacerme de pensamientos negativos, de odiarme tanto, de extrañar a Trevor, quise olvidarme por un momento de lo que la realidad es para tratar de caer en algún sueño...con la esperanza de no despertar de aquel sueño jamás porque sería demasiado bueno para vivirlo. Como siempre, era tan fuerte que quería escapar de mi vida en vez de enfrentarla.

***

Despierto. Mis ojos abiertos como si el sueño se hubiera esfumado en cuestión de nada, parecía ser de noche, posiblemente alguna hora de la madrugada, el silencio envolvía el departamento por lo que supuse que Harry estaría dormido. Me levanto de la cama y siento el frío del suelo en mis pies, un escalofrío recorre mi cuerpo, así que me pongo en busca de unos calcetines. Una vez ya puestos salgo del cuarto y me dirijo a la cocina, no me había tomado la molestia de checar la hora, iba tranquila en el pasillo hasta que me parece oír unos gemidos provenientes de la sala.

No puede ser.

Me quedé a medio pasillo, no era como que tuviera muchas ganas de ir a ver si se trataba de Harry o no, pero mi estómago rugía y al parecer me tendría que aguantar hasta que amaneciera, porque ni de loca iba a estar esperando y escuchando aquellos ruidos desagradables. Claramente que mañana me pondría histérica porque quién se cree para traer alguien más a mi casa y para hacer sus cochinadas. No tenía la confianza suficiente para dejarlo hacer algo así y yo creo que aunque la tuviera no lo haría. Pero las ganas de ir y sacarlos a ambos de la casa era una tentación demasiado exquisita, como la tentación de morder algún fruto prohibido sólo que en mi caso sería golpear al fruto hasta que salga volando.

En fin, no tengo tan buena suerte para este tipo de cosas, así que refunfuñando me volví en ambos pies directo a encerrarme al cuarto y tratar de dormir lo más que pudiera. El problema pues que me sentía activa, descansada y con hambre. Así que opté por un plan B; no creo que Harry tarde mucho para el coito, así que me iré directo a la cocina sin verlos y posiblemente se saque un susto que lo haga terminar y quedar en ridículo.

Y ahí voy otra vez, en marcha, sin tratar de ser sigilosa, me paso por la sala y efectivamente está una mujer con las piernas abiertas y Harry haciendo lo suyo, al momento que paso Harry se detiene y voltea a verme, pero yo acelero mis pasos para llegar más pronto a la cocina. Una vez ya en la cocina, abro el refrigerador en busca de algo y no pasan más de dos segundos para que Harry esté plantado a mi lado. Le echo un vistazo rápido y me percato de que se puso un bóxer, pero mis ojos se desviaron un momento más, para observar su cabello despeinado, su cuerpo escurriendo sudor y su torso...Dios, debería de apartar la vista pero realmente tiene un muy buen cuerpo, no puedo negarlo, unos pectorales tan bien marcados y los abdominales parecían dar provecho en su abdomen.

Termino de inspeccionarlo y siento como mis mejillas se calientan al ver su mirada pícara, recompongo la postura para estar a su alcance, cierro el refrigerador sin siquiera haber echado un vistazo a que iba a comer.

─ ¿Quién te crees para... ─bajé la voz considerablemente─,...para traer una puta a la casa?

─Me parece un poco ofensivo que me trates así después de que he tratado de portarme amable contigo ─Harry tenía cara de echarse a reír en cualquier momento.

Claro que eso no era portarse amable conmigo.

─Hay límites, y si quieres permanecer aquí vas a hacer lo que yo diga ─escuché la puerta de la entrada azotar─ ¿Acaso ya se fue?

La sonrisa se Harry se hizo tan grande que casi me hace sonreír a la par.

─Tú misma lo dijiste, sólo era algo casual ─alzó los hombros y ahora fue él quien se acercó al refrigerador. ─ ¿Tienes hambre?

Yo sólo asentí con la cabeza.

Me hizo seña con su mano para que tomara asiento en el recibidor de la cocina, prendió las luces y se puso manos a la obra como si estuviéramos a plena luz del día. La verdad es que si estaba encantada de tener una comida a plena hora de la madrugada, y que además de todo no fuera yo quien la estaba haciendo.

De vez en cuando mis ojos vagaban para ver lo que hacía o me concentraba en el celular esperando algún mensaje de Trevor que claramente no llegaría. Me surgieron unas ganas inmensas de platicar como perico, y realmente sabía que preguntarle a Harry sobre su vida era como ir a un laberinto sin salida, así que recordando que no le había puesto absoluta atención a lo que se suponía que le ayudaría a hacer, decidí hacerlo ahora.

Me aclaré la garganta para llamar la atención, él alzó la vista momentáneamente antes de seguir cortando un jitomate.

─ ¿Y qué se supone que es lo que debo hacer para ti?

Harry no mostró ni un atisbo de asombro al darse cuenta que no le había puesto atención anteriormente, posiblemente era algo que se esperaba debido a mi actitud o simplemente mi cara me delató de más.

─Vas a ser la amante de un enemigo mío para que lo espíes ─dijo así sin más.

Mis ojos se abrieron con asombro.

─Te recuerdo que tengo novio.

─Trevor no tiene por qué saberlo.

─No le haría algo así.

─Termínalo.

Ok, bien, entiendo que Harry no tenga sentimientos pero qué le hace pensar que voy a terminar una relación por su bien común. Antes de que pudiera formular palabra alguna, él se adelantó para decirme:

─Si Trevor es un posible una objeción para que trabajes para mí, sabes que puedo deshacerme de él en cuestión de cerrar y abrir los ojos ─puso un plato delante de mí─, así que tú sabrás lo que es mejor para ti.

Ni siquiera vi lo que contenía mi plato, simplemente lo aventé directo a su dirección hecha furia. Este hombre sabía cómo cambiar mi buen humor de un momento a otro.

─ ¡No puedo hacer algo así!

─Es algo temporal, y te elegí hacer esto por las buenas ─Harry ni se inmutó por el plato en el suelo, al contrario, se acercó hasta estar nuestras narices rozando─, puedo hacerlo por las malas si me place.

Maldito idiota, ni siquiera tenía el derecho de elegir por mí misma sin que él ya hubiera pensando en un plan para cualquier pero que se me ocurriera.

─ ¿Quién es tu enemigo?

Los ojos de Harry brillaron, como si hubiera esperado demasiado para este momento y claro que su respuesta me tomó por sorpresa.

─Zayn Malik.

Y así es como me quedé sin palabras. Escuchar aquel nombre todavía me provocaba pesadillas por las noches y una ola de recuerdos que había enterrado en lo más profundo de mi mente, porque él y yo ya habíamos tenido una historia anteriormente. Una historia que no acabó nada bien...

***

¡He vuelto! Y una disculpa si tardé  tanto en subir un capítulo, tuve un bloqueo y un par de cosillas pero aquí ando.