Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• Capítulo 44 •

     Nuevamente sus manos resbalan contra la barra y cae en la colchoneta, ya no sabía si resignarse o seguir. Su cuerpo estaba tembloroso, no entendía que era lo que le sucedía, quizá seguía con la adrenalina de hace unos momentos.

Paremos hasta aquí —ordena el mánager—, es claro que Bakugō necesita tiempo para practicar lo básico. 

—¡No! ¡Aún puedo seguir!

—Bakugō, ni siquiera puedes hacer la mitad de las rutinas. 

—¡Solo fueron unas cuantas caídas! 

Creo que Todoroki san tiene razón, tómate un momento, seguro es porque no has calentado. Nosotros acordaremos sobre la final —dice el capitán del equipo de gimnasia sonriendo con amabilidad.

     Sus manos se aprietan con algo de fuerza, la frustración de no poder demostrar sus habilidades al cien porciento lo invadía poco a poco más, quería dejar de sentir ese dolor en las manos, en las muñecas. Odiaba ser limitado, pero en casos como esos, que exceden su físico, era inevitable no sentir alguna dolencia o sufrir de alguna lesión. 

     Sentado en la misma colchoneta en la que se había caído ya tres veces, se queda con el ceño fruncido viendo hacia el suelo, Todoroki al verlo de esa manera se acerca y se sienta a su lado, sabía por lo que debía estar pasando el rubio ceniza. Estaba seguro de que podría estar molesto con él también por haber cortado su demostración, pero era por su bien. Si seguía fallando tanto podrían realmente considerar el hecho de no ponerlo como participante en la final. 

—¿Estás bien?... 

—¿Te parece que estoy bien? 

—Lo siento. 

—¿Por qué te estás disculpando, idiota? No es tu culpa que yo no puedo hacer una simple rutina. 

—¿Simple?... no parecía tan simple, estabas usando elementos elaborados.

—Es simple si tomamos en cuenta la final de la competencia. 

—Bakugō, no pienses tanto en eso, habrán otros momentos para competir.

—¿Cómo seré el mejor si cosas como estas me detienen?

—Hasta los profesionales se lesionan.

Toshinori san no sé lesionó nunca, y yo quiero ser mejor que él.

—Estoy seguro que en sus principios se lesionó bastante...

     El rubio ceniza desvía la mirada con una mueca en muestra de su negativa ante la idea de que su ídolo había pasado por cosas como esas, pero Todoroki no tarda en tomar su mentón y así voltear su rostro en su dirección para tener contacto visual con su pareja.

Bakugō, vas a ser el gimnasta número uno, pero todo a su tiempo... ¿De acuerdo?

—Bien, como digashabla entre dientes—. Quiero ir a casa.

—Esta bien, vamos...

     Bakugō nunca tuvo problemas así, y no sabía si era por la falta de práctica o por estar estresado. Necesitaba un respiro, miró sus manos y seguía sintiendo sus muñecas cosquillear, se quitó los vendajes y el equipo de protección, observando que su piel estaba rojiza por lo fuerte que habían sido apretadas con anterioridad. Quería quitarse esa sensación tan desagradable. 

     Durante todo el camino de regreso a la casa de Bakugō, ambos jóvenes se quedaron en absoluto silencio, ninguno se sentía incómodo con eso, cada quien estaba sumido en sus pensamientos. Una vez frente a la puerta de la vivienda del gimnasta sus miradas se cruzan.

—¿Puedes quedarte?

—¿Mm? Sí, creo que sí puedo.

—Bien, necesito que hagas algo por mi.

     Un poco curioso por ese comentario sigue al rubio ceniza hasta su habitación, al parecer no había nadie en casa, en situaciones como esas solía estar algo nervioso, pero en aquella ocasión sintió algo diferente, Bakugō estaba sumamente callado y desde hace rato había notado como se rascaba las muñecas.

—¿Qué es lo que necesitas de- —el golpe sordo a sus lados lo interrumpieron, no pensó que apenas ingresar a la habitación, el gimnasta lo acorralaría— mi?...

—Tócame.

     Lo repentino de la petición lo hizo quedarse paralizado viendo al ajeno, su mirada seria le decía que no estaba excitado ni buscando algo sexual, por lo que algo confundido ladea la cabeza.

—¿Perdón?

—Dije que me toques.

—Mm... ¿Dónde?

—Todo.

—Bakugō, ¿Estás bien?

     Sus labios se aprietan al igual que sus puños, pronto la corbata del bicolor es sujetada y tirada hasta ser guiado hacia la cama.

Aprieta mis muñecas, pégate a mi, ponte entre mis piernas, quítame está asquerosa sensación que tengo.

—¿Bakugō?

—¿Qué no entiendes?

—¿De qué sensación hablas?

—¡Solo hazlo, mierda!

     Todoroki no muy seguro de aquello lo toma de las muñecas y lo empuja a la cama, pero a comparación del agresor de Katsuki, el bicolor no lo sostenía con tanta fuerza, evidentemente para evitar cualquier daño a estas.

Hazlo más fuerte.

—Pero-

—Estaré bien, aprieta más.

     Su orden es acatada y sus muñecas son apretadas, inevitablemente el mánager terminó por acomodarse entre las piernas del menor, todo era similar a la escena que había vivido en la academia hace unas horas, quería reemplazar todo ese desagradable suceso con memorias junto a Todoroki, definitivamente sentía que era algo que necesitaba.

     No es hasta que siente como algo se apoya en su pecho cuando regresa a la realidad, Shōto estaba con la cabeza escondida en él, no entendía porqué parecía haber colapsado.

—No puedo hacer esto... —se lamenta en voz baja—, no sé cuál es tu intención con querer sentir tanta brusquedad de mi parte, pero no puedo... No entiendo que es lo que pasa por tu mente, me gustaría saber que piensas justo ahora, porque no me estás viendo a mi...

     Bakugō observa al ajeno por unos momentos y luego suspira, se le había olvidado que Todoroki era demasiado blando con él, sin mencionar que también lo sobreprotegía más que su propia madre.

Levanta la cabeza, idiota...

     El mánager al oír su nueva orden hace caso de forma lenta, observándolo con un ligero rubor en sus mejillas junto a una mirada suplicante.

Lo siento... Creo que me pasé un poco contigo.

—¿Por qué querías que te trate así? ¿Acaso esto fue lo que te hicieron los chicos que te molestaron?...

     Bakugō, avergonzado de aquella situación asiente con la cabeza, no podía guardarle secretos al bicolor, en primer lugar porque este igual se terminaría enterando de la verdad y en segundo lugar porque el ajeno parecía realmente afectado.

No quería tener la cara de ese idiota haciéndome esto... Quería borrarlo... Pero no podía, mi cuerpo se sentía asqueado, y no se me ocurrió... reemplazar esa situación desagradable a una que me hiciera sentir mejor.

—¿Esto de verdad te hace sentir mejor?

—Sí... Se trata de ti, es lo único que necesito.

     Todoroki se le queda observando con detalle y no tarda en abrazarlo de forma protectora, quería cuidarlo de cualquier trato agresivo, pero sabía que le era imposible estar todo el tiempo con él.

Lo siento por no haberte protegido cuando lo necesitabas...

—No había forma de que supieras que estaba en problemas.

—Lo sé, pero aun así, me frustra no poder hacer nada.

—No es tu culpa.

     El bicolor aprieta los labios y baja la mirada, sabía que indirectamente era su culpa que Katsuki estuviera pasando por eso, después de todo, él fue el que le confesó sus sentimientos y lo arrastró a ese rumor.

     Katsuki apenas lo ve así, toma su mentón y lo hace levantar la mirada, no quería que siguiera pensando en eso.

Levanta la cabeza, no quiero lamentos, quiero soluciones.

—Estoy seguro de que no creerán mis palabras de que no somos nada, los rumores se esparcieron demasiado por toda la academia.

—Ugh, tenías que ser popular.

—Oye, no es algo que yo haya pedido.

     Katsuki no pudo evitar soltar una pequeña y corta risa, se cubrió el rostro y luego se abrazó del cuello del bicolor. Definitivamente tenía como novio a un chico aparentemente serio y protector, pero por dentro era solo un joven más experimentando un amor académico.

Todoroki —llama el rubio cenizo con seriedad para luego verlo directamente a los ojos—, eres un tonto... gracias...

     Esa última palabra lo hizo abrir los ojos con sorpresa, no entendía el porqué le estaba agradeciendo, pero se sintió como una cálida brasa rodeando su corazón.

—¿Por qué?

—Por ser tú. No me importa lo que digan o lo que hagan, no me arrepiento de estar saliendo contigo.

     Los ojos heterocromático del mánager brillaron cuál estrellas en el firmamento, sus mejillas se tornaron rojas y no pudo evitar cubrirse un poco con el dorsal de su mano a la vez que desviaba la mirada.

—Bakugō...

—Mañana les demostraré a todos que soy digno de participar en la competencia de primavera.

—Sé que lo harás.

     Y así, ambos pasan la tarde abrazados recargando sus energías, de vez en cuando le brindaban un dulce beso al otro, hasta que el bicolor tuvo que irse a casa.

—¿Listo?

—Listo.

—Bien, sé que puedes hacerlo.

     Bakugō asiente con la cabeza, era un nuevo día, había descansado, se había relajado y las sensaciones extrañas ya no lo atormentaban. Estaba listo para una nueva demostración de sus habilidades, está vez siendo observado por más gimnastas.

     Sus manos vendadas junto a las muñequeras se aprietan en puños, se pone la tiza y luego da un par de palmas. Ya no podía fallar, tenía todo a su favor.

     Y así fue, dió un espectáculo perfecto y elegante a la vista de todos, no importaba la falta de práctica o entrenamiento por la lesión en su mano, él siempre terminaría siendo el mejor.

Continuará...

NarikoHN

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro