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• Capítulo 43 •

     Ya era tarde pero no tomaba el valor para dirigirse al gimnasio, estaba nervioso y a la vez no quería mostrar algún movimiento inspirado en aquel gimnasta profesional, se rehusaba a ser partícipe de los entrenamientos mientras estuvieran todos los integrantes, pero mientras que hacía hora en la cancha de fútbol, un grupo de jóvenes de segundo año pasaron y al percatarse de algunos rasgos se le quedaron viendo extrañados y no dudaron en acercarse.

Hey tú, ¿Eres Bakugō Katsuki?...

—¿Mm?

     El rubio ceniza voltea a ver de quiénes se trata y al notar que no eran personas que no conocía, los vería con fastidio, no entendía porqué le dirigían la palabra.

Sí, ¿Y tú qué?

    Tenía un mal presentimiento, el aura que desprendía se notaba pesada y en sus caras no había un gesto amigable.

Así que eres el novio de Todoroki San...

     Esas palabras lo sorprendieron bastante, no sabía cómo es que se habían enterado o si Todoroki se los había dicho, aunque estaba seguro de que esa opción era imposible.

—¿Hah? No sé de que demonios hablas, salgan de mi camino —fulmina con la mirada a cada uno de los jóvenes que estaban rodeándolo e intenta pasar por un lado.

No, tú no te vas —lo detuvo un chico un poco más alto que él, de cabello castaño.

—¿Ah si? ¿Y quién va a impedir que me vaya? ¿Acaso quieres morir, maldito bastardo?

     Lo aparta pero el joven lo sujeta de su mano derecha y lo jala hacia atrás, haciendo que Katsuki por reacción le dé un golpe en el rostro, evidentemente asustó a los que estaban ahí, haciéndolos retroceder. El chico golpeado solo retrocedió un poco mientras sostenía su mandíbula y lo veía ahora molesto.

—¿Te crees muy intimidante? ¿Eh, Idiota?...

—¡Muéstrale quien manda! —lo animaron sus compañeros.

     Bakugō ya tenía previsto que iba a tener que pelear por lo que se deja su maleta a un lado y prepara sus puños. No era muy bueno peleando pero sabía cómo defenderse bien, aquel chico parecía más alto y más fuerte pero eso no lo asustaba.

Oí que eres gimnasta, seguro que puedes abrir bien esas piernas para Todoroki San ¿No es así?

—Tch.

     Chasquea la lengua y aprieta los puños, no tardaría en intentar darle otro golpe en la cara pero el más alto lo esquiva y lo patea de un lado haciendo que Katsuki se tambalee un poco, pero no tardaría en volver a atacar, acertando algunos golpes, pero también recibiendo daño.

     Después de una pelea no muy larga el tipo de segundo año logra tumbar a Katsuki, acorralándolo en el suelo y poniéndose entre sus piernas, se le había encimado mientras que los otros reían y se acercaban un poco.

—¡Suéltame, maldito idiota!

     Forcejeaba pero le era imposible quitárselo de encima, las risas, los insultos, las burlas y el que lo tengan vulnerable le provocaban una desesperación bastante grande.

—¿Qué? ¿No puedes más? ¿Te rindes?

—¿Vas a llorar, mocoso de primero?

—¿Por qué no llamas a Todoroki para que te salve? ¡Anda!

—Que asco...

     Al no poder más con eso le proporciona un cabezazo al sujeto que lo tenía contra el piso y lo golpea con fuerza, las chicas retrocedieron, y ya cuando ya los otros se iban a meter, también los empieza a enfrentar, evidentemente saliendo con varios golpes, pero al final le rompe la nariz a uno de los tipos, obviamente empezó a sangrar, pero eso no detuvo la furia de Katsuki que ya teniéndolo en el suelo no dejaba de golpearlo.

     Tenía la adrenalina tan alta que no escuchaba las voces de los demás a su alrededor, ni siquiera del maestro que se acercaba para detener la pelea, no es hasta que vio que todos se ponían de pie y se quedaban viendo con sorpresa hacia una misma dirección cuando voltea, evidentemente al ser el más responsable del caos toma su maleta y sale corriendo.

     Escondido en un salón de clases vacío se apoya en la pared, su respiración era muy agitada, sus manos temblaban y sus piernas perdían fuerza, por lo que no tardó mucho en ceder a su propio peso y quedar sentado lentamente.

     Jadea con intensidad y observa su diestra llena de sangre por lo que toma sus vendas y empieza a envolver su mano, estaba adolorido por la intensa pelea que tuvo con tres estudiantes de segundo año.

     Una vez fue calmando su respiración se queda viendo un punto fijo, tenía que ir con Todoroki pero sabía que se iba a meter en más problemas y preguntas, no había excusa y tampoco iba a buscar alguna.

     Su cuerpo además de temblar se sentía raro. Haber sentido el calor corporal de alguien más que no sea Shōto lo hacía sentir náuseas, quería vomitar, todo fue tan repugnante, que deseaba huir y no regresar en mucho tiempo.

Hah... malditos idiotas...

Ya dime la verdad...

     La mirada de Bakugō se mantuvo fija en el suelo, estaba perdido en sus pensamientos, no sabía si decírselo o no, se sentía mal.

Me voy a vestir.

     Todoroki toma la muñeca de Bakugō y cuando estaba por jalarlo el rubio alzó el puño, pero se detuvo al instante.

Gh- Suéltame...

—¿Te dolió? —cuestiona para luego levantar su manga de su abrigo notando en su piel unos dedos marcados— ¿Quién hizo esto?...

Ya te dije quiénes...

     Todoroki baja el cierre de su chaqueta, levantaba su camiseta y nota la cantidad de moretones o golpes que tenía, sorprendiéndose bastante.

Bakugō, dime toda la verdad, ¿Qué pasó? y ¿Por qué te hicieron este daño?...

—Tch —desvía la mirada, pero al instante Todoroki toma su mentón y lo hace verlo a la cara.

Dímelo ahora.

     Ordena viendolo ya bastante serio, evidentemente Katsuki se sorprendió, se le notaba molesto, podía sentirlo.

—...Se enteraron de que soy tu novio...

—¿Te golpearon por eso?...

—Creo que vinieron a joder pero... Bueno, yo empecé la pelea y luego ellos la intensificaron, no salí bien de ahí pero al menos les di su merecido.

—¿Los derrotaste?

—No, huí cuando venía un profesor.

—¡¿Hah?! ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué no pediste ayuda de que te estaban acosando?

—Bueno... Estaba algo... Histérico y arremetía mi furia con un tipo que... Empezó a sangrar por la nariz, creo que se la rompí.

—Ay... No puede ser... tienes que tener cuidado, ¿Te hicieron mucho daño en las manos? ¿Quieres que vayamos al hospital?

—Estoy bien... No seas dramático, no soy de porcelana, no me voy a romper tan fácilmente con unos cuantos golpes.

—¿Y tus manos? ¿Tus muñecas están bien? Sabes que no puedes tener ninguna dolencia cuando se trata de la gimnasia.

No tengo nada, deja de preocuparte.

     Toma su camiseta y la baja para que deje de ver su torso desnudo, no pensaba atrasar más sus entrenamientos, estaban a nada de la última fase del evento de primavera y no podían fallar, necesitaban al As bajo la manga.

Ugh... Mierda...

     Se quejaba del dolor al ponerse su equipo de gimnasia, sus nudillos dolían después de haber golpeado a esos tipos hace unos momentos, quizás no era el mejor estado para entrenar pero eso no lo detenía.

—¿Se puede saber que estuvo haciendo cuando el entrenamiento empezó? —cuestiona Aizawa de brazos cruzados.

—Lo siento.

     No tenía excusa y tampoco estaba bien visto darlas, odiaba disculparse por cosas como esas pero era un maestro, tenía que al menos respetarlo a él.

Procura llegar temprano.

—Sí.

     Suspira entrecerrando los ojos, ya la mayoría se estaban yendo, la hora del entrenamiento ya había concluido pero como siempre él tenía permiso para quedarse un rato más mientras sea bajo la supervisión del mánager, su profesor o su capitán.

     En ese caso estaba Tamaki, Mirio y Shōto,  los tres iban a observar las rutinas que había preparado para el evento de primavera y sinceramente se sentía nervioso, sabía que podía hacerlo pero en las condiciones que estaba era más complicado.

—¿Listo, Bakugō san? —Mirio sonríe y se para en frente de la barra fija, nuevamente a Bakugō le tocaba participar en ese aparato.

Estoy listo.

     Expresa con seguridad pero Todoroki lo detiene un momento.

—¿Estás seguro de esto? Estás herido y no sé si sea buena idea, acabas de salir de una lesión y tus manos tiemblan.

—Ya deja de preocuparte tanto... Estaré bien.

     Se quita del camino del bicolor y rueda los ojos, estaba algo cansado de que lo sobre protegieran tanto, es cierto que se sentía importante, pero en exceso ya no era agradable.

     Ya estando cerca de la barra fija se pone tiza en las manos, se sacude un poco y ajusta sus muñequeras dejándolas apretadas, aquello lo hacía recordar un poco el ataque de hace unos momentos pero niega con la cabeza y se centra.

     Empieza con la rutina, un buen ingreso, un desarrollo complejo, tanto que hasta Katsuki parecía sufrir con cada movimiento, eran rutinas difíciles, incluso para los de primero, por eso no les sorprendió que cayera por primera vez en la primera demostración.

—¡Maldita sea!

     Maldice y golpea la colchoneta que amortiguó su caída, si fallaba en más prácticas... Estaba seguro de que buscarían a alguien más que haga de su reemplazo...

Continuará...

NarikoHN

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