• Capítulo 36 •
Durante el entrenamiento del club de gimnasia, Katsuki estuvo haciendo ejercicios con sus manos, de esos leves que le permitían hacer mientras se recuperaba, no dolía nada, con el pasar de las semanas cada cosa que hacía dolía menos, esa era una buena señal, al principio apenas podía sujetar bien el elástico que tenía que estirar y ahora lo hacía sin problema.
Todoroki siempre estaba pendiente de él, no quería que en algún momento se sobre exigiera o se rindiera, no quería que dejara la gimnasia, aunque sean algo irónico.
Sobre ellos habían algunas miradas que no eran del todo amistosas, Monoma era de los que miraban mal o se burlaba de sus rivales y de los que no pertenecían a su mismo club de gimnasia, siempre era así, las únicas personas que lo lograba "calmar" era una compañera de clase que tenía llamada Itsuka Kendo y el capitán del club.
Otra persona que los veía de manera nada amistosa era Hiryu Rin, al parecer ya estaba algo enterado de la relación que tenían estos dos, no le parecía algo sano y lo hacía pensar que Todoroki estaba con él por el recuerdo que tenía de sí mismo cuando practicaba gimnasia. Ese tipo de relación no era buena para el mánager o al menos eso pensaba él.
Katsuki sentía claramente que no le caía bien a algunos, pero eso no le importaba, al fin y al cabo no estaba interesado en tener a alguien más como amigo.
Y hablando de amigos, hace unos días estaba con la idea de contarle a Kirishima un poco de todo lo que estaba pasando... obviamente no lo de su relación con Todoroki, solo el tema de la gimnasia, era su mejor amigo, tenía derecho a saber un poco más de él.
—Oye... parece que estás en las nubes, ¿En qué piensas? —cuestiona un rubio, era el capitán de gimnasia, ni siquiera se percató de cuando se le había acercado.
—No es nada —respondió viéndolo de reojo con cierta neutralidad.
—Vamos, ni que fuera a regañarte por algo, si hiciste algo malo me limitaré a aconsejarte, ¿Que dices? —insistió un poco.
El rubio ceniza lo observa un momento y luego desvía la mirada mientras que el más alto se sentaba a su lado. No estaba del todo seguro de poder hablar tranquilamente con el capitán del club de gimnasia, pero tampoco es que pueda hablarlo con personas con las que tenga más confianza.
—Bueno... —aceptó algo fastidiado.
—Entonces, ¿Qué sucede?
—Mm... un chico que considero mi mejor amigo no sabe que hago gimnasia y no sé si decírselo sea buena idea, es todo —resumiría bastante.
—¿Le mentiste de alguna manera?
—Le dije que no estaba en ningún club, lo cual es cierto, pero no sé cómo explicar mi situación en sí.
—Jm... bueno, yo creo que decirle la verdad de una vez por todas es una buena opción, si realmente quieres que sepa porque es alguien importante, claro.
—Mm...
Katsuki lo pensaría un poco, era un difícil poder saber cómo reaccionaría el pelirrojo ante tal revelación, temía que le reclamase el haberle ocultado todo eso a pesar de ser amigos.
—Si de verdad es tu amigo, no dejará de serlo con una mentira así —tranquilizaría el rubio.
—Quizás se lo diga... —respondería observando el suelo, era probable que el capitán tenga razón, esperaba que no saliera nada mal.
—¡Anda, anímate! —dijo dándole unas cuantas palmadas en la espalda— No puedes estar decaído, ¡Pronto te sacarán la férula y podrás seguir entrenando!
Animaría aunque junto con eso también vengan varias cosas como, el competir contra Midoriya, recuperar la costumbre de hacer salidas perfectas, el aumento de dificultad en las regionales, entre otras cosas más.
—Esperemos que las cosas salgan bien... —susurraría más para sí mismo que para el mayor.
Después de eso el capitán regresó al entrenamiento dejando nuevamente solo a Bakugō, el mencionado estaba bastante pensativo, necesitaba saber cómo es que se lo diría o si habría un momento ideal para todo eso... estaba algo abrumado, sentía una rara inquietud.
Estaba perdido en sus pensamientos, incluso sentía como su pecho se aceleraba ligeramente, sus manos empezaron a temblar y si mandíbula se apretaba con fuerza, al menos hasta que Todoroki toca su hombro y lo hace reaccionar.
—Oye, ¿Estás bien?...
—Ah-... Sí... —responde el rubio ceniza con la mirada en los pies de Todoroki.
El bicolor entrecerraría un poco los ojos sin creerle del todo y se sentaría enfrente del rubio ceniza, quizá el menor estaba siendo opacado por múltiples pensamientos.
—¿Cómo va tu mano?
—No duele...
—¿Y tu cadera?
—Tampoco... bueno, en realidad estoy sentado aquí ya hace una hora porque no me quiero parar, pero al menos estoy bien —diría finalmente cruzando su mirada con la del bicolor.
—Mi error.
—¿No que no le harías daño, cabrón? —cuestionaría acordándose de la vez que estaba recibiendo un masaje por su parte y él le dijo eso.
—No tenía idea de que se sintiera tan bien —se excusó desviando la mirada como si lo estuvieran regañando por hacer alguna travesura.
Katsuki únicamente rodaría los ojos y seguiría un poco con sus ejercicios manteniendo una ligera sonrisa en su rostro, le daba cierta gracia que Todoroki sea tan tranquilo a pesar de hablar de ese tipo de cosas.
—Ah, por cierto... —llamó la atención a lo que Bakugō alza la mirada para verlo a la cara-, tengo que hacer una tarea en la biblioteca y puede que salga un poco tarde.
—Ah, de acuerdo, ¿Vendrás después de eso? —cuestiona algo dudoso, quizá tenía la oportunidad de invitar a su amigo pelirrojo para hablar un poco en su casa mientras que Todoroki no estaba.
—Sí, y así te hago un masaje para que ya no te duelan las caderas y la espalda -diría tomando su mano izquierda, acariciando suavemente esta con su pulgar.
—Me parece bien... —acepta soltando un pequeño suspiro silencioso.
Luego de las actividades del club Todoroki fue a la biblioteca como dijo, mientras que Bakugō aprovechaba en buscar a Kirishima, este al igual que todos los de su club estaban apenas saliendo de los baños, siempre que terminaban de jugar iban a asearse y así recién retirarse a sus casas, en esa ocasión no fue la excepción.
El rubio ceniza buscaba con la mirada a su amigo hasta que lo ve salir entre otros compañeros suyos, se le acercaría con tranquilidad y el pelirrojo no tardaría en notar su presencia.
—¡Hey, Bakugō! —saludó desde lejos alzando una mano y despidiéndose rápidamente de sus compañeros para ir directo a Katsuki.
—Hola, ¿Cómo te fue?
—Muy bien, el entrenador dice que tenemos mucho potencial y que seguro ganaremos las semifinales de las regionales.
—Eso suena bien, ¿Tienes tiempo para ir un momento a mi casa?
—¡Claro, me encantaría conocer tu casa! —diría bastante animado— De paso, ¿Me podrías explicar lo de la tarea de matemática? No me quedan del todo claros las formulas.
—Ah, ¿Es en serio?...
—¡¡Sí!! ¡Ayúdame por favor!
Y así entre pequeños regaños y risas continuaron caminando, era entretenido conversar como los viejos tiempos cuando no le importaba del todo ir a practicar gimnasia seguido.
Ya cuando llegan a la casa del rubio ceniza ambos jóvenes suben a su habitación, todo estaba arreglado y sin rastros de que haya pasado algo ahí antes. Kirishima se sentaría en la cama y seguiría hablando tranquilamente con Katsuki, estaba bastante animado por estar por primera vez en su casa, no se lo esperaba, aunque le pareció algo raro el hecho de que en lugar de presentarle a su madre, pasó de largo rápidamente.
Así estarían un buen rato, tuvo tiempo de explicarle con calma sus dudas en algunas materias, no es hasta que se empezaban a quedar sin mucho tema de conversación cuando siente que es un buen momento para confesarle lo que estuvo haciendo.
—¡Gracias por explicarme todo! ¡Así es seguro que saque un cien! —diría estirándose un poco para acostarse en la cama.
—Si prestaras atención no necesitarías verlo por segunda vez conmigo, más te vale entender al profesor y no esperar a que yo te lo explique con manzanas —diría suspirando, pero luego ya tomaría un aire más serio—. Cambiando de tema, había algo que quería decirte...
Ahí Kirishima se quedaría expectante y algo extrañado esperando a escuchar lo que tenía que decirle, había notado su expresión algo seria y ligeramente dudosa, no sabía que es lo que le pasaba, pero definitivamente quería ayudarlo, no importaba lo que fuera.
—¿Qué pasó? —cuestionaría ladeando un poco la cabeza con una ligera sonrisa.
—Bueno... hay ciertas cosas que no te dije antes y es que hace... algunos meses atrás yo estuve haciendo unas cosas que no te había comentado, ni a ti, ni a los demás del grupo.
—¿Qué es?... —la expresión del pelirrojo cambiaría un poco para luego sentarse mejor en la cama, se mostraría ligeramente preocupado, esperaba que no fuera nada malo.
—Yo soy-
No es hasta esos momentos que es interrumpido por la puerta de su habitación haciendo que ambos voltearan a ver de quién se trataba.
—Bakugō, ya lleg- —el bicolor se queda paralizado en el marco de la puerta observando con confusión al chico pelirrojo junto a Katsuki—, Oh.
Continuará...
NarikoHN
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro