• Capítulo 24 •
—¿¡Cómo dices!? —gritaba incrédulo el capitán del club.
—Como lo escuchó —respondió el medio albino—, Bakugō Katsuki competirá con nosotros en el evento de primavera.
—¿Qué le hiciste? —preguntó Tamaki observando sorprendido al mánager.
Todos los miembros del club no podían creer que el rubio ceniza que tanto se había negado a convivir con ellos ahora trabajaría a su lado, podría decirse que de un día para otro el bicolor había hecho un milagro.
—Tenemos el mejor mánager de la historia —dijo Rin sonriente mientras golpeaba el hombro del mencionado.
—Yo no hice gran cosa, deberían agradecerle a un estudiante de la academia Ketsubutsu por haberlo provocado.
Los chicos de primero repitieron el nombre de la academia sin recordar muy bien donde lo habían oído antes, pero los de tercero y segundo sabían perfectamente de quiénes se trataba.
—Así que Ketsubutsu... —dijo Mirio aún con su sonrisa, pero frunciendo levemente el ceño—, bueno, ya tenemos algo que agradecerles.
—Sí, finalmente podremos ganarles —habló Hiryu bastante confiado—, todos hemos mejorado bastante y ahora con un plus yo digo que seremos imparables.
—De todas maneras no podemos bajar la guardia, nuestros entrenamientos deben ser más duros, estudiantes de primero —los llamó con entusiasmo—, den lo mejor de ustedes y todos llegaremos a las nacionales.
—¡Sí! —respondieron todos al unísono, la simple idea de competir por primera vez con otras academias les resultaba emocionante.
El entrenamiento empezó con normalidad, todos hicieron sus respectivos calentamientos y estiramientos para no hacerse daño de alguna manera. Katsuki aún no llegaba y esto inquietaba un poco al bicolor, pensaba que tal vez no llegaba por estar arrepintiéndose de haber hecho el cambio.
Aunque en realidad el rubio ceniza se había quedado hablando con su respectiva mánager, le explicaba que había hecho el cambio por asuntos personales y un acuerdo entre él y el club de gimnasia. Fue una conversación algo larga, pero la chica lo comprendió, incluso lo felicitó por haber aceptado trabajar en equipo con los demás gimnastas.
En fin, después de hablar con la castaña caminó hasta el gimnasio y justo cuando estaba a un metro de la puerta una voz conocida lo llama a lo lejos.
—¡Bro! —un sudado pelirrojo se acercó.
—¿Qué haces aquí?... —cuestionó el de mirada carmesí bastante incómodo, Kirishima aún no se había enterado por su gusto a ese deporte y le daba pena tener que admitirlo.
—El club de fútbol se tomó un descanso, ¿Tú que haces aquí? —dijo observando la puerta del gimnasio— ¿Vas a entrar?
—No, solo... iba a dejarle algo a un compañero.
—¿Qué compañero?, que yo sepa nadie de los que conocemos está en este club —dijo intentando recordar a alguien de su salón— ¡Oh! ¡Ya sé! te gusta la mánager de este club ¿Verdad?
—Su mánager es hombre, idiota —insultó rodando los ojos.
—Entonces no es la primera vez que vienes —lo atrapó con una sonrisa victoriosa.
Bakugō no se había fijado en el juego de su amigo hasta ese mismo instante, se suponía que si solo iba a dejarle algo a un "compañero" no sabría mucho sobre ese club, pero no fue así, el rubio sabía cuantos integrantes tenía el club y quién era el mánager.
—Deja de mentir, somos amigos ¿No?, nos tenemos confianza —sonrió el futbolista.
—Tch, eres muy molesto... —suspiró Katsuki—, no soy del club, solo los ayudo con algunas cosas ¿Feliz?
—¡¿En serio?! ¡Wow! —expresó con emoción—, nunca pensé que empezarías a ayudar a algún club por voluntad propia.
—¡Kirishima! —se escuchaban a sus compañeros llamarlo a lo lejos— ¡Ya vamos a retomar el entrenamiento!
—¡Ahí voy! —gritó de vuelta—, esta conversación no se quedará aquí, mañana lo hablamos mejor.
—Como sea —suspiró Katsuki y lo observó irse, ya cuando estaba lo suficientemente lejos entró al gimnasio.
Nuevamente los ojos de todos los presentes se postraron en él y como era de esperarse Bakugō solo los ignoró, Todoroki a lo lejos soltó un suspiro de alivio y se le acercó con normalidad, se había estado preocupando de más cuando en realidad no había ocurrido nada malo.
—Llegas tarde —dijo el mánager.
—Ya lo sé, tuve unos cuantos problemas en el camino, no preguntes —ordenó dedicándole una mirada de fastidio.
—Procura venir un poco más temprano, por favor.
—Eso haré, no tienes que decírmelo, es mi primer día, déjame.
—Te dejaré por esta vez, la próxima tendrá consecuencias —avisó observando al menor acomodar sus cosas en el banco de madera.
—Oh ¿De verdad? ¿Y qué harás? —retó con una sonrisa media maliciosa.
El bicolor se inclinó un poco para tener al ajeno frente a frente y de lo que anteriormente era una expresión neutra ahora se encontraba una sonrisa que claramente ocultaba ciertas intensiones.
—No querrás saberlo —susurró.
Katsuki sintió un escalofrío y no quiso seguir con la plática, simplemente apartó la mirada hacia sus cosas y sus mejillas se tornaron de un leve tono rosa. El mayor se retiró como si nada hubiera ocurrido, molestar de esa manera al rubio ceniza había sido divertido y le había gustado, pero tal vez ponía más incómoda la situación entre ambos.
Por el lado de Katsuki, su mente obviamente había malpensado esas palabras y no sabía si era broma o en serio ya que la expresión del bicolor parecía estar diciéndolo de verdad. Incluso llegó a imaginarse a Todoroki de manera lujuriosa encima de él "castigándolo" por llegar tarde, claramente su orgullo le impediría ser dominado de tal manera y evitaría a toda costa aquella situación.
—Bakugō kun —llamó el capitán.
—¿Qué quiere? —respondió sin voltearlo a ver, podía sentir cómo su rostro seguía aún algo caliente por haber imaginado cosas raras con el mánager.
—Será mejor que vayas calentando, ya empezamos a hacer rutinas.
—¿Rutinas...?
—Sí, para la competencia de primavera.
—¿Ya están planificadas?
—Sí, el entrenador las hizo con Hiryu san, suelen planear las rutinas según el gimnasta, supongo que tendrá algo para ti también.
Solo con oír eso ya estaba disgustado, chasqueó la lengua en señal de cómo se sentía al respecto. Mirio lo entendió, pero simplemente sonrió pensando que el rubio ceniza ya se acostumbraría un poco a su estilo de entrenamiento.
—Senpai —llamó el menor—, solo quería dejarle claro que yo no soy parte de su preciado club, estoy haciendo esto por un bien personal, apenas termine esta competencia de primavera seguiré compitiendo como solista en los siguientes campeonatos.
La mirada que Bakugō le dedicó al más alto fue de determinación pura, Tōgata ladeó levemente la cabeza y le respondió con una sonrisa tranquila.
—Haz como creas mejor —y sin nada más que decir se retiró con los demás gimnastas.
El rubio ceniza regresó la mirada a sus pertenencias, se quitó el abrigo y lo dejó aún lado, había colocado sus guantes y muñequeras a la mano para cuando termine de calentar ir directamente a colocárselas. Aquí comenzaba su nueva dinámica de entrenamiento con el club de gimnasia artística masculina.
Una vez más regresó esa sensación de frustración en el entrenamiento al momento de caer en el colchón. Todo empezó por querer hacer la rutina en barra fija que le habían encargado, no estaba siendo observado o al menos eso creía y al momento de hacer un elemento que era nuevo para él sus manos resbalaron y cayó de una altura de por lo menos dos metros y medio.
Todoroki fue el primero en acercarse junto con el capitán, pero Bakugō se levantó al instante, no quería ser visto con ojos de preocupación o pena.
—¡Estoy bien, maldita sea! —gritó parando a sus mayores en seco.
Lo observaron de pies a cabeza, sus piernas estaban bien porque no tuvo problema en pararse, pero no estaban seguros si sus manos habían recibido algún daño.
—Yo me encargo —le dijo el bicolor al capitán casi en un susurro y el rubio se retiró sin decir nada al respecto.
Haber visto cómo su "Salvación" caía fue bastante impactante para todos los integrantes, ahora estaban nerviosos por saber cómo les iba a ir en el campeonato.
—Al parecer no es tan perfecto como dijeron —murmuró Monoma cruzándose de brazos observando desde lejos al bicolor hablando con Katsuki.
—Le pido a Dios que eso no ocurra en la competencia —suspiró Sen.
—Chicos, por favor, Kacchan también es un estudiante de primero, no es ningún profesional, está aprendiendo como nosotros —defendió el peliverde.
—Si fuera un estudiante más no lo hubieran presumido tanto desde un comienzo —respondió Monoma con una expresión de desagrado—, se hubieran ahorrado las ilusiones.
Midoriya simplemente frunció un poco el ceño y regresó la vista hacia su compañero de infancia. Todoroki estaba revisando sus manos con cuidado.
—No duele ¿Verdad? —cuestionaba el medio albino.
—¿De verdad es necesario esto?, ya dije que estoy bien... los guantes, cintas y muñequeras cumplieron su misión de proteger mis manos.
—Es un chequeo general para asegurar que no hubo ningún tipo de daño —informó tocando sus antebrazos para seguir con los hombros—, no parece que estés mintiendo así que lo dejaré pasar.
—La primera vez que caí no te habías preocupado de esta manera —gruñó apartando la mirada, el tacto del ajeno le provocaba pequeñas cosquillas.
—La primera vez no pensé que te convertirías en alguien importante para mí —confesó neutro.
—Como gimnasta... ¿Verdad?
—Lo dejo a tu criterio —sonrió terminando de revisar que no se haya hecho daño.
Continuará...
NarikoHN
Perdonen la hora y el tiempo que me tardé QwQ andaba mal.
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