—Y en lo personal creo que lo haces muy bien...

     Esas palabras definitivamente animaron al bicolor, incluso se le escapó una leve risa. No había pensado que Katsuki lo motivaría a continuar de esa manera.

—¿De qué te ríes, bastardo? —cuestionó fastidiado.

—No es nada, solo me sorprendiste —aclaró mirándolo con aprecio—, gracias...

—Tch, como sea —gruñó y desvió la mirada.

     No sabía porqué, pero aquella mirada cariñosa lo había puesto algo nervioso. Analizando un poco su situación se dio cuenta de que en todo lo que llevaban del día aquella salida de "compañeros" parecía más bien una cita, se encontraron en la estación del tren, caminaron juntos por el centro comercial, fueron a comer juntos y ahora estaban sentados uno al lado del otro contemplando los cerezos, sin mencionar de que en la noche iría a cenar a la casa del mayor.

     Todo lo veía normal y tranquilo, no pasaron por situaciones vergonzosas o contacto físico innecesario, lo único que le fastidiaba eran esas cortas escenas de silencio, como si alguno tuviera algo que decir, pero se lo guardara por temor a ser juzgado o rechazado. Y hablando de esas escenas, justo en esos momentos ambos jóvenes se quedan en silencio mirando la nada, Todoroki aparentaba estar tranquilo observando los niños jugar a lo lejos, pero por dentro buscaba de qué otro tema podría hablar con el gimnasta.

—Bakugō —el nombrado da un pequeño salto por oír la voz del bicolor interrumpir sus pensamientos y luego lo voltea a ver esperando escuchar lo que tenía que decirle—, mm... ¿Alguna vez saliste con alguien?

—¿De manera romántica? —cuestionó a lo que el heterocromático asiente con la cabeza— pues... sí, pero era cosa de niños ¿Tú alguna vez saliste con alguien?

—Supongo que también era cosa de niños —respondió peinando con sus dedos su propio cabello.

—¿Hablaste con tu novia?

—¿Yaoyorozu?... ella no es mi novia, solo dije que estaba saliendo con ella —aclaró— sí, hablé con ella, le dije que no estaba interesado en tener una relación con ella.

—¿Dijo algo?

—Nada importante... —le mintió.

     En realidad cuando le dijo a Yaoyorozu que no quería nada con ella, la chica se enfadó con él y le dijo que él la quería dejar porque se había interesado en otra chica, que lo estaba sospechando desde inicio de año y otras cosas más que no tenían sentido. Recuerda que la azabache había mencionado algo sobre su cinturón... aunque ahora que lo pensaba un poco la conversación que Katsuki le mostró en su celular también lo mencionaba.

—Creo que tenías razón, Momo fue la que revisaba mi celular mientras no estaba.

—¿Dudabas de eso? era demasiado evidente —suspiró el rubio ceniza acostándose en el césped.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—No tenía pruebas para acusarla.

—Oh, buen punto.

—No soy idiota, prefiero esperar para tener más información y ganar a echarlo a perder en el mismo instante por actuar rápido.

—Ya veo, tiene mucha lógica...

     Nuevamente se quedan en silencio, ya era bastante agotador tener que lidiar con esas situaciones tan incómodas, aunque en ciertas ocasiones les servía para pensar en algunas cosas cada quien por su lado.

     Katsuki aprovechó esos momentos de silencio para mandarle un mensaje a su madre, en este le decía que no llegaría para preparar la cena y que estaría en la casa de un amigo. Claro que no con palabras tan simples, su madre lo entendió y a base de burlas aceptó lo que le dijo.

—Ya le dije a la vieja que iría a cenar a tu casa —habló, Todoroki lo regaña con la mirada y suelta un pequeño suspiro.

—De acuerdo, entonces también le mandaré un mensaje a mi hermana para decirle que aceptaste su invitación.

—¿Habrá alguien más en tu casa?

—Mm... creo que solo mi hermana —pensó un poco, su padre estaría trabajando al igual que su hermano y su madre probablemente seguiría de visita donde una amiga, según lo que ella les había dicho esa mañana.

—¿Solo vives con ella?

—No, aún vivo con mis padres, mi hermana y hermano, aunque casi nunca está mi padre, ¿Tú tienes hermanos?

—No, soy hijo único —dijo volviendo a sentarse en su lugar—, creo que estoy bien así, habría sido molesto tener un mocoso en la casa.

—Tal vez tengas razón, pero ¿No te sentías solo?

—La verdad no, siempre habían personas siguiéndome y queriendo ser mis amigos.

     En primaria, secundaria e incluso ahora en la academia habían personas que lo seguían a todas partes, personas que les interesaba ser su amigo por alguna razón. Observa unos segundos al mánager y piensa que él también es parte de ese grupo de personas aunque... en este caso podría decir que se siguen mutuamente.

—Creo que ya hemos descansado demasiado ¿Vamos por un postre? —ofreció Katsuki poniéndose de pie para luego sacudirse un poco la tierra que tenía en la ropa.

—Sí, vamos —aceptó el medio albino al instante e imitó las acciones del menor.

     Bakugō revisa su celular y en él ve que ya eran las cuatro y quince de la tarde, aún quedaba bastante tiempo para la cena por lo que con duda observa al mánager el cual estaba revisando sus mensajes de texto.

—Después de esto ¿Qué hacemos?

—Creo que podemos ir yendo a mi casa, supongo que la cena será más temprano, quizá ocho —propuso con tranquilidad.

—Me parece bien —respondió el ajeno y empezó a caminar en dirección a la tienda de conveniencia.

     Aparentaba estar sereno, pero internamente solo pensaba en que se quedaría probablemente a solas con el heterocromático si es que iba a su casa, ya que su hermana estaría cocinando, con solo imaginarse esa situación se ponía ansioso.

     El reloj marcaba seis y veinte, nuestros protagonistas ya habían terminado con el postre y tardaron un poco al momento de regresar a casa, como era de esperarse los trenes estaban repletos.

      Se equivocaron de estación y tuvieron que esperar el siguiente tren que los llevara al lugar correcto y menos mal el que los llevó estaba más vacío que el otro. Fue una muy larga y dura travesía, pero menos mal llegaron sanos y salvos a la casa del bicolor.

—¿De verdad vives aquí? —comentó el rubio ceniza con mucha sorpresa observando la casa tradicional japonesa.

—Sí, a mis padres les gusta este ambiente —dijo caminando a la entrada para quitarse los zapatos en la entrada.

—Incluso tienen piso de tatami... —expresó quitándose también su calzado para luego ingresar a la vivienda—, con permiso —dijo en voz baja para al menos mostrar un poco de educación.

—Ya llegué —habló el heterocromático.

—¡Bienvenidos!

     Se escuchó a una chica a lo lejos, probablemente venía de lo que supuso podría ser la entrada a la cocina, la mayor no tardó mucho en mostrarse ante su visita, al principio parecía estar sorprendida, pero de forma inmediata mostró una sonrisa.

—Mucho gusto, soy Todoroki Fuyumi —se presentó haciendo un leve reverencia.

—Eh... Bakugō Katsuki —respondió el menor asintiendo con la cabeza.

—Espero que nos llevemos muy bien, y por favor cuida de mi hermano.

—Ah, mm —respondió volviendo a asentir.

     Comportarse de manera educada con otras personas no era su fuerte, pero no quería darle una mala impresión a la hermana mayor de su compañero.

—Justo estaba iniciando con la preparación de la cena, no esperaba recibirlos a esta hora —comentó la chica de lentes con mucha educación—. Shōto, por favor no te quedes ahí parado, vayan al jardín mientras yo hago la cena, no tardaré mucho.

—Sí, eso haremos —finalmente habló y toma de la muñeca al de menor estatura para guiarlo al lugar antes mencionado.

     Bakugō sin saber cómo reaccionar se queda neutro, no se esperaba para nada el tacto frío del mánager e incluso estaba por decirle algo como "Suéltame, voy detrás de ti" pero prefirió ahorrarse palabras innecesarias. Aunque cuando estaban por girar en una esquina pudo escuchar una muy leve risa de parte de la mayor.

     En fin, llegaron al dichoso jardín y como se lo imaginó, tenía un pequeño estanque y plantas bien cuidadas, todo tan perfectamente acomodado, tanto que parecía sacado de una pintura.

—Wow... —fue lo único que pudo decir.

—Sí, es mi lugar favorito de la casa —comentó el ajeno aún sosteniendo su muñeca.

—Creo que es increíble, podría hasta decir perfecto.

—A mi madre le gusta mantener siempre el jardín bien cuidado.

—Dile que vale completamente la pena su esfuerzo —animó a lo que el bicolor sonríe.

—Se lo diré...

     Todo se volvió otra vez muy silencioso, solo era audible el silbido de las corrientes del aire y algunos insectos que empezaban a hacer sus ruidos característicos al caer la noche. Katsuki aún podía sentir la mano del más alto sostener su muñeca, ya estaba algo tibia por recibir calor directo de su piel la cual siempre estaba cálida. No sabía si debía decir algo o si era el momento apropiado para interrumpir el tranquilo ambiente.

     El rubio ceniza se encontraba con la mirada perdida en el cabello del mánager cuando de la nada él voltea y se da cuenta de que lo estaba viendo, ninguno decía nada, pero con solo mirarse parecían contarse de todo.

     Shōto se giró hacia el menor, su imagen en contra luz lo hacían verse intenso, se sentía como en una novela, el jardín de fondo con los últimos rayos del sol iluminando su rostro y la expresión neutra del más alto acercándose a la suya con sutileza. Inconscientemente sus labios se entreabrieron, su corazón estaba acelerado y no controlaba muy bien sus acciones.

      En todo ese momento el medio albino no había soltado su muñeca y no parecía que lo fuera a hacer, su mano libre tomó con firmeza la mejilla del ajeno aprendiendo de sus errores la primera vez que quiso besarlo. Ambos jóvenes estaban demasiado cerca, cada quien sentía la respiración del otro chocar contra su piel y no tardaron mucho en unir sus labios en un suave beso.

Continuará...

NarikoHN