• Capítulo 16 •
El timbre suena, las clases finalmente terminaron, aunque antes de que todo eso sucediera Katsuki le había enviado un mensaje a Todoroki en el almuerzo para avisarle que ese día estaba bien para ir al taller de gimnasia.
Ya se encontraba caminando hacia el lugar cuando de la nada una chica castaña se interpone en su camino, era Uraraka.
—¿Qué quieres? No tengo tiempo.
—¿Estás huyendo de mí? —cuestionó cruzándose de brazos mientras que lo miraba un tanto fastidiada.
—¿Ah? ¿Por qué piensas en esa estupidez? —preguntó ahora el rubio ceniza.
—Cuando vinimos juntos a la academia te fuiste sin decir nada, en el recreo no estabas en tu salón y en el almuerzo pasaste por mi lado y ni siquiera dijiste nada.
—Mira cara redonda, yo te dije que quería que fueras mi mánager fuera de la academia así que dentro de ella no somos nada, no tengo la obligación de prestarte atención y menos si tienes a Deku al lado.
La más bajita al oír esas palabras frunció un poco el ceño y desvió la mirada. Tal vez había sido algo duro con ella, pero él no era una persona paciente y mucho menos amigable.
—¿Por qué tienes que ser tan malo? —respondió la castaña, sus ojos poco a poco se empezaban a poner vidriosos y su mirada seguía clavada en el suelo.
Katsuki tuvo que admitir que se sintió algo culpable, no sabía muy bien como tratar a las mujeres a excepción de Mina a ella no le interesaba nada de lo que dijera y siempre se reía de todo. Rodó los ojos y suspiró para luego poner su diestra en la cabeza de la ajena.
—Solo no hablemos mucho dentro de la academia ¿Si? —dijo acariciando el cabello de la chica para que no empezara a llorar.
Uraraka no responde, estaba algo sorprendida por el tacto en su cabeza, normalmente los chicos evitan hacer cualquier tipo de contacto físico con las chicas por el simple hecho de que después los molestaban con que le gustaba esa persona. No creyó que el ajeno hiciera eso solo para calmarla.
—De acuerdo... —contestó ella con las mejillas levemente sonrojadas.
No le gustaba Katsuki, estaba segura de eso, pero algo dentro de ella la hacía pensar qué tal vez el más alto gustaba aunque sea un poco de ella y por eso la trataba de esa manera, no asumía sus sentimientos.
Con esa idea en mente comprendió un poco el asunto y solo lo miró con una muy leve sonrisa, seguía con los ojos húmedo pero se le quitaría en cuestión de segundos.
—Ya vete a casa, tengo cosas que hacer —ordenó quitando su mano de la cabeza de la más pequeña para volver a retomar su camino.
La ajena no responde, solo se queda mirándolo hasta que desaparece de su vista, tendría que esforzarse bastante para llevarse bien con ese chico porque de lo contrario solo terminará siendo más odiada por Katsuki.
—Gimnastas, su capitán tiene algo importante que decirles así que más le vale prestar atención —ordenó el entrenador Aizawa, se veía igual de cansado que de costumbre, no se molestaba en cuidar de su apariencia a menos que sea en momentos bastantes formales.
—Es solo una noticia rápida —aclaró Mirio cruzándose de brazos frente a los estudiantes— Hoy vendrá un chico para observar como trabajamos, es un gimnasta con potencial que no quiere ingresar al club, demuestren que nuestro equipo es muy agradable y que todos juntos podemos llegar muy lejos.
—¡Sí! —respondieron todos al unísono, unos con más energía que otros.
—Vayan a calentar y estirar —ordenó el entrenador, todos hacen caso y unidos empiezan a calentar.
Todoroki se había encargado de hacerle saber a Tōgata sobre el mensaje de Katsuki, casi en el mismo momento que este le envió el mensaje, ninguno de los dos pensó que el rubio cenizo aceptaría llevar a cabo la propuesta que le había dado el capitán al día siguiente, aunque tampoco les molestó, es más, se convencieron de que el gimnasta estaba interesado en ingresar.
—Tōgata senpai —llamó Midoriya mientras estiraban— ¿Cómo descubrieron a ese gimnasta? —Mirio con su extensa sonrisa le responde.
—Es secreto.
—¿Qué tan especial es como para que ustedes lo quieran en el equipo? —preguntó ahora Shinsō mostrando una expresión de cansancio.
—Digamos que no me gusta que el talento se desperdicie. Míralo como si fuera una oportunidad, más puntos en una competencia ¿Los dejarías pasar?
—No... —respondió desviando la mirada.
—Exacto.
El club de gimnasia tiene como integrantes de tercero a los estudiantes Mirio Tōgata como su capitán, tiene un buen manejo con todos los aparatos, pero se especializa en anillas, Tamaki Amajiki que también se sabe manejar muy bien y se especializa en barras paralelas.
En segundo año están Shōto Todoroki como el mánager y Hiryu Rin, él analiza bien las rutinas y suele ser el que le sugiere probar nuevos elementos al entrenador, se especializa en barra fija.
Los chicos de primero son Izuku Mirdoriya, alguien muy enérgico especializado en caballo con arcos, Hitoshi Shinsō parece ser alguien desinteresado pero cuando se trata de gimnasia artística no duda en mostrar sus habilidades, se especializa en suelo y salto, también estaba Neito Monoma, un estudiante bastante desagradable cuando ve competencia, pero sorprendentemente tranquilo cuando están en el mismo equipo, tiene un conocimiento muy básico de todos los aparatos al observar a sus mayores, pero se especializa en barras paralelas y finalmente a Sen Kaibara un chico que se concentra en los detalles, se especializa en suelo y salto.
Todos son bastante buenos y juntos podrían complementarse a la perfección, alguno ocultando los errores de otros como en el caso de Neito y Sen, ambos compañeros de clase, el rubio le insistió a su amigo para entrar juntos al club, al principio el castaño no parecía convencido pero de todas formas hizo la prueba de ingreso, él no había practicado ese deporte nunca, pero le gustaba hacer mortales y giros en el aire, por eso mismo lo colocaron en los elementos suelo y salto.
Monoma, por otro lado, entró por suerte, pero con el increíble detalle de que él no lo había practicado anteriormente, simplemente imitó rutinas que había visto en las últimas olimpiadas, Neito posee una memoria insuperable, con solo ver puede aprender varios elementos, pero ponerlo a prueba es otra cosa. Ambos adolescentes se complementaban a la perfección, Sen ayudaba al rubio con lo físico y el ajeno lo ayudaba con las rutinas.
Los demás iban un poco más por su lado, pero si se les pedía ayuda no dudaban en dársela, un buen ejemplo de esto sería Hiryu Rin, cuando le piden ayuda sobre algún detalle él los aconseja de manera que puedan dar un mejor uso de sus cualidades, tenía una buena vista por lo que nota los pequeños errores.
—Me da curiosidad saber quién es —confesó Kaibara.
—Probablemente no tarde en llegar —respondió Todoroki, eso sorprende a la mayoría de integrantes que no se habían fijado en la presencia del mánager.
—¿También lo conoces? —cuestionó Rin.
—Mm... algo... —desvió la mirada, pero luego recordó el porqué se les había acercado y regresó la vista a ellos, específicamente a Izuku— Solo quería decirles que el gimnasta que vendrá tiene un carácter algo especial, no quiero que hagan preguntas que lo vayan a incomodar ¿De acuerdo?
Los gimnastas respondieron de forma positiva, les pareció algo raro que el bicolor se haya tomado la molestia de ir a decirles eso, se podría decir que la curiosidad de todos aumentó aún más y para suerte de todos no tuvieron que esperar mucho para ver de quién se trataba porque justo en esos momentos la puerta del gimnasio se abre.
Todos voltearon casi al mismo tiempo, incluso el entrenador dirigió su mirada al rubio ceniza, Todoroki fue el primero en acercarse y detrás de él fue Mirio.
—¿Por qué mierda todos me miran así?... —preguntó Bakugō bastante incómodo.
—¡¿Ka-Kacchan?! —gritó el peliverde incrédulo, no se le había ocurrido que su "amigo" de infancia sería el gimnasta habilidoso que había mencionado su capitán. El de mirada carmesí hizo un gesto de disgusto pero lo ignoró por completo.
—Creo que cambiaré de opinión... —respondió a lo que el capitán suelta una sonora risa.
—Demasiado tarde Bakugō kun, bienvenido al club de gimnasia, deja que te presente a nuestros integrantes.
—¿Es necesario?... —suspiró el rubio ceniza siendo ligeramente empujado por la mano de Todoroki.
Todos los gimnastas se le quedaron mirando o mejor dicho analizando sobre todo el pecoso de Midoriya que no sabía que su compañero de infancia seguía practicando aquel deporte.
—Compañeros, este chico de aquí es Bakugō kun hoy se quedará a ver como trabajamos así que den lo mejor de ustedes —presentó Mirio.
El rubio ceniza no dijo nada, simplemente se les quedó mirando neutro, más como competencia que como compañeros, por otro lado, mientras Katsuki no decía nada Izuku deseaba preguntar de todo a pesar de que hace un minuto antes Todoroki les había ordenado que no lo molestaran.
Continuará...
NarikoHN
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