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• Capítulo 14 •

¡Nos vemos mañana! —se escuchaban las voces de algunos integrantes de club despedirse.

     Todoroki aún se encontraba observando su reflejo en el ancho espejo del baño de varones, había tenido un largo día y aún tenía que quedarse un rato más para vigilar al rubio ceniza y tal vez hablar un rato con él sobre cómo le fue en las inscripciones del campeonato de primavera y a quién se consiguió como mánager en tan poco tiempo.

     Con pasos lentos caminó de vuelta al gimnasio, esperaba que ya no hubiera nadie pues ahora él era el que se encargaba de "cerrar" el lugar, pero apenas entró se encontró con el capitán del club sentado leyendo su cuaderno de apuntes, no se sorprendió, no era la primera vez que pasaba, Mirio solía leer si los integrantes progresaban y si tenían un fallo él se encargaba de corregirlos.

Mirio... ¿Vienes? —habló Tamaki caminando a la salida en donde estaba parado el heterocromático.

Me quedaré un rato más, tengo que hablar con Todoroki san.

     Esas palabras confundieron un poco al mánager, eso nunca había ocurrido antes, solo leía el cuaderno y luego se lo devolvía, hacía un corto comentario sobre su opinión, agradecía y se iba. Probablemente quería hablar sobre estrategias para la competencia de primavera o algo por el estilo...

Entonces nos vemos mañana —se despidió el chico de cabellera añil, pasó al lado del bicolor y se fue con la mirada en el suelo.

¿De qué quiere hablar?... —cuestionó el bicolor acercándose al rubio.

Ven siéntate, creo que será una charla interesante —comentó con una leve sonrisa, Todoroki le hizo caso y se sentó enfrente de él—. Solo quiero que me respondas con sinceridad, no te meteré en problemas ni nada por el estilo ¿De acuerdo?

Eh... me parece bien —respondió confundido mirando su libreta en las manos del mayor, estaba nervioso porque se imaginó que el capitán había encontrado los apuntes de Katsuki y efectivamente fue así.

¿Quién es Bakugō Katsuki? —los hombros del más bajo se tensan un poco y aparta la mirada.

Un estudiante de primero.

Así que de primero... según lo que escribiste es bastante bueno ¿Verdad?

Sí, así es.

Eso de las salidas perfectas me llama la atención, contando también lo de buen manejo en todos lo aparatos ¿Cómo es que lo conoces?

Eh...

Tampoco lo meteré en problemas a él, puedes decirlo.

Lo descubrí saliendo a escondidas del gimnasio cuando fui a la biblioteca, después del entrenamiento. Al principio pensé que era alguien más del club, pero cuando lo vi noté que no se parecía a ninguno de los integrantes.

Ya veo, y ¿Qué hiciste?

Mm... al día siguiente lo detuve, pero como sentí curiosidad por él hice que me mostrara una rutina en barras paralelas.

¿Lo hizo bien?

En realidad tuvo algunas fallas y cayó, pero se levantó y siguió como si nada... no me sorprendió en absoluto su rutina, pero su salida fue impecable, nadie de primero puede hacer salidas tan perfectas como él, se lo aseguro.

Si lo dices tú entonces de verdad fue algo impresionante —sonrió el más alto—. Incluso me está empezando a picar la curiosidad a mí, ¿Por qué no le dices que se una al club?

Se lo dije.

¿Qué te dijo?

No quiere y no creo que pueda hacerle cambiar de opinión.

¿Por qué?

No lo sé, creo que siente que no tendría libertad de hacer lo que quiere y planificar sus propias rutinas.

Bueno... en parte podría ser cierto, pero es mejor trabajar en equipo y celebrar todos juntos las victorias, podemos entrenar únicamente en un solo aparato en vez de dedicar un poco de nuestras habilidades en los seis aparatos, nos ayudamos siempre entre todos.

Eso es cierto... pero él nunca ha estado en un club como el nuestro, no sabe como es.

Creo que hablaré con él.

No sé si sea buena idea, tiene una personalidad un poco... difícil de manejar.

No digas tonterías, si no se le ataca no tendrá necesidad de defenderse, solo quiero ver si todo lo que escribiste es cierto —dijo el rubio dedicándole una corta sonrisa mientras en su mano derecha sostenía la libreta de apuntes.

De acuerdo, de todas formas intente no enojarlo.

Tú confía en mí —rio Tōgata devolviéndole su cuaderno.

     Fue justo en esos momentos que se escucha la voz de alguien bastante determinado, el rey de Roma, su llegada fue en el momento indicado como si todo hubiera sido planeado.

     Después de la prueba de ingreso Mirio se fue dejando al mánager a solas con el gimnasta de primero, Katsuki aún quería entrenar y probar sus nuevas rutinas, Todoroki como siempre se quedaba observando o escribiendo algunas cosas en su libreta, ese día varios miembros del club habían progresado en sus respectivos aparatos, al parecer la competencia los tenía a todos muy emocionados.

Oye, mánager —llamó el rubio ceniza mientras masajeaba su palma derecha, había comenzado a dolerle un poco desde que hizo el salto, es cierto que su estabilidad fue muy buena, pero el impulso que hizo probablemente fue lo que lo dañó.

¿Qué pasa? ¿Te duele algo?

No, quería hablarte sobre un tema diferente...

¿Mm? —un poco confundido observa como el más bajo camina a su maleta y saca su móvil, hace unos pequeños ajustes y se acerca a él.

¿Le diste tu celular a alguien hoy en el almuerzo?

¿En el almuerzo? —se quedó pensando por unos segundos— No, lo deje en mi mesa para ir a comprar algo en la cafetería ¿Por qué lo dices?

Creo que alguien lo tomó —dijo sentándose en frente del bicolor para mostrarle la captura de pantalla que había tomado sobre la corta conversación.

     Shōto vio la imagen y todo lo que decía, a pesar de no ser muy largo contenía cosas muy... raras. En primer lugar, la pregunta que supuestamente él había hecho, en segundo lugar, la respuesta tan atrevida que dio el menor y en tercer lugar, el hecho de que él no había sido.

¿Por qué escribiste eso?...

¿Eso es lo único que te importa? te estoy diciendo que alguien tomó tu celular, idiota.

Lo sé, pero ¿cómo supiste que no era yo?

¿Intuición? —mintió, obviamente no le diría que ya sabía cual era su forma de escribir y las palabras que más usaba.

Pudo ser cualquiera —comentó Todoroki ladeando un poco la cabeza, Katsuki rodó los ojos y suspiró, a pesar de ser un estudiante bastante culto no analizaba las cosas como él.

¿Estás seguro? —insistió entrecerrando los ojos, por alguna razón Bakugō estaba seguro de que se trataba de su supuesta pareja Yaoyorozu Momo, pero no podía acusarla con solo esa imagen— Mejor olvídalo, solo ten más cuidado con tus cosas, yo te aconsejaría ponerle clave.

Bueno... entonces eso haré —aceptó sin nada más que decir, si cosas así llegaran a suceder más adelante podría meterse en problemas.

     El heterocromático bajó la mirada notando que el rubio ceniza masajeaba un poco su mano derecha, asumió que en la prueba de ingreso tensó mucho sus manos al hacer las rutinas y por eso le estaba doliendo. Algo dentro de él lo impulsó a tomar la diestra del ajeno.

¿Qué haces? —cuestionó Katsuki viéndolo extrañado, sus manos estaban frías.

Te sigue doliendo ¿Verdad? si sigues así podrías fallar en la competencia y lesionarte —dijo empezando a acariciar la palma de la mano del menor.

Estoy bien, ya déjame —gruñó, pero a pesar de mostrarse en desacuerdo no apartaba su mano.

No parece como si de verdad quisieras que te soltara —sonrió el mánager observando aún sus manos.

Cállate.

     Las mejillas del rubio ceniza estaban levemente pintadas de rosa, no lo podía evitar si sentía sus frías manos acariciar y masajear su diestra, el dolor se iba de a pocos y refrescaba las partes irritadas.

     Nuevamente el ambiente se sentía raro, ninguno de ellos tenía un tema de conversación para romper ese silencio y no parecían querer buscar alguno, ambos estaban sumergidos en sus pensamiento y lo único que observaban eran sus manos unidas. Las manos de Todoroki eran ligeramente más grandes que las de él y más suaves.

Oye... —finalmente Katsuki decidió hablar— ¿cuándo volverás a la gimnasia?

     El mitad albino no alzó la mirada y siguió con su pequeño trabajo, se quedó pensando por unos segundos en la respuesta, parecía estar muy indeciso pero mantenía esa mirada serena.

No volveré —confesó como si no fuera nada importante.

¿Qué? —preguntó incrédulo.

No volv-

Te escuché la primera vez, lo que quería decir era ¿Por qué no volverás?

Es una decisión que tomé hace ya unos días... no nací para esto, creo que será mejor dejárselo a los que en verdad le apasiona la gimnasia —dijo con una ligera sonrisa, pero en su mirada se notaba tristeza.

Mm... —un poco decepcionado desvía la mirada, tal vez insistir no sirva de nada, el más alto dijo que lo había decidido hace unos días lo que le daba a entender que lo ha estado pensando mucho.

     Después de ese pequeño descanso Katsuki siguió entrenando, Todoroki se había quedado un poco más callado de lo normal, no volvió a sonreír el resto de la tarde, haber tocado ese tema no fue una buena idea...

Continuará...

NarikoHN

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