• Capítulo 12 •
"¿Tienes algo que decirme sobre lo de ayer?"
Observó unos momentos la pantalla del celular y se quedó pensando. Todoroki no tenía su móvil con contraseña por lo que podría ser cualquiera cercano a él, tal vez alguien que le daba curiosidad los mensajes que se enviaban.
Como estaba guardado como "El gimnasta Nº 1" supuso que probablemente la persona que le estaba escribiendo sabía un poco sobre los integrantes del club, a menos que el bicolor le haya cambiado el nombre.
Recuerda con claridad lo que Shōto le había dicho sobre cierta persona "Yaoyorozu Momo" en una de las anécdotas que le contó el mánager, dijo que esa chica tomaba su celular y se ponía a revisar todo lo que contenía supuestamente para borrar archivos innecesarios.
¿Qué debería responder? No estaba del todo seguro de que fuera ella, pero no tenía más opciones que elegir, los chicos no se pondrían a revisar mensajes para averiguar con quien hablan los demás, sería absurdo. Con esa idea en mente pensó que tal vez si se trataba de la supuesta pareja de Todoroki.
Sus dedos se movieron y empezaron a escribir, no lo estaba pensando mucho y seguro que se arrepentiría después.
"Sí, solo una cosa. Olvidaste tu cinturón en mi casa, para la próxima sé más cuidadoso mitad, mitad"
Una leve sonrisa hizo su aparición, en esa situación no le importaba ser llamado puto, tan solo con joder a la persona que estaba detrás de la pantalla estaba contento. Guarda nuevamente el celular y se queda escuchando a sus amigos, no pasaron ni tres minutos cuando de la nada el celular vuelve a vibrar, con pereza lo revisa.
"¿Quién eres?"
Confirmó que no se trataba de Todoroki, no tenía ganas de seguir conversando con esa persona desconocida por lo simplemente tomó una captura de pantalla e ignoró el mensaje el resto del almuerzo.
La hora de salida llegó más pronto de lo que esperaba por lo que antes de encontrarse con el chico de cabellos cenizas le marcó a su madre para decirle que llegaría un poco más tarde por un pequeño compromiso de último momento. Cuando lo vio a la distancia se despidió y guardó su móvil, él parecía estar tranquilo.
—¿Lista, cara redonda? —preguntó pasando a su lado.
—Sí pero mi nombre no es "cara redonda", dime Uraraka —reclamó caminando detrás de él, como ella no sabía en donde quedaba el lugar de las inscripciones no le quedó más opción que seguirlo.
—Sí, como digas...
Rodó los ojos y sacó su celular para ver las indicaciones del bicolor y como esperaba los mensajes que había mandado la otra persona ya no estaban, los había borrado para que el mánager no se diera cuenta de lo que hablaron, menos mal fue más astuto. Cuando llegue para el entrenamiento de hoy no le hablaría directamente de ese tema, pero probablemente pregunte si alguien se metió a revisar sus cosas.
Los mensajes que le había mandado el bicolor con el lugar exacto le sirvieron bastante para no perderse en ningún momento, la chica lo seguía en silencio, parecía estar pensando en mil cosas a la vez.
—Es aquí —dijo victorioso al ver el gimnasio de su localidad, no visitaba ese lugar desde que era un niño, ahí fue su primera competencia en la que resultó ganador.
—¿Vienes mucho aquí? —cuestionó la castaña pensando que ahí era donde iba a entrenar.
—La última vez que estuve aquí era un niño —respondió dirigiéndose a la entrada. Un poco confundida la más bajita se preguntaba en dónde es que entrenaba si no era ahí ni en su academia— ¿Vienes? —escuchó por parte del gimnasta y nuevamente caminó detrás de él.
Caminaron hacía una oficina que le indicaron y ya ahí Uraraka tuvo que llenar unos documentos, datos sobre Bakugō y algunos sobre ella, luego de eso le entregaron algunos manuales con las reglas y como estaban organizadas las categorías.
Katsuki entraba en la categoría C en donde solo competían gimnastas solistas, el club de gimnasia entraba en la categoría A.
La primera etapa se desarrollaría en tres días, el primer día es la evaluación de los grupos de gimnastas masculinos y femeninos, el segundo día es la evaluación de los gimnastas solistas masculino y femenino y por último es la evaluación de la categoría niños.
De la categoría A y B solo saldrían tres grupos de seis integrantes, tanto masculinos como femeninos para competir entre ellos y ver quienes clasifican para las regionales, de la categoría B y C saldrían seis solistas masculinos y femeninos, la categoría de niños solo tiene una etapa pues no suelen haber muchos grupos.
La segunda etapa dura solo dos días y ahí ya el jurado decidiría que equipos y solistas llegan a las regionales. Todo era un proceso bastante largo, pero valdría la pena para los que estaban más que preparados.
A la castaña le aliviaba un poco eso de separar las evaluaciones de las categorías por días porque así ya no se cruzaría con Deku y se evitaría problemas, por otro lado, Bakugō se encontraba muy emocionado quería volver a sentir esa adrenalina de competir, pero también estaba asustado por las cosas que podrían suceder.
Salen del lugar y el rubio ceniza se regresa por el mismo lugar del que llegaron, la castaña un poco extrañada se le acerca.
—Bakugō-kun ¿A dónde vas?
—No es necesario que me sigas, ya nos inscribimos, puedes irte a tu casa.
—Ah, sí, lo sé, pero es que tengo muchas preguntas que hacerte.
—Solo te responderé tres malditas pregunta por día, hoy ya las rebasaste así que no me sigas molestando.
—¿Eh? eso no es justo Bakugō kun, al menos has que empiece desde ahora —dijo ella con un leve puchero en sus labios.
—Ugh... está bien —suspiró, no podía hacer nada, después de todo le debía un gran favor a esa chica por haber aceptado su repentina propuesta de ser su mánager.
—De acuerdo —sonrió— ¿Por qué te diriges a la academia otra vez?
—Porque por ahí está mi casa —mintió, cuando dijo que respondería a sus tres preguntas nunca dijo que sería de manera sincera.
—¿Dónde es que entrenas?
—En un taller de gimnasia.
—¿Por qué no estás en el club de gimnasia?
—Porque no me da la gana.
—Nada de lo que respondiste es cierto ¿verdad?
—Oh, vaya que atenta y no responderé a esa última porque ya usaste tus tres preguntas —dijo sin despegar la mirada del camino, el tono de voz que usó para todas las respuestas habían sido demasiadas despreocupadas como para ser ciertas.
—Eso no es justo Bakugō kun
—¿Qué esperabas? Una persona normal no cuenta su vida porque sí a alguien que no conoce, si vas a preguntar cosas privadas hazlo cuando te ganes mi confianza, algo que en mi opinión no creo que logres.
—Si lo pones de esa manera es más comprensible —respondió la ajena desviando la mirada, la verdad es que ella tampoco rebelaría cosas privadas suyas a alguien que acaba de conocer— Supongo que solo tengo que esperara a que nos llevemos bien ¿verdad?
—Supongo —suspiró Katsuki al ver que ella no parecía querer rendirse.
—Entonces esperaré —sonrió empezando a caminar a su misma altura.
Será difícil que logren llevarse bien con el paso del tiempo, pero no es del todo imposible, al menos hasta que uno de ellos se canse del otro.
Le costó un poco estar seguro de que nadie lo seguía, sentía como si alguien lo observara, pero no veía a nadie a los alrededores, los entrenamientos del club de gimnasia ya habían terminado por lo que ya después de un rato se adentró al gimnasio.
—Mánager, será mejor que estés preparado para verme patear los traseros de todos los gimnastas porque seré el número uno —dijo sin mirar si se encontraba o no.
Solo fue directo a la banca en la que siempre ponía sus cosas y cuando lo busca con la mirada lo encuentra sentado enfrente de un chico rubio bastante fornido. El mismo que había visto la primera vez que se asomó a curiosear en el club.
—¿Ah? —se quedó paralizado y sin saber que hacer o decir.
—Así que tú eres Bakugō Katsuki —sonrió el más alto.
—Bakugō, él es Mirio Tōgata —presentó Todoroki recibiendo como única respuesta una mirada desconfiada del rubio cenizo—, es el capitán del club de gimnasia.
—¿Por qué no me dijiste nada?... —cuestionó el más bajo quedándose quieto en su lugar.
—Se me olvidó mandar un mensaje, te juro que no lo tenía planeado —confesó alzando las manos para demostrar de cierta forma su inocencia.
—Fue mi culpa —admitió Mirio rascando su nuca con cierto nerviosismo—, yo encontré la libreta de Todoroki-san y cuando le eché un vistazo noté que habían apuntes de una persona que no conocía y que no estaba en el club. Lo que leí fue realmente interesante por lo que le pregunté de quién se trataba.
—Y se quedaron conversando hasta que yo llegara... ¿Verdad? —interrumpió cruzándose de brazos.
—Sí, exactamente eso —respondió el bicolor poniéndose de pie para acercarse un poco a Bakugō.
—¿Hay consecuencias? —pregunta el de ojos carmesí un poco nervioso.
—Lamentablemente sí.
—¿Cuáles son?
—Tendrás que hacer la prueba de ingreso al club.
Continuará...
NarikoHN
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