ten
CAPÍTULO DIEZ
[VISITAS INESPERADAS]
— Entonces — comenzó Tolya. — No vamos a hablar de lo qué pasó anoche con el hermano mayor de Nikolai.
Esmerald seguía negando el hablar sobre Vasily, no le interesaba en lo más mínimo su propuesta y mucho menos quería saber a qué términos deseaba llegar con ella.
— No — lo corto. — Es algo insignificante para mí.
— Pero mencionó a tus padres.
— ¿Acaso escúchate toda la conversación?
Tolya se encogió de hombros.
— Probablemente.
Esmerald estaba por quejarse, a lo lejos vio la silueta de alguien acercándose. Alguien que no era de sus conocidos.
Tolya también lo miró, los dos se pusieron de pie sacando sus armas por si tenían que abrir fuego.
— ¡Identifíquese! — ordenó Esmerald.
— David, David Kostyk soy un Durast — hablo el chico con un ligero tartamudeo. — Necesito hablar con Alina Starkov.
Tolya se acercó para escoltarlo junto a Esmerald al interior. Le colocaron unas esposas de madera y llamaron a Nikolai.
Mal quien estaba junto a Nikolai charlando de algo, miraron al intruso que acaba de llegar.
—Stu... — se corrigió. — Nikolai — lo llamó Esmerald. — Encontramos a un intruso.
Nikolai volteo de inmediato al escuchar la voz de Esmerald, él creía que hablarían, pero al verla junto a Tolya y escuchar sobre un intruso. Sabía que su posible reconciliación seguía sin llegar.
— ¿Quién eres?
Mal lo identifico como aquel hombre que había estado junto a Kirigan en el momento del ciervo. Los había visto.
Tener a uno de los hombres de Kirigan enfrente suyo no era una buena señal, para nadie.
— Necesito hablar con Alina.
— ¿Qué nos asegura que no estás en contra de nosotros? — cuestionó Mal. — Te vi junto a él. Junto a Kirigan.
Nikolai miró al intruso desafiante, cualquier recién llegado que no conocieran era una posible amenaza.
— Kirigan está con vida — confeso el intruso. — Necesito hablar con Alina.
— Traigan a Alina — ordenó Lanstov.
Esmerald escuchó que como llamaron a Alina.
Tolya se colocó a la orilla dejando a él intruso en medio y Esmerald en la otra orilla, no confiaba en nadie y menos al escuchar el nombre del general.
— Así que lo conoces — hablo Nikolai alejándose de Esmerald para ver a Alina. — Dice que escapó de un muy vivo General Kirigan. Se entregó sin pelear, y encontramos esto. — sacó un pequeño libro que Tolya le sacó. — Dice que es un diario de Morozova. — Alina lo tomó. — Por mi parte muero por saber más, pero insistió en hablar contigo.
— Alina... — David intentó acercarse a ella, el brazo de Tolya y Esmerald lo detuvieron. Dio un paso atrás. — Se que te hice daño, créeme que lamento profundamente mi participación se que tienes motivos para desconfiar de mi, pero no soy leal al general Kirigan.
— ¿Sobrevivió a los Volcra? — cuestionó Starkov.
Tolya se sentó en la orilla de una barandilla. Esmeral se recargó en la pared no tan alejada del intruso por si debía atacar.
— Temo que si — respondió el Durast. — También sabe que sobreviviste y que estás en Ravka Oriental.
— Dinos dónde está — ordenó Mal.
— No, no — David se negó. — Eso sería una mala idea.
— No esperes que confiemos en ti sino compartes información.
Esmerald podía notar como poco a poco Starkov se molestaba.
— Enfrentarse a él sería un suicidio. — respondió. Hizo una mueca, rascó su ceja y miró a los presentes.
Esmerald frunció el ceño ante su comportamiento, llevó su mano al costado donde se encontraba su daga. Nikolai lo notó, levantó una mano para detenerla.
— Kirigan usó el merzost para crear algo en la sombra — explicó David. Esmerald soltó la daga. — Criaturas que hacen su voluntad, del tamaño de dos hombres.
El hombre levantó las manos señalando su punto, bajo una mano y cambió los dedos.
— Están hechos de a sombra. No tienen aliento que tomar — explicó. — Ni corazón que lata, o sangre que fluya, pero están vivos. Están vivos y asesinan. Son nichevo'ya. Son nada.
Nikolai miró a Alina. Esmerald creía que eran las criaturas que vieron, algo extraño.
— Las balas, las espadas, el fuego pasan a través de ellos y caminan libremente en el sol. El merzsot es la única forma de matarlos.
Mal hizo una mueca.
— ¿Y cómo le hiciste para escapar?
Esmerald le dio un punto a favor, la pregunta que tanto estaba esperando que alguien formulara.
El prisionero guardó silencio largo rato, como si dudara en decirlo.
— Genya — respondió mirando a la Invocadora del sol. Por la forma en que reaccionó, al parecer ella conocía de quien hablaba. — Intentamos escapar juntos, pero los nichevo'ya... Ella se sacrifico para que saliera.
El silencio se hizo, al parecer no era una respuesta que Starkov estuviera esperando.
— No se si sobrevivió — continuó el Durast.
— Un espías astuto siempre se hace la victima — Tolya rompió el silencio.
— No.
— Dijiste algo cierto Tolya — hablo Nikolai mirándolo de reojo. — Como líder del segundo ejército, tú decides.
Nikolai miró a Alina, ella se mantuvo en silencio. Le hizo una seña a la mujer detrás suyo.
— Conoces a David más tiempo ¿qué piensas?
— Kirigan siempre lo mantuvo cerca — respondió.
Alina levantó el mentón, miró a Tolya y a Esmerald.
— Llévenlo a una celda.
Esmerald espero a que Tolya bajara de aquel barrote, los dos lo tomaron por la espalda guiándolo hacia una de las celdas.
— Agradece que no estás en el barco — susurro Esmerald.
— ¿Querías un castigo de piratas? — preguntó Tolya con una sonrisa hacia Solovyov.
— Pueden sacar a la chica del barco, pero no al barco de ella.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro