seven
CAPÍTULO SIETE
[MATRIMONIO]
Por más que Esmerald deseaba mantenerse alejada de Nikolai, no lo lograba. Al ser su mano derecha y la segunda al mando, él siempre la estaba buscando.
Aún cuando ella no quería verlo.
— Recibimos informes de unidades del Primer Ejército que fueron masacradas, aquí, aquí y aquí. — señaló Nikolai el mapa delante suyo.
Esmerald dio una mirada por encima del hombro de Nikolai. Manteniendo su distancia, algo cerca de Mal, tal vez ser engañados por alguien de la familia Lanstov los hacía más amigos que enemigos.
— Está muy lejos de la frontera para ser los Shu — habló Mal.
— O fjerdanos — recordó Alina.
Esmerald se mantuvo en silencio. Ella no daba opinión al respecto. Solo escuchaba.
— Al parecer estas unidades tenían prisioneros a los Grisha — informó Nikolai. — Algunos dicen que mutilaron a los soldados, cortados por la mitad.
Esmerald cerró los ojos, no era una imagen que deseara en su cabeza, al menos si no deseaba tener pesadillas por las noches.
— Es Kirigan ¿verdad? — preguntó Alina cambiando por completo su expresión.
— No hemos encontrado su campamento — murmuró Nikolai, Esmerald lo sabía, ella y Tolya se habían estado turnando para buscar información, pero hasta el momento no tenían nada. — Pero...
— El sobrevivió a la sombra.
— Sobrevivió en el pasado — recordó Alina. — Además solo él puede hacer el ese Corte. Baghra si, pero se que fue él.
— Si está vivo, en poco tiempo le llegará la noticia de tu intento en la Sombra.
— Intentó — repitió Starkov.
— No quise ofenderte — Se disculpo Lanstov.
— No, tienes razón. — Alina suspiró. — Eso es lo que fue, un intento. Los tres vieron mi luz. Era tan fuerte, iracunda y peligrosamente desequilibrada puedo entrenar para mejorar, pero no será suficiente.
— Hay que buscar el tercer amplificador — habló Mal.
Una leyenda, pensó Esmerald.
— El pájaro de fuego — habló Nikolai.
Una idea cruzo en la mente de Nikolai, Esmerald lo sabía, había visto esa misma expresión antes, la conocía.
— Cuanto más lo busquemos, más estamos a Merced de tu protección — hablo Alina refiriéndose a Lanstov.
— ¿Qué tal una propuesta?
Esmerald intentó no sorprenderse, pero la punzada en su pecho no la ayudó.
— Podemos intentar que este país no se desmorone y decirles a los fjerdanos que se metan su recompensa por el trasero — habló Nikolai sin mirar a Esmerald, ella lo sabía, ambos lo sabían.
— ¿Cómo propones que lo hagamos?
— La protección de la familia real.
Tras esas palabras, Esmerald sabía que no se equivocaba en sus dudas, miró a Mal de reojo quien también intuyó lo mismo que ella.
— Mi nombre se vuelve un refugio para ti. Y un estandarte bajo el que lograremos un cambio.
— ¿Tu nombre? — pregunto Mal sin soñar agresivo.
— Espera — habló Alina. — ¿Está es una propuesta de matrimonio? Estás sugiriendo un matrimonio.
— No lo propongo por amor — Nikolai miró de reojo a Esmerald. — Sería una alianza política ente Grisha y Otkazart'sya.
— Si así son todos los matrimonios ¿no? — recordó Mal. — Una estrategia.
Esmerald estaba teniendo recursos vagos de un tiempo donde a ella le ofrecieron lo mismo, solo que en esa ocasión a ella no le preguntaron si quería, se lo ordenaron.
— Precisamente — dijo Nikolai. — Y tal vez no lleguemos a casarnos. Un compromiso indica un fuerte vínculo de cooperación. Y nos permitirá generar un cambio significativo para los Grisha y para Ravka. He visto lo que son el uno para el otro — miró a Alina y Mal, también a Esmerald. — Entiendo si te niegas, pero espero lo pienses y consideres los beneficios.
Esmerald se marchó sin escuchar algo más, no quería seguir escuchando.
Nikolai salió detrás de ella, dejando a Alina y Mal solos.
— ¡Esmerald! — gritó Nikolai. — Esmerald.
Esmerald se detuvo, fingió una gran sonrisa en su rostro.— ¿Sucede algo, moi tsarevich?
— Que me dejes de llamar así sería un comienzo — sonrió Nikolai. — Entiendes que solo es una estrategia, que confíen en los Lanstov y en los Grisha.
— No entiendo por qué necesita mi aprobación al final del día quien está en el trono de Ravka es usted, no yo.
Nikolai se quería jalar los cabellos de uno por uno, odiaba la forma en que Esmerald hablaba, como si se tratara de algún extraño como si los años que pasaron juntos ya no significaran nada.
— Se quien eres, tú mejor que nadie debe entender lo que un matrimonio arreglado significa, Solovyov.
Esmerald guardó silencio borrando la sonrisa de su rostro, ya no era gracioso, ella jamás mencionó su apellido en el barco. O al menos no en presencia de Sturmhond o Nikolai.
— Siempre supe que eras la Solovyov fugitiva, la que escapó de un matrimonio. Esa noche lo supe.
Esmerald ladeó su cabeza. — Entonces, como novia fugitiva debes saber que si Alina pide que la ayuden a escapar, seré la primera en ayudarla a estar veinte metros lejos tuyos.
Esmerald estaba por irse, cada que intentaba olvidar su pasado algo nuevo lo hacía regresar, algo le recordaba que no se podía esconder del todo estando en Ravka.
— No entiendo por qué estás pidiendo mi opinión al respecto de un matrimonio, al final del día son tus decisiones la que van a marcar tu destino no las mías — murmuro Esmerald.
Solovyov se fue dejando una vez más a Nikolai con las palabras en la boca. Él quería gritarle, decirle lo mucho que ella significaba, pero tenerla enfrente con esa mirada que reflejaba la indiferencia no hacía más que herir su corazón.
Todos ocultamos secretos y callamos verdades, pero hasta qué punto estas pueden ser las causantes de alejar a alguien que se ama.
Por supuesto que la propuesta dolía en el pecho de Esmerald, por más que le costaba admitirlo, Tolya tenía razón, ella sentía algo por Sturmhond que resultó ser el mismo Nikolai Lanstov.
Las mentiras de Sturmhond no solo rompieron un corazón, rompieron dos y al mismo tiempo los alejo.
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