1780

Un día común y corriente en el castillo de la familia real; el reloj sonaba sin cesar para una de las sirvientas del palacio. Ella era hermosa y la más joven de las sirvientes; la chica de cabellos rubios, piel blanca como un papel y ojos tan hermosos que con un solo color no se podría quedar; por eso sus padres la nombraron Hazel.

Sus ojos abrieron como todas las mañanas momentos antes de que saliera el sol, se sentó en su cama y apagó el reloj para después mirar por la ventana y asegurarse que tenía tiempo para prepararse.

Al poner sus pies en el suelo tembló su cuerpo ya que estaba un poco frío. Tomo su ropa de trabajo, se puso sus zapatos y luego salió del castillo para comenzar su camino lejos donde estaban las duchas asignadas para las sirvientes sobre una colina y como a Hazel le agradaba tener su privacidad se daba un baño mientras todos estaban dormidos.

Colgó su ropa limpia en el tendedero y comenzó a quitarse la ropa de dormir, entro a la ducha de madera y cerró la puerta detrás de ella. Abrió la llave y el agua no dudó en salir salvajemente; Hazel dio un respingo al sentir el agua fría en su espalda. Cuando su cuerpo se acostumbró al agua no tardó en enjabonar su cuerpo y enjuagarse otra vez; su baño se volvió refrescante cuando el sol ya estaba saliendo y la mañana se volvía caliente.

Al terminar Hazel abrió la puerta y tomó la toalla para secarse, se puso su ropa de sirvienta que consistía en un vestido negro largo y un delantal blanco por encima, aveces podía cambiar el vestido negro por uno más corto pero esa mañana decidió por ese.

Se amarró el cabello en una cola alta y se perfumó, a Hazel le gustaba siempre verse bien y estar presentable para el trabajo. Se colocó los zapatos negros con poco tacón y comenzó a recoger la ropa sucia para ponerla en sus brazos y caminar de vuelta al castillo.

Dejo la ropa en la cesta de ropa para lavar y sus otros zapatos al lado de su cama, después de dejar su cama tendida y bien hecha, Hazel camino hasta la cocina y tomo la avena y le agrego leche para luego ponerla en la estufa y cocinarla. Le agrego canela, miel y azúcar morena mientras revolvía lentamente la comida. Cuando la avena estuvo lista sirvió en los platos para que las otras sirvientes desayunaran. Lo relleno de fresas y moras frescas , y con los platos en sus brazos cuidadosamente llevo la comida a la mesa.

- Listo.- susurró orgullosa al ver como lucia su desayuno.

- Buenos días Hazel.- saludo Emilia, una de las sirvientas al entrar a la cocina.

- Buenos días.- saludo sonriendo.

- Buenos días.- saludo Zaara.

- Déjame pasar.- dijo Victoria.

- Buenos días.- saludo Hazel.

- Wow Hazel, hoy si que el desayuno se ve delicioso.- dijo Zaara.

- Ya sabemos que tu futuro esposo no tendrá nada que perder cuando tenga hambre, tendrá una excelente cocinera como esposa.- dijo Emilia mientras que Hazel reía.

- Chicas no quiero casarme todavía.- dijo Hazel.

- Oh tonterías niña; no dejes que pasen los años y a los cuarenta o cincuenta entonces quieras pensar en casarte como nosotras.- dijo Victoria.

- Me casare cuando sepa que es el caballero adecuado.- dijo Hazel.

Todas sonrieron y comenzaron a comer; luego de eso comenzaron a preparar el desayuno para la realeza y sus empleados personales. Prepararon Huevos con tocino y tostadas; al terminar pusieron los platos en la mesa. Uno para la reina Anne, Uno para su hermana la Condesa Yanet que solamente está aquí por interés, se muere por la corona y ser la reina de Vermont. Uno para la Tía Juliette que es estricta pero sabia y amable, Uno para su esposo Robert que siempre tiene algo negativo que decir en un día brillante y el último para Esteban el es quien lleva el orden extremo en el palacio y le asiste a la reina.

- Buenos días a todos.- saludo la reina Anne.

- Buenos días Alteza.- saludo Hazel.

- Una mañana muy brillante, vamos a ver que sorpresa nos espera el día de hoy.- dijo Robert.

- Buenos días.- saludo la tía Juliette.

- Buenos días. - dijo Yanet con voz cansada.

- Buenos días sus majestades.- saludo Esteban.

Todas las sirvientas se quedaron un momento más y se marcharon a la cocina para comenzar a sacar los utensilios para comenzar a limpiar el palacio. En eso Hazel ve como el cartero real entra al comedor haciendo una reverencia.

- Su majestad.- dijo inclinándose.

- Pasa William.- sonrió la reina.

- Tengo está carta para usted.- dijo entregándole la carta a la reina.

- Oh...gracias William puedes retirarte.- dijo la reina.

William volvió a inclinarse y se marchó; la reina abrió la carta rápidamente y se quedó en silencio mientras la leía. Hazel veía por la puerta entreabierta las expresiones de la reina y vio como ella se tapaba la boca por emoción.

- ¿Que dice la carta querida?- pregunto la tía Juliette.

- Mis hijos volverán a casa mañana.- dijo emocionada.

Hazel abrió los ojos en confusión, ella llevaba solamente ocho meses trabajando en el palacio y no sabía que la reina tenía hijos.

- Los Styles volverán mañana.- dijo Victoria.

- No sabía que la reina tenía hijos.- dijo Hazel.

- Si, los gemelos, los tuvo con su esposo...ellos se fueron desde hace dos años que murió su padre y no se han comunicado con su madre desde entonces.- dijo Victoria.

Y en ese día esa noticia fue la única que rondaba el palacio.

Los Gemelos Styles volverán mañana al reino de Vermont.

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Holaaaaaaaaa

Mi nuevo proyecto "Royals" ♥️♥️

Como dije al principio esta será la última llamada de Atención 🚨 esta historia tiene lenguaje Adulto y Escenas de relaciones íntimas.

Imagen de Hazel

Espero que les guste, si quieren saber que pasará después déjame un Voto o un comentario 😁💙