Hazel

Despierto con la respiración agitada y mi cuerpo sudando. ¿Así que todo fue un sueño? Sus labios con los míos, Su respiración chocando con la mía...su cuerpo cerca de el mío.

Niego y me levanto de la cama para tomar mi ropa e irme a bañar. Cuando el sol salía por las montañas y ya estaba lista camine de vuelta al palacio para encontrarme con las chicas tratando de hacer un desayuno.

-¿Que están haciendo?- pregunté riendo.

- Querida trabajas tanto haciendo el desayuno que quisimos que tuvieras un día de descanso en la cocina.- dijo Victoria.

- Pero saben que me gusta cocinar.- dije.

- Tomate la cocina libre por hoy cariño; nosotras nos encargaremos.- dijo Zaara.

- De acuerdo.- dije.

Era temprano así que fui al jardín para cortar algunas rosas para el baño de la tía Juliette. En eso veo que el principe Edward esta desde su cuarto leyendo un libro y al verme me da una sonrisa radiante y sale al balcón para saludarme.

- Buenos días Hazel.- saludo.

- Buenos días alteza.- salude.

- Es extraño no saber que estás en la cocina.- dijo.

- Las chicas quisieron cocinarles hoy.- dije riendo.

- Nadie lo hará mejor que tú.- dijo.

Sonreí hacia el y le di las gracias y luego seguí cortando las rosas. Al terminar fui dentro de el castillo para prepararle el baño; cuando termine baje las escaleras y camine hasta el comedor y estuve de pie para recibir a la familia real. Quien primero entra a la sala es nada más y nada menos que el principe Harry. Se sentó en la mesa y me miraba fijamente; había un silencio en la habitación que hacia el encuentro muy incomodo.

- ¿Tengo algo en la cara?- pregunté molesta.

El se levantó de la mesa y camino hasta mi; sus pasos no se detenían y cada vez la distancia entre nosotros era más corta. Di algunos pasos para atrás hasta que mi espalda toco la pared...oh no.

- No se acerque.- dije advirtiéndole.

- ¿Desde cuando te hago caso?- pregunto estando frente a mi y tomándome como una bestia y besándome.

Tal como en mi sueño.