Hazel

Camine hasta el castillo lentamente y con mi rostro caliente por todo lo que he llorado. Llego por los establos y entro por el jardín esperando que nadie me vea pero para mi mala suerte el principe Edward estaba ahí.

- ¿Hazel?- pregunto confundido al verme caminando desde tan lejos.

Me di la vuelta un momento para sacar rastro de las lágrimas en mis mejillas. Cuando volví a dar la vuelta para verlo el ya estaba frente a mi.

-¿Estas bien?- pregunto mirándome con preocupación.

- Si Alteza.- respondí.

- Tu rostro dice lo contrario.- dijo.

Levante mi rostro para mirarlo y respire...Era imposible para mi no mirar al principe Edward y recordar a Harry ¿Porque tenían que ser gemelos y exactamente iguales?

- Ven siéntate conmigo un rato.- dijo.

Caminamos hasta una banca para sentarnos; al principio nos quedamos callados pero luego el principe Edward hablo.

- No se porque te sientes asi y si quieres mantenerlo privado esta bien pero...Hazel...eres una persona maravillosa.- dijo.

- ¿De verdad cree eso?- pregunté.

- Claro que si; de todas las sirvientas de el palacio eres la única con la que he hablado y he conocido.- dijo.

- Gracias Alteza.- dije.

- De nada y nunca lo olvides.- dijo para mirar hacia el castillo y luego volver a mirarme.

- Debo volver.- dije.

El asintió y yo me levante de el asiento para caminar dentro de el palacio. A la hora de la cena todos estaban comiendo en la mesa pero Harry nunca apareció. En la noche me fui a mi habitación para dormir; y sin darme cuenta la noche paso volando. En la mañana fui a bañarme y a prepararme; estaba en la cocina preparando el desayuno y estaba guardando la salsa de moras que estaba usando para las crepas. Sin querer me tropecé y caí al suelo haciendo que la salsa de uva se callers en el suelo y mancharán los zapatos de Esteban. El puso cara molesta y me tomo bruscamente de los brazos para levantarme de el suelo.

- !!!VISTE LO QUE HICISTE DESGRACIADA INMUNDA!!!- dijo gritándome.

- !!!SUELTAME!!!- grite.

- Eres una inútil no sabes hacer nada bien.- dijo.

Y de la nada su mano me pego una cachetada en la mejilla haciéndome caer al suelo por el impacto. Lleve mi mano a mi mejilla por el dolor increíble que se estaba creando. Esteban me miró desde arriba y se fue. Me levante de el suelo y lleve la comida a la mesa de la familia real antes de que ellos llegaran. No quise quedarme y ver a ese idiota; así que me fui hasta el jardín a buscar manzanas. Al tenerlas todas volví a la cocina para guardarlas; estuve todo el día haciendo algo para no tener un encuentro con Esteban. El día paso rápido ya estaba atardeciendo y estaba terminando de recoger fresas para el baño de la Tía Juliette cuando de la nada veo a Harry recostado en el tronco de un árbol.

Me detengo para ver si encuentro otra manera de escapar de sus ojos pero es imposible cuando el principe me mira y comienza a caminar hacia mi.

- Hazel.- susurra.

- Disculpe.- dije tratando de pasar por su lado pero el me toma de el brazo fuertemente para detener mi paso haciendo que la canasta de fresas cayeran al suelo.

- ¿A donde crees que vas?- pregunto.

- Donde sea que esté lejos de ti.- dije segura de mi respuesta.

Esperaba un comentario de parte suya pero sus ojos quedaron mirando mi rostro. Pasa su mano por mi mejilla lastimada y hago un gruñido ante su toque.

- ¿Porque tu rostro está lastimado?- pregunto serio.

- Me tropecé esta mañana y caí.- dije.

- Mírame.- dijo.

Mis ojos lo miraron fijamente a los suyos; es difícil mirarlo sin decir un defecto en su rostro.

- Estás mintiéndome ¿Quien te hizo esto?- pregunto.

- Nadie.- dije.

- Hazel si no me dices en este momento quien se atrevió a tocarte te juro que...

- !!!ESTA BIEN!!!- dije suspirando dándome por vencida ya que no se detendrá.

- ¿Quien?- pregunto.

- F...Fue Esteban.- respondí finalmente.