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Una principessa in Italia
📍México
Analli suspiró agotada después de otra hora de ensayos
-Sabes que sé caminar en tacones-Informa a su madre quien era la que insistía en tantos ensayos-
-Debes estar a la altura de ser la próxima emperatriz, Analli
-Tengo diecinueve años y aprendí a usar tacones a los trece aunque sabíamos que solo podría usarlos después de los dieciocho
-Tienes que perfeccionar muchas cosas, Analli
-Si el estuviera aquí sería más fácil
La mujer la mira con seriedad
-La práctica terminó, puedes retirarte
Analli niega pero se quita los zapatos para ponerse sus tenis
-Basta de pensar en el, Analli, como heredera al trono tienes que tomar las riendas algún día, mientras pueda voy a encargarme de que estés lista
Su madre sale de ahí ante la mirada de su hija
-Sabes que lo hace porque te quiere-Analli ríe ante las palabras de Benjamín
-Lo hace porque quiere una heredera perfecta, si tan solo hubieras nacido seis minutos antes
-Sería un amargado como tu
-Oye yo no soy amargada-Informa-
-Oh vamos, ¿cuándo fue la última vez que fuiste a una fiesta?
-Eso es porque estaba en el internado pero como he finalizado mis estudios apenas tenga una fiesta en puerta pienso ir
Benjamin sonríe ante sus palabras por lo que Analli lo mira con sospecha
-¿Qué?
-Qué bueno que dices que irías a una fiesta porque nosotros dos fuimos invitados a una
-¿Dónde?
-No es lejos, no te preocupes
Analli levantó una ceja, desconfiada
-No me estás ocultando nada, ¿verdad?
Benjamín puso su mejor cara de inocencia
-Yo, ¿ocultar algo? Jamás
Analli bufó, pero una sonrisa juguetona se asomó en sus labios
-Más te vale que sea una fiesta decente. No quiero terminar en algún lugar extraño sin saber qué hacer
Benjamín alzó las manos en señal de rendición
-Prometido. Será una fiesta que recordarás
Analli se cambió a una ropa más casual, perfecta para una noche de fiesta relajada. Al bajar las escaleras, Benjamín la esperaba en la entrada
-Vaya, te ves genial -dijo, con una sonrisa de admiración
-Gracias -respondió ella, sonriendo también-. ¿Vamos?
El viaje en auto fue tranquilo, pero Analli no podía quitarse la sensación de que Benjamín le estaba ocultando algo. Cuando el coche se detuvo, Analli frunció el ceño al ver dónde estaban
-¿Qué hacemos en el aeropuerto? -preguntó, mirando a su alrededor. Era el aeropuerto privado de la familia real, un lugar que no se usaba para eventos casuales
Benjamín se inclinó hacia ella y le susurró al oído
-Perdóname, Analli
Antes de que ella pudiera reaccionar, Benjamín sacó un pañuelo de su bolsillo, empapado en un líquido incoloro. Lo acercó rápidamente a la nariz y boca de Analli, quien inhaló por reflejo
-¿Qué...? -murmuró ella, mientras el mundo a su alrededor comenzaba a desvanecerse
-Lo siento, pero necesitas aprender a divertirte -dijo Benjamín con remordimiento en su voz-. Confía en mí, esto será algo que nunca olvidarás
Analli intentó protestar, pero el efecto del cloroformo la venció rápidamente. Mientras el avión despegaba, Benjamín se acomodó a su lado, asegurándose de que estuviera cómoda
-Prometo que esto será divertido, Analli. Te lo debo
📍Roma, Italia
Analli se despertó lentamente, sintiendo la brisa fresca en su rostro y oyendo el suave murmullo de voces en un idioma que no reconocía de inmediato. Abrió los ojos y parpadeó, intentando enfocar su vista. La rodeaban edificios de arquitectura clásica y calles empedradas, un lugar claramente distinto
Confundida, Analli se levantó y miró a su alrededor. Se encontraba en una casa
-¿Dónde estoy...? -murmuró, todavía aturdida
Benjamín apareció a su lado, con una sonrisa amplia en el rostro
-Benvenuta in Italia! -dijo, pronunciando cada palabra con entusiasmo
Analli lo miró, sus ojos llenos de incredulidad y enojo. Sin pensarlo dos veces, se acercó a su hermano, lo agarró del cabello y comenzó a reclamarle
-¡¿Qué has hecho, Benjamín?! ¡¿Cómo te atreves a traerme aquí sin decirme nada?! -gritó, tirando de su cabello con fuerza
Benjamín intentó calmarla, alzando las manos en señal de rendición mientras se reía nerviosamente
-¡Analli, cálmate! Solo quería que te divirtieras un poco. Prometo que todo estará bien
-¡Divertirme! -gritó ella, soltando finalmente su agarre y empujándolo ligeramente-. ¡Esto no es una broma! ¡Soy la heredera al trono, no puedes simplemente secuestrarme y llevarme a otro país!
Benjamín, frotándose la cabeza donde Analli lo había agarrado, trató de tranquilizarla
-Escucha, Analli. Necesitas un descanso, una oportunidad para relajarte y disfrutar. Siempre estás bajo tanta presión... pensé que esto podría ser bueno para ti
Analli lo miró, todavía enfadada pero comenzando a comprender sus intenciones
-Podrías haberme preguntado primero -dijo, con menos agresividad pero con firmeza
Benjamín asintió, su expresión volviéndose más seria
-Tienes razón. Lo siento. Pero ya estamos aquí, así que ¿por qué no intentar disfrutarlo? Italia es hermosa, y hay tanto que ver y hacer. Y prometo que no volveré a hacer algo así sin tu consentimiento
Analli suspiró, dejando ir parte de su enojo. Miró a su alrededor una vez más, notando la belleza del lugar
-Está bien -dijo finalmente-. Pero me debes una explicación completa. Y no me vuelvas a sorprender de esta manera
Benjamín sonrió, aliviado
-Lo prometo. Ahora, ¿qué te parece si comenzamos con un auténtico desayuno italiano? Te aseguro que te encantará
Analli asintió, todavía un poco molesta pero comenzando a sentirse curiosa y, quizás, un poco emocionada por la aventura que tenía por delante
Mientras caminaban hacia una pequeña cafetería cercana, Analli recordó una preocupación importante
-Espera, ¿qué le dijiste a mamá? ¿Cómo lograste que me dejara venir sin armar un escándalo?
Benjamín rió suavemente
-Le dije que había un evento benéfico muy importante aquí en Italia, algo relacionado con la realeza europea. Le expliqué que es una gala para recaudar fondos para la restauración de monumentos históricos y que sería bueno para ti asistir, hacer contactos y mostrar nuestra presencia
Analli levantó una ceja, impresionada
-¿Y se lo creyó?
Benjamín sonrió con satisfacción
-Bueno, hubo un poco de verdad en eso. Hay una gala benéfica real este fin de semana, así que no mentí del todo. Solo... ajusté un poco los detalles. Pero no te preocupes, tenemos tiempo para disfrutar antes del evento
Analli suspiró, aunque con una sonrisa de resignación en los labios
-Eres increíble, ¿lo sabías?
-Lo sé -respondió Benjamín con un guiño-Pero en serio, Analli, relájate y disfruta. Te prometo que todo saldrá bien
Analli asintió, permitiéndose finalmente relajar los hombros. Quizás, solo quizás, esta escapada improvisada podría ser justo lo que necesitaba
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